- Celos -

Por fin, después de semanas peleando con los log pose, mapas y cosas que todos odiaban sobre manejar un barco, consiguieron llegar a la isla.

Thatch le había rezado a todos los dioses del mar para que los niños estuvieran en esta y no hubieran caído en la muerte inminente de las olas que había en estos mares.

Está bien, Thatch, ellos estarán bien, estoy seguro, yoi - Marco puso una mano en el hombro de su preocupado hermano.

Mientras ese barco llegaba a tierra firme, Rayleigh estaba jugando con los mocosos, había enseñado todo lo que podía en tiempo récord; estos niños podrían sobrevivir en este lado del mar.

¡Eres gracioso, viejo! - Ace le sonrió, al final se había encariñado con el hombre, Rayleigh quería llorar, adoraba a Ace y a los niños.

Bueno, bueno, vamos a dar una vuelta por la playa - Rayleigh guió la caminata, sabía que no podía quedarse con los niños y Barba Blanca había llegado a la isla.

¡Ace, Luffy, Sabo! - Thatch gritaba por la isla mientras los demás lo seguían.

Deberían estar por aquí, yoi - Marco estaba concentrándose en su haki, podía sentir tres pequeñas presencias, pero no las sentía como antes.

Los encontraremos, todos tranquilos - Barba Blanca caminaba.

Cuando pasaron 23 minutos caminando, vieron a Ace y Luffy jugando en la arena, mientras Sabo se reía.

¡Niños! - Barba Blanca gritó, llamando la atención de los tres.

¿Cómo nos encontró? - Ace frunció el ceño, enojado.

¡Ace, Luffy, Sabo! - Thatch corrió hacia ellos llorando, pero Ace puso a Luffy detrás de él y Sabo a su lado.

¡Mantente lejos! - Ace se encendió en fuego, no quería que lo alejaran de sus hermanos.

Ace... - Thatch retrocedió y Barba Blanca se agachó a la altura del niño.

Cálmate, Ace, permíteme aclarar la situación... No volveré a tratar de alejarte de tu familia, ahora me doy cuenta de que no está bien - Barba Blanca miró a Ace.

Ace miró desconfiado a Barba Blanca, no confiaba en el hombre, pero había algo en él en lo que quería confiar.

¡Barba Blanca! - Rayleigh apareció con una sonrisa detrás de los niños.

¡Rayleigh, yoi! - A Marco le caía bien, pero no pudo evitar sentirse muy celoso.

Porque todos botaron que los niños corrieron a esconderse detrás de Rayleigh, ¡Ace incluso se había abrazado a su pierna, escondiendo la mitad de su rostro en el adulto!

Ace... - Thatch quería tener a su hermanito en sus brazos, y Barba Blanca tuvo que respirar profundo, ese mocoso era de él, no de Rayleigh.

¿De qué conoces a Ace? - Barba Blanca miró a Rayleigh.

Es mi sobrino... - Rayleigh se rió mientras revolvía el cabello de Ace.

¡Es el mejor, nos enseñó un montón de cosas! - Luffy chilló mientras Sabo le tapaba la boca.

¿Ya lo escuchaste? ¡Soy el mejor! - Rayleigh miró por el rabillo del ojo a Barba Blanca, riéndose de su desgracia.

Claro... ya escuché - Barba Blanca miró a Ace, pero el niño miró hacia otro lado, no quería ver al pirata en esos momentos.

¿Podemos cuidar de ellos un momento mientras papá habla contigo? - Namur preguntó con una sonrisa.

¿Está bien, chicos? - Rayleigh les sonrió a los niños, y ellos asintieron con cuidado.

Bueno... - Sabo sonrió y tomó la mano de Luffy para irse a sentar a las piedras de la playa, mientras Barba Blanca y Rayleigh hablaban.

Marco siguió a Ace con la mirada y comenzó a caminar detrás de los niños que mantenían su distancia, no sabía por qué, no le importaba si Sabo y Luffy querían más a Thatch como su hermano mayor, Marco debía ser el favorito de Ace, ambos eran fuego, estaban hechos para ser compañía. ¡Y joder! ¡Un fénix es muy protector con lo que considera un fénix bebé!

Hola, niños - Namur se sentó al lado de ellos, y Sabo y Luffy comenzaron a jugar con sus brazos.

Hola... - Fue el pequeño saludo de Sabo y Ace, mientras Luffy corría a jugar con el hombre pez.

Los comandantes se sentaron alrededor de los niños.

¿Qué hacemos ahora? - Sabo miró a Ace.

Nos vamos con Shanks - Ace miraba sus manos, no quería ver a ninguno de estos tontos.

¿¡De verdad!? - Chilló Luffy.

Esperen... ¿Con el pelirrojo? ¿De verdad? - Izou miró a los niños.

Él no trataría de alejarme de mis hermanos - Ace gruñó.

Marco y los demás se miraron, sí que habían lastimado la poca confianza que habían ganado del niño, ahora no tenían idea de cómo recuperarla.

Barba Blanca y Rayleigh se acercaron serios hacia todos.

Ace, Luffy, Sabo, no puedo tomar decisiones por ustedes de ahora en adelante, pero me aseguraré de ayudarlos a cumplir con lo que decidan. Así que, por favor, Ace... ¿Escuchas a Barba Blanca? - Rayleigh le sonrió al niño, que lentamente miró al hombre.

Barba Blanca se arrodilló sobre una pierna y miró al niño. Sabía que Sabo y Luffy confiaban aún en él, pero Ace era cauteloso, un pirata nato, y lo quería como su hijo.

Ace... te prometo que nunca más trataré de separarte de tus hermanos, sé que fue algo malo y no quería que te sintieras incómodo a nuestro lado. ¿Podemos darnos otra oportunidad? Por lo menos hasta el siguiente puerto seguro, pero... sabes que en cualquier momento sus marcas tratarán de encontrarlos - Barba Blanca habló solemnemente.

Ace miró a Barba Blanca en silencio, no quería aceptar nada, sabía que eso pasaría, pero prefería esperar al destino que lo llevaran corriendo hacia él.

¡Vamos, Ace! No son malos, además, son divertidos - Luffy estaba jugando con Namur, que le sonrió con todos sus dientes a Ace.

Ace lo pensó un momento, y miró a los piratas que le sonreían.

¿Ace? - Sabo miró a su hermano, parecía estar en una especie de pelea mental.

Esto sonará muy loco, Sabo... Pero, ¿supongo que una oportunidad más no matará a nadie? - Ace miró a Sabo, que asintió con una sonrisa.

¡Claro que no pasará nada! - Thatch levantó a Ace en brazos tratando de besarle las mejillas.

¡SU-EL-TA-ME! - Ace puso sus manos en la cara del cocinero evitando los besos.

Los dos niños se reían mientras Barba Blanca y Rayleigh sonreían. Marco miró a Ace, ¡él quería ser el mejor hermano mayor para el bebé fénix!

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