💫5. Audaz💫
Enid
Mentiría si dijera que no tenía miedo al enfrentarlos, pero tampoco era como si nunca hubiera peleado, pese a lo que podría aparentar ante cualquiera que me viera por primera vez, lo cierto era que tuve mucha experiencia luchando. Había prometido cuando era pequeña que todo lo aprendido solo lo usaría en defensa propia y en raras ocasiones he tenido una pelea real, la mayoría de desafíos a los que me he enfrentado han sido simulados para mi entrenamiento.
Mis padres me educaron desde pequeña en distintas clases de combate y me enseñaron que, en momentos como este en donde nuestra raza se ve amenazada por ser débil, se puede utilizar cualquier tipo de cosa que hubiera alrededor como arma para defenderse del peligro. No importaba la edad, el peso o la estatura, ni siquiera la fuerza del oponente, mi meta nunca fue igualar en fuerza a mi adversario porque sabía que por naturaleza existirían personas más fuertes físicamente que yo, y aún más si se trataban de cíborgs o extraterrestres; pero eso no era importante, no necesitaba ser más fuerte que mi oponente, solo necesitaba ganarle usando su propia fuerza en su contra.
Jamás había visto a cíborgs antes, pero si sabía que existían quienes combinaron su cuerpo con ingeniería. Si bien se veían poderosos, su fuerza radicaba más en sus brazos y piernas mecanizados mientras que su cabeza y pecho estaban vulnerables, un análisis rápido me dio pistas de como atacarlos para vencerlos. Solo necesitaba dos cosas, la horquilla de mi cabello y las puntas de mis zapatos. Usé la horquilla para clavarle en el brazo del primero que se acercó a mí, planeaba usarlo como marioneta y escudo, ellos tenían la ventaja en fuerza bruta y yo planeaba superarlos en inteligencia y agilidad, me era fácil moverme para esquivar sus ataques ya que era ligera y rápida. Mientras que ellos eran pesados y se movían toscamente con movimientos tontos los cuales podía predecir y hacer que jugarán a mi favor. Podía hacer casi cualquier cosa si se trataba de protegerme, me estaba divirtiendo en mi primera pelea con una amenaza como ellos, sin embargo, sabía que no debía confiarme demasiado y terminar rápido sino quería levantar sospechas o hacer que otras de esas cosas vinieran a cazarnos.
Tire de los cables sin medir las consecuencias, había escuchado que hacer esto con cualquier robot podría ser tan peligroso como activar una bomba nuclear, pero tome el riesgo. Luego golpeé el punto débil de sus cabezas con la punta de mis zapatos para dejarlos inconscientes, hubiera usado los tacones, pero seguían siendo humanos en alguna parte, así que no pude evitar tener compasión.
—¿Estás bien?, ¿Cómo pudiste hacer eso? —me cuestionó aquel extraterrestre cobarde que ni siquiera tuvo la decencia de ayudarme.
—Estoy bien y ellos se lo buscaron, de todos modos, ya estaba de mal humor. Espero que no quieras defenderlos, ellos querían matarnos —replique sin ánimos de discutir con él más de la cuenta.
—No planeaba hacer eso ¿No estás herida? —le escuche preocuparse.
—No, solo usé la punta de mis zapatos y la horquilla, no había forma de que me lastimara las manos —dije observando el perfecto barniz de uñas que me hice esta mañana, lucia impecable.
—No me refería a eso —mencionó con cierto tono de voz que no logre identificar.
—¿Crees que debí usar los tacones? Hubiera terminado más rápido si los usaba, pero no quería ensuciarme, sería desagradable —comenté y note que una expresión de confusión cruzó por su rostro.
—¿En serio eres humana? —susurró en forma de pregunta.
No quise responder, por un segundo recordé lo que otros niños solían decir sobre mí cuando demostraba mi fuerza. Seguí caminando después de volver a atar mi cabello con la horquilla y ponerme los zapatos correctamente.
—¿Te quedarás ahí observando, o vendrás conmigo? —llamé su atención en el momento en que me fijé que dejó de seguirme.
Antes parecía un cachorrito indefenso buscando la protección de su madre, ahora también lucia de esa manera; aunque por las expresiones en su rostro supuse que desarrolló un temor hacia mí, si era así, no lo culpaba. Las demás personas tendían a decirme que debía ser más femenina, con una buena conducta y sonrisa deslumbrante. No estaba bien visto que una chica pareciera fuerte y mucho menos si podía derrotar sola un escuadrón de guardias mecanizados entrenados.
Suspiré y seguí caminando, acepté que él no vendría conmigo, a pesar de ser de otro planeta supuse que también tenía prejuicios con los que debía lidiar.
—¡Espera! ¡Mira esto! —llamó y me detuve, giré para verlo y en sus manos pude ver que traía una especie de tarjeta de identificación.
¿Acaso se quedó observando a aquellos sujetos para encontrar eso?, por un momento ese pensamiento me dio cierta sensación de alivio y satisfacción. Pensar que existía al menos una persona como él que no se sintiera intimidado al verme pelear era más que suficiente para mí.
—Déjame ver —le pedí la tarjeta y empecé a examinarla con cuidado mientras seguíamos caminando—, A.S.T.R.A —se podía leer en letras de color negro como si fuera una clase de cifrado en abreviatura.
—¿Astra y no Astral? —cuestionó viéndolo con sus propios ojos la inscripción—. Es imposible, esos sujetos son los que atacaron a mi familia, tenían las mismas marcas en las manos —aseguró con firmeza, tenía sentido si recordaba la expresión de miedo y enfado que pude observar en su rostro hace poco, no podía dudar de él.
—Eso quiere decir que hay alguien más detrás de lo que sucedió ese día—pensé un poco en lo que debíamos hacer después de descubrirlo—Te ayudaré, pero por ahora debemos buscar un lugar seguro para escondernos, vamos —le ordené previniendo el despertar de los cíborgs que yacían tirados en el suelo.
—Iré contigo, pero ¿Ellos no están muertos o sí? —preguntó señalando al montón de chatarra en el piso.
—Por supuesto que no, despertaran en cualquier momento, por eso debemos irnos —repetí—, ¿Por qué te preocupas por los sujetos qué quisieron aniquilarnos y atacaron a los tuyos? —le cuestioné sin esperar realmente una respuesta, solo me pareció curioso.
—Eso es porque quiero ser yo quien los torture hasta el final, no es divertido si alguien más lo hace —respondió con frialdad y una mirada particular en sus ojos, que no había notado hasta ese momento—. Te sigo —pronunció cambiando por completo sus expresiones al hacerlas volver a la normalidad.
Debo admitir que sentí cierto interés en el lado oscuro que él demostró ante mí. Quizá porque aquello era algo que jamás había visto en las demás personas. Puesto que en nuestra sociedad actual nadie se mostraba tal y como era, a menos que fueran familia o amigos cercanos, raramente podías ver una sonrisa sincera, expresiones de enfado o lágrimas verdaderas de un desconocido. Porque la gente solía reprimir sus emociones para aparentar una fortaleza que no poseían genuinamente, pero de la cual dependían.
Durante el camino debíamos escabullirnos en una ciudad fantasma, en donde no se podía escuchar ni un solo ruido. Esa era la capital de la ciudad, por lo que en su mayoría estaba habitada por humanos puros y mitad humanos, mestizos de extraterrestres. Nadie estaba a salvo y era más que probable que todos o la gran mayoría hubieran sido aprisionados en sus propias casas al igual que yo lo estaba antes, porque ese era el sistema único de seguridad terrestre que también era controlado por el estado. Jamás fui buena en las clases de sociedad y estado, pero por lo que tenía entendido, nuestro líder original estableció ciertas medidas para protegernos. Las mismas medidas que ahora parecían totalmente inútiles debido a que estaban bajo el control de un extraterrestre que buscaba acabar con la humanidad, ni siquiera los híbridos o mestizos serían perdonados. El mundo estaba a punto de ser destruido, pero no podía permitirme perder la calma ya que si lo hacía no podría salvar a nadie.
—Hay un edificio que no se terminó de construir a la derecha, está deshabitado y no hay nadie cerca. Podemos usarlo por ahora —me informó Jaret mirando un holograma con los planos de la ciudad entera, en el reloj de muñeca que traía consigo.
—Creí que decías que nos seguirían, si usábamos esa clase de artefactos —le reproché.
—Así es, pero este no pertenece a tu planeta —continuó señalando el camino—. La tecnología de Valdos-17 es desconocida aquí, me atrevería a decir que incluso si llegaran a tener una muestra no sabrían cómo manejarla —añadió.
—¿Es tan difícil de entender o de controlar? —le cuestione una vez que pudimos entrar a uno de los edificios abandonados en medio de la construcción.
—No lo diría así, pero se relaciona con algo que los humanos aún en estos días consideran inexistente. —Cerró la puerta de lo que parecía ser una bodega de dos pisos abandonada.
—¿A qué te refieres? No creó qué algo así exista, en la última década se han probado y han pasado cosas que la mayoría pensó que serían inimaginables hace solo una década. Solo tienes que ver esta situación para entenderlo. Mi ciudad esta sumergida en un escenario apocalíptico que llegó en menos de una hora, todo estaba bien hace tan poco, que me parece increíble que algo como esto este sucediendo en verdad —me lamenté sin darme cuenta, que estaba perdiendo la cabeza y el tiempo en pensamientos absurdos.
¿De qué servía, lamentarse ahora? No podía cambiar nada, el fin del mundo que conocía llegó sin aviso y sin la menor consideración, era inaudito pensar que un pequeño acto dio inició a todo esto. Parecía impensable, todos habían sido retenidos en sus casas, oficinas, centros de estudio y demás, todos esperando el momento para su destrucción.
—Magia —mencionó Jaret sacándome de mis pensamientos.
—¿Qué?
—Magia, nuestro planeta estaba formado por un núcleo que se consideraba mágico y la tecnología que tenemos la usaba como fuente de energía. Las rocas de nuestro mundo estaban hechas de un material especial, que ningún científico jamás ha podido determinar su origen, ya que está en constante cambio. Algunos lo consideran de origen celestial, otros la veían como un ensueño y algunos simplemente le llamaban magia —me contó recordando su pasado—. Teníamos muchos relatos, leyendas y mitos que denominan al núcleo como la fuente de nuestros poderes, dicen que estábamos destinados a convertirnos en los "narradores del universo", ya que podemos ver eventos pasados de otras culturas y escribirlos. Hemos recopilado más historias sobre las galaxias que nadie en el cosmos.
—Por supuesto, sabía que tenían ese poder. Me lo contaste por mensaje, su planeta es llamado la Biblioteca Universal.
—Era llamado —me corrigió y pude sentir un tono de melancolía en su voz, se alejó y se puso de pie al lado de una pequeña ventana que había a un lado de la puerta principal para poder mirar al exterior.
No sabía que hacer, no era el tipo de chica sensible que solía consolar a las personas, pero aun así lo intenté. Me acerque a él y lo abracé por la espalda, esa fue la primera vez que note que era mucho más alto que yo, después de todo era un chico y un extraterrestre, así que no me pareció extraño, pero si un poco gracioso ya que mis manos solo podían llegar a estrechar su abdomen, en misma distancia en donde se encontraba su ombligo.
—¿Eh...esto? ¿Qué haces? —me preguntó y por la expresión de su rostro que se reflejaba en la ventana, supe que él estaba confundido.
—Yo solo... —no supe que decir y lo solté de inmediato.
El rostro de Jaret tenía un leve rubor y mis mejillas no tardaron en producir el mismo efecto. Me quedé sin palabras así que me alejé rápidamente y le pedí que no volteará a verme, no estaba segura si la ventana también me reflejaba a mí, pero no quise arriesgarme, ya era una situación muy vergonzosa y lo sería mucho más, si él llegaba a verme en ese momento.
—Lo siento —me disculpe.
Quise alejarme, pero él giro rápidamente, tomando una de mis manos me atrajo hacia su pecho, sosteniéndome con ambos brazos.
—Creo que es así como se hace —susurró en mi oído mientras me abrazaba.
Estaba apuntó de darle una golpiza que jamás olvidaría, cuando añadió algunas palabras que me hicieron entenderlo mejor. Además, una parte de mí, también necesitaba el consuelo que aquel abrazo nos proporcionaba.
—¿Se llamaba abrazo no es así? —preguntó con un tono de voz suave—. Los humanos lo hacen para reconfortar a otros, gracias —susurró nuevamente con una voz que expresaba nostalgia, así que solo lo dejé quedarse así un poco más.
No pude decir nada, no porque no supiera o no quisiera hacerlo, simplemente presentí que no era necesario. Solo me quedé en aquel lugar por un momento y luego el impulso de acariciar su cabeza me fue incontrolable, realmente él se parecía a un cachorrito que necesitaba protección.
—«A todos los humanos, puros, híbridos y mestizos, se les anuncia que serán destruidos junto a su planeta, en menos de cinco días» —advirtió una señal captada involuntariamente por el reloj de Jaret.
Continuará...
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top