Capítulo 12-a
«Mantente a salvo, mi amor».
Las palabras de Vergil tocaron una parte de su alma. Él había venido a salvarla, incluso cuando todavía estaba enojado, y eso significaba el mundo para ella. En el momento en que su vida estuvo en peligro, una vez más se convirtió en el marido dulce y cariñoso por el que ella se enamoró.
Era una locura amarlo tanto cuando ella apenas lo conocía, pero después de ver cómo arriesgaba su vida para protegerla, ya no podía negar sus sentimientos. «Oh, querida, te abstuviste de ceder ante tus sentimientos por una causa perdida. Tu alma nunca pertenecerá al Dios Único, estás destinada a vagar por el Inframundo griego por la eternidad ». Las lágrimas corrían por su rostro ante la verdad en las palabras de Tánatos. Había tenido razón en una cosa. Debería haber abierto su corazón a su príncipe demonio y aceptarlo por lo que era sin preocuparse por condenar su alma. Después de todo, ¿no se suponía que esta vida debía compartirse con la única persona que sacudía el suelo bajo tus pies con solo una mirada? Vergil era esa persona para ella y ahora, por sus miedos estúpidos, podía perderlo para siempre sin confesarle sus sentimientos.
Mina se detuvo en medio de unos arbustos y miró hacia atrás, a la mansión de Lady, deseando volver y confesarle a su esposo que lo amaba, cuando vio una sombra que pasar a su lado. Los pelos en la parte posterior de su cabeza se erizaron y sintió que un aura oscura la rodeaba. Los gruñidos provinieron de detrás de los arbustos, recordándole la pesadilla que tuvo en el hotel.
—Puedes sobrevivir a esto, Mina —murmuró para sí misma, cerrando los ojos para reforzar su resolución—. No dejes que tus miedos nublen tu mente —Abrió sus orbes grises sintiendo un extraño pero reconfortante calor fluyendo por sus venas y corrió hacia el este. Escapar de los terrenos de la mansión a través de cualquiera de los lados era su única opción, ya que, al ir a los portones principales, los guardias le harían demasiadas preguntas y la cerca frontal de ladrillo era demasiado alta para que ella pudiera trepar. Su única esperanza radicaba en la posibilidad de encontrar una cerca más baja a lo largo del jardín oriental.
Corrió, esquivando arbustos, palmeras y otras plantas que no se detuvo a identificar, hasta que vio la pared color vino entre las ramas de un árbol de acacia. Los ladridos detrás de ella se hicieron más fuertes cuando se acercó al muro de ladrillo. Casi se sentía como si la maldita bestia estuviera respirando sobre la parte posterior de su cuello, atormentando su comida antes de comérsela.
Rezando a Dios y a los ángeles en busca de ayuda, la pelicastaña utilizó su impulso para saltar y agarrarse al borde de la pared, un pie por encima de su cabeza. Luego levantó su cuerpo hacia arriba, apoyó una pierna sobre la pared, antes de sentarse en la parte superior, y luego saltó a la acera de abajo. Aterrizando en piernas tambaleantes, se tomó un minuto para recuperarse y corrió de nuevo. Rápidamente miró hacia atrás para asegurarse de que la amenaza se había dejado atrás sólo para presenciar cómo la bestia que la seguía atravesaba la pared de ladrillo como una especie de horrible fantasma. Tres bocas llenas de dientes afilados, tres pares de ojos rojo sangre y pelaje blanco fantasmal la saludaron, haciéndola temblar y casi caer al suelo.
Mother fucker! ¡Estoy muerta! ¡Esa cosa es Cerberus!
Sus piernas amenazaron con lanzarla al suelo, pero se impulsó hacia adelante y siguió corriendo sin rumbo por una calle llena de restaurantes elegantes y boutiques de lujo. Lamentablemente no importaba a dónde se dirigiera, el perro, tan alto como un caballo, perseguía sus talones, ladrando y gruñendo. Los peatones que los rodeaban no parecían notar a la bestia mas por algún espantoso milagro del destino ella sí podía; y eso solo empeoraba su situación pues nadie ayudaría a una mujer que corría como desquiciada por las calles.
Mina dobló una esquina y se estrelló contra un joven que comenzó a gritarle lo que ella pensaba eran insultos en árabe. Se puso de pie y murmuró una disculpa sin embargo, el hombre la agarró por el brazo y siguió gritando a sus cosas que ella no entendía en absoluto.
—Por favor, ya dije que lo sentía —Su usual mal genio no estaban por ninguna parte. Tal vez el miedo y la adrenalina le estaban adormeciendo el cerebro.
Una aura oscura se apoderó de su corazón otra vez, haciéndola mirar por encima del hombro. Vio a la bestia aparecer en la acera de concreto, con los ojos en llamas y las fosas nasales extendidas en una muy buena imitación de un toro español. ¿Por qué ella seguía presenciando al maldito perro del infierno haciendo cosas espeluznantes? Ahora las pesadillas nunca la dejarían descansar.
El hombre la dejó ir de inmediato y comenzó a correr por donde vino, gritando "diablo" a todo pulmón. En ese momento Cerberus abrió sus tres bocas y las llamas salieron de ellas para incinerarla. Cerró los ojos y esperó a que su carne comenzara a arder, pero las llamas nunca tocaron su piel. Lo que la tocó en cambio fueron los dedos fantasmales de su madre.
Los ojos de Mina se abrieron y vio, claro como el día, el cuerpo transparente de su madre absorbiendo el fuego de Cerberus, convirtiéndolo en parte de su forma incorpórea. Pero justo cuando Marina se preparaba para devolver las llamas a su dueño, la bestia infernal saltó sobre ella y la mordió.
—Mommy!
—¡Corre! ¡Solo corre, my child! —gritó su madre mientras la criatura le arrancaba pedazos de ectoplasma—. Get out of here, Mina! Now!
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N/A: Por aquí abajo les dejo las traducciones de las frases o palabras en inglés de este capítulo. Mañana sin falta tendrán la otra parte.
1- mommy= mami
2- my child= mi niña
3- Get out of here, Mina! Now!= ¡Vete de aquí, Mina! ¡Ahora!
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