Capítulo 15. Tara.
Los recuerdos brumosos de aquella noche de Halloween del último año en el internado aún me acechaban cual sombras que se ciernen sobre mis recuerdos, como los espectros que nunca se han ido. Esa era aún la noche más terrorífica que se había quedado grabada en las más profundas de mis memorias. Recuerdo perfectamente mi disfraz y que al final quedó destrozado al igual que mi corazón que solo se había partido en mil pedazos.
Pasaban de las 11 de la noche y el castillo del instituto se vestía de una noche llena de horror y magia, la música del d.j retumbaba dejando eco en las paredes antiguas del colegio, una multitud bailaba al ritmo de la música, y el humo de la pista envolvía el escenario, creando un ambiente mágico que transportaba a todos a otro mundo, pero al mismo tiempo, obstruía la visibilidad, como un velo entre la realidad y la fantasía. Había pasado toda la tarde maquillándome para participar en el concurso de disfraces, era mi personaje favorito Emily, la protagonista de "the corpse bride", mi película favorita dirigida por Tim Burton, cuyo estilo era digno de toda mi admiración. El maquillaje de mi piel era muy pálida y mis ojos resaltaban con sombras oscuras que acentuaban el estilo gótico del personaje. Mi vestido era blanco como el de una novia y llevaba un velo de tocado en el cabello, a pesar de mi piel pálida, me hacía mucho ilusión que Dylan me viera vestida de novia, si lucía lo suficientemente radiante tal vez por fin se enamoraría de mi y algún día esa fantasía del vestido de novia se haría realidad, y sería con Dylan con el que caminaría directo al altar.
Al observar el salón repleto de personas que bailaban y se divertían entre sí, no pude evitar sentirme sola sin la presencia de Dylan y Eliza. Así que me apresuré a buscarlos, pero no había rastro de ninguno de los dos, Eliza, no respondía a mi llamada, me acerqué al lugar de las bebidas y pedí un refresco. A lo lejos de la barra pude notar un chico que era muy apuesto y me miraba muy detenidamente, llevaba un traje negro bien ajustado con una camisa blanca y una capa negra. Un maquillaje sutil con ojos ahumados resaltaba a lo lejos. No recuerdo haberlo conocido antes, ni me pareciera que estudiara en el instituto con nosotros. Pasaron unos minutos y continuó mirándome fijamente hasta que se acercó e intentó sacar conversación.
-¿De qué te disfrazaste linda? ¿Estás disfrazada verdad?, tu piel tan pálida no puede ser real. Aún así luces realmente hermosa.
-Por supuesto que estoy usando maquillaje blanco, soy Emily de "the corpse bride" y gracias. -En ese momento hubo una chispa que me dijo que me alejara de él, sin embargo calle a mi intuición , y le regale una sonrisa a ese apuesto forastero.
La noche continuó y con ella la fiesta, comenzamos a movernos al compas de la música, y minutos después volví a tener sed, le pedí que me trajera una soda para refrescarme, cuando así lo hizo, la bebí sin desconfianza. El sabor era un poco raro, demasiado amargo para ser una bebida dulce. Al poco tiempo comencé a sentir un mareo repentino y nauseas así que corrí al tocador. No pude ni salir caminando, hasta ahí el ultimo de mis recuerdos consciente Ridley me sostenía o al menos ese creí que era su nombre. Recuerdo haber sentido como tomaba todo mi cuerpo, y me llevó a un lugar al lado de la playa que parecía desierto, lejos del bullicio de la multitud, sus manos comenzaron a recorrer mi cuerpo bruscamente, me rasgó el vestido de novia, y su asquerosa lengua comenzó a recorrer desde mi cuello hasta mis senos completamente desnudos.
Recuerdo estar dormida pero cuando podía sentir sus manos sobre mi, despertaba y me ahogaba en un grito silencioso.
-Te voy a enseñar a follar niñita...
-Pude sentir como arrancaba mis panties y sus manos alcanzaban bruscamente mi vagina. Cuando se bajó los pantalones e intento continuar y cumplir su cometido, una voz a lo lejos interrumpió el acto.
-¿Que estás haciendo JOHN RIDLEY? ¿eres idiota o qué?, nos descubrirán. Todos vieron que te la llevaste inconsciente. - dijo una voz sumamente conocida.
-Aún no terminamos de divertirnos tu amiguita y yo, dame unos minutos y tendrás tu turno.
-Por supuesto que no, lo echarás todo a perder lárgate de aquí...
-Esa voz era tan conocida, era Dylan.
-Tranquila Tars me dijo, abrazándome y tratando de poner en su lugar mi vestido.
-Dy... lan... te amo...no... me ... dejes balbuceé.
-no lo haré... me susurro en el oído.
En ese momento recuerdo que la angustia y el miedo que se había apoderado de mi, ya no lo sentía más ,estaba segura, estaba con Dylan. Me tomó y me llevó a la playa. Comenzó a acariciarme sugestivamente volvió a desnudarme. Y sin preguntar comenzó a besarme.
-Vaya que eres linda Tars, va a estar todo bien.
-Te voy a regalar la mejor noche de tu vida, vas a ser mía , como tu mirada me lo está pidiendo a gritos, sus palabras retumbaron mil veces en mis pesadillas. Esa noche indefensa, Dylan estuvo dentro de mi el tiempo que quiso, tomó mi cuerpo , y las cicatrices fueron mucho tiempo heridas abiertas que no dejaban de sangrar, recordándome sin piedad que el pasado es parte de mi realidad. Cuando desperté Dylan dormía a mi lado, la primera impresión fue gritarle con todo mi odio y preguntarle que había pasado.
-Tars no te hagas la santurrona, esto no tiene porque ser más complicado, tu me besaste, me rogaste que te hiciera el amor, y yo obedecí, si Tars fuí yo el que te quitó la virginidad, solamente accedí a darte placer como amigos, y vaya que lo disfrutaste, no puedo decirte cuantas veces gritaste de placer...
-Gritaba de dolor, me dolía, me lastimabas y yo no quería que me tocaras... no así ... dije invadida por el llanto.
-Entonces ¿cómo querías?¿ así cómo estás ahora?... puedo hacerlo... aún te me apeteces
-No quiero que me toques, por favor aléjate...
-De pronto me sometió y puso su cuerpo sobre el mío nuevamente, me inmovilizó las manos.
-Tars esto va a pasar todas las veces que yo quiera, voy a volver a hacerte mía para te no te quede duda que me perteneces , tu cuerpo me pertenece, hasta que yo diga... y no puedes decirle a nadie, entiendes así te puedo mantener contenta, y no tienes que provocarme.
-No, por favor suéltame- grite desesperadamente, Y volvió a recorrerme con sus manos, volvió a tocarme y a tenerme a su antojo, me penetró salvajemente, esta vez sentí más dolor que la noche anterior, estaba sangrando, y no pude más que dejar de luchar...
- No importa cuanto te resistas , te acostumbrarás y es más, si quieres puedo enseñarte a sentir placer... y así que ya no te duela cada vez que te haga el amor, entérate de una vez Tara voy a tomarte cada vez que quiera, y como quiera..., además el cuento de que no quieres no te lo creo, tu me amas, y por eso no puedes resistirte. No puedes decirle a nadie, al menos que quieras que se enteren que eres una golfa que regalaste tu virginidad al primer postor, así es Ridley estuvo cerca...
-Las lágrimas comenzaron a salir con más fuerza sin que las pudiera contener, en que me había metido, ahora Dylan podría tocarme y hacerme suya aunque no quisiera...Siempre creí que mi primera vez sería con él pero no así, no fue nada romántico ni gentil, me sentía usada sin dignidad como un objeto desechable, una mujer que no valía nada, un cero a la izquierda.
El recuerdo de esa noche aún me acechaba y la pesadilla continuaba, cuando Dylan con el paso de los años se había convertido en una criatura cruel, me tomaba cuando quería, y si me resistía era realmente violento, a veces podía hacerme cosas atroces cuando me hacía el amor. Como aquella vez que Nathan le propinó una golpiza, porque me descubrió llorando en el baño del instituto por Dylan, incluso Nathan quería que lo denunciara por violación pero yo no podía porque yo amaba a Dylan.
Con los años deje de sentir dolor, y me acostumbre a que así era, yo le pertenecía, incluso alguna vez llegué a sentir placer cuando me lo permitía y me introducía su miembro no tan bruscamente, aunque siempre sentí que era indigna después de que el terminaba. Dylan creía que mi cuerpo , y mi ser eran de su propiedad , a pesar de todo yo amaba a Dylan profundamente y una parte de mi esperaba que existiera un poco de amor en su corazón para mi. Sobretodo ahora que desde la última vez que estuvimos juntos, tenía una noticia que darle, Dylan sería el papá de mi hijo, estaba embarazada...
Estaba esperando en el café con la vista al mar, el atardecer pintaba sus colores en el cielo y , después de una larga espera finalmente lo vi aparecer. Vi a Dylan entrar, vestía un saco negro y lentes obscuros, parecía de luto
-Tars no tengo mucho tiempo, si querías follar nos hubiéramos visto en el hotel de siempre... estoy ocupado para preámbulos, debo estar con Eliza.
-Tengo algo que decirte...
-Estoy embarazada....
-Y ¿Por qué? me dices a mi, díselo a alguien de tus múltiples amantes...
-Tu eres el único con quien he hecho el amor... es tuyo Dylan...
-Bien Tars mañana vendrá mi chofer y te llevara a un lugar donde se encargarán de todo... no te preocupes...
-Dylan quiero tener a nuestro hijo...
-Tars déjame ser muy claro, no puedes tener a ese niño porque me voy a casar con Eliza, y no lo arruinarás... me apretó fijamente la mano.
-Suéltame me estás lastimando
-Bien recuerda el dolor que te puedo causar si vas en contra de mis deseos.
-Y por cierto yo si quiero follar, así que vamos
Me tomó bruscamente del brazo, disimule el dolor, subimos a la habitación del hotel donde usualmente nos veíamos, me empujó hacia adentro y me arrancó la blusa, en ese momento supe que reviviríamos el recuerdo de aquella noche de Halloween, aunque no seria igual porque con el paso de los años, me transformé en un ser gris, inmune al dolor, así que ya no sentiría dolor y decepción como si la vida misma hubiera drenado la intensidad de mi alma, solo me desconectaría y dejaría que Dylan una vez me tomara.
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