En clase iba normal hasta que el amigo de Jerry, el tío del tablero de ajedrez le tocó hacer equipo conmigo. Me miró de mala gana y aplastó su trasero al lado de mi asiento, también de mala gana. Por cierto, las fichas de ajedrez están en mi mochila, las guarde aquel mismo día. Teníamos álgebra y me iba bastante bien, así que la primera ecuación era un tanto fácil.

— ¿Qué crees que haces?— me preguntó el tío.

—Cálmate Amigo de Jerry, nos vamos a sacar una nota de 10 gracias a mi— le digo en buena onda.

Pero el pareció tomárselo como un insulto porque fruncía el ceño de manera preocupante.

—¿Amigo de Jerry?— pregunta sonando rudo, casi como un pordiosero.

En cambio yo parecía un niño de 12 sin haber pasado por la pubertad.
A veces me salían gallos y la voz muy aguda.

—No sé cómo te llamas— recalqué.

Me miró como diciendo: ¿Eres idiota o qué?. Le resté importancia encogiéndome de hombros.

—Asking, estúpido. Espero que te entre— escupe presionándome la sien con el índice.

Asking... parecía nombre de guerrero espadachín de las eras antiguas o un nombre de príncipe celestial. Le paso la hoja con la ecuación hecha. Y le lanza un largo vistazo que parece no acabar jamás y agarra el lápiz de MI mano. Me sobresalté cuando hace eso y lo suelto de mala gana.

—Kayn— saludé y le tendí la mano. Si, ese era mi verdadero y único nombre.

Pensé que no la aceptaría cuando me la apretó tan fuerte que casi me quiebra algunos falanges. Sus ojos chispeaban hostilidad a los míos.

¿Qué, acababa de hacer algo malo?. Al terminar me incomode y me acabe limpiando la mano en la camisa del uniforme escolar. Fuimos uno de los primeros en terminar la consigna, el amigo de Jerr... digo, Asking resolvió 5 ecuaciones (¡Sorpresa!) y yo, 6.

Y nos sacamos un jodido 9. Estaba satisfecho. En el recreo la pasé solo, aunque no lograba como importarme lo más mínimo. De la nada me acordé que había guardado el libro en la mochila. Aquellas hojas negras eran un acertijo, sin duda o la mala editorial de alguien. De cualquier forma, no sé si decir que quería descubrir que había pasado porque no sabía cómo. Al fin y al cabo no hablaba nada de los símbolos queme llevaron a investigar.

El horario dejaba paso a tener tecnología, así que fuimos disparados literalmente, a la sala de informática. Tomé asiento en la número 10 y entré a Google mientras lanzaba miradas furtivas para comprobar que nadie me prestaba atención. Y encontré algo sobre un espiral celta, el símbolo que brilló en la espada de literalmente, mis sueños.

<<Para los pueblos celtas, el espiral representa a la vida eterna, ya que es algo que no posee ni comienzo ni final, sino que cambia y evoluciona permanentemente. El espiral es uno de los símbolos más relevantes de la cultura.>>

Al terminar de leer sentí una mano pesada en el hombro.

—No creo que ese sea el sitio web con el que estamos trabajando.

Miro hacía arriba y ahí está, el profesor. Algunas caras se giran a verme y digo:

—¡Al menos no estoy en Instagram o Facebook!.

El profesor agarra el mouse y abre una nueva pestaña para escribir algo a gran velocidad y mandarme al sitio de trabajo.

Sobrelascriptomonedas.com.uy

Esbozo una sonrisa falsa y maldigo por dentro. Por otro lado me pregunto, si representaba la vida eterna, ¿Porqué el libro de literatura mística mencionaba mi muerte?. O como sea, estaba harto.

Quizás podría resucitar después, pero... nada tiene sentido. Son solo sueños, puede que esté detrás de algo absurdo y me haya vuelto un poco paranoico. Miré hacía la pizarra, había un cuadro el cual teníamos que llenar con la información que correspondía sobre las criptomonedas esas. Pero pronto algo atrajo toda mi atención, el título decía:

<<Levin, debes salvar el mundo>>.

Me sobresalté y una parte tenía un poco de sentido. Al mirar de nuevo, las letras habían desaparecido. A lo largo de la clase no logré concentrarme. Algunos jugaban Sonic en sus monitores o revisaban rápidamente sus redes sociales. Lentamente y no se cómo, pero caí dormido.