-beso-
-Si tuvieras madre, estaría muy decepcionada de ti – Ace le dijo a Marco, quien estaba colgado en la ventilación donde había hecho su nido. Izo y Thatch intentaron bajarlo, pero simplemente Ace era un chico difícil, y Marco no pudo aguantar. En medio de la noche, sintió el dulce aroma de las feromonas de Ace a través de la ventilación, y ahora estaba atrapado porque Ace no era tonto y había colocado trampas de hilo que seguramente había robado de la división de Izo.
-Ace, ya deja de mirarme y suéltame, prometo que no voy a hacer nada, yoi – Ace miró a Marco con una ceja levantada. Marco continuó: – Te dejo anidar en mi cuarto. – Ace casi soltó un chillido de vergüenza por eso. – Vale, vale, no, te dejo anidar en el cuarto de al lado. Es todo para ti, para que puedas poner tu nido donde quieras y encerrarte sin que nadie te moleste, yoi.
La consideración de Marco por Ace hizo que este se sonrojara. La idea de tener su propio cuarto para anidar sonaba mucho mejor que hacerlo en el tubo, pero significaba romper su nido actual.
-Pero... no quiero romperlo – Los ojitos tristes de Ace hicieron que Marco sintiera ternura.
-E- está bien, Ace. Te ayudo a moverlo, yoi – Ace levantó la cabeza y dudó un poco, pero luego quemó los hilos que sostenían a Marco, quien cayó al suelo. Se levantó y miró a Ace, quien lo observaba desde arriba. Marco abrió sus brazos para tomar a Ace y ayudarlo a bajar. Ace miró a su alrededor, era de noche. ¿Quién lo vería aceptar la ayuda de Marco? Dejó que el rubio tomara su cadera y lo ayudara a bajar.
Ace no se dio cuenta de cómo llegó a su nuevo cuarto y fue colocado en la cama. Solo estaba concentrado en volver a construir su nido, mientras Marco lo miraba con ternura. Ace era muy lindo, y Marco quería besarlo. Se sentó a su lado en su nido, y Marco deseó que Ace hiciera su nido en su cuarto. Era cómodo, y el aroma de Ace era tan delicioso. Tomó a Ace por la nuca y movió su cabeza lentamente para juntar sus labios.
-MMMM – Ace trató de lanzarse hacia atrás. Había soñado tanto con los labios de Marco en su otra vida, y ahora lo estaba haciendo. Se dejó acoger en las manos de Marco y recibió el beso algo tímido. Cuando sus labios se separaron, Ace miró a Marco, quien parecía estar reaccionando a lo que habían hecho. – ¿P-por qué lo llaman papá?
Mierda, había caído de nuevo.
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