Capítulo 20: Sospechosos

- ¿Seguro que no quieres un café?

- No.

La voz de Ace sonó seca y rotunda. Tanto tiempo saliendo con ese hombre y aún no le había quedado claro que él odiaba el café. A Law sólo le hizo falta abrir la puerta de su armario para descubrir algo así. Era una trivialidad, pero le demostraba a Ace que Mihawk no prestaba atención a los detalles, en cambio... Law se fijaba en absolutamente todo. Cualquier mínima cosa era importante para él.

- Siéntate conmigo por lo menos.

- Con todo mi respeto, sargento, pero no tengo tiempo para tomar cafés ni estar conversando con mis compañeros. Tengo un crimen entre manos que resolver, un asesino en serie anda suelto y debo volver a las pruebas. Todavía tengo pendiente pasar por el depósito para ver si ya han terminado con toda la autopsia y tienen los resultados de las pruebas que mandaron a analizar.

- ¿No necesitas que Law vaya contigo? – preguntó.

- Pues, ¿la verdad? No – se quejó Ace –. Llevo años siendo policía de homicidios, no necesito a nadie para resolver un crimen – se sintió ofendido – pero evidentemente si, con la ayuda de Law, soy capaz de entender más rápido el funcionamiento de la mente de un asesino en serie para pillarle antes de que deje más cadáveres por la calle, entonces estoy dispuesto a lo que sea para sacarlo lo más rápido posible de las calles de la ciudad.

Mihawk no era una persona acostumbrada a medir sus palabras, pero eso era un defecto que a Ace nunca le gustó de él. Sintiéndose atacado por la acusación indirecta de su sargento por la decisión que tomó de dejar salir a un tipo como Law del corredor de la muerte para ser su asesor en el caso, Ace decidió dar la conversación por finalizada, dando la vuelta y queriendo irse de la sala de descanso donde todos iban a prepararse unos cafés.

- Ace, no te estoy juzgando.

- Pues lo parece – sentenció Ace.

- No me fío de él, ¿vale? No es algo personal contigo.

- Lo tengo vigilado, sargento. No le pierdo ojo de encima en ningún momento. Estoy teniendo cuidado con él y cuando acabe este caso, volverá a la cárcel.

- Te conozco bien, Ace, y sé que siempre quieres ver las cosas buenas de la gente, pero ese tipo no tiene nada bueno.

- Al parecer debo equivocarme bastante, porque en ti también creí ver cosas buenas y tienes menos que Law.

- Ace, no te pases – se enfadó Mihawk al verse comparado con la actitud de un asesino en serie.

- ¿Que no me pase? Law al menos no me ha dejado ni una vez cenando solo, no me miente por ahora, no ha intentado escapar, ni hacer nada éticamente incorrecto. Sé perfectamente lo que hizo en el pasado, me he leído su expediente de principio a fin tantas veces... que es como si le conociera desde niño. Sé el motivo por el que hizo lo que hizo y estoy casi seguro de que su intención no es volver a asesinar.

- Es un asesino en serie, Ace – se quejó Mihawk, apoyando sus manos sobre la mesa abruptamente y echando su cuerpo hacia delante para acercarse al rostro de Ace – nunca bajes la guardia.

- No la estoy bajando –. Apoyó también Ace las manos en la mesa y se acercó a Mihawk como quien no quiere dejarse intimidar por su gesto. – Y si no quieres nada más, me retiro.

***

Sentado sobre su mesa de escritorio, Ace revisaba de nuevo los datos que tenía sobre los asesinatos. Nada encajaba. No podía encontrar una pista que seguir a excepción de saber que debían ser alumnos o algún interesado en el simposio del padre de Law. ¡Ni siquiera debía ser médico! La teoría de Law sobre que podría ser un policía empezaba a tomar fuerza en su mente al pensar, una y otra vez, que alguien debió filtrar su turno y la zona que le tocaba cuando le secuestraron.

Apartó la mirada de los papeles y miró a sus compañeros. Todos trabajaban y darse cuenta de que estaba empezando a sospechar de sus propios amigos y conocidos le hizo creer que debía estar volviéndose loco. No podía hacer algo así, eran sus compañeros, ellos no le vendería... ¿O sí? Y de ser ese el caso, ¿quién?

- ¿Estás bien? – escuchó la voz de Law a su espalda.

- Sí – se sobresaltó Ace al escucharle. No se había dado ni cuenta de cuándo llegó hasta él, pero al observar al hombre bajito a su espalda vestido con el uniforme típico de los trabajadores de la prisión le hizo entender que la sesión se daba por finalizada –. ¿Has terminado?

- Sí, por esta semana – se quejó Law –. Ese hombre me saca de los nervios. ¿Podemos irnos?

- Aún tengo algo de papeleo pendiente. Debo quedarme un rato.

- Por mí, perfecto – sonrió Law, dándose cuenta de que estar en la oficina le daba acceso a él a intentar adivinar quién era el culpable de filtrar la información de Ace.

Law elevó la mirada hacia el resto de los policías y pensó. Si él quisiera deshacerse de Ace, evidentemente necesitaba información para poder atraparle en su trampa y para ello, recurriría a la extorsión y las amenazas. ¿Quién de todos allí sería el más vulnerable a las extorsiones? Debía ser alguien que conociera bien a Ace y sus rutinas, alguien con acceso a sus horarios, alguien con una vulnerabilidad que explotar...

Sus ojos se fijaron en el compañero de Ace, Kuma. Hablaba por teléfono y tomaba apuntes. Ace decía que era su compañero, pero desde que había llegado él, no habían patrullado juntos. Quizá Kuma estaba interrogando sospechosos del caso y evitando que Ace entrase por la comisaría. ¡Tampoco le extrañaba! Primero, porque a Ace le gustaba la calle y segundo, era de ser un buen amigo y compañero evitar que Ace tuviera que ver más de lo que quería a su sargento. ¡No! En su mente, Law descartó a Kuma pese a ser la persona que más le conocía. Aun así...

- ¿Kuma tiene familia? – preguntó Law para sorpresa de Ace.

- Sus padres viven en Hokkaido. ¿Por qué lo preguntas?

- Curiosidad – sonrió Law por no levantar sospechas –. ¿Y familia directa como mujer o hijos?

- No.

- ¿Novia?

- No – repitió Ace.

- Ya veo. ¿Y qué me dices de Thatch? – preguntó Law como si nada, lo cual tensó a Ace. Esas preguntas le hacían sentir incómodo, porque entendió el motivo para hacerlas.

- Law...

- Sólo es curiosidad, nada más – intentó mitigar Law.

- Ya te dije en la piscina que Thatch estaba casado y tenía un hijo.

- ¿Cuánto tiempo trabajasteis juntos?

- Mucho – comentó Ace como si eso solucionase la curiosidad de Law, pero al ver que él le miraba como si esperase más, resopló antes de proseguir –. Fue mi instructor en la academia y cuando me destinaron aquí, fue mi veterano. Él me enseñó todo sobre este trabajo. Estuvimos años juntos, pero, Law...

- Sí, ya sé... pero yo tengo otra opinión.

- Ya te dije que dejó de ser mi compañero sólo porque se sentía culpable de mi secuestro. Él lo pasó muy mal ese tiempo, fue quien me encontró. Estuvo meses de baja, casi los mismos que yo mientras me recuperaba en el hospital. Le afectó mucho casi perder a un compañero.

- Ya... quizá sí sentía culpabilidad, pero no precisamente por casi perder a un compañero, sino por haberte vendido – sentenció Law.

- Law...

- Ya sé tu versión, Ace, pero yo tengo otra hasta que se demuestre lo contrario. Él es mi primer sospechoso aquí.

- ¿Y no sospechas del sargento?

- Oh... lo hice – sonrió Law – él fue mi primera opción, pero creo que tú sólo le interesabas para llegar a ese puesto y no tiene familia directa con la que extorsionarle, el asesino no podría prometerle que le daría el cargo de sargento si hacía algo por él a menos que fuera alguien sumamente importante con influencias para ello, lo cual dudo. No me cae bien Mihawk, pero... lamentablemente no he encontrado pistas para cargarle ese muerto por más que me gustase que fuera él.

- Ace, ¿puedes venir un momento? – preguntó Kuma desde la mesa contigua. Todavía tenía el teléfono en la mano, pero parecía tener dudas con algo del caso.

- No te muevas de aquí – ordenó Ace a Law.

Sin embargo, pese a la sonrisa inicial y a elevar las palmas de sus manos hacia arriba como dando a entender que era inocente y pensaba quedarse allí, al ver a Thacht levantarse de su silla para ir al baño tras haberle apartado un par de veces la mirada, Law sonrió con mayor énfasis.

- Ace, ¿te importa si voy al aseo? Estar con ese terapeuta de pacotilla me ha fastidiado la vejiga – dijo a lo brusco aunque era una mentira.

Ace dudó. Law solía siempre tener planes en su mente y no le hacía gracia dejarle solo ni un segundo, pero...

- Espérate hasta que acabe con Kuma.

- Eso puede tardar y me meo mucho. Ya sé que adoras vérmela mientras meo, pero...

- ¡Oh, joder, Law! – se sonrojó Ace, evidentemente nunca se la había visto, pero sí le tocaba acompañarle al aseo público siempre. Law sabía qué decir para conseguir sonrojar y avergonzar a Ace para salirse con la suya –. Vale, ve, pero voy a cronometrarte. Tienes cinco minutos, si no, iré yo mismo a sacarte de allí. Y te tengo localizado – le enseñó el teléfono con la señal GPS de su pulsera localizadora, la cual le obligaron a llevar siempre si quería salir.

- Claro. No me moveré del baño. Palabrita del niño bueno Law – sonrió con ese toque psicótico que tanto desesperaba a Ace.

Law caminó con una gran sonrisa hacia el aseo. Se había salido con la suya, como de costumbre. Ace era fácil de manipular, pero también tenía claro que esa confianza que Ace depositaba en él dejándole ir solo, aunque sólo fuera al baño, traía consigo grandes responsabilidades. Si cometía un error, Ace cortaría eso de raíz y por más vergüenza que sufriera con alguna de sus frases, no le dejaría volver a ir solo. Aun así, le alegraba que Ace le respetase y confiase en él como para darle cierta libertad de movimiento.

Al llegar al aseo, Law se colocó junto a uno de los orinales de la pared, justo en el de al lado donde se encontraba Thatch. Éste se giró un segundo a mirarle, pero enseguida apartó la mirada. No era de buena educación mirarse mientras orinaban, pero Law lo hizo de reojo. Ese hombre estaba nervioso y más lo iba a poner Law.

- ¿Qué tal está tu hijo y tu esposa? – preguntó Law.

Thatch se tensó al escuchar algo así. Primero, porque no entendía cómo Law conocía sobre su familia, y segundo, porque Law sabía que debía estar ocultando algo.

- Supongo que deben estar perfectamente después de haber vendido a tu compañero.

- No sé de qué me hablas – terminó de orinar Thatch con rapidez y, subiéndose la bragueta, trató de huir de allí, pero Law se lo impidió.

- Vamos, Thatch, eres el que mejor conoce a Ace y siendo sincero, sé cómo piensan los asesinos en serie, yo lo fui – sonrió de forma psicótica –. ¿Por qué no mejor te sientas y me pones al día de lo ocurrido? No me hagas recurrir a trucos sucios, los dos sabemos que ese asesino te eligió porque eras el más débil de mente de todos los que estaban cerca de Ace, así que empieza a cantar o créeme... yo soy peor que ese tipo que te amenazó.

- No sé quién es, ¿vale? Contactó conmigo por privado, sólo quería el horario y la ruta de Ace ese día en concreto. Amenazó con hacerle daño a mi familia.

- ¿Y preferiste vender a tu compañero? ¿Dónde o cómo le entregaste la información?

- Lo eché en un cubo de basura en el callejón trasero del club "Kan Shibuya". No sé más, en serio. Yo no quería hacerle esto a Ace, pero...

- Lárgate.

- ¿Se lo vas a contar?

- ¡LARGO! – gritó Law ligeramente cabreado, aunque en el fondo, contento por haber resuelto con su perspicacia ese asunto. Ahora debería convencer a Ace para ir a ese club y ver si había aún alguna pista, aunque lo dudaba tras haber pasado meses desde aquello.

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