-Shanks-
-¿¡Dónde mierda están los mocosos!? - Garp gritaba a los bandidos.
-S-se escaparon, estábamos aquí y de repente Ace nos atacó, y ya no estaban cuando nos despertamos. – Dadan estaba tan preocupada como Garp por los niños. - ¡No pueden haber ido muy lejos! ¡Ace, Sabo, Luffy, no estoy enojada por lo del collar! - Dadan parecía a punto de llorar por la falta de sus hijos. - ¿Y si mis niños ya no vuelven, Garp?
-Los buscaré. – Garp no podía atacar a la mujer, era obvio que decía la verdad por su cara de preocupación.
-¡Ace! ¡Ace es genial!, mi marca. – Luffy le mostraba su Jolly Roger que se encontraba en su hombro derecho. - ¡Y mi alma gemela! - La marca de alma gemela de Luffy era linda; era un círculo dorado con una sonrisa rodeado de un corazón. Ace conocía esa marca; Law de los Piratas de Corazón tenía una igual. Era para Luffy, y no podía estar más emocionado. - Es como la de Shanks.
-¿Cómo la de Shanks? - Luffy se había ganado la atención de Ace.
-La de Shanks es una silueta de un payaso jugando con cuchillos. Lo único que no parece una silueta en su marca es una nariz roja. - ¿Buggy? Ace se estaba riendo, pero justo en ese momento chilló ante el fuego azul que salió de su marca.
-¡Tu marca está floreciendo, Ace! - Sabo se acercó para ver bien cuando el fuego azul se apagó. Ace casi se asustó cuando un fénix azul danzaba en su antebrazo.
-Me carga el diablo. – Ace se retiró y cayó dormido. La narcolepsia no había desaparecido en este mundo.
Ace se despertó cuando ya había llegado a la villa y se encontraba en el bar de Makino.
-No debiste escapar de Garp, Luffy. – Makino regañaba al chico.
-Solo vinimos a dejarte el DenDen Mushi para que le digas a Dadan que estamos bien, shishishi. – Makino miró a los niños.
-El Gobierno nos está buscando. – Sabo era el mejor dialogando con los adultos. – Si nos quedamos quietos en un lugar, nuestros seres queridos morirán. – Y no era mentira; Sengoku ya sabía de Ace, y Garp no debía haber confiado en él.
-¡Quédense conmigo hasta que llegue Shanks! - Makino abrazó a Luffy.
-Pensé que Shanks se había ido. – Luffy miró a Makino.
-Lo llamaré para que vayan con él. Es mejor para que no estén solos; el mar no es lugar para los niños, pero si esta es la situación, prefiero que estén a salvo con Shanks, que solos en el mar. – La mujer se levantó y llamó por un DenDen Mushi, alejándose de los niños. Luffy sabía que decía la verdad.
-Shanks está en estos mares visitando a su alma gemela. Eso fue lo que me dijo, así que debe estar cerca, shishishi. – Luffy reía, Ace confiaba en su hermano y abrazó a Sabo para brindarle seguridad.
-Shanks estará aquí en 2 días. – Makino acarició la cabeza de Ace.
-Gracias, señorita Makino. – Sabo y Ace inclinaron la cabeza en agradecimiento.
-Pero qué hermanitos más educados tienes, Luffy. – Ace, Sabo y Luffy se sonrieron.
Ya llevaban dos días escondidos en la casa de Makino, sabían que Shanks había llegado porque toda la isla estaba en silencio. Estaban sentados en el piso con unos peluches que Makino les había dado; cada uno tenía un osito. El de Ace era blanco, el de Luffy era negro y el de Sabo era celeste.
-¿Te gusta tu sombrero, Ace? - Luffy le había conseguido su sombrero naranja de regreso y se sentía tan bien con él otra vez.
-Me encanta, Lu. – La puerta se abrió lentamente, dejando ver a un hombre pelirrojo.
-Shanks. – Luffy se levantó y corrió hacia él para ser alzado por el único brazo del hombre. Sus ojos se pasearon por Sabo y le dieron una sonrisa, pero cuando llegaron a Ace, no pudo evitar que sus ojos se llenaran de nostalgia. Se agachó hacia el niño dejando a Luffy en el piso.
-Hola, Ace... - Ace se acercó inconscientemente al contacto de la mano de Shanks.
-H-hola. – Su voz salió nerviosa. – Luffy nos dijo que lo salvaste. Gracias por salvar la vida de nuestro hermanito.
-No hay de qué, campeón. – El cabello de Ace fue revuelto; la vergüenza llegó a sus mejillas y se encendió en fuego. - Wow.
-Shanks, Ace es fuego. – Luffy sonreía con tanta inocencia.
-Sí, ya lo veo... y tú, ¿Sabo? - Sabo asintió. – Creo que tengo a alguien que quiere conocerte. – Shanks pasó sus ojos por la marca de alma gemela de Sabo y su marca de revolucionario. Con un solo brazo, tomó a Sabo y Luffy, y a Ace Makino lo puso en sus hombros. - ¿No te meterás en problemas con el abuelo, Shanks?
-Yo ya hablé
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