Capítulo 6-a
El grito que ella suponía Vergil estaba esperando nunca llegó, ya que se sintió paralizada por el asombro y temor que él provocó en su corazón. Todavía estaba parado frente a ella con los mismos pantalones de pijama grises, pero el resto de él era casi irreconocible.
Su piel era negra como la noche, el cabello blanco que ella adoraba era más largo, casi llegando a su cintura, y dos cuernos en espiral, tan negros como su piel, emergían en diagonal de su frente. Energía azul chisporroteaba a su alrededor como si el aire mismo estuviera cargado con demasiada electricidad y creara pequeñas explosiones cada vez que las chispas chocaban entre sí.
Esta debe ser la razón por la que quería que me quedara en la cama... Es hermoso y aterrador.
-¿Mina? -Dio un paso adelante pero se detuvo cuando los hermosos ojos grises de ella se agrandaron con miedo y su respiración se aceleró-. Esto no está funcionando.
Su sexy demonio la miró con una expresión en blanco y regresó a su forma humana tan rápido que el cerebro de Mina apenas tuvo tiempo de registrar el cambio. Sus labios se separaron un poco como si estuvieran ansiosos por decir algo, pero los apretó, le dio la espalda y se alejó de ella.
-¡Vergil, espera! -llamó Mina, interceptándolo antes de que llegara a la puerta-. Lo siento. Podemos intentar esto de nuevo.
-No.
-¿Por qué?
-Porque tienes miedo de lo que soy y... no quiero verte temerme de nuevo.
-Entonces ayúdame a vencer mi miedo -Ella le rodeó la cintura y miró sus intensos ojos azules-. ¿No es eso lo que debe hacer un buen marido?
Vergil podía sentir la intensidad de sus palabras y leer la determinación en su mente. Su hermosa y delicada paloma realmente quería que su estúpido matrimonio funcionara. Lo llenaba de... ¿felicidad? ¡Sí! Le llenaba de felicidad que ella quisiera que su matrimonio funcionara a pesar de todo. Pero... ¿qué pasaría si algún día ella supiera la verdad detrás de todo? ¿Qué le sucedería a él?
Sería mejor no darle cabeza a posibilidades futuras. ¡Sólo disfruta del momento mientras dure!
-Prefiero el título de marido travieso en su lugar -susurró él antes de tomar sus labios como una bestia hambrienta.
Sus manos la agarraron de la cintura y la apretaron contra él mientras su boca la hechizaba. Ella gimió cuando la lengua de él se deslizó más allá de sus labios, acariciando la de ella de una manera desesperada. Aquellas delicadas manos se deslizaron por su pecho, sobre sus hombros y alrededor de su cuello hasta que los hábiles dedos se enredaron entre las cortas hebras de la parte posterior de su cabeza. Vergil gruñó bajo, frotándose contra ella y deslizando sus manos bajo el dobladillo del corto camisón.
-Esto se siente tan bien, pero... debemos detenernos, mi hambriento diablo -susurró Mina entre bocanadas de aire cuando Vergil soltó sus labios para que pudiera respirar.
-¿Por qué? -Su pregunta sonaba como un gruñido torturado.
-Porque la próxima vez que hagamos el amor quiero poder aceptar a tu verdadero yo; Ojos rojos, cuernos y garras.
Él la besó con fervor de nuevo, su lengua ahondó todo lo posible dentro de su boca, pero la soltó con la misma brusquedad que usó cuando comenzó el beso, miró su irises grises y suspiró.
-Vístete.
-¿Vamos a alguna parte?
Otro aliento tembloroso se le escapó al demonio.
-Necesitamos salir de esta habitación o te tomaré, aunque deba obligarte.
-O-ok -Su voz tembló antes de tomar su equipaje y encerrarse en el baño. ¡Como si una puerta pudiera aguantar a un demonio!
Salió unos minutos después, vestida con unos ajustados jeans, botas al tobillo y una blusa negra de un solo hombro con la imagen dorada de un tigre. Su adorable esposo ya estaba vestido y paseando por la habitación como un animal enjaulado.
Vergil se detuvo en el momento en que ella apareció y devoró su belleza como un hombre hambriento. Esos vaqueros que se apretaban alrededor de sus caderas le hacían hervir la sangre por saborear un poco de la piel que cubrían, sin embargo, él sólo tomó unas cuantas bocanadas de aire y le ofreció su mano para alejarla de la zona de peligro.
-¿Sentiste eso? -le preguntó una mujer en un traje de cuero negro a su compañero cuando percibieron una ola de energía oscura alcanzarlos. Su objetivo se había transformado, dándoles su ubicación sin saberlo-. Parece que no necesitaremos el sacrificio para encontrarlo -dijo ella con una sonrisa mientras soltaba a la niña que estaban a punto de matar y le dijo que desapareciera de su vista-. Quiero ser la primera en atacarlo.
-Cálmate, Alecto. Recuerda que no buscamos a tu hermanito, sino a su esposa mortal.
-De cualquier manera, tendremos que matarlo para llegar a ella -respondió la mujer con enojo. Odiaba cuando él se refería al mestizo bastardo de su padre como su hermano.
-Esa urgencia de matar a tu hermano... -El hombre suspiró-. ¿Podría ser que estás culpando a Vergil por la falta de atención que Hades muestra hacia tus hermanas y tú?
-¡Hijo de puta! -Gritó ella antes de lanzarse hacia él con sus colmillos descubiertos.
Manifestando una larga guadaña a sus manos, el hombre encapuchado se movió tan rápido que el borde de su arma se detuvo a meros centímetros del cuello de Alecto.
-Olvidas quién soy, Furia. Atácame de nuevo y ni siquiera tu padre, el todopoderoso Hades, te salvará de mi guadaña -Él la soltó y se alejó-. Ahora, ve a buscar a Cerberus; Egipto nos espera.
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N/A: Por fin, ahora podré dedicarme a traducir esta novela y terminarla. Espero que este pedacito les guste y no se olviden de votar y comentar ;) Besos desde Puerto Rico 😘😘
El retrato al principio del capítulo fue hecho por z_Taki. Adoro como se ve mi hermoso hijo demoníaco 😍😍.
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