-Floreciendo-
-¡Suelta a mi hermano, cocodrilo de mierda! - Ace abrió los ojos. ¿Estaba golpeando a un cocodrilo? ¿Por qué? ¿No se suponía que acababa de morir? Miró a su lado mientras saltaba para golpear al cocodrilo. Sabo... Sabo de pequeño estaba vivo, y ambos estaban golpeando a un cocodrilo gigante.
Impactó el golpe, un Luffy pequeño salió disparado de la boca del cocodrilo, y ahora los estaban llevando los tres mientras Ace examinaba su propio cuerpo. Se sorprendió cuando se dio cuenta de que ahora era un niño de unos 10 años.
-¡Ace, no es justo, siempre soy yo la carnada! - Ace miró a Luffy y no pudo evitar que su corazón se llenara de ternura. ¿Esta era su segunda oportunidad?... La iba a aprovechar.
-No te preocupes, Luffy. Se te pasará el enojo cuando comamos cocodrilo a la brasa. - Ante la felicidad de Luffy, miró hacia adelante y trató de encender fuego en su brazo. Como pensó... absolutamente nada.
Tuvo que prender fuego con piedras y palitos. ¡Qué horror! Encontraría su fruta otra vez. Estaba metido en sus pensamientos cuando una mano moviéndose frente a sus ojos lo despertó de su sueño.
-¿Ace, estás bien? Estás extraño desde lo del cocodrilo. - Sabo miraba preocupado a su hermano. Ace dejó caer su carne y abrazó fuerte a Sabo, las lágrimas se escaparon de sus ojos por tener a su hermano otra vez.
-¿Ace, por qué lloras? No llores... - Luffy se acercó y también fue capturado por los brazos de Ace. Se mantuvieron con Ace llorando entre sus brazos por un buen tiempo.
-T-tengo una pregunta para ustedes. - Ace se alejó un poco y secó sus lágrimas, aunque aún salían. - ¿Qué pasaría si el rey de los piratas tuviera un hijo?
-Él no tiene la culpa de nada que haya hecho su padre. Tiene derecho a ser libre y elegir su camino. - La sonrisa en el rostro de Ace floreció. Como siempre, Sabo era el más sensato.
-Si el rey pirata tuvo un hijo, quiero ser su amigo. Debe ser tan genial como Ace. Shishishishi. - Ace se sonrojó.
-Mi papá era Gold D. Roger, el rey de los piratas. - Ace esperó la reacción de sus hermanos, pero fue abrazado.
-No importa quién sea tu padre. Eres mi hermano. - Sabo acarició los cabellos de Ace.
-Eso te vuelve el triple de genial, hermano.
-No pueden decirle a nadie, ¿sí? Se supone que pondría en peligro mi vida. - Ace respiraba tranquilo en los brazos de sus hermanos.
-Vale. - Los tres hermanos se sonrieron. Ace decidió que en estos años se esforzaría en buscar su fruta, entrenarse mental y físicamente y sacarle provecho a su Haki.
-¡Ace, tu marca de alma gemela y de hogar destino están floreciendo! - Sabo miraba impactado el brazo y la espalda de Ace.
-¿Mi qué está floreciendo? Sabo, no me gustan las flores. - Ace dobló la cabeza confundido junto a Luffy.
-¿No sabes de las marcas? - ¿Marcas? Claro... Este mundo no debe ser totalmente igual al suyo. Negó con la cabeza para que Sabo le explicara. - Escuchen bien, existen dos tipos de marcas, la marca de alma gemela es la que indica a la persona que está destinada a ser tu otra mitad, amor, amigo o compañero de vida. No es necesario que sea una relación romántica. Y la marca de destino es una que te indica a qué lugar perteneces. Por ejemplo, el viejo loco tiene la marca de los marines en el hombro. - Ace asintió y miró a Luffy, que también tenía una marca rara en sus hombros.
-¿Eso que le está saliendo a Luffy también es una marca? - Sabo escupió con los ojos afuera.
-Los tres las tenemos, tú también, Sabo. - Sabo miró hacia donde le indicaba Luffy y casi se murió al ver una marca en sus tobillos.
-¿Estamos floreciendo al mismo tiempo? - Sabo miraba sus manchas. Ace ya sabía cuál sería la de la espalda.
-¿Cuándo dejarán de ser manchas? - Ace miró a Sabo con duda.
-De aquí a una semana, dejarán de ser manchas y serán tatuajes.
-Seguro que el mío es más lindo que el tuyo. - Ace se sentía un suertudo. Antes había sentido atracción por algunos miembros de su tripulación, pero tener una pareja que lo amara sin importar su sangre, volver a la vida y tener a sus hermanos; esto era un sueño.
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