¿Cuánto lo conocen?

Luan y Lynn avanzaban a paso lento por el oscuro pasillo de luces parpadeantes del asilo.

La ex comediante temblaba como nunca y lo peor era que tenía que ir al baño a desahogar todas sus penas. No recordaba muy bien en que habitación estaba Lincoln.

La última vez que lo vio, fue cuando se metió a escondidas a su habitación y luego la sacaron a la fuerza.

Por su parte, Lynn estaba alerta a cualquier ruido o presencia extraña. Estaba lista para matar por así decirlo. No iba a dejar sobrevivientes si así lo requería la situación.

—Ni siquiera a las mujeres y niños —susurró por lo bajo, se tronó los nudillos y cuando sintió un leve toque en su hombro. Lanzó un puñetazo hacia su costado.

«Pum»

Luan no vio venir el puñetazo hasta que impacto de lleno en su cara. Su cuerpo chocó en la pared y cayó sentada de espaldas contra la pared.

—¡Lo siento! —se disculpó Lynn de inmediato. Se asustó por su pequeño error y no pudo evitar reaccionar de forma agresiva.

—¿Q-quien soy? —dijo Luan con espirales en sus ojos.

Lynn se alarmó por la condición de su hermana, al principio creyó que exageraba pero al ver la gran cantidad de sangre salir de su boca, tuvo que cargarla en su espalda y correr hasta el final del pasillo.

Las luces volvieron a la normalidad de pronto.

—Listo, ahora ya no parpadearan tanto —dijo un hombre subido en una escalera.

Lynn lo miró con una ceja levantada al momento que paso a su lado. El tipo ese con casco amarillo solo le levanto el pulgar con una sonrisa cuando la vio.

Ella lo ignoró y llegó hasta el final del pasillo. Entró y se sorprendió al ver la larga fila que había para llegar hasta la recepcionista.

Lynn la recordaba, esa vieja arrugada con esos enormes anteojos. Ella la odiaba, siempre le decía: Lincoln no desea tener visitas.

Dejo caer pesadamente a Luan al suelo. El cuerpo de la comediante trono al momento de chocar con el duro piso.

—E-estoy bien... —Dijo ella entre sollozos.

Lynn se dirigía hasta la recepcionista esa para darle su merecido. Pero algo no la dejo seguir avanzando.

—¡Oye no te metas! —gritó un hombre con sobrero de copas y un capuchino en su mano, el cuál se salió de la fila y le hizo frente, era más alto que ella. —Todas estas buenas personas llevan esperando horas su turno para visitar a sus familiares enfermos y no permitiré que te saltes lugares en la fila.

Le dijo alzando la voz y llamando la atención de las demás personas raras en la fila.

Enseguida la empezaron a abuchear y Lynn no tuvo más remedio que suspirar de forma cansada y volver al final de la fila, en donde Luan la esperaba ya recuperada.

El sujeto volvió a su lugar en la fila.

—Lo siento viejo, pero si te sales de la fila, pierdes tu puesto —le negó la entrada una mujer con orejas de gato.

—¡Oooh, rayos! —se lamentó el sujeto y se fue corriendo sin rumbo fijo.

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Pasaron un par de minutos y Lynn estaba muy impaciente. Luan solo hacia fila atrás de ella con el ceño fruncido. Se limpió la sangre de su rostro a duras penas.

—Oh vamos, ¡avanza maldita fila! —dijo Lynn algo impaciente.

Luan solo levanto la cabeza para ver hasta el frente, habían como diez personas delante de ellas antes de llegar hasta la recepcionista.

La fila avanzaba a paso lento. Después de unos minutos ya solo faltaban unas cinco personas.

De pronto Luan recordó a lo que venían y se alarmó. ¿Que rayos le dirían a la recepcionista esa? Se acercó a Lynn y le habló.

—Oye, ¿Que se supone que le diremos a la vieja esa para que nos deje pasar? —preguntó Luan.

Lynn abrió los ojos completamente, se sujeto la cabeza y de pronto se le ocurrió algo.

—Escucha, tu sígueme la corriente —dijo Lynn. Luan arqueo una ceja y al ver que su hermana sacaba otra arma de fuego se horrorizó. Pero antes de que pudiera levantarla. Se la arrebató.

—¡Oye! —le susurró un poco alto Lynn.

—¿Que demonios te pasa? Vinimos por Lincoln, no a causar pánico en el asilo —la regaño Luan.

Lynn se cruzó de brazos y le dio la espalda.

Luan iba a decirle algo más pero una voz le llamó la atención.

—Bienvenidas a Asylum —las saludo la recepcionista con una sonrisa.

Ambas la voltearon a ver y se sorprendieron al ver que Lidy estaba detrás del vidrio, vestida de enfermera.

—T-tu... ¿Que haces allí? ¿y la anciana con las gafas? —pregunto Luan a la pequeña. Luego se dio cuenta de algo. —¿¡Y por que una niña de once años esta a estas horas en un lugar como este!?

Gritó Luan alarmada. Lidy se acercó a Lynn y le susurró.

—¿Que le ocurre? —le preguntó.

—No tengo idea... Pero en serio, ¿que haces tu allí? —preguntó Lynn con una ceja levantada.

Lidy se acomodó sus gafas pequeñas y las limpió un poco.

—Estoy trabajando —respondió con sarcasmo y junto sus manos sobre el escritorio.

Ambas se miraron entre sí. No sabían que decir, ella las miro con aburrimiento y ellas empezaron a sudar. Fue Luan la que habló.

—V-vinimos a ver a nuestro hermano... Lincoln —habló de forma nerviosa. —¿Podemos verlo?... Por favor.

Pidió Luan de forma lastimera y amable.

—¿Vinieron por Lincoln? —preguntó con semblante serio.

—¡Si! —respondieron ambas.

—¿Lincoln Loud? —preguntó nuevamente.

—¡Si ese! —ambas se pegaron al vidrio.

—¿El de cabello blanco, pecas y con dientes de conejo partidos a la mitad? —preguntó nuevamente con una actitud muy molesta.

Ambas retrocedieron por el repentino cambio de humor de la chica.

—S-si ese mismo... —respondieron ambas con miedo.

Lidy cambio su actitud y se puso alegre.

—Pues pasen por allí —les señaló una puerta a la izquierda de color café.

Lynn corrió hasta ella sin agradecer.

—¡Gracias! —agradeció Luan.

Ambas entraron y vieron un largo pasillo de color blanco con una puerta negra hasta el fondo.

Corrieron como nunca hasta llegar a ella, pero se detuvieron justo en frente. Detrás de esa puerta estaba su hermano menor, al cual dañaron mucho por algo tan tonto.

Se quedaron allí paradas frente a la puerta, habían pasado como dos minutos y ninguna se dignaba a hacer algo.

—Y... Bien, ¿vamos a entrar? —preguntó Luan.

Lynn se rascó la cabeza y la volteó a ver.

—No lo sé... ¿Y si no nos quiere ver...? —habló la ex deportista.

Luan agachó la cabeza y su expresión cambio a una molesta.

—Es obvio... —dijo con enojo.

—¿Que? —pregunto Lynn.

—¡Es obvio que nos odia! —le gritó. —¡Incluso yo me odio por lo que le hice!

Lynn agachó la cabeza también con el ceño fruncido, pero con lágrimas en sus ojos.

—Solo quiero verlo... Ver que esta bien y si quiere insultarme o hacerme lo que quiera, pues... Lo aceptaré con gusto —habló Luan de forma decidida y se dispuso a entrar.

—¡Espera! —la detuvo Lynn y Luan la volteó a ver. —Hay que hacerlo... Juntas.

Ella asintió y junto con su hermana menor entraron a la habitación en donde se encontraba su hermano.

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Era muy extraño, todo estaba oscuro y no veían nada de nada.

—¿Por que esta todo oscuro? —pregunto Lynn.

—No lo sé, pero hay que buscar un interruptor para encender la luz —dijo Luan.

Ambas avanzaron hasta que chocaron con algo frente a ellas. Tocaron lo que estaba al frente para ver que era.

De pronto una luz las iluminó y quedaron cegadas por eso.

—¿Que rayos pasa? —Luan se frotó los ojos.

Lynn lentamente recuperó la visión y se sorprendió al ver que estaban atrás de un podio con un par de micrófonos al frente de cada una.

—¡Bienvenidos al programa número uno en audiencia de toda la costa norte! —se oyó hablar a alguien por un micrófono. —¿Que tanto lo conocen?

Dijo el nombre del programa y en seguida se escucharon aplausos y gritos del público.

Lynn estaba paralizada.

—L-Luan... —La llamó.

—¿Si? —recuperó la visión y vio lo que su hermana veía. —¿Uh?

Ambas abrieron los ojos completamente al ver que estaban atrás de un podio con dos micrófonos, uno para cada una y enfrente había una gran cantidad de público.

Un letrero en la parte de arriba del escenario se encendió y mostró la palabra "Aplauso". Enseguida todo mundo empezó a aplaudir.

—¿Pero que rayos? —dijo Lynn viendo a todas partes.

Luan estaba en shock. Hace tiempo que no estaba frente a un público y lo peor de todo era que había desarrollado miedo escénico. Intentó imaginarse a la gente en ropa interior.

—Vamos Luan... —susurró mientras cerraba los ojos.

Abrió los ojos y volteo a ver al público. Este seguía normal. De repente sintió algo de frío y se frotó los hombros con las manos. Entonces volteó su mirada hacia abajo.

—¡AAH! —gritó al darse cuenta que estaba en traje de baño y se cubrió el cuerpo lo mejor que pudo. Estaba roja de vergüenza y sudaba mucho.

Se escuchó un silbido de alguna parte del público y Luan sabia que era dirigido a ella.

Lynn por su parte miraba con los ojos bien abiertos a su hermana. Se los frotó y cuando los abrió se dio cuenta de que ella ya no estaba en ropa interior.

—¿¡Que rayos esta pasando aquí!? —gritó al aire.

Luan se tocaba el cuerpo, de la nada su ropa volvió. Estaba muy desconcertada.

—¡Pues se encuentran en...! ¿Cuanto lo conocen? El programa número uno de la costa norte del país —habló un sujeto de traje negro y corbata. Era alto, tal vez de 1.80. Cabello negro largo y sonreía mucho.

Ambas lo miraron raro. Por un segundo creyeron que ya no estaban en el asilo. Pero dejaron de pensar en eso al ver a esa chica Lidy en un podio de al lado.

—¡Presentaremos a nuestros concursantes! —se acercó a ellas. —Desde la casa Loud, nos acompañan Lynn Jr. Y Luan Loud. Ambas son solteras. —Le guiño el ojo al público y empezaron a silbar. Se sentían muy incómodas.

—De este lado tenemos a una niña muy especial, ella trabaja en el asilo desde antes que lo construyeran, le gusta decir que es hermana de cierto chico albino y que es mejor que sus otras hermanas... ¡Con ustedes!... ¡Lidy!

Lidy era un poco bajita y no alcanzaba el micrófono. Solo levanto la mano por arriba del podio para saludar.

—Psss... Oye, ¿Que haces aquí? —le susurró Luan.

Lidy mostró una cara de confusión y se acercó un poco.

—¿Que? —preguntó ella en un susurró.

Luan se acercó más y le habló un poco más fuerte.

—Que, ¿que haces aquí? —volvió a susurrar.

—... ¿Que? —volvió a preguntar.

Luan iba a volver a hablarle pero el anunciador habló nuevamente.

—Nuestro tercer participante, proviene desde la mismísima purga. Le encanta perseguir a sus víctimas con un machete gigante y ofrecerles una... —Se quedo pensando, al parecer olvido los datos del tercer participante.

—¡Muuuum! —Mugió el tercer participante. Si, mugió. Ya que era como un minoturo. Este era un gran hombre músculoso. Tenía un pantalón marrón oscuro de piel, no tenía camisa por lo que dejaba ver un torso con grandes pectorales y brazos musculosos al descubierto. En todo el torso tenía un gran dibujo de lo que parecía ser un laberinto, tal vez era un tatuaje o un dibujo hecho con marcadores a base de agua. Tenía dos aros unidos en sus pezones los cuales estaban unidos el uno al otro con una cadena que parecía ser de oro. Su cabeza de toro tenía dos cuernos grandes y puntiagudos. No dejaba de mostrar una enorme hacha de doble filo al anunciador.

—Oh perdón. Me corrijo, a nuestro tercer participante le gusta perseguir personas en la purga y cortarlos por la mitad con su enorme hacha... ¡Les presento! ¡al Minotauro!

La gran bestia levanto su hacha con una mano, mientras recibía las ovaciones del público. De pronto sintió algo raro en su torso. Se fijo en el y miró a Lidy, dibujando con un marcador el dibujo del laberinto. Ella intentaba hallar la salida.

La pequeña se dio cuenta de la mirada de furia de la gran bestia y solo le sonrío con nerviosismo.

—Jeje... —rió ella.

El minotauro acercó su nariz y le exhaló mucho fuego encima. Dejándola negra por las cenizas y ella regreso tambaleándose a su lugar.

Luan y Lynn aun no creían lo que pasaba. ¿Acaso será un sueño? Pensaron ambas pero no, era muy real.

—Y nuestro último participante, es un residente del asilo. A él le encanta ahorrar en ropa. Tanto que ni siquiera la usa... Con ustedes... ¡El castrado!

—¡Me las vas a pagar puta! —gritó el castrado. Era un hombre alto como de dos metros. Tenía mucho bello por todas partes del cuerpo, muchísimo más en la cabeza y estaba... ¿Desnudo?

Lidy y las hermanas Loud desviaban la mirada de él. Al parecer notaron que carecía de testículos y por eso el nombre de "El castrado".

El anunciador se puso enfrente del escenario y empezó a hablar.

—¡Muy bien ya que presentamos a todos nuestros concursantes! ¡es hora de iniciar con el juego! —el letrero de aplausos se encendió y todos aplaudieron.

Luan y Lynn se miraban entre ellas. No sabían que sucedía y Lynn se dirigió al anunciador de mala gana.

—¡Oye! —le gritó y él la volteo a ver. —¿¡Que sucede aquí!? ¡se supone que este es un asilo, no un tonto programa de juegos!

Él solo rió como si hubiera escuchado algo gracioso. Lynn se molestó por eso y se iba a lanzar encima del sujeto, pero él habló.

—Supongo que tu hermana y tu, no quieren participar ¿cierto? —preguntó con una sonrisa. —Pues, pueden irse.

Les señaló la salida del asilo. Ambas se miraron entre sí y se dirigieron sin dudar a la puerta. Pero antes de salir, él habló.

—Lastima que se retiren, el primer premio era una visita a su querido hermano Lincoln —dijo con una sonrisa.

Ambas se detuvieron. Estaban inmóviles. Acaso habían escuchado bien. Se giraron lentamente y lo vieron directamente a los ojos.

—¿Que dijiste? —preguntaron al mismo tiempo.

—Lo que oyeron, el ganador podrá visitar a uno de sus familiares en el asilo las veces que quiera y cuando lo quiera, aunque su familiar no quiera —les dio la espalda. —Pero ya que ustedes se van, creo que esto será menos divertido.

Las miró de reojo. Ambas temblaban y parecían querer llorar. La chica más alta se limpio los ojos y la otra frunció el ceño, pero aún se le notaba triste.

Ambas se miraron entre sí y asintieron mutuamente. Regresaron al podio y miraron al anunciador.

—Así que si participarán después de todo... ¡Perfecto! —se alejo un poco y se colocó en un podio distinto con un tablero lleno de botones y una caja pequeña con tarjetas en donde estaban escritas unas preguntas.

Sacó una tarjeta y se dirigió a ellos.

—Muy bien, las reglas consisten en... —Hizo una pausa dramática. —Se les harán preguntas relacionadas al familiar que quieran visitar, deben presionar el botón rojo que esta en el tablero de su podio y el primero en presionarlo podrá responder, el que responda tres preguntas correctamente será el ganador, si responden una pregunta mala serán descalificados y serán castigados.

Eso último lo dijo con una sonrisa maligna que hizo temblar a los presentes. Luan y Lynn tomaron aire y se prepararon, seguramente les harían preguntas sobre Lincoln, pero también de las personas a las que los otros participantes venían a visitar.

—Muy bien, empecemos —dio inicio al juego.

El anunciador leyó la tarjeta y habló.

—Primera pregunta, ¿Cuál es el super héroe favorito de Lincoln Loud? —preguntó.

Ambas hermanas abrieron los ojos y rápidamente intentaron presionar el botón rojo, pero...

«Bin»

Lidy presionó rápidamente el botón y se acercó al micrófono para responder.

—Ace Saavy —respondió.

—¡Correcto! ¡punto para Lidy! —dijo el anunciador.

Ambas hermanas la miraron fijamente.

—¿¡Y tu como sabes esa información de mi hermano!? —gritó Lynn.

Lidy rió nerviosamente y miró de un lado a otro.

—Recuerda que ella trabaja aquí y seguramente a conversado con Lincoln... —Habló Luan.

Lynn se calmó y se cruzó de brazos. Lidy suspiro por lo bajo y miró de forma asesina a Lynn sin que ella se diera cuenta.

—Segunda pregunta —saco otra tarjeta. —¿Como se llama la hermanita gótica de Lincoln Loud?

Luan rápidamente iba a apretar el botón. Lynn apretó los dientes por la ira al escuchar esa pregunta.

«Bin»

El castrado presionó el botón y habló. Luan suspiro por que no pudo hacerlo a tiempo.

—¡Hubiéramos sido muy felices los tres! —gritó el sujeto ese, desconcertado a las dos hermanas Loud y al Minotauro.

—¡Correcto! ¡Es Lucy Loud! Punto para el castrado —dijo el anunciador.

Luan y Lynn lo vieron raro. Ni siquiera había dicho eso.

—¡Oye! —grito Lynn llamando la atención del anunciador. —¡Ese sujeto ni siquiera respondió bien! ¡Y ni siquiera tiene sentido lo que dice!

El anunciador quedó pensativo por un momento. Miró de reojo al castrado y frunció el ceño.

—Me temo que es cierto, así que... Serás castigado —apretó un botón y un yunque le cayó en la cabeza a Luan. —Ops, lo siento botón equivocado jeje. —Apretó otro botón y el piso se abrió en donde estaba el castrado y este cayó al vacío.

—¡Putaaaaaaaaaa...! —gritaba mientras caía y a los segundos su voz se escuchaba lejana.

—L-Lynn, dile a Linka que no lea cómics en traje de baño... Jajaja... Ja —Dijo Luan mientras se tambaleaba de un lado a otro. Tenía sus ojos en espiral.

Lynn rodó los ojos y la ignoró. Debía concentrarse para responder la siguiente pregunta.

—Ahora un anuncio de nuestros patrocinadores —dijo el anunciador sacando una botella de gaseosa de naranja.

—¿A quien le gusta la gaseosa de naranja? —preguntó.

—A Kel le gusta la gaseosa de naranja —apareció un sujeto de color, mientras se acercaba dando saltos hasta el anunciador.

—¿Eso es cierto? —preguntó.

—Ujuuuum, me gusta me gusta me gusta me gustaaaaa —le arrebato la gaseosa y se puso a beberla. Mientras se retiraba de allí desapareciendo tras el escenario.

Lynn miraba todo con una ceja levantada y un tic en el ojo izquierdo. Miró su arma y pensó por un momento en disparar a todas direcciones.

—¿Cual es el sándwich favorito de Lincoln Loud? —preguntó el anunciador sacándola de sus pensamientos.

Lynn se dispuso a presionar pero nuevamente otro fue más rápido.

—¡MUUUUM! —contesto el minotauro.

Lynn se enfureció. Todo esto era estúpido. El animal ese ni siquiera hablaba con palabras.

—¡Esas ni siquiera son palabras! —gritó Lynn.

El anunciador asintió y presionó un botón en el panel.

—¿Usted es Luan Loud? —le preguntó un repartidor a Luan que apareció de repente a su lado.

Luan lo miró con sorpresa por un momento y luego le habló.

—Si, soy yo ¿Qué quiere? —preguntó.

—Esto es para usted, firme aquí —le mostró un paquete y luego le pidió que firmará algo en un portapapeles.

Luan miró a Lynn, esta solo se encogió de hombros. Luan no tuvo más remedio que firmar y tomar el paquete.

Lo sacudió un poco y lo abrió de una vez.

«Pam»

Un resorte con un puño le dio en toda la cara.

—Pizzaaaa... —Cayó al suelo noqueada.

Lynn volteó a ver al anunciador con ira. Este sólo se río de forma nerviosa.

—Lo siento, botón equivocado... Otra vez jeje —presionó otro y un resorte con una bota le dio en la entrepierna al minitauro.

—¡Muuuuu! —gimió del dolor el pobre. Luego el piso se abrió y el animal cayó al vacío, al igual que el castrado. —¡MUUUUUUUUU...!

El anunciador vio que presionó accidentalmente otro botón mientras apoyaba el codo en el panel.

—Ops, ¡Lo siento! —le gritó al Minotauro, esperando que lo escuchara.

Un fuerte estruendo se escuchó al momento que la bestia hizo impacto contra el suelo.

—¡Perraaaa! —se oyó gritar al castrado, como si algo lo hubiera aplastado.

Lynn y Lidy se miraron entre ellas y luego al piso en donde estaban paradas. Tragaron saliva como temiendo en ser ellas las siguientes.

—¿Cuál es la hermana favorita de Lincoln Loud? —preguntó el anunciador.

Lidy presionó rápidamente y habló. Lynn se tiró del cabello con fuerza, se había distraído.

—Esa pregunta es fácil, ¡Soy yo! —dijo eso último con una sonrisa.

Lynn la miró fijamente y luego soltó una leve risa.

—¡Correcto! —dijo el anunciador.

Lynn paró de reír. Lo miró con ira nuevamente.

—¡Oye! ¡Ella ni siquiera es hermana de Lincoln! —le gritó.

—Eh, si lo soy. Lincoln me lo pidió hace días. Creí que estaba loco pero después de pensarlo, acepte —le dijo Lidy. —Luego me dijo que yo era su hermana favorita.

Lynn la miró fijamente. No podía darle crédito a lo que esa enana decía. Estaba mintiendo y no iba a permitirle que se acercará a su hermano.

—Sabes Lynn, tu hermano me dijo algo muy peculiar acerca de sus hermanas o como él las llama: "Sus ex-hermanas". —Lidy sonaba seria. Como si recordará algo horrible y le hablará a un criminal. Lynn trago saliva por lo que escuchó. ¿Acaso Lincoln le habrá contado sobre como termino en la purga.

Lidy le hizo señas al anunciador para que continuará y el asintió.

—Última pregunta y esta vale por tres —Dijo el sujeto ese. Lynn se puso en posición, Luan también. Ya había recuperado el conocimiento y escuchó lo último que dijo el anunciador.

Lidy solo sonrió de forma engreída y cerró sus ojos mientras tarareaba una canción.

Se escuchó un redoble de tambores y el anunciador leyó la última tarjeta.

—¿¡Como demonios termino Lincoln Loud en medio de la purga el año pasado!? —gritó con furia esa última pregunta.

Ambas chicas se paralizaron al escucharla. No sabían que decir y Luan empezó a temblar. Lynn por su parte estaba hecha un manojo de nervios y los recuerdos del día en que metió a Lincoln por la fuerza en la van le llegaron de golpe.

Ninguna de las dos se movía y Luan empezó a llorar de la nada. A la ex deportista se le empezaron a aguar los ojos también, mientras apretaba los dientes.

—Patéticas —dijo Lidy con odio y tranquilamente acercó su dedo para presionar el botón.

«Bin»

Ambas la voltearon a ver. Sus rostros eran mediocres y a Lidy le dio asco el solo verlas.

—Sus estúpidas hermanas lo dejaron allí para vengarse de él, por un estúpido video que su hermano subió en donde las disque humillaba, jaja —rió al final de eso.

—Correcto —Dijo el anunciador con una sonrisa. —¡La ganadora es Lidy Loud!

Ambas desviaron la vista. No querían saber nada más. Solo querían disculparse con él, aunque las odiara. Como si hubieran tenido el mismo pensamiento, dirigieron su mirada a una puerta al fondo.

—Ahora si me disculpan, debo ir a visitar a Lincoln —Lidy se dirigió a la puerta y la cruzó.

Luan y Lynn se miraron entre sí, asintieron al mismo tiempo y enseguida, empezaron a correr a la puerta.

El anunciador negó con la cabeza y soltó un suspiro.

—No lo creo —dijo él y presionó un botón negro en el panel.

Todo el piso se abrió y ambas cayeron al vacío.

—¡AAAAAAAHHH...! —Gritaron ambas.

Sus gritos se perdieron a medida iban cayendo. Todo el piso volvió a la normalidad y el anunciador se dirigió a la cuarta pared.

—Gracias por acompañarnos, los esperamos la próxima semana en un nuevo episodio de ¿Cuanto lo conocen? —se despidió en un mar de aplausos y silbidos.

Las luces se apagaron, dejando todo a oscuras.

____________________________________

En la casa Loud, era mediodía y Lisa se encontraba dibujando los planos de una máquina, cuando acabó esbozo una enorme sonrisa.

—¡Al fin! ¡lo tengo! —miró con lágrimas de felicidad los planos de su próximo invento.

—¿Por que tan feliz? —se oyó una voz a sus espaldas.

Al instante unos brazos la abrazaron por atrás y le apretaron con un poco de fuerza sus inexistentes pechos.

—"Rayos" —pensó Lisa.

Su rostro aun tenía la gran sonrisa pero sus ojos estaban muy abiertos. Parecía estar paralizada por el miedo.

Continuará...

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