Inestable- Parte Final
Agh... Me siento tan nerviosa, han pasado casi tres años después de todo. Culpo a mis clases, mi falta de tiempo, de internet y de inspiración.
Bueno, uno siempre debe terminar lo que empieza :')
Si esto carece de coherencia, es por el tiempo que pasé fuera del fandom. Mil disculpas.
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Removí mi café por décima vez ese día. Me moría de los nervios, ¿ y quién me podría culpar?. No con esta presencia imponente a mi lado.
- Ya veo, entonces, ¿qué pasó después?- Mordí mi mejilla interior por hacer una pregunta tan obvia. Yo sabía, todos sabían.
Fingí que preguntaba por pura cortesía mientras miraba a otro lado, cuando en realidad me moría de curiosidad por escucharlo de su propia boca.
-Ya conoces... -
- Tch tch, vamos habla - agitando una mano mientras me aferraba a la taza, exclamé con una sonrisa - No nos hemos visto desde esa... ''terrible noche''-
Me preguntaba si aún recordaba, cuando huí de él, luego de haberlo cuidado sin descanso.
¿Sentiría algún rencor?
- Ni lo menciones - y frunció los labios con esa respuesta.
Tomé mi café, ya frío, al tiempo que lo miraba fijamente.
No teníamos un traductor a la mano, así que alguien debía esforzarse por hablar el idioma del otro. Claramente no era yo.
- Perdón - susurré casi para mí.
- Ya está perdonado -
Sí como no, y por supuesto no vi cómo apretabas el puño de tu mano bajo la mesa.
- Bueno -
Pocos minutos antes, este gigantesco soviético se había acurrucado en el jardín frente a mi humilde hogar. Abrazando sus piernas mientras contaba las florecitas entre la hierba, con ojos de cachorro abandonado, se veía tan inocente... Y ahora quiere mandarme a volar por mis (lo reconozco) estúpidas palabras y acciones.
- Cómo te explico que Usa me propuso un excelente trato, lo acepté y viajé a su territorio. La guerra terminó en ese periodo y el hospital dejó de requerir mi presencia. -
¿Cómo te explico que te vi besándote con México en el cuarto de los pacientes y tuve que correr por la vergüenza, arrastrando a un confundido Usa de vuelta al aeropuerto?
Era el peor de los cobardes, sí, pero también tenía algo de dignidad para no convertirme en la tercera rueda.
-... Aún así, nunca me volviste a contactar -
(¡NO! QUITA ESOS OJOS DE LOBO DEPRIMIDO )
-¿Tú lo hiciste?-
El orgullo picó mi conciencia cuando lo vi reprimir un gruñido de frustración.
- Estaba ocupado -
- Igual yo, así que quedamos a mano -
Y haciendo un gesto de indiferencia, regresé mi atención a la taza vacía.
-Te extrañé... - su voz ronca me hizo saltar. Maldito mocoso.
-¿Ah, sí? Ya veo. Extrañaste lanzarme insultos en ruso porque no traía tu comida; lanzarme las almohadas a la cara por diversión; exigir mi presencia obligatoria y asustar a las enfermeras para este propósito; generarme hernias por cargar tu enorme cuerpo de vuelta a la cama; también... - comencé a enumerar con furia, sintiéndome como una profesora con su alumno más molesto de la clase.
-Y tienes el descaro de sonreír, Urss - siseé notablemente molesto.
-No - pero su sonrisa de sabiondo burlón ya asomaba entre sus labios.
-A qué viniste en realidad, dilo - crucé mis brazos y me levanté del banco. Puse mi mejor cara de ''patético'', aunque yo fuera el patético por ser tan miserablemente bajo en su comparación. Aunque él estuviera sentado, casi rozaba mi altura.
Genes de porquería. (Es broma).
''¿Si se mezclaran con los míos quién ganaría?...''
De la nada un pensamiento rebelde cruzó mi mente, a lo cual me tiré una cachetada sin pensar.
- ¿Vas a castigarte tú o cómo es la cosa?- sus dientes blancos relucían por el entretenimiento.
-Sentí una hormiga correr por mi cara... Y no copies mis frases, ladrón. -
Ahora sí, de vuelta a mi dura faceta.
-Responde lo de antes -
-Es complicado- rascó su nuca.
-Eso nunca te detuvo, ni a mí -
- De verdad te extrañaba, vine aprovechando mis días libres -
-¿Cómo supiste dónde vivía?-
Bien, no estaría mal otra bofetada autoinflingida. La estupidez de mis hermanos era contagiosa y lo estaba confirmando.
El ceño de Urss se alzó hasta formar una clara expresión de ''¿Lo dices en serio?'', pero luego captó la situación y respondió con una frescura poco habitual.
-Le pregunté a la Onu, fue muy amable de su parte al darme la dirección exacta -
Oh, excelente respuesta, la cual creería si no conociera a esta terrible nación.
-Lo acepto - fui hacia la cocina y regresé con dos tapers y dos vasos. -Hará falta tiempo y comida para que me cuentes cómo te fue-
Sonreí con dulzura. Sí, también lo había extrañado a mi manera.
Desde que lo vi con México entendí muchas cosas, y una de ellas era que yo no podría influir en su vida lo suficiente. Para mí estaba guardado otro tipo de regalo, aunque igual de precioso que el amor:
su confianza y su amistad.
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Se alejó lo suficiente de esa casa como para admirarla por completo.
El viento sacudía su ropa y su ushanka, amenazando con enviarla a volar.
Trató de recordar estos pequeños momentos de felicidad e imprimirlos en su memoria. Perú dejándolo entrar a su casa, Perú invitándole su deliciosa comida, Perú frunciendo el ceño por la frustración, Perú sonriendo...
Elevó su muñeca hasta su rostro para observar la hora y sonrió. Esa organización no se equivocaba, pensó: se le acababa el tiempo. Pero al menos pudo verlo otra vez, aquella persona (o país) que curó sus heridas externas, junto con algunas grietas internas.
¿Si hubiera pasado más tiempo con él se habría curado por completo? No lo sabía, jamás lo sabría.
Volvió a mirar su muñeca, esta vez un poco más adentro de las mangas, donde sobresalía una pequeña mancha blanca.
El primer vendaje que le puso, lavado hasta casi deshacerse para preservar su palidez.
Bien, su único arrepentimiento había sido no correr hacia el territorio de Perú apenas este huyó del hospital por una razón desconocida. Pero eran pensamientos que guardaría muy dentro, intocables.
Y así, la inestable nación se dirigió al aeropuerto; con pequeñas partículas que se derramaban de sus dedos, demasiado diminutas para ser notadas.
En otro lado, sobre una cama corriente, otro país susurraba.
''Fue lindo verte, ojalá pase de nuevo, Urss.''
***
*Tiempo*
-¿Tú quién eres?- Un guardia reclamaba con seriedad.
-Me llamo Perú, ¿algún problema con eso?- dijo el hombre más pequeño enseñando su identificación y su entrada.
-... - El otro se la arrancó de las manos y la revisó con escrutinio.
- Sí, ni yo me la creo que tenga amigos tan influyentes.- Se encogió de hombros indiferente.
- Esto no parece real - volvió a insistir.
-Ugh - Perú se preguntaba qué demonios tenía el guardia en la cabeza para actuar así. Tal vez un poco de mierda barata que le entregaba el mismo bar.
-Mira amigo, si no entro en diez minutos me dejarán sin pollo frito- casi suplicó en un intento de razonar.
-No, no puede... - el fastidioso tipo hizo acto de empujarlo, pero el golpe no llegó.
-Qué...- El bicolor estaba confundido por el repentino pánico del sujeto. Por un momento pensó que el Inti o algún pequeño dios de su amplia mitología lo estaba protegiendo, hasta que volteó la cabeza.
''Por la ... Y este de dónde salió''. Definitivamente no salió de un basurero, eso era seguro.
Levaba un abrigo largo de piel, con afelpado en el cuello y el filo de sus mangas. El cabello despeinado por la brisa se ondulaba con gracia, remarcando un rostro serio y casi rígido, pero completamente hermoso con esas tres franjas diferentes que lo cruzaban.
No era el dios que esperaba, pero tampoco se iba a quejar.
Sus pestañas, que ocultaban unos ojos fríos como el hielo capaces de congelarte en segundos, se agitaron en su dirección. No, espera, estaba mirando al guardia junto a él.
-Tengo una reservación-
El vigilante, una vez tan grosero, se volvió un manso cordero frente a la ominente presencia.
- Sí señor, eh, disculpe mi rudeza, quisiera ver su ticket de entrada por favor... - inmediatamente soltó al abucheado Perú; y prestando su completa atención al hombre del abrigo, comenzó a balbucear cientos de disculpas.
Ah Watafak
Perú se quedó tieso un momento, sin poder asimilar tanta información a la vez. Las facciones de ese atractivo tipo le estaba costando la mayor parte de su única neurona funcional, así que apartó la mirada. Pero latino como era, no se perdió la oportunidad y cruzó el pasadizo de entrada, ignorando por completo la situación anterior.
¡La comida siempre es primero!
En su carrera no pudo sentir los inquisitivos ojos que lo seguían hasta el momento que salió de su rango visual. Ojos realmente curiosos.
- Todo está en orden, señor. Adelante - el guardia se veía complacido.
E ignorando la insistente reverencia, con una sonrisa nueva y ligera flotando en su boca, Rusia entró en el restaurante para encontrarse con sus amigos.
Fin
A qué? Terminamos?
Bueno, eso es todo... Hasta que las ganas y las ideas vengan en orden a mí, espero que pronto!
Como siempre, las loveo, aquellas que leyeron esta extraña historia y quisieron más.
:') Corazón corazón.
De Creath 21
*No hay dibujo porque esto fue improvisado, pero tal vez me anime a hacerlo.
:D/
Cada like es un pat en la cabeza al autor por demorarse tanto.
;<; Ñaoooo
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