Capítulo 29: Lo más valioso
Por más que quisiera cuestionar sus acciones, la verdad era que su mente no estaba por la labor de detenerse a pensar en las repercusiones de sus actos. Excitado y sintiéndose por primera vez en mucho tiempo deseado por alguien, sólo se dejaba llevar por sus impulsos.
¿Cuántas veces le habían dicho que era demasiado impulsivo? ¡Había perdido la cuenta de ellas! Hasta el mismo Law había descubierto esa faceta suya con rapidez y la exprimía al máximo para salirse con la suya y, pese a saberlo, Ace no quería frenar.
Toda su relación con Mihawk había sido una burda mentira. Noches en vela, cenas en solitario, citas canceladas y todo, ¿para qué? ¡Para nada! Si en algún momento se sintió querido por esa persona, todas esas acciones donde le dejaba tirado acabaron por destruir toda su autoestima. La gente a su alrededor sólo parecía acercarse a él para sacar provecho de algo y Mihawk le había engañado mejor que nadie. Ahora era su superior, tenía que soportarle y eso le hacía cuestionarse muchas veces si Law no estaba interesado en algo más que no fuera él. ¿Tendría motivaciones ocultas? Todos los días lo pensaba y daba vueltas a la cabeza tratando de adivinar cuáles podrían ser. ¡Nunca llegaba a una concreta! Law realmente ya no tenía nada que ganar pero tenía demasiado que perder.
Para ser sincero consigo mismo, la verdad era que Ace se sorprendía cada vez que Law hablaba. Ese chico no solía mentir ni ocultar cosas, hablaba tan directo que era completamente abrumador. Cuando decía que sólo quería pasar tiempo con él... se lo creía sin más.
- Sigues siendo muy impulsivo – sonrió Law al sentir que Ace frenaba ligeramente aquel ritmo caótico de su pasional beso.
- Y tú demasiado directo.
- ¿Es eso un problema? – Sonrió con arrogancia –. No tengo tiempo que perder, Ace. Ya te lo dije. No me sobra el tiempo precisamente. ¿Por qué andarme con rodeos?
- Todos quieren algo de mí o de mi apellido, o de mi padre, la cuestión es que...
- ¿Qué podría necesitar de vosotros? No soy policía – siguió sonriendo Law dándose cuenta de por dónde iba –. No puedes hacerme favores, ni puedo ascender gracias a tu influencia, no obtengo nada y ni tú ni tu padre, por buenos que seáis en vuestro trabajo, podéis librarme de mi destino. Yo lo forjé y sé muy bien lo que me espera. Así que créeme cuando te digo... que me he enamorado de ti.
Aquello frenó en seco a Ace. Esas palabras no esperó escucharlas jamás y menos de alguien como Law, sin embargo, allí estaban removiendo todo su mundo.
- No digas estupideces – se quejó Ace – tú solo quieres disfrutar del sexo el tiempo que te queda.
- Si quisiera sólo sexo, pagaría a una puta – le remarcó –. Te quiero a ti, todo el tiempo. No quiero pasar el tiempo con nadie más que no seas tú. Y para serte todavía más sincero, me da miedo meterte en problemas. Si la gente descubre esto... tu carrera podría terminarse con un soplido. No quiero que tu vida se fastidie por mi culpa. Al fin y al cabo, mi vida ya está llegando a su fin y mi destino ha quedado sentenciado.
- Cállate y deja que yo me ocupe de mi vida y mis decisiones.
¡Ace tenía carácter! Demasiado y por eso mismo, Law no dijo nada pese a que no dejó de sonreír en ningún momento. Le gustaba demasiado ese chico y no podía entender cómo aquel desgraciado dejó escapar a alguien así. Él jamás lo habría hecho.
Con suavidad y poniéndose serio, Law llevó la mano hasta la mejilla de Ace y subió por su rostro hasta apartar ligeramente algo de su cabello. ¡Era el chico de sus sueños! Sin duda alguna. Ace lo tenía todo para su gusto. Esas pequitas infantiles en el puente de su nariz, la sonrisa más inocente de todas, esos ojos azules casi grisáceos tan raros y atractivos, su forma de ser...
Los besos de Ace siempre eran fogosos y, sin duda alguna, ¡sabía besar! Nunca antes había estado frente a alguien que besase tan bien como él. Agarrando la parte de atrás de la cabeza de Ace, Law le empujó hacia él para besarle con mayor pasión. Cada segundo que podía pasar a su lado le hacía inmensamente feliz y deseaba aprovecharlo al máximo.
Las manos de Ace fueron mucho más rápidas dirigiéndose con cierta impaciencia hacia la bragueta de Law. Temblaban, pero Law no estaba seguro de si era debido a la emoción e impaciencia del momento o a otra cosa.
Law posó sus manos sobre el dorso de las de Ace con total suavidad, provocando que los movimientos violentos y bruscos de Ace cesasen al instante y elevase la mirada hasta los ojos del chico bajo su cuerpo.
La sonrisa de Law se hizo presente en cuanto sintió que el ambiente se relajaba. Él no necesitaba un polvo rápido en mitad de la nada dentro de un coche, lo que quería era simplemente, estar al lado de Ace y le daba igual el lugar, el momento o lo que fuera, sólo necesitaba relajar el ambiente y disfrutar al máximo de cada segundo a su lado.
Con suavidad y muy lentamente, Law atrapó una vez más los labios de Ace mientras éste, con mayor calma que antes, desabrochaba finalmente el botón del pantalón de Law antes de seguir hacia la cremallera para bajarla.
***
Tumbado sobre el colchón y mirando fijamente el techo como si tuviera algo muy interesante que ver, Ace recapacitaba en todo lo sucedido. Estaba claro que ya no podría seguir diciéndose a sí mismo que todo aquello era un error. Era la segunda vez que se acostaba con Law y era posible que la primera fuera un error o un impulso o como quisiera llamarlo, pero esta vez fue muy consciente de lo que hacía. Ese chico le atraía de una forma nada normal. Cada vez que Law le miraba, sentía como si desnudase todo su interior y no pudiera ocultarle nada. Law le entendía perfectamente y no tenía objetivos ocultos con él.
¡Si sólo no tuviera ese pasado! Todo habría sido muy sencillo. Habrían tenido citas, se habrían enamorado, conocido lentamente, habrían acabado formando una familia quizá... pero cuando el caso acabase, Law regresaría al corredor de la muerte donde su sentencia era clara.
Ace resopló. Una vez creyó enamorarse y le dolió demasiado saber que él no fue importante para esa persona, que sólo le utilizaba, y ahora que volvía a enamorarse, estaba condenado a volver a sufrir. Jamás podría estar con Law, era un amor completamente imposible. ¡Un antiguo asesino en serie y un policía! Era una auténtica locura y más porque Law jamás saldría de esa prisión.
Se giró hacia el lateral y volvió a posar sus ojos sobre las imágenes que tenía esparcidas a lo largo de la colcha de su cama. Sólo había parado unos segundos de pensar en el caso y aunque había decidido acostarse y tratar de dormir, allí seguía inmerso en ese asunto. No podía dejar de pensar en cómo capturar a ese asesino.
- ¿Todavía despierto?
La voz de Law captó su atención al instante. Se encontraba en la puerta con el brazo apoyado en el marco de ella. Parecía que llevaba unos segundos allí.
- No puedo dormir con todo esto. Tengo que encontrarle.
- Y no lo harás si no descansas. Tu cerebro necesita relajarse también para poder ver cosas que quizá con el agotamiento no ves.
- Es que... tiene que estar ahí, debe ser alguien que he visto, alguien al que interrogué, con el que hablé, es alguien que conozco pero... he hablado con tantos durante el caso que no lo sé. No puedo identificarle.
Law entró en el cuarto y se acercó a la cama. Una vez a su lado, movió unas fotografías de sospechosos y se sentó tomando algunas en sus manos. Estaba dispuesto a desvelarse con tal de ayudar a Ace a conciliar el sueño.
- Debe ser alguien que se mueve con cierta fluidez entre vosotros – suspiró Law – alguien que no teme a la policía, al fin y al cabo, entró en un bar de policías, justo frente a la comisaría. Es alguien que se siente muy seguro y sabemos que tiene conocimientos médicos para hacer lo que hace y cómo lo hace.
Law pasaba las imágenes entre sus dedos tratando de identificar a alguien y descartando a los que por la ficha no coincidían en absoluto en esa descripción.
- Es alguien de mayor edad que yo, así que todos estos que son más jóvenes no encajan en el perfil tampoco – susurró Law descartando más sospechosos.
Completamente atento, Ace observaba a Law terminar de clasificar su taco de imágenes mientras él le imitaba descartando sospechosos con otro taco de folios.
- También sabemos que era estudiante de mi padre o había ido a sus seminarios, así que todos estos no pueden ser y...
Law se detuvo en seco frente a una imagen. Completamente congelado, parecía haberse metido en su propio mundo tratando de identificar si podía tratarse de esa persona.
- ¡Seré idiota! – sentenció de golpe tirando el taco de folios sobre la cama de nuevo y saliendo a toda velocidad del cuarto como si tuviera que comprobar algo.
- ¿Qué ocurre? – preguntó Ace –. ¿Qué has descubierto?
- Creo que sé quién es ese cabrón – dijo sin más – y ha estado frente a nosotros todo el tiempo. Al menos frente a mí.
- Law, deja de hacerte el enigmático y dime quién es.
- Ace... ¿quién ha estado cerca con conocimientos médicos? – sonrió Law haciendo caer entonces a Ace.
Ace recapacitó unos instantes. Pensaba sólo en una persona, una que tuvo acceso a Law mucho tiempo como para conocerle, alguien que se movía bien entre policías, alguien que pasaba desapercibido y que fue a la comisaría. Tenía acceso a los turnos, a las plantillas, podía ver cómo iba la investigación cuando entraba por comisaría y echaba un vistazo a las imágenes de los paneles... sólo había una persona.
Law sonrió al ver que Ace parecía haber caído en ese alguien especial.
- No puedo asegurarlo, Ace, pero déjame hacer unas comprobaciones antes de dar mi veredicto final.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top