Dorian:

La promesa que los Ellworth le juraron a mi familia ha pasado de generación en generación y han dejado que llegue hasta mi porque ninguno de ellos ha sido capaz de hacerse responsable por ella. 

¿Y por qué lo harían? Si quienes hicieron esa promesa yacen debajo de la tierra siendo consumidos por gusanos mientras que los vivos deben pagar por sus absurdas promesas.

Somos piratas... 

Hombres del mar.

Nuestra vida pertenece a las aguas, no ha establecerse en un solo lugar, no amarrarse a una noble cuando saben que no resistirían ni dos dias en medio del océano, aun asi... si acabe involucrado en esto es por una promesa a mi madre en su lecho de muerte y si algo me diferencia con los cobardes que dejaron llegar esto hasta mi, es que yo no me acobardo a mis promesas.

 Sin embargo si bien decidí aceptar, jamás mencione casarme como ella lo esperaba y asi se mantendrá.

Ha sido su insistencia por lo que termine guiado por la cabeza de los Ellworth y se llegó al acuerdo de que Piper Ellworth seria mi mujer, pero en su lugar ha sido la hermana quien ha terminado atrapada a mi lado.

Un error claro esta. 

Cuando la cabeza me describió a las hermanas mi decisión fue clara, quiero a alguien que viva a mi lado, no a alguien que busque sobrevivir.

No a Charlize Ellworth.

—Lord Dorian...—Jadea sobre mis labios.

Delicada, tímida, nerviosa... demasiado alegre y  positiva.

Ha dejado claro que le ha afectado mi rechazo, es un problema y no necesito luchar con uno más ahora. 

Mi boca posee la suya y deja claro lo inexperta que es, aunque el movimiento de labios tiene algo que me impide parar, algo extraño y confuso, tal vez sea su intensión de esforzarse pese a hacer notar su timidez o quizá el sabor de su boca también tiene que ver, el cual a pesar de estar ebrio de ron, puedo percibir al igual que puedo sentir lo cálido que son sus labios y que rápidamente se acostumbran a los míos.

Mis manos se enredan entre sus risos rubios y sello nuestros labios con más violencia, no dejo espacios mientras sus manos van sobre mi torso y yo aprieto no solo mi boca contra la suya, sino mi cuerpo contra su desnudez. 

Ella vuelve a jadear buscando aire y solo tomo un respiro para volver a besarla, siendo incluso mejor que el primer beso, en esta ocasión me alcanza rapido y me devuelve el beso mientras yo lo convierto en más hambriento.

Es extraño, lo disfruto más de lo que esperaba y no quiero parar.

—¡Lady Charlize, su baño...

Rompo el beso y retrocedo maldiciendo, levanto la mirada viéndola aturdida y con los labios rojos, Charlize tiene la piel tan clara que cuando el calor cubre mis mejillas es tan notorio como sus labios rojos sin necesidad de maquillaje y que ahora estan asi solo por besarla. 

Vuelven a golpear la puerta y ninguno responde, recojo la bata y se la entrego, no sabe que decir y no me interesa una platica ahora, me dirijo a la puerta y la mujer detrás de ella  retrocede al verme abrir y enseguida empieza a disculparse.

—Mi lord, lamento la interrupción, no quise...

No me quedo a escuchar y me retiro.

Charlize:

—Lamento haber interrumpido, lady Charlize.—Se disculpa Jocelin mientras me cubro con la bata.—No quise.

—Esta bien.—Menciono sonrojada y sonrio despacio.

Los ojos de mi doncella se abren mucho.

—¿Descubrió que no le es indiferente al lord?

Me llevo los dedos a los labios, sintiendo el calor en ellos.

Si...

—El me beso.

(***)

El segundo día en el barco avanza rapido, tal vez porque descanse hasta media mañana.

He subido a la cubierta a ver como se pone el sol, que es lo más hermoso que veo desde que llegue al barco, el mar sigue calmado y Jocelin sigue con vómitos, aunque no como ayer, al menos lo tolera un poco y ahora mismo esta en la cocina bebiendo del te que Demi le preparó.

Corre viento y subo el chal color rojo que combina con mi vestido del mismo color, aunque con un tono más bajo, también llevo guantes hasta los codos.

—¿Frio?—Me giro al oír a Jerome, quien tiene un aperitivo en las manos. —Un postre, te lo envia Demi.

—¿Una tarta con crema?

Realmente se esfuerza como ella lo dijo.

Acepto el presente y como un pedazo.

—Gracias.

Sonrio cuando finge una reverencia antes de retirarse y mi mirada se ubica en la cabina del capitán, la luz se ha encendido al igual que el calor en mis labios por ese beso. 

(***)

Los chicos de la tripulación ingresan al comedor y se ubican sobre la mesa tras la campanada, empujando a Jocelin, aunque termina en el filo de este, Demi golpea nuevamente con el cucharon sobre la mesa.

—¿No han olvidado algo?—Señala hacia mi y todos me voltean a ver, las mejillas se me acaloran y levanto ambas manos.

—En realidad estoy llena con el postre.—Aseguro.

—Bueno.—Escucho a uno de los chicos y empiezan a repartirse la comida.

Demi rueda los ojos y me alcanza un plato.

—No, realmente...

—Es para el capitán.—Me interrumpe y mis ojos se abren mucho.—Imagine que la capitana deseaba llevárselo de nuevo.

(***)

—¿Otra vez?—Megan mira el plato que llevo, pero esta vez no dejo que me lo arrebate.

Retrocedo y ella sonríe.

—Megan.

Detrás de ella aparece lord Dorian saliendo de la cabina, Jared vuelve a timón evitando problemas y los ojos de su capitán se ponen sobre el plato cubierto que llevo para luego subir los ojos a mi rostro.

—Déjala.—Pronuncia mirándome, Megan sonríe y pasa de largo bajando las escaleras hacia la cubierta.

Observo a lord Dorian, quien hace un gesto de que lo siga, estoy nerviosa, no lo voy a negar, pero aun asi ingreso a la cabina.

Sostengo más fuerte el plato cuando el golpe tras cerrar la puerta me sobresalta, me giro hacia el, esta apoyado contra la puerta de donde se aparta para venir en mi dirección.

—Déjalo ahi.

 Observo su mesa de trabajo, hay muchos papeles.

—¿Donde...

—Solo mueve las cosas, Charlize.

Trago saliva y recojo los papeles con una mano mientras con la otra sostengo el plato de comida, cuando logro hacer un espacio lo coloco encima.

Me vuelvo hacia lord Dorian, se acerca a tomar la silla y yo me muevo decidida a irme, pero me sujeta del brazo y mi mirada enseguida va al lugar para luego subir a sus ojos.

—Quédate.—No es una orden, su voz es demasiado calmada para serlo o al menos es la idea que tengo tras conocerlo.

Mi corazón se acelera.

Tal vez aun puedo... lograr ser feliz a su lado.