Capítulo 6. Eliza.
A la mañana siguiente, me despertó el aroma del café que emanaba de la cafetera. Estaba en estado de shock nuevamente y me dolía todo el cuerpo. Tenía moretones y las muñecas me dolían. Apenas podía creer lo que había tenido que pasar la noche anterior, y no pude evitar pensar en lo que hubiera sido de mí sin ese extraño. El estómago se revolvió solo de pensar en la posibilidad de que ese hombre asqueroso me hubiera podido violar. El extraño no estaba a mi lado, y tampoco estaba en la habitación. Había ropa limpia en el sillón, eran solo unos pantalones negros y una camiseta blanca que, a decir verdad, era enorme y yo nadaría en ella. Había una nota al lado del buró que decía:'Toma una ducha y también café. Fui a correr. - Firmado, James.'Así que ese era el nombre de mi superhéroe. La verdad es que tenía tanto que agradecerle que no sabría ni por dónde empezar. Me resultaba sumamente extraño cómo habíamos dormido y cómo los brazos de ese sujeto misterioso habían conseguido cobijarme y llevarse cualquier preocupación al punto de hacerme dormir profundamente. Era la primera vez que no sentía náuseas ni me incomodaba que me tocaran. De hecho, me sentía segura a su lado, y anoche había sentido que después de salvarme definitivamente podría confiar en él, tanto es así que en cuanto sentí la calidez de su cuerpo, me quedé completamente dormida.Entré en la ducha, abrí las llaves de la bañera y procedí a meterme cuando el agua llegó al tope. El agua estaba caliente, y miles de pensamientos aún ocupaban mi mente hasta el punto de abrumarme. Sentía tanto dolor y una sensación de estar completamente sucia que seguía presente desde lo más profundo de mi ser. No era el incidente de anoche lo que realmente me perturbaba, eran los recuerdos y saber que las sombras eternas en mis pesadillas me envolverían sin descanso, acechando mis sueños y perpetuando su dominio sobre mí. Lágrimas seguían bajando por mi rostro sin que yo pudiera hacer nada para detenerlas. En mi vida estaba ocurriendo tanto: el dolor de haber perdido a mi abuela, las responsabilidades que tendría que cargar, todos los retos que aún me faltaban por enfrentar y ahora esto, esta situación que me había expuesto en la vulnerabilidad total. Por si fuera poco, no podría enfrentar la nube del escándalo que caería sobre mi familia si esto llegará a saberse. No podía acudir a la policía, ni permitir que nadie de mi familia se enterara; ellos ya estaban sufriendo demasiado. Tenía que replantear cómo iba a manejar esta situación, lo que sí era un hecho es que estaría sola. Tendría que encontrar esa fortaleza o, si no, ponerme la máscara de una mujer fuerte e inquebrantable. Decidí esperar al extraño que me había salvado de un destino fatal que, la verdad, no me quería ni imaginar. Lo que era un hecho es que esta sería la última vez que me expondría de esa manera. De ahora en adelante, utilizaría la seguridad de mi casa, y a pesar de que nunca había sido una mujer vengativa, tendría que tomar medidas para evitar definitivamente que el hombre que me atacó anoche pudiera volver a tocar a alguien más.Esperé un poco más de una hora hasta que James llegó. En cuanto lo tuve frente a mí, no pude evitar notar que era un hombre alto y corpulento, de tez blanca, con ojos marrones y bastante atractivo. Era un hombre atlético en su plenitud, irradiaba una belleza cautivadora, como si los dioses mismos hubieran esculpido su rostro y derramado encanto en cada rasgo, haciendo imposible apartar la mirada de su magnificencia. Poseía una personalidad impactante, era un hombre interesante , su mirada intensa y penetrante revelaba su carácter rebelde y misterioso. Su cabello largo y desordenado enmarcaba su rostro, resaltando sus pómulos pronunciados y su barbilla angulosa. Me cautivó con su sonrisa traviesa y encantadora. En cuanto se quitó la camiseta, pude comprobar que definitivamente su estilo también era único. No pude evitar ponerme colorada al observar su torso desnudo; ese hombre estaba provocando sensaciones en mí que no tenía ni idea de que alguien pudiera volver a provocar. Aparté la mirada en un acto de nerviosismo."Veo que te has duchado. Wow, y la ropa, sé que no es de tu estilo, pero te queda bien", me dijo con una voz llena de ternura."Sí, gracias", le respondí."¿Te sientes mejor?""¿Cómo supiste mi nombre? Me llamaste Eliza. Parece que sabes todo de mí.""Todo el mundo en este pueblo sabe quién eres. Yo soy James, y si quieres, para que estemos a mano, ¿quieres saber algo? Solo pregúntamelo.""¿Cómo pudiste llegar a tiempo cuando ese tipo me atacó? ¿Acaso me estabas siguiendo?""Tranquila, princesita. Solo caminaba por la playa cuando escuché tus gritos, y decidí acudir a tu auxilio. No sabía que eras tú hasta que te vi.""Fue muy oportuno", lo dije con duda. No podía entender que todo hubiera encajado a la perfección, pero tampoco quería desconfiar de quien había sido mi salvador esa noche."Necesito pedirte un favor, necesito que todo esto quede entre nosotros. Nadie lo puede saber jamás.""¿Por qué no te importa que ese desgraciado pague y que le vuelva a hacer a alguien más?""Sí me importa, pero mi familia en este momento no soportaría un escándalo.""Está bien, es tu decisión. Yo solo quiero que te sientas mejor y que sepas que puedes hablar conmigo si quieres."Gracias, solo que ahora es complicado. No quiero volver a mi casa así; no pueden verme de esta manera.""Puedes quedarte aquí el tiempo que quieras. Te traeré el desayuno y lo que necesites." Se acercó a mí y me dio un beso en la mejilla, movió un poco mi cabello y acarició mi rostro tan tiernamente que no pude evitar sentir paz y seguridad a su lado. Lo había conocido ayer, pero sentía que lo conocía de toda la vida. Su presencia no aportaba más que calma en medio de una tormenta.Pasé la mañana recostada a su lado; vimos películas y series cómicas. Fue un momento relajante. Aún seguía pensando en lo sucedido, pero poco a poco había salido del shock. Cuando de repente me llegó la angustia de recordar que había huido de mi casa y que seguramente a estas alturas habría un operativo esperándome para encontrarme, sobre todo porque yo era la clave para que mi madre y mi tío pudieran recibir su herencia."Tengo que irme. ¿Puedes llevarme a mi casa?""Claro, el taxi estará en unos minutos.""Podemos caminar si quieres.""Si estás lista, está perfecto para mí."-dijo sonriendo.Fuimos caminando a mi casa, que estaba a cuadras del hotel. Caminamos por la playa hasta llegar a la vieja mansión que también gozaba de la vista del mar.Mientras caminábamos, necesitaba hacerle muchas preguntas."Entonces, ¿James, cuál es tu historia?""Soy solo James, una historia bastante complicada. Vengo de muchos lugares, cariño, pero ahora estoy aquí para empezar una nueva vida.""También quería preguntarte, ¿cómo puedo pagarte por lo que hiciste por mí?" Tal vez podríamos salir a cenar y tomar algo, y así podría contarte mi historia complicada."Faltaban unos metros para llegar a mi casa cuando vi a la policía y escuché un grito furioso. Vi la silueta de un hombre alto; era Dylan, venía directo hacia mí y encontró a James un paso antes. Solo vi en cámara lenta cómo el puño de Dylan se hacía más duro y trataba de chocar con el rostro de James, solo que él era bastante rápido y logró esquivar cada golpe de Dylan."Dylan, detente. Él solamente me había ayudado, por favor", grité desesperadamente. Un policía logró separar a Dylan, pero no pudimos hablar."Ella es mi prometida, ya apareció. Muchas gracias, ya pueden irse", le dijo a los policías, y antes de que pudieran cuestionarme, yo solamente corrí hacia James. Tenía que asegurarme de que todo estaría bien. Pude verlo de pie, y después del comentario de Dylan, no pude evitar ver la decepción que se asomaba en sus ojos. Dylan me abrazó con calidez y me susurró: "Nunca me dejes, pequeña."A todos nos sorprendió el comentario de Dylan: "SU PROMETIDA". Esa palabra retumbó en mis oídos. ¡Qué diablos! ¿De dónde había sacado eso? ¿Qué le daba derecho a siquiera pensarlo? Mi madre seguramente ya le había dado detalles de todo lo ocurrido, de las condiciones del testamento de mi abuela. A mi mamá le había encantado Dylan para mí toda la vida, siempre quiso que fuera mi novio; mi mamá y su mamá hablaban incluso de dónde sería nuestra boda. ¡Qué ideas tan estúpidas! No me atreví a desmentirlo delante de la policía. Parecía realmente preocupado. Cuando traté de buscar a James entre la multitud, todo rastro de él se había desvanecido.
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