5
Charlize:
Me sobresalto con el grito que se escucha por la cubierta y mi mirada se detiene en el techo, mi cuerpo vuelve a sobresaltarse cuando siento que bajo mis pies algo empieza a mover y enseguida me dirijo hacia la ventana, viendo como nos alejamos del puerto.
—¡Lady Charlize!—Mi doncella empieza a golpear la puerta y me apresuro en abrir, ella se relaja al verme.—¿Se encuentra bien? El barco empezó a moverse y...
—Estoy bien.
Ella me mira vestido que llevo y que cambie por uno celeste.
—¿Sucedió algo con su vestuario?—Pregunta preocupada y niego.
—Quise algo más cómodo, no creo que usar un vestido de baile sea lo apropiado.
—Tiene razón.
—¡Hey!
Miro detrás de ella y veo bajar las escaleras al hombre que nos recibió, sonríe al verme y se detiene junto a Jocelin, quien se hace a un lado incomoda.
Cole se recarga en la puerta y mueve el mentón en mi dirección.—¿Lista para conocer a la tripulación, capitana?
(***)
—¡Toda la tripulación a cubierta!—Grita Cole mientras camina detrás de mi y yo piso el primer escalón que me dirige a la cubierta.
—¿Es que van a gritar asi todo el tiempo?—Se queja Jocelin.
—Si, solemos hacer eso.—Contesta Cole sin rodeos.
Levanto mi vestido, pero es inútil, se embarra con el agua que se resbala por la cubierta, por todos los caminos del barco en realidad.
Me falta un escalón y resbalo.
—¡Lady Charlize!—Grita mi doncella.
—Y como dije también es contagioso gritar.—Prosigue Cole ganándose una mirada furiosa de mi doncella, quien se apresura en ayudarme, pero una mano se extiende delante de mi.
Levanto la mirada y encuentro a un hombre vestido muy similar a Cole, aunque la ropa la trae limpia y emana un olor a tierra, tiene el cabello marrón al igual que los ojos y es de contextura delgada.
—Permítame, Lady Charlize.
—Gracias.—Acepto su mano y me ayuda a subir, me sacudo los pies y al levantar la mirada veo una enorme fila en el centro con seis tripulantes.
Jocelin llega y Cole también.
—Déjeme presentarle a nuestro cartógrafo Walter.—Menciona al hombre que acaba de llegar y este hace un gesto con la mano.—Notaras que siempre esta limpio, es porque prefiere pasar sus horas en el camarote.
—Trazo rutas, idiota.—Le contesta Walter.
—Sigamos con la presentaciones, por aqui, porfavor.—Pide que lo sigamos y eso hago.
Se detiene frente a un joven, el menor aqui de no ser por ese niño que trata de no mirarme, pero igual lo hace.
—Uriel.—Me lo presenta.—El es nuestro doctor a bordo.
—Curare cualquier herida que lady Charlize llegue a tener y daré lo mejor de mi para mantener su salud.
Sonrio despacio.—Gracias.
—¿Heridas?—Inquiere una voz nueva.—Asi como subio asi debe quedar o el capitán nos lanzara por la borda.
Cole se vuelve hacia mi.—Y el sabio lleno de razón es nuestro contramaestre Jerome.
El hombre se baja el sombrero cuando llego hasta el.
—Es un placer tenerla aqui, mi señora.
Señora...
Agradezco y me vuelvo hacia el niño al lado de el.
—¿Y aqui a quien tenemos?
—No me hable como si fuera un niño.—Gruñe el pequeño.
Alzo las cejas y el hombre a su lado le da un golpe en la cabeza, me llevo la mano a la boca sorprendida, Jocelin se ríe a mi lado.
—Es la capitana, frederick.
—¡No y no la acepto!—Sus ojos se llenan de lagrimas por el golpe y echa a correr.
—¡Este mocoso...
No se ni que decir.
Me giro hacia el hombre que lo golpeo, lleva un violín en las manos.
—Y el es...
—El arte en persona.—Contesta el hombre de cabello negro y todos sueltan un bufido, Jocelin vuelve a reír.
—Nuestro presumido musico Jim.—Me aclara Cole.
—¿Algo de música para celebrar la llegada de la capitana?
Sonrio.—Me encantari-
—Ahora no, la capitana debe tener hambre ¿No es asi?—Reconozco la voz de otra mujer, quien sonríe al verme. De cabello rojizo y lleva un mandil hacia adelante, debe ser...
—Demi, nuestra cocinera.—Me presenta Cole.—Nadie cocina más delicioso que Demi ¿No es asi, tripulación?
—¡Asi es!
—¡Te amamos, Demi!
Sonrio.
—Ya cállense.—Ordena ella y pone su atención sobre mi.—Tal vez mi sazón no sea tan grandiosa como la cocina en su hogar, capitana, pero hare todo lo posible para satisfacer su paladar.
—¿Más delicioso de lo que ya es?
—Ya quiero probarlo.
Oigo a todos y me acerco a Cole.
—¿Por qué todos me llaman capitana?
—Porque es la pareja de nuestro capitán.
Trago saliva, quiero preguntar por el y...
—Ese de allá.—Señala y me giro al ver al hombre en el timón, quien me saluda y detrás de el observo en una cabina pequeña el perfil de su capitán.—Es nuestro timonel Jared y como veras no puede dejar su puesto, una disculpa por eso, Capitana.
Cole se gira hacia mi.
—Ya tuviste el placer de conocer a Megan y ahora mismo se encuentra con nuestro capitán en el camerino de la cubierta. —Prosigue señala el lugar que mire.—Aqui cumplimos tareas especificas, pero al final nos ayudamos entre todos.
—Yo...
—No, claro que no. —Me corrige.
—¡Hey, Cole!—Le grita Jim.—¡Aun falta que conozca a un miembro de la tripulación!
—¿Un miembro más?—Pregunto confundida.
Cole sonríe, camina retrocediendo hasta el borde y coloca las manos sobre este.
—Capitana, ante usted...—Hace un reverencia sin soltar la borda y me hace reír.—"El Mastín del diablo"
El barco...
—Tiene nombre.
—¿Por qué no lo tendría?
—Y un nombre muy...—Jocelin niega.—De pronto sentí escalofríos.
—Es un buen nombre para un barco pirata, Jocelin.—Creo que se le olvido y aveces quisiera que a mi también.
Suspiro.
—¿Cómo es que pudimos partir si son piratas?—Y aun estoy confundida como es que siguen existiendo cuando ya los corsarios han tomado gran parte de los mares.
—Tenemos permiso.—Contesta el contramaestre.
—Aunque la bandera si lo complica.—Esta vez habla Jim, el musico.
—¿No hay nadie cerca, verdad?—Cole encoge los hombros y Jerome se dirige al asta, los miembros de la tripulación levantan sus brazos.
—¡Levanten esa bandera!
Alzo mi vista y veo como la bandera negra con la calavera dibujada se extiende en medio del barco hondeando con fuerza.
(***)
Jocelin vuelve a vomitar asomándose al borde y le ofrecen un pañuelo, aunque ella asegura que esta bien, me encuentro en el otro extremo y veo nuevamente como otra porción de vomito esta por salir de su boca.
—Su doncella no parece tolerar el viaje.—Comenta Jim el musico, acercándose.
—Ahora mismo debe odiar acompañarme.—Sonrio despacio.
—Al contrario de usted.—Sigue.—Se acopla muy bien al barco.
Respiro profundo.
—Antes dijeron que tienen permiso de viajar.
—Lo tenemos.—Interviene Cole.—El capitán mantiene arreglos con corsarios y negocia con estados, se nos permitió viajar siempre y cuando no alcemos nuestra bandera.
—Pero rompen esa regla.—Digo mirando la insignia pirata. —¿Tampoco a los barcos marinos les molesta que un tal Mastín del diablo navegue por las aguas?
—Nadie puede quitarnos el nombre del barco y la bandera se mantendrá en lo alto cada vez que se pueda.
—¿No es mejor no ponerla?
—Es tentador ponerla.—Contesta Jim.
Cole sonríe.—¿Qué es una tripulación pirata sin una bandera? La bandera es nuestro símbolo.
Trago saliva.
—¿Los... baños aqui..—Me sonrojo nerviosa.
Ellos ríen.
—Aqui nos bañamos cada vez que tocamos puerto.
¿Qué?
—¡Miren su rostro!
Los dos echan a reír.
—Algunos si usan los baños cada vez que se les antoja, Megan por ejemplo y el capitán.—Aclara Cole.—Te acostumbraras al aroma, además hay otros olores peores.
—¿Otros olores?
—Roedores muertos.
Abro mucho los ojos.—¿Hay ratas?
Se ríe.
—Si tienes suerte en una semana perderás todo el olfato y te dará igual.
Los dos carcajean.
—¿Es broma o ...?
—No es broma.
Dios mío
—¿Hay baño o no?
—¡Hey, Uriel!—Cole llama al doctor, quien se acerca con una lampara.—Muéstrale a la capitana los baños.
Uriel me pide seguirlo y me levanto, no molesto a Jocelin porque sigue concentrada vomitando.
—¡No demore, la cena ya estará lista muy pronto!
Aun los escucho reír cuando estoy lejos.
(***)
Alisto mis cosas de limpieza en mi bolso, jabón para empezar y sigo los pasos de Uriel, quien me indica el camino y al llegar un piso más abajo veo una sola letrina con un conducto que no se ha donde va y me da miedo preguntar, me giro hacia el.
—Calma, se instalo para usted, es nuevo.
—¿Qué?
—Nadie más lo ha usado.—Aclara.
—¿Y ustedes donde?—Hago una pausa.—No quiero saberlo.
Uriel sonríe.—Si, no quiere.
Dios mío...
—Tenemos letrinas.
—Dije que no queria.. —Suspiro.—¿Me dejas la lampara?
Me la entrega y se retira.
—Grite por cualquier cosa.
—¿Por qué gritaría?
Las cucarachas en la pared por ejemplo y es lo que me hace gritar.
(***)
No quiero volver a usar ese baño jamás y lo peor es que lo volveré a usar, me enjuago las manos con el agua que esta recolectada dentro de un recipiente y al acabar salgo.
No, prácticamente huyo.
Llevo la lampara conmigo y me voy directo al camarote donde estan mis cosas, sin embargo antes de cruzar la habitación escucho las voces dentro.
—Es una princesa, Dorian ¿Cómo se te ocurre?
—No es una princesa, solo es una noble que quedo involucrada en esto.—Es el.
—Eso no importa, sabes a lo que me refiero.—Responde Megan.—Esa niña no sobrevivirá a tu lado, no es para esta vida y solo basta verla para saberlo.
—Estas hablando de mi mujer, Megan.
—No, Dorian, estoy hablando de una persona que no podrá con esto, ni contigo.
—No finjas que te preocupa.
—Tienes razón, no me preocupa, solo no quiero cargos de conciencia.
Ambos callan y ella vuelve a hablar.
—Solo... abandónala en el primer puerto o enviémosle de regreso con alguna embarcación marina. Yo estoy segura que ella lo agradecerá también.
Ella suspira.
—A la larga traerá problemas y lo sabes.
Lord Dorian no agrega nada y me siento más decepcionada que antes.
—¿Qué pasó exactamente? No has querido entrar a detalles desde que llegaste, creí que habias elegido a la hermana, esta niña no...
—Es lo que hay.—Responde y una presión hace doler mi pecho.
Los ojos me arden.
—Es lo que hay y lo tome.
"Es lo que hay"
Eso es lo que he sido y seré para el.
Dorian sigue sin aceptar a Charlize.... ya veremos más adelante.
Nos leemos.
>>Yiemir.
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