💫3. Desequilibrio💫
Enid
Era la tercera porción de helado que comía, no podía evitarlo, estaba ansiosa mientras esperaba. Al final había aceptado encontrarme con él.
¿Por qué tenía tanta curiosidad?, ¿Estaba loca? Quizá, pero todo lo que dijo seguía rebotando en mi cabeza, así que decidí tomar precauciones. Antes de verlo me asegure de saber cuál era exactamente el lugar en donde íbamos a encontrarnos, si se trataba de un lugar apartado y tétrico por supuesto que jamás iría. Pero contrario a todo lo que me imaginé las coordenadas pertenecían a una heladería que era de mis favoritas, supuse que fue no una coincidencia ya que hackeo mi ubicación y esta se encontraba cerca de mi casa. De cualquier modo, como medida de precaución le pedí a mi mejor amiga Ally, que me acompañara y se ocultara entre los clientes. Ella era la chica de los rizos, piel pálida medianamente morena y ojos grises.
Se encargaría de ayudarme si las cosas se complicaban por cualquier motivo.
Ally Kingston es mi mejor amiga desde la primaria, su hermano mayor Allen trabajaba para ASTRAL, aunque no estoy segura en que área, dice que es "confidencial". Además de que ni siquiera pudo ayudarme con el examen de ingreso, algunas cosas estaban prohibida supongo. Bueno tampoco es que necesitará de su ayuda, soy perfectamente capaz de conseguir lo que quiero por mis propios medios. Aun así, hubiera deseado tener tiempo para preguntarle sobre lo sucedido con la prueba y porque un extraterrestre que supuestamente era simulado, me contactó de manera personal. Allen era estricto con su trabajo por lo que no podía interrumpirlo y para colmo tenía el tiempo medido por ese extraterrestre. En fin, ya estaba en el lugar, debía ser cautelosa para evitar problemas, cuando se trataba de extraterrestre nunca se sabe que puede suceder, por lo que sé sus poderes no son la gran cosa, pero aun así podría estar ocultando algo.
—Anderson Enid —mencionó una voz masculina detrás de mí.
Giré hacia su dirección y pude ver los ojos de un chico que llevaba capucha negra, cubrebocas y tenía un grave problema de actitud. Asentí con un ligero movimiento de cabeza, cuando él lo noto, directamente se dirigió a ocupar el asiento frente a mí, en la mesa de la heladería. Fue bueno que el lugar tuviera mesas especialmente adecuadas para dos personas y cada una estuviera a una distancia prudente de la otra, Ally nos observaba desde una de las mesas más alejadas para mantener las apariencias. No es que ella fuera cobarde, yo le había ordenado que se alejará.
No soy de las que se esconden, este chico vino por mí y si lo que quería era pelear, no soy tan débil como para huir asustada. Si las cosas se ponían complicadas me aseguraría de que Ally pudiera escapar mientras lo detenía.
—¿Eres Jaret Galar? —pregunté dándole una probada a mi helado, conocía la respuesta, pero quería estar completamente segura.
Él asintió con la cabeza. —Esta es tu última oportunidad, si trabajas para ASTRAL dime ¿A dónde se llevan a los que capturan? —cuestionó con un tono de voz severo.
—No trabajo para ASTRAL y tampoco se sobre el funcionamiento interno...espera acabas de decir, ¿capturan? —le pregunté realmente confundida—. Quizás quisiste decir reubican —le corregí.
—¡No estoy para juegos! —exclamó dándole un golpe a la mesa con su puño.
La atención de la gente a nuestro alrededor se centró en nosotros, Ally se levantó de la mesa, pero logre hacerle una seña disimuladamente para que supiera que no debía precipitarse, todavía quería saber más de lo que él tenía para decirme.
—Tranquilízate —le pedí—. A no ser que quieras ser encarcelado —advertí en forma de amenaza.
Por un momento pude verlo temblar y al mismo tiempo su expresión se tensó hasta el punto de verse enfadado, como si estuviera realmente enojado por mis palabras.
—Todos los de tu raza son iguales —le escuche murmurar.
—No sé qué signifique eso, si me dices que sucede prometo ayudarte —ofrecí, pero él no parecía del tipo comprensivo.
—No es necesario, solo dime si realmente no sabes nada de ASTRAL y los alienígenas que capturan para usarlos como experimentos. —Fue directo, mucho más de lo que pensé que sería.
—ASTRAL no hace eso, es una compañía que se encarga de proteger y ayudar a extraterrestre de todo el universo —repetí lo que ya le había dicho por escrito.
—Dices la verdad —dio un suspiro y habló en voz baja—. Bien, sino lo sabes es mejor que nunca lo sepas, solo aléjate de ellos; realmente no son lo que piensas —proclamó antes de levantarse de la mesa.
Estaba decidido a irse, pero estaba equivocado si pensaba que me quedaría con la duda. Lo tome del brazo izquierdo decidida a obtener más respuestas de su parte, si había algo malo relacionado con Astral quería saberlo y si solo resultaba ser un malentendido, entonces me encargaría de demostrárselo.
—¡Espera! Dijiste que sabías algo más y prometiste decirme la verdad si venía aquí, entonces habla —le ordené.
—No te involucres con algo que no podrás manejar —continuó, tirando de su brazo para soltarse de mí—. Acepta mi consejo y solo aléjate de ASTRAL—repitió.
—¡Qué rayos! —pensé en cuando noté, que la mano que usé para sostenerlo tenía un pequeño rastro de un líquido morado.
Fue entonces cuando recordé, los Ventury no tienen el mismo organismo que nosotros y la diferencia más notoria entre nuestras especies, es que su sangre es de color morado en lugar de roja. ¿Acaso él estaba herido? ¿Qué le sucedió para estarlo?
Las preguntas me invadían por completo, mi mente estaba inquieta mientras veía su silueta alejarse. No podía dejarlo ir si estaba herido, así que lo detuve en la puerta del establecimiento. Pensé que por lo menos debía ayudarlo a curar sus heridas, aun si parecía tener una idea equivocada de ASTRAL, quería ayudarlo. Puede que en el fondo fuera un deseo impulsado más por mi codicia, por cambiar su perspectiva sobre algo que era importante para mí, y no solo por mostrar empatía por ayudar a alguien en problemas, una parte de mí quería saber que le sucedió y me intrigada saber la razón por la que parecía odiar a ASTRAL.
—Ven conmigo —tire de su brazo derecho sin esperar una respuesta.
Llame a Ally con una seña y espere a que ella me siguiera fuera de la heladería, el plan era llevarlo a un hospital, aunque con su falta de confianza hacia los humanos supuse que no aceptaría.
—¿Le dijiste a alguien más de mí? —se quejó al ver a Ally—. ¿A dónde me llevas? —quiso tirar de su brazo, pero note que estaba muy débil como para volver a forcejear.
—Está bien, es una amiga, no pensaras que soy tan ingenua como para reunirme con un desconocido, sin tener un plan de apoyo ¿verdad? Ella es mi mejor amiga su nombre es Ally —la presente—. No te preocupes, no planeo secuestrarte solo te llevaré a mi casa para curar tus heridas, luego podrás irte.
—¿Es una trampa? —cuestionó.
—No, es solo que no puedo soportar que alguien se desangre por la calle en plena mañana —contesté con algo de humor negro, aunque él no pareció entenderlo.
Al llegar busque a mi madre, hasta que recordé que tendría doble turno en su trabajo, mi padre no estaba y ya era media día, supuse que su reunión en la universidad se prolongó. De una u otra forma no había nadie en casa, así que debía curarlo yo sola con la ayuda de Ally o al menos eso esperaba.
—Eny, tengo que irme, Allen tuvo un problema y dice que debo verlo enseguida. ¿Estarás bien tú sola? Puedo llamar a una ambulancia para él —señalo al extraterrestre que llevé a casa.
—No, estaré bien. Será mejor que te vayas y, no te preocupes por mí, él está demasiado lastimado como para ser una amenaza —susurre las últimas frases en voz baja—. Además, si hace algo extraño lo noqueare enseguida y llamaré a la policía —le aseguré después de todo tenía un plan para deshacerme del extraterrestre si resultaba ser peligroso.
—De acuerdo, cualquier cosa solo llámame, le diré a Allen que venga si es necesario —ofreció.
Realmente me hubiera gustado verlo, si este extraterrestre se salía de control y podía noquearlo frente a él, seguro sería reconocida por Allen. Por fin podría ingresar a ASTRAL si le demostraba mi fuerza, pero supuse que eso debía esperar, lo que realmente quería saber en ese momento era lo que sucedió con Jaret luego del último mensaje que me envió. Además, su repentino odio por ASTRAL estaba empezando a preocuparme.
—Bien, nos vemos —la despedí.
Ya casi terminaba de preparar los vendajes junto con un poco de medicina, para aplicarla en las heridas de aquel alienígena, que ahora se encontraba sentado en el sofá de mi casa, vaya eso sí que sonó extraño incluso dentro de mis pensamientos.
—Quítate la chaqueta y el cubrebocas —le pedí acercándome a Jaret, tomé asiento a su lado en el sofá.
—No es necesario, yo puedo hacerlo solo —replicó tratando de tomar los medicamentos de mis manos.
—¡No, yo lo haré! —replique esquivando sus intenciones—. Ya te he visto antes, ¿Por qué quieres seguir ocultando tu rostro?
—No es de ti de quien me oculto —aseguró dejándome ver una vez más su cabello rubio y ojos azules.
Me quedé mirándolo por unos segundos sin darme cuenta, cuando desperté del ensueño de inmediato me apresuré a tratar sus heridas, tenía rasguños en el rostro y en el labio como si hubiera sido golpeado y arrastrado por el suelo. Sus brazos estaban rasguñados y tenían moretones, su piel lucia reseca como si tuviera deshidratación. Una gran herida en su codo izquierdo me demostró el motivo de su sangrado.
—¿Cómo te hiciste esto? —pregunté realmente curiosa por ello, heridas así solo las había visto en peleas de pandillas que en la actualidad no son comunes, la vida era parcialmente pacífica en el planeta Tierra, por lo que los tratamientos actuales en su mayoría eran para tratar enfermedades más que para heridas físicas.
—Astral... —susurro con dolor al sentir el roce del medicamento contra su piel.
—Lo siento, aguanta un poco, lo vendare y ya no sentirás dolor —me apresure a terminar de vendarlo—. ¡Listo!
—¿Por qué hiciste eso? —me reclamó, de algún modo sentí que era su forma de agradecerme así que lo dejé pasar y respondí con cortesía.
—Era la única forma de desinfectar tus heridas, ¡Idiota! —le grité, en fin, el modo sutil y cortes jamás fue mi estilo, aunque lo intentará—. Ahora me puedes decir ¿Qué fue lo que sucedió? Y quiero la verdad —exigí.
Él suspiro con resignación y ladeo la cabeza en respuesta, parecía indeciso y reacio a contarme lo que le paso.
—ASTRAL no es lo que piensas —repitió.
—Ya dijiste eso, quiero saber ¿Por qué piensas que son malos? —ordené esta vez con una voz más firme.
—Hacen creer al mundo que ayudan a los necesitados, pero en realidad solo nos ayudan con el fin de usarnos como ratas de laboratorio. ¿Acaso eso en tu planeta es legal o moralmente correcto? —me cuestionó con evidente furia en sus ojos—. Mi familia junto con los pocos sobrevivientes de nuestro planeta fue capturada por ese motivo. ASTRAL es un monstruo —afirmó siguiendo con su relato.
Me contó cómo llegó a la Tierra y también el motivo de las heridas en su piel, extraños sujetos atacaron a su gente y una explosión lo separó de sus padres. Aceptó que planeaba comenzar su venganza por mí y que por eso rastreó mi ubicación y luego envío el mensaje para nuestro encuentro. También me aseguró que pudo ver mi sinceridad y que abandonó la idea de atacarme desde el primer momento, debo admitir que sus palabras llegaron a mi justo a tiempo, pues estaba decidida a noquearlo dolorosamente si era en defensa propia. Su historia era realmente conmovedora y no me daba muchas razones para desconfiar de él, tenía argumentos sólidos al igual que la evidencia en su piel para hacerme creer lo que decía. Me molestaba no encontrar suficientes motivos por los que Jaret intentara mentirme, después de todo fue mi idea preguntarle y ayudarlo cuando él solo quería irse, por lo menos debía darle el beneficio de la duda, pero a la vez me costaba creerle.
—Necesito encontrar a los responsables y hacerlos pagar —respondió para terminar la conversación—. No te pido que me creas y mucho menos pretendo que me ayudes, pero por lo menos no comentes esto con nadie, a partir de hoy no me volverás a ver —aseguró para irse.
—Pero... —dudé si debía consolarlo de alguna forma o dejarlo ir—. Lo siento, realmente no puedo creerte —respondí finalmente.
—Está bien, no esperaba que lo comprendieras. De cualquier modo, gracias por ayudarme. Si alguna vez te encuentro de nuevo, buscaré la forma de devolverte el favor —prometió Jaret antes de marcharse, aunque también volteó una última vez para insistir—. Tan solo recuerda alejarte de ASTRAL, de otra forma no garantizó tu seguridad —añadió con una frialdad notable tanto en su voz como en sus ojos.
Odiaba a los chicos que actuaban así, estaba claro que él no tenía ese tipo de personalidad y se sobre esforzaba mucho para aparentar ser rudo, aun así, lo deje seguir hasta que algo llamó la atención de ambos. El dispositivo de seguridad de la casa se activó cerrando todas las puertas. El televisor se encendió mostrando un comunicado de noticias urgentes. Aquello solo ocurría en casos graves, así que concentre toda mi atención en lo que decía aquel anuncio. Puedo asegurar que desde el primer momento presentí un gran peligro.
—«Un nuevo líder mundial llegó al poder, este será un año histórico. Todos tendrán el honor de presenciar el nacimiento de un nuevo régimen de la mano de Vendark. Den la bienvenida a la oscuridad». —Era el comunicado oficial dirigido a la población mundial y eso no era todo.
Me apresure a revisar mi celular y encender los otros dispositivos electrónicos que había dentro de casa, para sintonizar los noticieros. Todos sin excepción y en diferentes partes del mundo anunciaban el ataque esta mañana al líder de nuestro planeta, los políticos y fuerzas armadas. Todos ellos fueron tomados por una entidad desconocida, de origen alienígena que anunciaban su plan para exterminar a quienes consideraba como la peor plaga del universo, los humanos.
Continuará...
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