Capítulo 19: Grita más fuerte

Se oyen bullicios, mucha gente hablando. Bueno, algunos no parecen personas, deben haber extraterrestres o híbridos. Teniendo en cuenta que en el subterráneo no hay reglas como en la superficie de HimnoVida, es natural que haya mezclas. Arriba no se permiten las mezclas, están prohibidas, pues todavía no hay comprobantes de que sean seguras las relaciones entre otras especies. Tampoco veo tecnología, está todo oxidado, como mucho serían sus armas. Hay tantos individuos extraños, parece un estadio en donde yo soy la atracción principal.

Subimos a un escenario con Dore y Astro, en un grupo más reducido, mientras los otros miran, entonces discuten lo que van a hacer conmigo.

—Esta es la información que logré recolectar —dice uno, entregándole un papel al que parece médico.

—Asunseth... —susurra Dore y me mira—. Parece, pero no es.

—¡No soy! —me defiendo—. Ella... —Bajo la vista, triste—. Ella me traicionó. Supongo que tenía una idea falsa sobre Asunseth.

—Se llama Elier —contesta Astro—. Es lo que me contó.

Estoy tan abrumado que olvidé aclarar eso.

—No importa que no lo sea —habla otro—. Dicen que Asunseth desapareció, así que solo tenemos que terminar lo que le hicieron y tendremos un señuelo, un ícono para nuestra revolución.

—¿Qué? —Retrocedo y me agarro de Astro—. ¡Ay! —Él me empuja hasta Dore.

—Es más fácil que él te defienda que yo —aclara el castaño.

—No podemos hacer eso, es inhumano —responde el médico al otro individuo.

—¿Ves? Te lo dije —se burla Astro y yo lo miro de mala manera—. ¿Qué? Fui sincero.

—Podemos —insiste el individuo que desconozco su nombre—. Tenemos un Ilarium en la celda.

—¿Tienen un Ilarium? —Me sorprendo.

—Claro, chica, mil años después de su retirada, ¿y crees que ninguno volvió por aquí? Sería ilógico.

—Nunca he visto uno.

Son los extraterrestres que intentaron ayudar a los humanos con este virus letal que se produce en el útero y que mata a las mujeres. Esos seres eran nuestra esperanza hace mucho tiempo, pero se fueron, solo dejaron su composición genética, una que se supone que nos salvaría. Es el ADN que llevo en mi cuerpo. Es el componente que tienen los medicamentos que me han hecho tomar durante todo este tiempo. Obvio que me genera intriga.

—Pues ahora lo vas a ver —aclara y luego observa a Dore—. Es una gran oportunidad, no la desaprovechemos. Si no lo intentamos, no conseguiremos nada. Y sin hacer trampa, no se consigue una revolución ¡Tenemos posibilidades, hay que usarlas! —Señala el techo que cubre todo el subterráneo—. ¡Arriba son tan desalmados o peores que nosotros! —Me mira—. ¿O no piensas igual, jovencita? Seguro ese ADN es tan complejo que tienen más de un Ilarium encerrado en sus instalaciones.

—No... no sé —digo nervioso.

—Sequi, la asustas —interfiere el médico.

—¿Lo harás o no? —le insiste el individuo desagradable y mira a toda la gente en el estadio—. ¿Vas a dejarlos esperando?

—De acuerdo. —Bufa—. Le preguntaremos al Ilarium lo que puede hacer con su ADN, pero si no hay nada, desistiremos de esta locura.

—¡Astro! —le grito a mi amigo—. ¡Dijiste que me ayudaría!

Él hace un gesto sin importancia y comenzamos a caminar hasta donde se supone que tienen encerrado al Ilarium.

Oh, cielos ¿Cómo será? ¿Dará miedo como toda esta gente?

Me tiran dentro de una celda y cierran la puerta que cruje por lo oxidada que se encuentra. Hay un sonido extraño, oigo unas cadenas y me sobresalto, rápido me levanto del suelo.

—Yo... yo... —expreso temblando.

—No tengas miedo. —Una voz suave se escucha de repente.

Hay unos ojos brillosos en la oscuridad, unas garras se mueven despacio entre las sombras y se escucha un sonido como de carne moviéndose.

Cuando el ser sale de la penumbra, solo veo a un hombre de cabello violeta, nada monstruoso ni extraño. Él cambió de forma en este mismo instante mientras yo me atemorizaba sin razón. Es más, tiene un grillete en el cuello y se ve lastimado. Se nota inofensivo y para nada aterrador como imaginé hace nada más que un segundo.

—Yo...

—Es mi camuflaje, para no asustarte —aclara.

—¿Por qué harías eso?

—Soy un Ilarium, mi raza es pacífica, no lastimamos a nadie, está en nuestra naturaleza ser así.

—Oh, ya veo. —Hago una pausa—. Entonces... ¿no los odias por encerrarte aquí?

—Es más bien una emoción de tristeza.

—Lo lamento mucho.

—No te preocupes, no es tu culpa.

Miro para todos lados.

—Yo no sé si perdonaría a esta gente por encerrarme en un lugar como este por quién sabe cuánto tiempo.

—Es normal, eres un ser humano —dice tranquilo—. Aunque... —Se me acerca más y me paralizo—. Percibo ADN de Ilarium por aquí. —Toca mi rostro y algunas de mis venas brillan.

Me asusto, así que retrocedo.

—¡¿Qué fue eso?! —expreso alterado.

—Ah, solo te estaba reconociendo, no fue ningún intercambio de nada, no te preocupes.

—¿Intercambio de qué? —Enarco una ceja.

—Perdón, no sé cómo se expresaría un terrestre, mi raza tiene conexiones y vínculos con los de su misma especie, hasta a veces con otros que no lo son. Mi compañera murió hace mucho tiempo, así que solo estoy esperando.

—¿Tu compañera? ¿Cómo una compañera de vida o algo así? ¿Cómo que estás esperando?

—Exacto, estoy esperando reunirme en el firmamento, volverme polvo de estrellas y unirme con ella en el universo.

—Supongo que hablas de la muerte, pero te ves joven, todavía...

Me interrumpe.

—No soy joven, tengo mil años, así que me falta poco para morir. —Se ríe.

¡¿Qué?!

—Oh, eh, no sé qué decir.

—Te confundiste por mi camuflaje, aunque depende de la subespecie que seas para vivir tantos años, la mía por ejemplo, es una larga vida. Soy un tipo de Ilarium bastante evolucionado. Es más, por eso pude dar reconocimiento a tu ADN, es como una forma de identificarnos en mi raza.

—Oh, ahora entiendo. —Hago una pausa y miro a la puerta—. No sé si deberíamos estar hablando, quizás nos perjudique.

—No hay nada que puedan hacerme que me lastime más que no estar con mi compañera. Todo está conectado y solo tengo que esperar que el ADN haga su trabajo, nada más.

—No sé si puedo comprenderte, pero...

—El ADN es el universo y el universo es el ADN, puedes entenderlo porque lo llevas en ti. —Señala mi corazón.

—Yo no soy un Ilarium.

—No, pero tienes el ADN de varios y este te ayudará a que puedas cambiar.

Me sorprendo.

—¿Bromeas? ¿Eso es cierto? ¿Puedo volver a ser yo?

Mira hacia la reja.

—Mi amada fue asesinada por una especie contraria a la mía, también podría ser una subespecie —cambia de tema repentinamente—. Se llaman Onirium, roban poderes, te quitan lo que sea y destruyen el alma. A diferencia de nosotros ellos lastiman, nosotros creamos habilidades, nunca sacamos nada. —Me observa otra vez, entonces me doy cuenta de que en realidad sigue con el mismo tema—. ¿Me entiendes?

¡Está disimulando!

¡Me dijo que sí con otras palabras!

—Eres muy sabio —digo en tono suave e ilusionado.

—Solo el tiempo puede contar eso. —Sonríe.

—¡¡Ya basta de charla!! —Se abre la reja de repente, es ese tal Sequi, viene todo prepotente hasta mi nuevo amigo—. Escúchame bien, Ilarium, hay que cambiarle el rostro a la chica, ¿se puede o no?

—Solo hablo del universo con quienes quieran saber de este y para saber de este, debes tener buenas intenciones, jamás malas.

—No me ningunees con tu filosofía barata. —Mira hacia atrás cuando vienen más hombres y luego vuelve a observarlo—. Estos bichos siempre se creen superiores.

—En absoluto, siento si te ofendí. Lamento mucho todavía no comprender el dialecto humano, la próxima vez lo intentaré mejor.

—¡¡Se burla de mí el desgraciado!!

—¡¡No!! —chillo y me pongo en medio cuando le quiere pegar, así que se me parte el labio por el golpe al mismo tiempo que caigo al suelo.

—¡¿Qué haces?! —Llega Astro, enfadado.

—¡¡Ella se metió!! —se defiende el tal Sequi.

—¿Eres idiota? —me reprende el que me acaba de socorrer hace un segundo—. No sirves para nada.

—No deberías hablarle así a la persona con la que tienes un profundo vínculo —declara de repente el Ilarium y nosotros lo miramos confundidos—. No olvides que acabo de hacerte un reconocimiento para confiar en ti, así que vi algunos de tus recuerdos —me aclara.

—¿Q... ¿Qué viste? —Me avergüenzo y luego miro a Astro—. ¿Cómo llegaste a la conclusión de que tenemos un vínculo romántico?

—Yo no dije romántico, pero sí los vi copulando, ¿se dice así? —Se queda pensativo, por si usó las palabras incorrectas.

¡Ah! ¡¿Para qué pregunté?! ¡Eso era secreto!

—Dijiste que éramos amigos —aclara Astro.

—Eh... sí, bueno, yo... —Me levanto despacio del suelo—. Éramos amigos y nos casaron en el programa de PlanetFem, tú me salvaste de estar con cualquiera. No te conté porque como no me recuerdas, no sé cómo te lo tomarías, y la verdad no quería averiguarlo, tu actitud actual me genera desconfianza —explico.

—¿Creíste que te iba a violar al decirme que eras mi esposa? ¿Solo porque soy un rebelde? Eso fue muy discriminador de tu parte —expresa bastante indignado y me agarra del brazo, para que camine—. Ahora por eso lo voy a efectuar por juzgarme a la primera.

—¡Astro! ¡¿Qué haces?! ¡¡Suéltame!! —grito y los demás lo dejan pasar—. ¡Te vas a arrepentir, estás equivocado!

—¡Eh, sí, demuéstrale quien manda! —Alza la voz uno.

—¡Suertudo! —chiflan algunos.

Astro abre una puerta y me adentra en una habitación. Cierra, entonces camina hasta mí bastante serio, así que retrocedo, acto seguido mis pies terminan chocándose con la cama.

Trago saliva.

—Astro, no —pido, asustado.

—Y me sigues juzgando —expresa molesto y me agarra de la ropa, así que me empuja sobre el colchón, terminando encima de mí.

—¡No, no lo hagas! —chillo.

—Sigue gritando.

—Astro... no... —Lloriqueo, pues mis ojos se humedecen.

Me agarra del cuello.

—Qué grites, mujer, tiene que ser creíble, grita maldita sea —me reprende y quedo confundido.

Espera ¿Qué?

—No, no estoy entendiendo —digo confuso.

—Eres mi esposa, ahora todo el mundo sabe eso, así que acabo de decir que voy a violarte, debe ser creíble para que nadie te reclame. Ahora finge una violación y deja de comportarte como tonta. —Rompe mi escote y luego la falda, me quita un zapato—. Eso se verá creíble, ahora faltan los gritos ¡GRITA! —expresa enfadado y chillo.

—¡Ah!

—¡Más, grita más, te duele!

—¡Me duele! —le sigo las indicaciones—. ¡Me duele mucho, me lastimas! —expreso no muy convencido de mi actuación—. ¡Ay!

—¡MÁS FUERTE!

—¡Ay, ay, ay! ¡¡AH!!

Se desploma como si hubiéramos estado teniendo sexo todo rudo y hasta respira agitado.

—Ya no puedo más, me cansé —susurra.

—Esto fue más vergonzoso que tener sexo de verdad —opino sintiendo mis mejillas arder.

—Ahora sal de aquí y dirígete a la celda, quédate allí, ¿entendido? Luego hablaremos —ordena y se sale de encima.

—S... sí.

Me levanto avergonzado de la cama y me voy a la salida. Fuera, están todos sonriendo de forma perversa mientras camino a hacia la celda. Quizás hasta se manosearon a la vez que escuchaban esa actuación.

—Adelante —dice Sequi, abriéndome la puerta del calabozo—. Se escuchó hasta aquí, se ve que la pasaste bien, seguro ya lo extrañas. —Cierra y espero a que se vaya para interrogar al Ilarium.

—Tú...

—No te preocupes, a mí no me engañaste. —Sonríe el extraterrestre y entonces yo hago lo mismo—. ¿Continuamos nuestra conversación?

—Sí. 

Cosas a destacar en este capítulo: 

- El capitulo dos veces insinúa algo, pero pasa otra cosa 😂

Para quién conocía a los Ilarium no era sorpresa que iba a ser bueno, pero como Elier no lo sabía, se nos asustó rápido. 

Por otro lado ¿Se creyeron que Astro iba a violar a Elier? Elier sí, me lo asustó al pobre ¡AVISAR NO TE CUESTA NADA, QUERIDO! Jajajaj

- Menciones de otros libros:

Otra cosa a destacar son las razas, si alguna vez leíste Falla Estellar es una breve referencia al libro, a pesar de que es la primera vez que le pongo nombre a esa raza (Onirium). Aunque las historias no están en el mismo universo porque tienen diferentes reglas me gustó hacer la insinuación. 

Y una referencia a Linsday, es el Ilarium contando que viven mil años, cosa que no se sabía en el anterior libro, lo que insinúa que el protagonista y su compañera pueden estar todavía vivos en este universo. 

Todos estos datos son aportaciones a mi universo de extraterrestres. Quizás parezcan aburridos, pero quería recalcarlos.

Espero que sigan disfrutando de la historia tanto como yo ❤️

Atte: Vivi.

Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top