- travesuras -
Ace y Deuce estaban en su cuarto, planeando algunas travesuras infantiles.
¿Estás seguro de que podemos hacer esto? - Deuce tenía la duda, no quería ser un niño malo y meterse en problemas.
Tranquilo, Deuce, no haremos nada malo, solo vamos a darle un pequeño susto a nuestros hermanos mayores - Ace rió mientras tomaba la mano de Deuce y comenzaban a caminar hacia la zona más alta del barco sin que nadie se diera cuenta.
¿Por qué vamos a la parte más alta? - Deuce preguntó un poco nervioso. Si se caía, él sabía nadar, pero no estaba seguro de poder llevar a Ace encima de su propio cuerpo.
Bueno, aquí arriba - Ace lo ayudó a subir - tenemos una entrada directa hacia los conductos de ventilación - Ace sonrió mientras le señalaba el conducto a Deuce.
¿Podemos entrar aquí? ¿Pero y si nos perdemos? - Deuce miró dentro del conducto, daba un poco de miedo.
Vamos, Deuce, no seas cobarde, estoy contigo - Ace se deslizó dentro del ducto de ventilación. Deuce se mordió el labio y miró lentamente hacia el conducto donde se había metido Ace. Entró gateando. Si Ace podía guiarlo, entonces no tenía problema.
¡Eso es! - Deuce se sintió muy feliz mientras gateaba cerca de Ace, ambos caían perfectamente y más dentro de los conductos.
¿A dónde vamos? - Susurró Deuce, curioso. Parecía como si Ace conociera cada camino de los conductos de ventilación.
Al cuarto de Marco, molestémoslo un poco - Ace rió, a Marco le encantaba, siempre era tan divertido y amigable con él. Rápidamente llegaron al cuarto del rubio, que estaba haciendo papeleo. Lentamente Ace encendió su fuego en su mano, solo para hacer que oliera a quemado.
¿Qué demonios, yoi? - Marco salió rápidamente de su cuarto y Ace mezcló los documentos mientras Ace se cubría con sus manitas la boca para no reír. Se alejaron por el conducto, pero escucharon las maldiciones de Marco. Ace miró a Deuce con una sonrisa, él se estaba riendo despacio, tan suave y dulce. A Ace le encantaba ver a Deuce reír, era como estrellas. Se emocionó.
Vamos a la cocina - Ace gateó por el conducto y Deuce lo siguió.
¿Qué le habrá pasado a Marco? A mí no se me ha quemado nada - Thatch suspiró mientras se daba la vuelta para buscar algunos ingredientes. Ace tomó un poco de sal de más y lo puso en lo que Thatch estaba cocinando.
Veamos... - Thatch escupió rápidamente. - ¡Wakalá!... Bueno, me pasé con la sal, supongo que esto es para Namur, él ama la comida muy salada - Thatch suspiró mientras comenzaba otra vez.
Deuce se acercó al oído de Ace y susurró:
Deberíamos ir a ver a Izo. - Ace asintió frenéticamente, le encantaba.
Vamos - Ace y Deuce fueron hacia la habitación de Izo, pero él no estaba allí. Tomaron algunas hojas que estaban semi ralladas y se pusieron a dibujar. Hicieron dibujos muy lindos de ellos con Izo y los dejaron allí.
Vamos al cuarto de papá, me encanta colarme ahí, nunca sabe cómo entramos - Ace llevó a Deuce, abrieron el conducto y se lanzaron a la cama, donde no había nadie.
Ambos saltaron en la cama, era gigante y muy divertido. Entonces, Barba Blanca entró a la habitación y los miró con una sonrisa.
Me dijeron sus hermanos que han pasado algunas travesuras en el barco, ¿ustedes no sabrán algo sobre eso? - Preguntó Barba Blanca mientras tomaba a sus mocosos en sus manos.
Noooo... bueno, sí - Ace se rió, mientras Deuce movía sus piernas divertido.
Bueno, no hicieron nada malo por el momento. En realidad, hicieron muy feliz a Namur e Izo - Barba Blanca se sentó en la cama mientras los chicos reían.
Es que estaban todos tan serios, papi - Ace se cruzó de brazos con una sonrisa. Estos dos traían alegría al barco.
El señor Marco estaba tan serio, señor papá - Deuce rió junto con Ace. Barba Blanca los puso en su escritorio para hablar más cómodamente con sus hijos.
Deuce, es solo papá - Barba Blanca lo intentó una vez más.
Entendido, señor papá - Deuce sonrió mientras Ace se moría de risa a su lado. No podía creer que Barba Blanca lo seguía intentando.
Deuce - Ace lo intentó. - Solo... papá. - Deuce miró a Barba Blanca, que lo miraba con una sonrisa.
¿No es señor papá? Es papá - Deuce sonrió y Barba Blanca sintió la gloria. No podía creerlo, Deuce lo había dicho bien.
Sí, soy papá - Barba Blanca no quería llorar frente a sus hijos.
¡Papi! - Dijeron los dos al mismo tiempo. Dios había bajado y lo había iluminado con la mejor bendición del mundo.
Sí, bueno... - Barba Blanca se atragantó - vamos con sus hermanos - Llevó a los niños de camino con los comandantes que reían.
Así que aquí están los pequeños traviesos - Izo sonrió.
Hermano Izo - Deuce dijo, y todos se quedaron callados en silencio.
¿Lo dijo bien? - Todos se miraron con los ojos abiertos y rodearon a Deuce, pidiendo que les dijera "hermanito" o algo por el estilo. Ace se cruzó de brazos.
¿Está celoso, hijo? - Barba Blanca se rió con los demás mientras ponía a Ace al lado de Deuce. Tal vez también quería un poco de atención de su familia.
Deuce es mío - Bueno, era todo lo contrario. Los más grandes se miraron ahogándose de risas. Izo comenzó a sacar todas las fotos que podía, para el recuerdo. Esto era lo más lindo que habían tenido en el barco durante años.
Hijo, tienes que compartir a Deuce con los demás - Barba Blanca trató de explicar, pero Deuce abrazó a Ace y ambos se quedaron pegados.
No, es mío - Bueno, Ace parecía ser bastante protector con lo que siente que es suyo.
Tal vez deberíamos conseguirle una mascota - Thatch rió mientras Namur pensaba en algún tiburón lindo.
¡No, Namur, nada de tiburones por décima vez!
¿Un pulpo? - Namur intentó.
¡Tampoco! Si traes eso al barco, lo voy a cocinar - Thatch suspiró. La última vez Namur casi mete un rey del mar bebé como mascota.
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