- Medicamentos -
Estaban en medio del chequeo médico. Ace estaba un poco nervioso, con las manos cerradas sobre su pecho y mirando a todos lados, especialmente a las manos de Marco.
—Ace, está bien, soy yo, Marco. Te cuidaré, yoi —Ace miró a Marco inseguro, pero asintió al final.
—¿Me... me subo a la pesa? —preguntó Ace, y Marco asintió. Lo midió y lo pesó. Ace pesaba menos de lo que debería.
—¿Has estado comiendo bien, Ace, yoi? —Marco miró a Ace con una sonrisa y suspiró cuando el niño miró hacia abajo con el ceño fruncido.
—Sí, he comido. Thatch me ha visto —gruñó Ace, sorprendiendo a Marco.
—Pues Luffy me dijo que tú y él son "D", y eso significa que deberías comer como lo hace Luffy, no como nosotros —Ace apretó los dientes. A Luffy se le había ido la lengua.
—Está bien, no es como si lo sintiera... —Ace miró a Marco, cruzando sus brazos sobre su pecho.
—¿Qué significa eso, yoi? —Marco miró a Ace. El niño se sonrojó. Había dicho algo que no debía.
—... —Ace miró al suelo.
—Ace... mírame —Ace levantó la cabeza para mirar a Marco—. Estás en nuestra tripulación, ¿sabes que tu marca es la misma que la nuestra? —Ace abrió los ojos. No podía ver su espalda, así que no lo sabía—. Así que nosotros estamos aquí para cuidarte como tu familia. Eres mi hermano menor, necesito que me digas qué es lo que está pasando, yoi.
—Yo... No me gusta comer, porque cuando como me da sueño y me quedo dormido en cualquier lado. No sé cuándo voy a despertar y a veces me duele —Ace miró a Marco, quien abrió los ojos. ¿Eso era narcolepsia acaso?
—¿También te pasa cuando no comes, yoi? —Marco le sonrió a Ace para que no se asustara.
—Sí, a veces me pasa cuando estoy corriendo, pero no importa cuando me tomo las pastillas —Ace movió sus manos, nervioso.
—¿Tienes esas pastillas, yoi? —preguntó Marco, y Ace asintió. Metió su mano en el bolsillo de su short y sacó un frasco con pastillas, quedaban unas diez.
—¿Estimulantes, yoi? —Marco le sonrió a Ace—. Mandaré a hacer más, yoi —Ace asintió mientras se bajaba de la camilla.
—¡Ace! —Sabo y Luffy entraron gritando a la enfermería con sonrisas.
—No puedo evitarlo, estaban muy emocionados —Vista entró detrás de los niños.
—¿Qué pasa? —preguntó Ace, nervioso de que algo les hubiera pasado a sus hermanos.
—¡Mira, Ace, mi marca! —Luffy le mostró su hombro a Ace: una marca de una calavera con un sombrero de paja. Ace sonrió feliz.
—Al final sí tendrás tu tripulación, Luffy —y Luffy sonrió feliz.
—¡Mira, no sé de dónde es esta marca, pero me encanta! —Sabo le mostró su muñeca, y Marco lo miró con una sonrisa.
—Esta marca es de los revolucionarios, yoi —Sabo se emocionó más, y Ace sonreía, pero por dentro su cabeza daba vueltas. ¿Eso significaba que tendría que separarse de sus hermanos?
—¿Ace, Luffy, Sabo, por qué no van a jugar al cuarto de Luffy mientras los adultos hablamos un poco, yoi? —Marco sonrió.
Ace sabía que algo estaba mal. Los iban a separar.
—Vamos —gruñó Ace, y tomó de la mano a Luffy y Sabo para llevarlos a la zona de atrás del barco—. Vista, dile a Namur que los vigile mientras voy a comunicarle las cosas a Oyaji, yoi —Vista asintió mientras Marco se alejaba.
Ace miraba con el ceño fruncido a Sabo jugar con Luffy; eran sus hermanos, no se los iban a quitar, no después de todo lo que había dado. Sabía que aún eran niños como para cumplir con sus marcas de destino; aún tenían tiempo para vivir juntos.
—¿Ace? —Namur lo miraba con una sonrisa, y Ace lo miró con el ceño fruncido.
—¿Qué es lo que quieres? —Ace miró hacia otro lado, molesto. No entendía cómo podían ser tan buenos con él, pero querer enviar a sus hermanos lejos. Si rechazaban a sus hermanos, también lo rechazaban a él.
—¿Todo bien? —Namur acarició el cabello de Ace, pero el pecoso apartó su mano, molesto. Sabo y Luffy se acercaron, sabiendo que su hermano estaba molesto, y tal vez estar juntos mejoraría su estado de ánimo.
—¡¿Cómo se supone que todo esté bien?! —explotó Ace, sorprendiendo a Namur.
—Ace... —Luffy miró a su hermano, que tenía lágrimas a punto de salir de sus ojos.
—¡No, Lu! Sé perfectamente que quieren separarnos, y no voy a dejar a mis hermanos. No me importa si tengo que rechazar mi marca de destino por ustedes —gruñó Ace, a nada de encenderse en fuego.
—Ace, eso... —Sabo miró a Namur, que tenía los ojos muy abiertos, impactado por lo que decía su hermano menor.
—Ace, sé que es difícil, pero hay cosas peores —Namur miró a Ace, afligido.
—¡No! —Ace se levantó, poniendo a Sabo y Luffy detrás de él—. No hay cosas más difíciles, porque lo he dado todo. Esos hombres me tocaron, me golpearon, esas mujeres me quemaron, me han llamado hijo del diablo, demonio. Los golpes, el hambre, la soledad, todo lo sufrí por ellos. No voy a dejarlos solo porque ustedes crean que es lo mejor, no si puedo evitarlo. Y volveré a sangrar, sudar y morder si es necesario —Ace tomó de la mano a Sabo y Luffy, corriendo a su cuarto con lágrimas en los ojos.
Namur estaba en shock, mirando al mar. No podían separar a los niños. Corrió hacia papá para informarle:
—¡Papá, no podemos separarlos! —Namur entró corriendo.
—¿Qué? ¿Por qué no, hijo? —Barba Blanca estaba a punto de llamar a Shanks y Dragon.
—Ace... Ace se volverá loco si lo haces. No será solo un berrinche, papá. Ese niño ha recibido el peor de los castigos para proteger a sus hermanos; lo han violado. Si los separamos... él dijo que incluso abandonaría su marca, y va en serio —Namur miró a papá.
—Bien, mañana hablaré con ellos. No los separaremos. El destino hará su trabajo, pero... aún tenemos que revisar todas esas cosas y descubrir quién le hizo eso a Ace —la mirada de Barba Blanca se oscureció.
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