La habitación del tiempo

—¿Luan? —llamaba a su hermana. —¿Dónde te metiste? —Miraba a todas partes.

Al parecer no había rastro alguno de su hermana ex comediante.

—¡Rayos! —Gritó con furia. Luego le dio un puñetazo a una pared. Le hubiera dolido a cualquiera pero no a ella.

Tenía los nudillos muy fuertes y duros, todo gracias a los constantes puñetazos que le daba al árbol de su patio.

Siguió buscando a su hermana por todas partes. Debía encontrarla y pronto. Qué aunque se llevarán mal, debían estar unidas en esta misión de rescate. Qué aunque no es un rescate verdadero, es lo único que pueden hacer para traer a su hermano de vuelta a casa.

Luego verían como le harían para disculparse con él.

Un rato después.

Lynn salía del baño de damas. Por suerte pudo encontrar uno y descargar todo lo que tenía en su interior para así continuar con la búsqueda de su hermana mayor.

—¿¡Luan!? ¿¡Dónde demonios estás!? —Gritó con todas sus fuerzas intentando que su hermana la escuchará pero nada. Luan parecía haberse esfumado.

Esto era ridículo. Lo único que recordaba era que se adelantó un par de centímetros de Luan y cuándo volteó a ver hacia atrás, ella ya no estaba.

—Esto es ridículo —mascullo la ex deportista.

Siguió buscando y buscando pero no encontraba nada, ni siquiera una puerta.

—¿Uh? —Vio una extraña puerta a una par de metros de su posición. Era un poco extraña. Era de color dorado y tenía dibujados muchos relojes de arena que aunque fueran simples dibujos, se podía ver que la arena caía.

A Lynn no le importó. Simplemente tomó la perilla de la puerta y...

—¡AAAAAAAHHHH! —Gritó al ser succionada por la puerta esa. Su gritó se escuchó distante y cuándo se dejó de escuchar. La puerta se volvió a cerrar por si sola.

Una risa se escuchó por todas partes, parecía ser estrepitosa y muy divertida.

—¡Cof! ¡Cof! —Tosió Lidy. Seguramente se ahogó con algo. —¡Ay! Creo que me trague un insecto. —Hizo una mueca de asco. Miró por última vez la puerta por donde se había ido Lynn. Soltó una leve risa y se fue al baño de damas para lavarse un poco. —Las piezas están en el tablero jajajaja.

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—No... No... No, yo no quería... S-solo era una niña estúpida que no aceptaba las derrotas... —Lynn estaba inconsciente y también hablaba dormida. —¡NOOOOOO! —Se levantó de golpe. Tenía la respiración sumamente agitada. Tanto que le empezó a doler el pecho.

Volvió a recostarse en su cama. En verdad esa pesadilla había sido horrible. Le dolía hasta la cabeza, por lo que lo mejor sería ir al baño y tomar un par de aspirinas.

—¿Una pesadilla? —Preguntó Lucy desde su ataúd.

Lynn solo asintió y sin decirle nada más. Se fue al baño, en verdad le dolía la cabeza. Solo esperaba que Luan estuviera bien. El asilo parecía ser un lugar de locos, con cosas locas, escritas por un loco y cosas así.

Tomó dos aspirinas y enseguida se lavó la cara. Se miró al espejo por un momento. No se veía tan mal. Su cola de caballo estaba un poco despeinada, pero no era nada que pudiera arreglar con sus dedos y un buen nudo a su liga del cabello.

Después de arreglar su cabello, se acomodo su camisa roja con el numero uno, luego sus short rojos y por último sus zapatos de soccer. No tenía nada fuera de su lugar.

Pero sentía que algo andaba muy mal. Tal ves...

—Haaaaah —sacó su lengua frente al espejo y después de examinarla un poco. —No, no hay nada fuera de lugar...

Iba a seguir indagando, pero...

—¡CHICAAAASSSS! —Se escuchó un fuerte grito que provenía desde la planta baja.

Lynn gruñó.

—Lori... —Con el ceño fruncido salió del baño y fue a ver que demonios quería esa traidora y cobarde.

Al llegar vio a todas sus hermanas reunidas en la sala. Al parecer la mayor tenía algo importante que decir.

—¿Qué sucede hermana? —Preguntó Luna con algo de preocupación.

—Si, cuenta cuenta pero no números, ¡Jajaja! ¿Entiendes? —Dijo Luan.

Varias soltaron un suspiro por el mal chiste de Luan. Lynn por su parte soltó un suspiro de alivio al ver que Luan estaba bien.

Se le acercó para preguntarle donde mierdas andaba, pero Lori gritó...

—¡Miren lo que Lincoln subió a internet! —Les mostró su celular.

Lynn rodó los ojos y se puso a mirar lo que Lori mostraba. Todas miraban atentamente un vídeo en donde todas ellas eran víctimas de sucesos vergonzosos.

—¡Oh rayos! —Dijo Luna con un sonrojo al ver que en el vídeo sufría un accidente en donde sus pantalones eran rotos.

—Eso fue un accidente —se defendió Lisa al ver que chocó contra una pared mientras revisaba algo en un portapapeles.

—¡N-no es lo que parecen! —Lucy sonó como una niña fresa pero al instante se dio cuenta de lo que dijo y se calmo. —Digo... Suspiro... Edwin y yo ya no tenemos privacidad. —Bajo la cabeza.

—¡JAJAJAJA PERO QUÉ IDIOTA ES ESA RUBIA DE LENTES DE SOL Y VESTIDO VERDE! —Reía Leni a carcajadas al ver que una chica idéntica a ella chocaba contra la pared.

—Mi vida social esta arruinada —se quejo Lola.

—Meh, no le veo problema —Lana dijo sin importancia.

—¡Jajaja! ¡Ese si que es muy buen material! —A Luan le daba más risa que enojo.

—Poo-Poo —dijo Lily sin saber lo que pasaba.

—¡Y esa no fui yo, fue... Fue... La alfombra! —Se defendió Lori.

Todas ellas estaban quejándose de un rato para otro, pero había una que estaba paralizada y no fue por ver en el video el accidente que tuvo en esa piscina llena de soda.

Si no que era por otra cosa.

Lynn estaba sin habla y con los ojos abiertos como platos. Su quijada casi llegaba al suelo. No podía creer que había vuelto a ese día, el día en el que todo empezó.

¿Pero... Cómo?

En ese momento le llegó a la mente esa puerta extraña con relojes. Seguramente era una habitación del tiempo. Pero, ¿Y si todo esto era un sueño?

Sacudió la cabeza un poco y lentamente se pellizco el brazo.

En ese momento tenía ganas de llorar. No sólo por que le dolió, si no por que el destino le daba otra oportunidad.

Lana estaba viva, Lucy aun no la había matado y Luan estaba aquí con ella y lo más probable era que Lincoln aún no había sufrido esa tortura que sufrió esa noche. Si en verdad estaba de vuelta en el pasado, debía evitar que todo ocurriera de nuevo.

Se miró su cuerpo y vio que tenía nuevamente su anatomía de trece. Quería saltar de la emoción pero debía actuar de forma madura. Tal vez tenía trece pero ahora tenía más experiencia.

—¿Lynn, no vas a decir nada? —Preguntó Lori con enojo.

Todas veían a la deportista muy callada con la mirada perdida hacía el frente.

—Déjenla, en cualquier momento estallara en rabia, ya saben cómo es ella —dijo Luna con enojo.

Lynn las volteó a ver. Lentamente se acercó a Lori y sin previo aviso.

–¡Oye! —Se quejó Lori al momento en que Lynn le arrebató su celular. —¡Lynn dame eso!

Lynn ignoró la orden de su hermana mayor y simplemente se sentó en el sofá de la sala con el celular de Lori.

Volvió a reproducir el vídeo y...

—¡Jajajaja! ¡Es lo más gracioso que eh visto en mi vida! —Empezó a reír a carcajadas.

Las demás quedaron con la boca abierta por lo que Lynn acababa de decir.

—¿¡Estas bromeando!? —Lori se le acercó y le arrebató su celular.

—¡Oye aún no llegaba a la mejor parte chica gaseosa! ¡Jajajaja! —Se burló Lynn.

Lori se puso roja de rabia y tomó del cuello de la camisa a Lynn.

—¡Repite eso! —La retó Lori.

Lynn la miró desafiante y acercó su rostro al de su hermana mayor.

—Chiiiiiicaaaaaa ¡Gaseosa! ¡Jajajaja! —Empezó a reír en la cara de su hermana.

Lori no sabia que hacer en este punto. Lynn solamente uso sus brazos para liberarse del débil agarré de su hermana menor, sabía de primera mano que Lori era nada más y nada menos que una débil cobarde traidora. Por lo que no haría nada en su contra y ella se encargaría de que no le hiciera nada a Lincoln.

En esos momentos puso total atención a las voces que se escuchaban atrás de la puerta.

Por un momento su respiración se volvió muy difícil de realizar. Hace mucho que no escuchaba la voz de su hermano menor.

—Calma Lynn... Calma, actúa normal... —Se dijo a si misma.

—¿A quién le hablas? —Preguntó Luna a su lado.

Lynn la miró con enojo y decidió ignorarla.

La puerta se abrió en ese instante y el tiempo pareció detenerse por mucho tiempo. Su hermano, su queridisimo hermano entró por la puerta acompañado de Clyde. Pero el segundo no interesaba.

—H-hola chicas... —Lincoln se escuchaba temeroso.

Lynn volteó a ver la causa y enseguida vio que Lori y las demás lo miraban con enojo. Pero la mayor de todas, la disque hermana responsable con licencia de conducir, la que debía ser el ejemplo. Estaba demostrando que le importaba más su popularidad en la escuela que el bienestar de su propia familia. Ya que le mostraba el celular a Lincoln mientras lo miraba con enojo.

Por lo que la nueva y mejorada Lynn Loud Jr. Sería más madura y la mejor hermana del universo.

—¿Me puedes explicar que es esto? —Lo interrogó Lori.

—P-puedo explicarlo... —Intentó defenderse Lincoln pero Lynn lo interrumpió.

—¡Claro que tienes que explicarlo! —Lynn se le acercó de forma amenazante. Lincoln se encogió en su sitio y sus hermanas celebraron. Esperaban que la deportista lo hiciera papilla. —¿¡Por qué nunca me dijiste que eras tan bueno editando vídeos tan graciosos!? ¡Eso jamás te lo perdonaré! —Dijo Lynn con una sonrisa y casi al borde de la risa.

—¿¡QUEEEEEEEE!? —Gritaron Lincoln, las hermanas y Clyde.

—¿N-no estas enojada? —Preguntó Lincoln con miedo.

Lynn le hizo una llave de lucha en el cuello pero con poca fuerza y empezó a tallarle la cabeza con su nudillo pero también sin poner mucha fuerza.

—¡Claro que estoy muy molesta! Pero solo por que no me enseñaste el video antes de subirlo —bromeó ella y siguió molestando a su hermano.

—Au, au, au, au... Me rindo —pidió Lincoln.

Lynn lo soltó y lo hizo pasar adentro de la casa. Clyde iba a decir algo pero Lynn le cerró la puerta en la cara con su pie.

La deportista fue por algo de beber a la cocina y Lincoln la fue siguiendo. Las demás aun seguían paralizadas por el comportamiento de Lynn.

—¿Entonces, no estas molesta por que te humille en el video? —Preguntó Lincoln a su hermana.

—No, en realidad ni siquiera me importa —dijo ella mientras bebía una gaseosa.

—¡Pero a mi si me importa! —Lori entró a la cocina y se veía molesta. Iba hacía Lincoln con toda la intención de hacerle daño, pero...

—¡Bolaaaaa! —Gritó Lynn y enseguida le lanzó una naranja de la mesa directo a la cara a su hermana.

—¡AAAAH! ¡Mi nariz! —Lori se quejo por el dolor.

—Lo siento —se disculpó Lynn.

—¡Te convertiré en un pretzel humano! —Lori se lanzó contra Lynn.

—¡Lucha libre! —Gritó Lynn al momento de abalanzarse contra su hermana y no tardó ni medio segundo cuando ya la tenia dominada contra el suelo. Le aplicaba un fuerte candado al cuello.

Lori no se podía mover y cuando iba a decirle algo a Lynn. La deportista le susurró en el oído.

—Escúchame estúpida, si pones a Leni o a las demás en contra de Lincoln por un simple vídeo sin importancia o si impiden que Lincoln gané ese trofeo... —apretó más fuerte el cuello de Lori. —Te haré pedazos a ti y a todas. —Amenazó Lynn.

Lori para este punto temblaba como nunca. En su vida había sido sometida de tal forma, por lo que se veía que Lynn hablaba muy en serio.

—Lynn creo que Lori no puede jugar contigo a las luchas... —Habló Lincoln.

Lynn lo volteó a ver y se relajó enseguida. Soltó a Lori y esta cayó al suelo.

—Pues supongo que jugaré a las luchas con mi contrincante favorito —Lynn lo miró con una sonrisa malvada.

—¡No, espera Lynn! ¡AAAAAAAH! —Lincoln salió corriendo hacia su habitación.

Lynn lo fue siguiendo, no sin antes voltear a ver a Lori con una mirada asesina.

Lori sintió mucho miedo y enseguida se dirigió a las demás.

—¡Chicas, ninguna le vaya a decir nada a Lincoln por lo del vídeo! ¡Mejor olvidenlo! —Dijo Lori con desesperación.

—¡Pero me hizo quedar como una tonta! —Se quejó Lola.

—¡Y a mi como una torpe! —Dijo Luna.

—¡Y a mi...! —Lucy se oía como una niña quejosa pero rápidamente cambio su tono. —Digo, Edwin esta muy avergonzado.

—¡No me importa! ¡NO LE DIRAN NADA Y PUNTO! —Gritó Lori con todas sus fuerzas.

Todas retrocedieron ante eso y no tuvieron de otra que obedecer. Lynn sonrió con alegría.

—¿Qué pasó? —Preguntó Lincoln asomando la cabeza por una esquina.

Lynn lo miró con malicia.

—Nada, solo que preparaba mi grito de batalla para poder vencerte jajajaja —corrió hasta Lincoln y este salió huyendo hacía su habitación.

Lynn tenía una sonrisa de felicidad. Ahora todo mejoraría y ella podría ser una mejor persona con sus hermanas y hermano.

Más tarde.

Lincoln se preparaba para dormir.

—Vaya, por lo visto a ninguna le importó lo del vídeo... —Se dijo a sí mismo Lincoln.

Iba a seguir hablando solo, pero unos leves golpes en la puerta lo detuvieron.

—Hola Lincoln, ¿Puedo dormir contigo esta noche? —Lynn asomó su cabeza por la puerta sin espera a que le abrieran.

—¿Lynn? ¿Qué pasó con Luc-? —No pudo terminar.

—¡Gracias Lincoln! —Lo interrumpió y enseguida entro a la habitación y se acostó en la pequeña cama.

Lincoln se puso serio y no tuvo más remedio que dormir con ella.

—Buenas noches —deseo ella.

—Buenas noches —dijo Lincoln sin mucho ánimo.

Un par de minutos después.

Lynn estaba durmiendo abrazada a Lincoln. El albino la miró fijamente por un momento hasta que no tuvo de otra que dormirse. Cuándo cerro los ojos, Lynn abrió los suyos y lo quedó viendo fijamente, sonrió con alegría y después de acomodarse más cerca de Lincoln, siguió durmiendo.

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Habían pasado unos días. Lynn caminaba de un lado a otro en la sala. Parecía estar impaciente por algo. Miraba y miraba la puerta de la entrada cómo si esperará que alguien entrará por allí.

Lincoln había intentado borrar el vídeo pero ella le prometió que lo haría pedazos si hacía eso. Ella le dijo que podría borrarlo cuándo ganará el concurso de vídeo y ni un día antes.

—¿Dónde estará? —Preguntó a la nada.

Pero su respuesta fue contestada al momento en que Lincoln entró por la puerta.

—¡Ya llegué! —Gritó Lincoln anunciando su llegada.

Lynn rápidamente se acercó a él.

—¿¡Cómo te fue!? ¿¡Ganaste!? —Preguntó ella rápidamente.

Lincoln le sonrió con tranquilidad. Su hermana se había convertido en una buena amiga en las últimos días y eso le gustaba.

Bajo su mochila al suelo y la abrió. Sacó de esta un reluciente trofeo de color dorado con forma de cámara de vídeo.

—Taraaaan —dijo Lincoln presentando el trofeo ante su hermana.

—Huuuuuuuh es muy brillante y hermoso —dijo Lynn con estrellas en los ojos mientras observaba el gran trofeo de Lincoln. —¡Felicidades Linc! —Lo felicitó para después darle un abrazó.

—Pues... Gracias Lynn —agradeció Lincoln.

Lynn lo tomó de la mano y lo jaló hasta la vitrina de trofeos.

—Rápido, ponlo en tu lugar de la vitrina de trofeos —dijo Lynn con emoción.

Lincoln puso el trofeo en su lugar y lo contemplo por un momento. Al fin había ganado algo, pero sentía que debía hacer algo más.

Un rato después.

—¿Qué haces Lincoln? —Lynn entró a la habitación del albino para ver que hacía. Últimamente estaba muy sobre protectora con su hermano. Pero, primero muerta antes que dejar que Lincoln terminará en la purga.

—Oh, hola Lynn —la saludó. —Solo borraba el vídeo que subí. En donde... Ustedes son humilladas... Jeje. —Rió con nerviosismo pero a Lynn le valió.

—Oh, eso es genial —dijo Lynn con una sonrisa. —Cuando termines, ¿Quieres practicar un poco en el patio trasero? No tengo nada que hacer hoy, ¿Qué dices? —Ya no habían ordenes, ni agresiones. Solo gentiles peticiones.

A muchos les sorprendió el cambio tan repentino de Lynn pero lo dejaron pasar. Incluso protegía a Lincoln pero no con golpes si no, con palabras.

Si, Lynn era mucho más madura de la noche a la mañana.

—Espera, ¿No tienes práctica con tus equipos? —Preguntó Lincoln con algo de dudas.

—Bah, me sacaron de todos mis equipos solo por tu bobo vídeo, ¿¡Puedes creerlo!? ¡Cómo si no hubiera más equipos que quisieran tenerme! ¡Jajajaja! —Lynn rió sola. Ya que Lincoln estaba muy sorprendido, también se sentía culpable, muy mal y cómo la peor basura del universo. —Te veo en el patio trasero por si quieres jugar. —Salió de la habitación y dejo solo a un culpable Lincoln. —Hola Lori. —Le dio un saludo rápido a su hermana, la cuál no perdió tiempo y entro a la habitación de Lincoln.

—¿Ves lo que tu pequeño error hizo? —Le reprochó muy duramente.

Lincoln bajó la cabeza y enseguida salió de su habitación. Debía disculparse y hacer algo para enmendar el error que provocó que su hermana fuera una víctima.

La rubia mayor esbozo una sonrisa. Si bien el asunto del vídeo había sido olvidado en su escuela. Eso no le quitaba la humillación que sufrió. Incluso esa mocosa de Ronnie Anne la molestaba cuando iba a visitar a Bobby.

Lynn se encontraba haciendo dominadas con el balón. Llevaba más de treinta y cinco. Hubiera hecho más. pero no pudo.

—¡Woaaah! —Se sorprendió al ser derribaba por su hermano menor. —Buena derribada Lincoln, pero no me vencerás con... —Se quedó atónita al ver que Lincoln lloraba en su pecho. —... Eso. —Terminó su oración.

—¡Lo siento! —Se disculpó él.

—¿P-por qué? ¿Qué pasó? —Preguntó ella mientras lo abrazaba también.

Lincoln la miró a los ojos, él tenía los suyos muy llorosos.

—E-es que... P-por mi culpa te sacaron de todos tus equipos... —Se disculpó entre lágrimas.

Lynn soltó un bufido con gracia.

—¡Bah! ¿En serio crees que me sacarían de mis equipos solo por un bobo vídeo en donde no aparezco ni quince segundos? —Eso hizo que el llanto de Lincoln se detuviera un poco. —¡Es obvio que no me querían allí por mi actitud violenta! Pero, en vez de llamarme la atención. ¿Qué hacen? —Lincoln negó con la cabeza. —¡Pues, me sacan de los equipos! Cómo si yo los necesitará ¡JAJAJAJA! —Empezó a reír estrepitosamente. Vio que Lincoln estaba muy callado y le empezó a hacer cosquillas. —¡Ya olvida eso, no fue tu culpa!

—¡Jajajaja no, espera! —Lincoln intentó zafarse.

—¡Nunca! Debes pagar por sentirte culpable por algo que no hiciste —Lynn se sentía muy feliz. Tenía a toda su familia de vuelta y sobre todo a su hermano menor. Nada podría arruinar esto.

—Eso es Lincoln... En la purga me aseguraré de que seas todo mio jajaja —una figura alta los vigilaba desde atrás de un árbol. Claramente tenía muy malas intenciones, las cuales incluían a Lincoln. Pero, ¿Lynn lo permitiría?

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Un par de semanas pasaron y ya todo estaba normal. El asunto del video fue olvidado a los pocos días. Lincoln se volvió a llevar bien con sus hermanas más cercanas, la única resentida era Lori. Pero ellos dos ni se llevaban, así que nadie lo notó.

Lynn por su parte consiguió unirse a un club de deportes ajeno a la escuela. Era muy buena en todos ellos. Si, se unió a los seis deportes que el club ofrecía y era la mejor en todo. Había aprendido a ser buena perdedora y muy buena ganadora.

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Un par de días después. Ella estaba descansando a la sombra de un árbol durante el almuerzo en la escuela, cuando varios de sus ex compañeros de equipo se le acercaron para pedirle que regresará al equipo y ella hizo lo más lógico que alguien en su lugar podría hacer.

—¡JAJAJAJAJAJA! ¡Pero que ridículos! ¡JAJAJAJAJAJA! —Se puso a reír de manera estrepitosa mientras los señalaba.

Eso dejó sin habla a sus compañeros, los cuáles solo quedaron viendo fijamente a la castaña mientras reía y reía. Pero no con ellos, si no, de ellos.

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El tiempo paso volando. Ahora solo faltaba un mes para que fuera esa horrible noche, la purga y Lynn se encontraba muy nerviosa.

—¿Esta todo en orden? —Le preguntó a Lisa. La cuál estaba trabajando en su sistema de seguridad que ponía cada año para aislarse de todo esa noche.

—Si, todo esta muy funcional y al cien por ciento, en un par de horas empezaré a colocar la valla eléctrica —dijo Lisa sin voltear a verla.

—Bien, me avisas si necesitas ayuda —se ofreció Lynn y luego se retiró de allí.

Lisa la volteó a ver y se encogió de hombros. Hasta a ella le agradaba Lynn.

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—¿Esta todo en orden? —Preguntó Lynn al entrar al cuarto de Lincoln.

Por alguna razón aparente se sonrojó al verlo en ropa interior mientras leía cómics.

—Si Lynn, todo esta en orden —dijo él sin voltear a verla.

—D-de acuerdo, m-me avisas si necesitas algo —desvío la mirada un poco de su hermano.

Lincoln le dijo que si y cuando Lynn iba a retirarse de allí.

Oh si Lincoln... Eres el mejor...

Unas extrañas imágenes de ella sobre Lincoln le llegaron a la cabeza.

En la visión el se veía más grande y musculoso. Sin mencionar que estaba desnudo. Se empezó a sentir caliente y ver a su hermano en ropa interior solo aumento su calor.

Lentamente se acercó a él y se acostó a su lado.

—¿Sucede algo Lynn?

Esa pregunta la sacó de su trance. Iba a decir algo pero al ver los labios de su hermano, las visiones volvieron.

¿Quieres probar mis labios Lynn? Por que yo me muero de ganas por probar los tuyos...

Lynn sudo un poco al oír eso. Por alguna razón se iba acercando a su hermano.

—¿Lynn?

Agitó la cabeza al sentir la mano de Lincoln sobre su frente.

—¿Estas bien? Sudas mucho —Lincoln se escuchaba preocupado.

Lynn desvío la mirada y simplemente salio corriendo hacia el baño. Se miró en el espejo y se horrorizó al ver que tenía los ojos rojos y los dientes muy puntiagudos.

—¡AAAHHG!

«Crash»

Le dio un puñetazo al espejo rompiendolo en pedazos. Los callos en sus nudillos hicieron que no sangrara pero aún así le dolía y mucho.

—¡Lynn! ¡Lynn! ¿¡Qué pasa!? —Del otro lado de la puerta se escuchaba la voz de su madre.

La deportista volteó a ver hacía la puerta y tuvo que salir para no preocuparlos más.

—Lynn, ¿Qué sucede cielo? —Preguntó Rita con tono preocupado.

Lynn desvío la mirada un poco. Bajó la cabeza y se sobo el codo.

—Pues... Creo que solo estoy muy agotada... Es todo —dijo con tristeza.

Su madre volteó a ver el espejo roto y no tuvo más remedio que suspirar con cansancio.

Envío a Lynn a descansar a su cuarto. Ella no tuvo más remedio que obedecer.

Un rato después.

—¿Estas bien? —Lincoln asomó la cabeza al interior de la habitación de su hermana.

—Oh, hola Lincoln y si, estoy bien... —Dijo sin muchos ánimos.

Lincoln entró a la habitación y se sentó en la cama al lado de su hermana.

—¿Segura? —Volvió a preguntar.

Lynn rodó los ojos y se dirigió a él con algo de molestia y burla.

—Oye, se supone que yo soy la mayor y por eso yo soy la que debe preocuparse de sus hermanas menores y de los hermanos menores que son muy entrometidos —dijo con burla.

Lincoln solo rió con nerviosismo y sin previo aviso, le dio un abrazo a su hermana mayor.

Lynn como era costumbre correspondió el abrazo. Hace semanas que se abrazaban así, incluso cuando dormían.

—Gracias Lincoln, ya me siento mejor —dijo con una sonrisa. Pero poco a poco sentía que el calor en su cuerpo aumentaba y no sólo eso.

—P-por nada... P-pero, ¿No crees que es mucha fuerza para un simple abrazo? Au... —Se quejó Lincoln al sentir como sus costillas crujían.

Lynn abrió los ojos como platos y lo soltó enseguida.

—Ups, lo siento —se disculpó ella.

—Descuida, estoy bien... —Dijo él mientras se acomodada su brazo.

Un rato después. Ya era hora de dormir y Lincoln se había puesto su pijama.

—Oye Lincoln, ¿Puedo dormir contigo esta noche? —Dijo Lynn asomándo su cabeza por la puerta.

Lincoln soltó un suspiro cansado. Últimamente Lynn lo vigilaba y vigilaba. Lo seguía a todos lados e incluso dormía seguido con él.

Pero no era nada malo. Según ella solo era por que se preocupaba por el bienestar de sus hermanos menores.

—De acuerdo —dijo Lincoln con cansancio.

Lynn agradeció y se metió a la cama. Lincoln se recostó a su lado y apagó las luces.

—Buenas noches —dijo Lincoln.

—Buenas noches Lincoln —dijo Lynn.

Ambos se durmieron al poco tiempo.

Unas horas después.

Lynn se encontraba abrazada a Lincoln mientras dormía. Eso hubiera sido una tierna escena. Si tan solo una de sus manos no estuviera agarrado el miembro de su hermano por encima de su pijama.

—¡...! —Lynn apartó la mano de allí al darse cuenta de donde estaba. Su sonrojo era muy notable, en su vida había estado muy avergonzada.

Lo bueno era que Lincoln estaba profundamente dormido. Lynn se sentó en la cama, ya no tenía sueño.

—Será mejor que vuelva a mi habitación —susurró por lo bajo.

Iba a saltar por encima de su hermano pero quedo hipnotizada al ver lo guapo que su hermano se veía.

No sabía por que pero esos labios se veían muy provocativos.

Miro a un lado y al otro asegurándose de que no hubiera moros en la costa. Con una sonrisa traviesa acercó su rostro al de su hermano, sabía que esto estaba mal, pero la adrenalina del momento lo valía. Además nadie lo iba a saber.

Unió sus labios con los de su hermano en un corto beso que duró unos treinta segundos. Rápidamente se alejó de él y se recostó a su lado. Apoyo su cabeza en su pecho y con una sonrisa de satisfacción siguió durmiendo.

Unas semanas después.

Faltaban unas pocas horas para la purga y Lynn no podía estar más nerviosa.

Aquí se vería si su inesperado viaje en el tiempo serviría de algo o todo se iría al demonio cómo debía estar predestinado.

—¿Ya esta? —Le preguntó a Lisa. La genio instalaba lo último de su sistema de seguridad. Pero Lynn le llevaba preguntando como cuarenta veces.

Por suerte, ya había terminado.

—Si, si, si. Ya está listo, ya puedes dejar de pregunt-¡AH! —Lynn la abrazo con mucha fuerza.

—¡Gracias, gracias, gracias! —Agradeció ella con muchísima alegría.

Cuándo soltó a Lisa, esta tenía los ojos llorosos. Le dolía mucho su pequeño cuerpecito. Pero debía ocultar sus emociones.

—Sniff... De... Sniff... Nada... –Se fue a su habitación para ver si se le pasaba el dolor.

Lynn ignoro eso. Se puso a revisar si toda su familia estaba en casa.

—Papá y Mamá... —Vio que estaban en su habitación. —Listo... Lori y Leni. —Estaban en la sala viendo la televisión. —Listo... Luna y Luan. —La rockera estaba en el baño y la comediante estaba en su habitación. —Listo... Lucy y... Yo. —La gótica estaba siendo vigilada por Luan en la habitación que compartía con Luna. Debían evitar que saliera a la purga para que cumpliera su sueño suicida. Y ella, pues estaba revisando que todo estuviera en orden. —Listo... Las gemelas. —Ambas estaban en su habitación preparando todo para estar con Lincoln mientras este les leía un cuento. —Listo... Lisa y Lily. —Ambas estaban en su habitación, la primera recostada en su cama y la segunda recostada en su cuna. —Listo... Y el último y más importante, Lincoln. —Vio que estaba en el patio. Sentado a la sombra del árbol leyendo uno de sus cómics. —Y... Listo. —Soltó un suspiro de relajación y se fue a la cocina por algo de beber.

Tomo una soda y bebió un poco. Todo parecía estar en orden, hasta que...

Abrió los ojos como platos y escupió su refresco por completo, tiro la lata al suelo y salió como bala de la casa.

—¡Lincoln! ¿¡Qué demonios haces aquí afuera!? ¡La purga iniciará pronto, maldita sea! —Gritó con mucho enojo.

Lincoln se asustó por eso pero se relajó enseguida.

—Tranquila Lynn, aun falta mucho para la purga. Entraré pronto a la... —No pudo terminar.

—¡Me vale! ¡Entra ahora mismo a la casa! —Gritó Lynn echando fuego por todos los agujeros de la cabeza.

—Oh vamos Lynn, no debes ser tan dramática. Entraré cuando termine de leer la última hoja de mi cómic —dijo Lincoln con decisión y firmeza.

—¿Seguro que no quieres reconsiderarlo? —Dijo Lynn con los dientes apretados mientras golpeaba la palma de su mano con un bate de béisbol.

Lincoln trago saliva y como si estuviera en automático. Entró a la casa rápidamente.

—Buen chico —dijo ella con una sonrisa relajada, luego entró a la casa. —Bien solo faltan... —Miró el reloj de la cocina y vio que faltaban... —... Cómo ocho horas, pero que torpe soy. —Se golpeó la frente con la palma de su mano. —La purga inicia a las doce y apenas van a ser las seis de la tarde. —Se puso a beber otra gaseosa. —Bueno, solo vigilare que nadie salga de casa.

Dicho eso se puso a hacer guardia en la puerta de la entrada con su bate en manos. Esa sería una larga noche, pero ella aguantaría por su familia.

Unas horas después.

Lynn soltaba bostezo tras bostezo. Llevaba como cinco horas o tal vez más. Tenía sueño, pero debía aguantar.

—Por Lincoln y las demás... —Dijo con algo de cansancio.

Unos minutos después.

—¿Por que tuve que beber tanta soda? —Saltaba en su sitio mientras pegaba las piernas y cubría su entrepierna con ambas manos.

Volteó a ver el reloj y vio que faltaban diez minutos para las doce.

—Bueno, supongo que nadie sería tan bobo como para salir en estos momentos —dijo con una sonrisa para luego poner el bate de béisbol por allí. A paso rápido se fue al baño y bendijo su suerte al ver que no había fila. —Bingo.

Un minuto después.

Lana bajaba por las escaleras. Iba a la cocina por un poco de agua o jugo. Pero algo llamó la atención, vio que el balón de soccer de Lynn estaba frente a ella.

Lo pateo queriendo jugar con el, pero le dio muy fuerte. El balón rompió una ventana y fue a parar al jardín.

—¡Oh no! ¡Lynn se enfadara! —Dijo ella con miedo.

—¿Qué pasó? —Preguntó Leni al asomarse por las escaleras.

Lana la volteó a ver y le explico lo que paso.

—Pues, como que, solo hay que ir por el —dijo con una sonrisa y cuando iba a salir por el balón, Lana la detuvo.

—¡No Leni! ¡Ya casi es la purga y no debemos salir! —Le advirtió Lana.

Leni se puso a pensar y enseguida lo recordó. Así que lo mejor seria dejar la pelota en el patio.

—¿Qué sucede? —Preguntó Lincoln llegando a la sala.

Leni y Lana le explicaron lo sucedido y Lincoln como buen hermano que era, fue por la pelota.

—¡Lincoln rápido, entra ya! —Gritó Lana.

Lincoln tenía la pelota en sus manos y estaba un poco alejado de casa.

—¡No te preocupes Lana, la purga comenzará en...! —No pudo terminar

Benditos sean los padres fundadores del estado. Damos anuncio de que la purga numero once a dado inicio. Desde las 12:00 hs hasta las 06:00 toda forma de crimen y delito son totalmente legales. Dejen salir a la bestia en este día dado por los padres fundadores y purifiquen sus almas.

Qué tengan una buena purga.

Ambos abrieron los ojos como platos al escuchar el anuncio.

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—Haaaah, que bien me siento —Lynn bajaba las escaleras y vio que sus hermanas estaban de pie en la puerta de salida viendo hacía afuera.

Soltó un bufido de enojo y se acercó para alejarlas de allí.

Metió a Leni tirandola del brazo hacía dentro, luego seguía Lana, pero...

—¡Lincoln rápido, entra ya! —Gritó Lana.

Lynn abrió los ojos cómo platos al escuchar lo que escuchó.

—¡No te preocupes Lana, la purga comenzará en...! —No pudo terminar.

Benditos sean los padres fundadores del estado. Damos anuncio de que la purga numero once a dado inicio. Desde las 12:00 hs hasta las 06:00 toda forma de crimen y delito son totalmente legales. Dejen salir a la bestia en este día dado por los padres fundadores y purifiquen sus almas.

Que tengan una buena purga.

—... No —dijo Lynn con miedo en su voz.

Metió a Lana rápidamente y se puso frente a la entrada. Su mirada se cruzó con la de Lincoln.

El tiempo avanzaba lentamente mientras las paredes, la cerca eléctrica y la puerta de acero sólido aparecían de la nada y se ponían frente suyo.

«Crank»

Lynn quedo pasmada en su lugar. Recordaba que veía a Lincoln y ahora solo miraba lo que parecía ser una plancha de acero inoxidable frente a ella. ¿Qué sucedió? ¿Qué eran esos gritos? ¿Dónde estaba?

Lynn no sabia que hacer. Todo estaba perdido... ¿O no?

—¡Lynn! ¡Lynn! ¡Lincoln esta afuera! —Gritó Lana intentando sacarla de su trance.

—¡Linkyyyyyy! —Gritó Leni mientras intentaba ver por la ventana.

Rápidamente todas las hermanas incluidos sus padres estaban reunidos en la sala.

—¡Lisa, has algo! —Ordenó Lori.

—¡Estoy en eso! —Gritó Lisa mientras intentaba desactivar el sistema de seguridad pero tardaría horas.

—¡Broooo! ¿¡Estas allí!? ¡Responde! —Gritó Luna por la ventana, pero era inútil. Los ruidos de afuera no entraban a la casa.

—¡Hay que hacer algo! —Gritó Luan de forma histérica.

«¡Plack!»

Leni le dio una cachetada a la comediante botandole un par de dientes.

—¡Controlate mujer, Linky seguramente ya pensó en algo! —Le gritó Leni a su hermana.

Luan estaba medio inconsciente. Pero aún así asintió.

—Pero que suertudo... Suspiro —dijo Lucy con lágrimas en los ojos.

La gótica y Lori estaban atendiendo a sus padres. Ambos se desmayaron al igual que Lola, al enterarse de que Lincoln estaba afuera en plena purga.

Y por último Lily simplemente lloraba.

Todas estaban alborotadas, buscando una forma de salir y meter a su hermano. Pero era inútil, Lisa fabricó un perfecto sistema de seguridad.

O no tan perfecto.

Lynn bajó la cabeza y mantenía su vista en el suelo. Simplemente fruncia el ceño, se había rendido de una vez. No había hecho nada la vez anterior y en esta ocasión no podría hacer nada.

No, esperen. Si hizo algo la vez anterior. Metió a su hermano en la van como si fuera un marginado y cuándo creyó que al fin lo había solucionado todo, pues... Simplemente se volvió a ir al carajo.

—Soy una inútil... —Susurró por lo bajo.

¡Ayuda!

Levantó un poco la vista hacia el frente.

¡Auxilio!

Era imposible, parecía ser...

¡Abran la puerta!

La voz de Lincoln. De pronto, las voces de sus hermanas se detuvieron y pudo escuchar mejor.

¡Lynn, sálvame!

La deportista renovada abrió los ojos como platos al escuchar el pedido de ayuda de su hermano.

No podía quedarse sin hacer nada, iba a hacer algo y moriría intentándolo si era posible.

—¡AAAAAAAHHHH! —Gritó con todas sus fuerzas.

«Plam»

Le dio un puñetazo a la puerta de acero y esta se movió un poco.

—¡LINCOLN! —Gritó el nombre de su hermano.

«Pam»

Dio otro fuerte puñetazo y esta vez, las paredes temblaron.

—¡Lynn, detente. Es inútil! —Gritó Lisa. Pero al ver que la castaña daba puñetazo tras puñetazo en la puerta decidió retroceder.

—¡GRRRRRR! —Lynn echaba espuma por la boca y su enojo estaba en un punto crítico.

—¡Lynn, por favor! —Lori se quedó sin habla al ver que su hermana destrozó un poco la puerta haciendo un pequeño agujero en el metal y sin pensarlo, se metió por allí.

—Rayos... —Dijeron todas al unísono al ver como Lynn salía de la casa. El único problema era que su ropa se iba rasgando al momento en que salía por la filosa abertura.

Pronto salió de la casa dejando a las demás sin habla.

—¡Lincoln! —Gritó Lynn al salir.

Miró a todas partes y se horrorizó al ver que la cerca eléctrica estaba caída y varios sujetos golpeaban a su hermano con palos.

Lynn se enfureció a más no poder y corrió hasta ellos.

—¡Dejen a mi hermano en paz! —Corrió hasta ellos y de un rodillazo logró romper la cara de uno de ellos.

—¡Ahg! —Gritó el pobre al caer al suelo.

Rápidamente golpeó a otro que la iba a tomar por la espalda y finalmente pudo acabar con el que estaba pegándole a su hermano.

—¿Estas bien? —se acercó a Lincoln y lo ayudo a levantarse.

Lincoln iba a decir algo pero una especie de sombra apareció de la nada y lo tomó de los brazos, alejandolo de su hermana.

—¡Lincoln! —Gritó Lynn.

—¡Ayuda! —Gritaba Lincoln por ayuda mientras era metido en la casa del señor Quejon.

Lynn rápidamente lo siguió y entró a la casa. Al entrar vio a su hermano parado de pie en la sala de su vecino. Pero su vista se posó en la mujer castaña de cabello largo, con pecas en las mejillas, además de un bate de clavos en su espalda, grandes pechos, sujetador deportivo color rojo y unos grotescos shorts rojos muy pequeños que la miraba con una sonrisa engreída, ella retenía a su hermano abrazándolo por la espalda.

—Suéltalo —demandó Lynn.

—¿O qué me harás perrita? —Preguntó con una sonrisa.

Lynn gruñó un poco. La mujer esa tocó un poco el rostro de Lincoln, cosa que molestó a Lynn en más de una forma.

—No puedo esperar a tomarte hasta dejarte seco, mi pequeño herma-¡AAAGH! —La mujer se detuvo.

No supo como era posible. Pero Lynn rápidamente se acercó a ella, movió a Lincoln tirándolo hacía el sofá de la sala y le dio un puñetazo tan fuerte a la mujer esa en el pecho que reventó uno de sus pechos como un globo y su puño no se detuvo allí, este traspaso el pecho de la mujer hasta sacarle el corazón por la espalda. En donde Lynn lo apretó con fuerza para destruirlo.

—¿P-pero c-como es posible? —Se quejó la mujer esa.

—Yo lo protegeré de cualquier cosa a toda costa —le susurró Lynn a la mujer esa.

Antes de morir volteo a ver a Lincoln y simplemente soltó un par de lágrimas antes de empezar a botar sangre negra por la boca a grandes cantidades. Estuvo así por unos segundos hasta que cayó muerta y su cuerpo se desintegró desapareciendo por completo.

—Ewwww... Qué asco... —Dijo Lynn con asco al ser bañada por completo por esa sangre extraña.

Hubiera seguido quejándose pero rápidamente sintió que su cuerpo ardía y no sólo eso, se sentía muy diferente. Se limpio los ojos y empezó a sentirse mareada y... Diferente.

Se sujetó la cabeza y empezó a soltar unos cuantos gruñidos.

—¿Lynn, estas bien? —Preguntó Lincoln preocupado desde el sofá.

Lynn lo volteó a ver y no supo por que o para que, pero se empezó a acercar lentamente a su hermano.

A Lincoln le incómodo esa mirada que tenía su hermana. No sólo por los ojos rojos, sino que...

—Te ves muy guapo Linc... —Lynn le sonrió de forma traviesa.

Lincoln hubiera agradecido el alago pero se asustó al ver los dientes puntiagudos que su hermana tenía.

—¿L-Lynn? —Preguntó con miedo.

Pero su hermana ya estaba frente a él.

—¿Sabes que hora es? —Preguntó Lynn con esa misma sonrisa.

—Pues... No... —Respondió de forma nerviosa.

—Pues... —Acercó su rostro al de su hermano. —... Es hora de pecar. —Levantó sus cejas varias veces mientras lo veía de forma seductora.

Los ojos de Lincoln miraron a un lado y a otro varias veces antes de responder.

—¿Q-qué? —Dijo con miedo.

Pero Lynn no le respondió, simplemente lo miró fijamente por unos segundos, hasta que...

—¡DEJAME AMARTE! —Gritó con voz de demonio al momento de abalanzarse hacía su hermano y hacer que se cayera hacía atrás con todo y sofá.

—¡No Lynn, espera! —Gritó Lincoln mientras su hermana empezaba a arrancarle la ropa hasta con los dientes.

Si, esta purga apenas iniciaba y Lincoln jamás la iba a olvidar, eso sí sobrevivía a su hermana.

Continúa en el siguiente capítulo...

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