Ethan Frye/ Charles Dorian

Quizá hubiera soltado alguna maldición de no ser porque no quería ser escuchado, aunque… en realidad, Ethan durmiendo bien podría compararse con un oso a mitad del invierno. El chico roncaba, cansado y quizá aún aturdido por las estupidas cantidades de licor que aún corrían por su sistema. 

Procuró no hacer demasiado alboroto al levantarse de la cama, pero su preocupación por hacer algun movimiento brusco o ruido excesivo se esfumó al oír como respuesta otro ronquido, además de apreciar como Ethan se movía al centro de la cama, acomodandose mejor. 

Charles se tomó un instante para apreciar al chico, sus cortos mechones oscuros, alborotados, su usualmente fruncido entrecejo ahora estaba relajado, e incluso podía jurar que el idiota sonreía. 

Dorian luchó contra esa sensación de mareo que lo molestaba mientras se vestía, cuidando no dejarse ninguna prenda olvidada; así mismo, vistió a Ethan, o al menos, logró acomodarle los pantalones, agradecido de que el chico parecía no tener intención de despertar, aún. 

•●•●•●•●•

El domingo por la mañana resultó algo caótico para Giovanni, cerró los ojos con fuerza al escuchar el maldito teléfono timbrar. Una…dos… al tercer timbre logró contestar.

—Dime que pasó anoche…

Giovanni apartó el teléfono de su oreja, sintiendo el incómodo martilleo que le produjo la ruidosa voz del inglés al otro lado de la línea. 

—Buenos días a ti también, Frye.

Saludó sarcástico, girando un poco la cabeza y estirando los brazos, buscando deapertar un poco más con el estiramiento. 

—No estoy para eso, Auditore. Yo… en verdad necesito saber qué sucedió. 

Giovanni miró frente a él, Charles dormía pesadamente en el sofa, con sus piernas colgando al aire, y su cuerpo torcido de manera que al italiano le recordó un felino. 

—¿A qué te refieres con "qué sucedió" exactamente? Estuvimos bebiendo solamente…

Odiaba mentir, en especial a Ethan, pero no tenía más remedio tras haber recibido a Charles en su departamento casi a las cuatro de la mañana, sollozando por haber sido un idiota.

—Dorian ¿sabes algo de él? ¿Te-te dijo algo? 

Giovanni tomó aire. Ethan seguramente no recordaba que la fiesta había terminado justo después de que se había abalanzado sobre Charles para besarlo, y prácticamente ambos habían huido hacia la habitación. 

—¿Charles? ¡Por supuesto! Está conmigo, nos fuimos junto a Kenway cuando te quedaste dormido…

¿Por qué Dorian lo había dejado en medio de toda esa mierda? No le agradaba la idea de mentir, mucho menos al chico que veía como un hermano mayor. 

—¿Pasó algo? 

Añadió Auditore, tanteando qué tanto podría recordar Frye, y qué le esperaba a Dorian más tarde; recibiendo un resoplido cargado de decepción como respuesta inicial.

—Nada, en realidad… creo que sólo fue un sueño. 

Sin dar oportunidad al italiano de preguntar algo más, colgó. 


•●•●•

De alguna manera, Dorian logró llegar a la universidad el lunes por la mañana sin la expresión de culpa con la que había cargado desde el día anterior. Le había contado todo a Giovanni, eso ayudaba…más o menos. 

No podía decirle a Ethan que habían pasado la noche juntos, era mejor sino recordaba nada de eso; pues no sabría como lidiar con la situación si ese furtivo encuentro dañaba su amistad. Así que era mejor dejarlo todo como sino hubiese ocurrido. 


•●•●•

Tres semanas más tarde, lo habría seguido deliberando, comentarlo o no, cuando su hilo de pensamientos se vio interrumpido por el sonido de su teléfono. 

《¿Podemos hablar?》

Se trataba de un mensaje de Ethan, por lo que rápidamente fijaron una hora. 

Ya en la cafetería a un par de calles del departamento del inglés, ambos estaban sentados frente a frente en lo que pareció un silencio eterno. 

—Tengo algo que decir. 

Hablaron a la par, ain embargo, Dorian cedió la palabra con un movimiento de cabeza. 

—Cecily está…está esperando. 

El resto fue casi como ver alguna cinta en cámara lenta; el como el inglés agachaba la cabeza, su mirada lucía más apagada de lo normal, au voz también, guardaba cierto dejó de nostalgia o tristeza (Charles no estaba muy seguro) y sabía de sobra de qué hablaba. Esperando un hijo, seguramente. ¡Oh Dios! 

"Hace tres semanas dormimos juntos" las palabras murieron en garganta del francés antes de poder decirlo. Si Ethan iba a ser padre, sabía de sobra lo que significaba. Lo harían "cumplir". Matrimonio. Sus piernas temblaban y una sensación de vacío se apoderó de su estómago; dando paso después a las náuseas. Eso era más mierda de con la que podía lidiar. 

—Vaya…

Fue todo lo que atinó a decir. 


•●•●•●•

Las náuseas que había experimentado en la cafetería eran más que sólo por oa noticia de Frye. También esperaba un hijo suyo, pero optó por no decir nada mas que a Giovanni. O lo había intentado. Auditore tuvo que descifrar las palabras del francés en medio de sollozos. Charles no quería atarlo de la misma forma en que Cecily lo estaba haciendo. No. Podía renunciar a sus metas, pero no podía arrastrar a esa miserable situación a Ethan. 

Además, ya era un hecho que se casarían, con la esperanza de hacerlo antes de que a Cecily se le notara el embarazo. 

•●•●•

La semana previa a la boda fue todo un caos, desde luego. Sin embargo, pasado el trágico momento, Frye esperaba al menos poder pasar el rato en recepción con sus amigos en lugar de la novia que parecía aún menos entusiasmada que él. 

Ahí fue cuando se percató de que Dorian no estaba ahí ¿por qué? Eran amigos ¿no? No lograba comprender por qué el chico lo había dejado ahí sin más viéndolo arruinar su vida.

—Tiene más de una semana que regresó a Versalles.

Finalmente Giovanni escupió el paradero de Charles. Frye estaba herido ¿había ofendido a Dorian en algún momento? Incluso cuando salió del salón a fumar un cigarrillo e intentar llamar al chico buscando una explicación comenzó a experimentar cierta ansiedad. 

Esta sólo pasó a convertirse en tristeza al oír que el número ya estaba fuera de servicio…

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