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LAS RISAS DE ALEGRIA LLENABAN EL COMEDOR DE GRIMMAULD PLACE. Se encontraban las familias Weasley, Lupin, Potter, Jones, Sirius Black y Theodore Nott para celebrar juntos la Navidad.

Luego de que Phoenix le enviara la carta a su madre contándole el caso de Theodore la mujer Potter acepto que pasara las navidades con ellos, era consciente que el chico Nott no tenia la culpa de nada de lo que estaba involucrado su padre y tampoco debería ser juzgado por los delitos de este.  

—¿Podemos abrir nuestros regalos?—pregunto Phoenix mirando a su madre.

Elizabeth Potter lo pensó un momento para luego asentir: —De acuerdo, pero luego se van a dormir, ya casi dan la media noche. 

Al escuchar aquello rápidamente los hermanos Potter, Theodore y los mellizos Lupin se pusieron de pie y se dirigieron al árbol de Navidad en donde se encontraban los regalos. Amber miro a sus tíos, luego de que estos asintieran repitió la acción de sus amigos. 

—Ustedes váyanse a dormir, ya es tarde—exclamo Molly Weasley mirando a sus hijos.

—Pero...—Ron intento decir algo pero se calló por la mirada de su madre.

Entre quejidos todos los chicos Weasley se pusieron de pie y se encaminaron hasta sus habitaciones, Hermione por otro lado tomo su libro y empezó a leer ignorando lo que sucedía a su alrededor. 

Phoenix sonrió viendo todos los regalos que había recibido ese año: su madre le obsequio un lindo collar en forma de corazón que se lo puso de inmediato. Sus padrinos dos libros de astronomía que acababan de ser lanzados. Su tío Sirius un lindo brazalete con diseño de estrellas. Dylan una caja llena de dulces, Lisa una bufanda de Hufflepuff, ya que sabia que la de la chica Potter estaba muy desgastada. Daphne un lindo anillo que tenia grabado la forma de un tejón. 

Amber le obsequio unos lindos adornos para el cabello con forma de estrellas y lunas, mientras que Blaise le hizo entrega de una bolsa con aproximadamente doscientos galeones y una nota que decía: No sabia que regalarte, asi que con este dinero puedes comprarte lo que quieras. Recuerda que si compras wisky de fuego me invitas...Feliz Navidad, Nix.

Y para finalizar, el regalo de Theo fue un hermoso collar de plata y oro que tenia varias estrellitas colgando. 

—Nix, ¿Puedes venir un momento?—la voz de su madre hizo que despagara la vista del collar. 

—Claro...

Acomodo todos los regalos en sus cajas y se puso se pie siguiendo a su madre hasta una zona mas alejada de la casa.

—Estaba acomodando unas cosas en el departamento y encontré esto—Elizabeth le entrego una fotografía envuelta a su hija—Creí que te podría gustar. 

Algo confundida la castaña tomo lo que le ofrecía su madre, con cuidado quito el papel con el que estaba envuelto y miro a fotografía, automáticamente sus ojos se llenaron de lagrimas. 

En aquella fotografía se apreciaban sus padres, mientras que Elizabeth cargaba a Harry, James cargaba a Phoenix. Ambos sonreían alegremente a la cámara, el hombre Potter cada cierto tiempo le lanzaba leves miradas a su hija y dejaba un tierno beso sobre su cabello. 

La Hufflepuff se lanzo a los brazos de su madre mientras sollozaba, esta le acaricio levemente el cabello.

—Yo también lo extraño...—susurro Elizabeth con un nudo en la garganta. 

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Esa noche Phoenix no pudo dormir por lo que bajo a la sala de Grimmauld Place y se sentó frente a la chimenea. Por su mente solo pasaba aquella fotografía que su madre le obsequio, sus ojos estaban rojos e hinchados de tanto llorar.

—¿Despierta a esta hora?—escucho una voz a sus espaldas.

Al mirar sobre su hombro pudo notar que Hunter Jones la miraba con diversión recargado en el marco de la puerta de la cocina, en su mano se encontraba una copa con wisky de fuego. 

—¿Tomando a esta hora?

El hombre Jones soltó una risita.—Touché.

Phoenix sonrió levemente mientras que Hunter se acercaba para tomar asiento en los sofás, un poco alejado de ella para darle su espacio. 

—Ojos hinchados y rojos, orejas—comento mientras la analizaba—Si... se perfectamente lo que estas pasando, yo pase lo mismo. 

—¿Que?—la castaña lo miro confundida.

—Mis padres murieron cuando yo tenia trece, luego fue mi hermano mayor cuando tenia diecinueve—comento dándole un sorbo a su copa—Al principio realmente es difícil, pareces que entras en un túnel oscuro sin salida—suspiro—Pero tienes que seguir adelante, no puedes estancarte. 

—¿Tu crees en el destino?—le pregunto Phoenix. 

—Si—Hunter asintió—El del amor y el de la vida, algunas personas están destinadas a vivir mas que otras. Al igual que existen personas que están destinadas a estar juntos, sin importar cuanto tiempo tarden en encontrarse. 

» Yo estoy soltero desde los veintidós años, me he dedicado únicamente a mi familia y mi trabajo, pero no pierdo la esperanza de que tarde o temprano llegara esa persona que tenga el otro extremo de mi hilo rojo—sonrió levemente—Solo tengo que esperar. 

Phoenix le correspondió la sonrisa.—Me sorprende que aun existan personas que creen en la leyenda del hilo rojo—bajo un poco la cabeza—Conmigo aveces se burlan por creer en algunas predicciones de las constelaciones. 

—Deja que se burlen, al final de cuentas todos terminaremos igual...—el hombre Jones fijo su mirada en el reloj que se encontraba en la sala—Ya casi son las cuatro, ve a dormir, no le diré que a tu madre que estabas despierta. 

La chica Potter se puso de pie mientras sacudía su túnica, le dedico una dulce sonrisa de agradecimiento a Hunter y se encamino a su habitación. 

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Hello!!

¡Hunter te amo! <3

Opiniones y teorías aquí...

Kisses!

With love, Mar

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