💫4. Monarquía💫

Jaret

Los noticieros terrestres anunciaban la caída de su régimen, el único gobierno que tuvieron durante siglos se estaba desplomando debido a la toma de poder que estableció un alienígena. Aquel que se coronaba como su nuevo líder, aparentaba tener un rencor parecido al mío, con la única diferencia de que su odio era mucho más profundo y arraigado del que yo podría llegar a sentir algún día hacia la raza humana. Mientras yo creía que mi odio era parcialmente racional, dirigido solo a los responsables de la desgracia de mi familia y no planeaba involucrar a inocentes, el odio que esa entidad sentía involucraba a todos, ya sean culpables o ignoren por completo los errores de su raza. El nuevo líder mundial había dejado claro que no descansaría hasta eliminar al último de los humanos.

Mientras veía como aquella chica llamada Enid, se esforzaba por conectar una llamada con desesperación, sus dedos tecleaban los controles en el panel central que estaba notablemente bloqueado debido a la alerta de seguridad; pensé que yo en su lugar podría desactivarlo con facilidad, pero no tenía razón para ayudarla.

—¡Mamá, papá! ¡Por favor que alguien, responda! —por el color rojo, azul y violeta de su aura podía percibir que sentía ira y frustración combinados con temor.

Pensé en salir por mi cuenta de aquel lugar y dejarla sola, pero algo en su actitud me recordaba a mí mismo, cuando intentaba proteger por todos los medios posibles a quienes quería, me vi reflejado en ella y no pude ignorarla.

—Déjalo, aunque intentes es más que seguro que no responderán, además si te localizan los pondrás en peligro. Los humanos puros como ustedes tendrán el privilegio en la eliminación —le dije refiriéndome a sus padres y a ella misma.

—¿Y qué supones que haga? Ni siquiera puedo salir de este lugar —gritó con frustración—. Todo es tu culpa, ¿Estás feliz? alguien más hizo lo que tú querías hacer —se quejó furiosa, mientras sujetaba un extremo del cuello de mi chaqueta de forma amenazante, aunque eso solo duro unos pocos segundos, luego ella me soltó por su cuenta.

Suspire con resignación, el comportamiento humano es muy complejo y más en una situación como esa en la que solo podían llegar a decir y pensar incoherencias. Decidí dejarlo pasar e intentar ayudarla.

—¿Qué quieres hacer? Nada se resolverá si pierdes la cabeza —replique intentado hacerla entrar en razón.

—Ya lo sé, pero mi familia está en peligro y mis amigos. Allen, él trabaja para ASTRAL —mencionó haciendo una pausa—. Ally dijo que hubo un problema con él, quizá se trataba de esto. Uno o un grupo de extraterrestres renegados tomaron el control —saco conclusiones apresuradas sin saber realmente lo que sucedía, ella definitivamente tenía una gran imaginación.

—Ya veo el motivo por el que te negabas a creerme, es porque alguien de tu confianza trabaja para ellos —medite por un segundo si ayudarla o dejarla ahí después de saberlo.

En realidad, sabía que ella no estaba directamente relacionada con lo sucedido con mi familia y además fue la única que se preocupó y me ayudó cuando estaba herido. Los Ventury tenemos un código moral muy estricto, que debe respetarse en circunstancias como estas. No podía dejarla a su suerte. Después de todo solo era una débil humana y además si permanecía a su lado, tarde o temprano tendría la oportunidad de encontrar a alguien que trabajara para ASTRAL.

—En unos minutos los Goodbots vendrán y todo habrá terminado —replicó Enid furiosa, persistiendo en tratar de acceder al código en la pantalla.

—¿Goodbots? —le cuestione tratando de recordar si lo había escuchado antes.

—Son los centinelas robóticos que están bajo las órdenes del líder mundial o más bien lo estuvieron, obedecen a quien tenga el cargo, ahora que el control lo tiene un extraterrestre desquiciado, es más que seguro que los desplegará para atacarnos —predijo justo antes de que fuera anunciado por televisión, no podía creer cómo esas criaturas mecanizadas salían a las calles para atacar a los humanos sin piedad.

—No sabía que tuvieran ese tipo de tecnología aquí —susurre para mi asombro esos robots eran más avanzados de lo que parecían y letalmente peligrosos—. ¿Y todo para proteger a su monarca?

—¿Monarca? Nuestro gobierno no es una monarquía, es más bien una república hereditaria, es complicado tenemos ministros y senadores, pero la mayoría del poder recae sobre el líder. Antes era necesario que hubiera un hijo biológico que tomara el poder, pero eso cambio cuando los caparazones humanos se inventaron, hace mil años que tenemos al mismo líder en el poder —explicó.

—Lo que me dices cumple las bases de un gobierno monárquico —insistí.

—Una monarquía tendría un sistema de castas definidas, las clases sociales no son importantes en este planeta. Ya seas humano o extraterrestre tienes los mismos derechos, esto no es una monarquía o por lo menos no lo era hasta ahora —refunfuño tomando una especie de palanca de uno de los gabinetes en la pared—. ¡Sal de mi camino! Sino vas a ayudar, por lo menos no estorbes —me apartó de un empujón.

De hecho, su fuerza no era demasiada, pero término por hacerme caer en el sofá, supuse que fue porque aún seguía débil. Aproveché que su atención se había desviado hacía la puerta, para hackear el sistema de seguridad y conseguir que nos liberará, además hice algunos cambios que nos permitirían escapar sin correr riesgos ya que las cámaras quedarían con una imagen congelada, eso debía hacer parecer que seguíamos ahí sin ningún cambio, de ese modo ganaríamos tiempo suficiente para escapar sin ser detectados.

—¡Esto es imposible! —exclamó ella forzando una y otra vez la puerta.

—¿Acaso querías hacer algo como esto? —dije reiniciando el sistema para desactivar la cerradura.

—¡Si podías hacer eso, por qué no me ayudaste desde el principio! —me reprochó saliendo a toda prisa de la casa.

La seguí porque esta vez no planeaba quedarme callado ante su ingratitud—¡Oye, escucha! No tenía la obligación de ayudarte, si lo hice fue por... —sentí como su mano cubrió mi boca de improviso, antes de que pudiera decir una palabra más, ella ya había tomado el control.

—¡Shhh! —me hizo una señal para agacharme y quedarme callado a su lado detrás un automóvil en plena calle.

Enid se veía concentrada, al mirar hacia un solo punto al frente de nosotros, seguí su vista hasta lo que parecía ser un grupo de cíborgs que vigilaban el desolado lugar. Estos lucían extraños, eran parte humanos y parte máquina por lo que en un principio me confundí, sus extremidades tenían cableados que conectaban a un ordenador en su cerebro, este parecía un tatuaje hecho en la piel. No fue hasta que observé sus manos que reconocí los símbolos que pude ver en lo sujetos que atacaron a mis padres, los hombres que llevaban túnicas para cubrir sus rostros tenían esas mismas marcas.

—Esos son... —el aire abandono mis pulmones y fue como si alguien me hubiera dado un fuerte golpe en el estómago, de hecho, así fue y todo se lo debo a esa chica que aparentaba ser una frágil y simple humana.

—Te dije que te quedaras callado —se excusó por el golpe y salió de nuestro improvisado escondite por su cuenta— ¡Hey, ustedes! —llamó su atención.

¿Acaso esa chica estaba loca? Por un momento e involuntariamente me planteé la idea de dejarla por su cuenta, a pesar del código que había decidido seguir.

Al final, fui tras ella y aunque no lo note en el primer momento, solo empeore la situación. Esos tipos se acercaban a ella con calma como si no tratarán de dañarla, pero su actitud cambio radicalmente en cuando me vieron llegar a su lado. Sus pasos se aceleraron hacia nosotros y su mirada los hacia lucir como asesinos entrenados.

—¡Corre! —quise tirar de Enid tomando uno de sus brazos, tal como ella lo había hecho antes conmigo, pero esa chica estaba tan decidida a actuar que me esquivó por completo.

—Escóndete —me ordenó, quitándose la horquilla en forma de media luna, que llevaba como un adorno que sujetaba su cabello.

Giro hábilmente la varilla de la horquilla en su mano y se quedó firme en su lugar, no se veía para nada asustada, lo que me pareció realmente impresionante considerando el grupo de tres amenazantes hombres robóticos a los que estaba apuntó de enfrentarse.
Lo siguiente que pude ver fue todavía más impresionante, una frágil chica humana de dieciséis años le dio una paliza a sujetos que le duplicaban en peso, fuerza y estatura, era algo para no creérselo. Con la gran habilidad que Enid parecía tener, estaba empezando a dudar que fuera humana, aunque luego lo entendí. No es que fuera invencible solo estaba entrenada para poder defenderse debido a que pertenecía a una de las razas más débiles entre todas las razas existentes, ella era humana y como tal muy vulnerable de por sí. Me quede viendo como le clavo la horquilla en uno de los brazos robóticos al primer sujeto que se le acercó, para hacer de este una especie de punto de equilibrio del cual sostenerse para tomar impulso y golpear a los demás, definitivamente aquella chica sabía el significado de usar la fuerza de tu oponente en su contra.

Continuará...

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