Capítulo 14 - Negación
No, no puede ser posible. Ella no puede estar muerta y yo estoy seguro que yo no la maté. Empecé a temblar como que si el ambiente estuviese frío, pero ya no estaba viendo mis recuerdos ni tampoco estaba en el bosque. Al fin estaba en lo que yo creo que era la realidad.
Lágrimas salían de mis ojos, la tristeza me inundaba sentía un vacío en mi corazón y la imagen de Cat muerta en mi cabeza me destrozaba el alma sentía como si alguien tomase mi estomago y lo estrujara pero a mi mente solo podía llegar la negación, ella no puede estar muerta no lo acepto.
Me limpié la cara, el ritmo de mi corazón y mi respiración seguían siendo el mismo y aunque una parte en mi mente decía que no. Otra parte casi igual a la voz susurrante de aquella entidad me decía que yo la maté que ella ya ella no puede estar conmigo porque yo le hice daño tanto daño que le arrebaté la vida.
Como en aquella ocasión que no pude defender a mi familia esta vez no pude detenerme a mí mismo de asesinarla.
Respiré profundo y me propuse a continuar, no creería en aquello que me había mostrado esa entidad que la verdad no sabía si era real.
Pero creo que había un modo de averiguar si todo lo que había hecho había sido real ¡las fotos! Recuerdo que había tomado fotos de las lápidas. Extrañamente las fotos siguen en mi teléfono como si todo lo que acababa de vivir fuese sido real.
No sé si sea bueno que esa entidad sea real y mucho menos todo lo que me mostró.
—¡Sé lo que es real y lo que no —me digo en voz alta —, la mayoría eran recuerdos. Pero lo último no lo recuerdo, ¡no recuerdo haber asesinado a Cat!
Nada tiene sentido sí ese recuerdo es verdad ¿por qué no lo recuerdo?
Esa entidad sabía que Cat era todo para mí, quizás realmente pertenezca a este lugar ya que es posible que ella no esté.
Respiro profundo nuevamente, empiezo a identificar el lugar y observo que me encuentro en la misma habitación donde vi que asesinaban a Alexandra.
Esta vez en esta habitación solo estoy yo y la puerta donde se suponía estaba la salida sigue completamente cerrada la camilla está vacía, puedo ver un escritorio que antes no estaba la luz al parecer todo el tiempo ha estado encendida.
Me pregunto cuánto tiempo habrá pasado y veo la hora en mí teléfono y son solo las 5:01 pm ¡Qué rayos! no ha pasado nada de tiempo, la cabeza me empieza a doler y viene a mi mente la imagen de Cat las lágrimas salen de mis ojos una vez más, como un tormento eterno en mí mente siguen apareciendo todas aquellas cosas que esa entidad me había mostrado, cosas que pensé que ya había superado.
«¿Por qué esa entidad querría que yo viese eso? », empiezo a pensar que todo lo que me ha pasado tiene relación.
Voy hacia el escritorio y lo reviso, hay varios expedientes. Parecen expedientes más completos que los que vi antes estos tienen información detallada hasta de el medicamento administrado a cada uno sin ser un experto fármaco me puedo dar cuenta que esta persona no tratan de ayudar a los pacientes sino todo lo contrario es como que si buscaran causarles más problemas mentales. Como si esto les fuese de utilidad. Los están empeorando, empeoran la salud mental de todos.
Lo que no acabo de entender es porque aquél hombre me dijo que había secuestrado a Catteline, aunque ahora que lo pienso nunca me mostró una foto donde ella saliera, solo me mostró una foto de su habitación.
Al final de la gaveta quedaban tres expedientes más. Los saqué y los puse encima del escritorio cerrando la gaveta porque no creo que la fuese a necesitar, algo en mi mente me susurraba sin voz que debía verlos.
El primero era de Alexandra mostraba el tiempo que había estado acá ya dos años y decía que dentro de una semana se iba a probar la maquina con ella, el resto de las hojas de su expediente tenía la misma historia que ella me había contado con lujos y detalles.
Realmente debo sacarla de acá, tiene que irse conmigo no permitiré que le hagan daño.
Sin pensarlo aprieto muy fuerte mis dedos con la palma de mi mano y sin querer vuelvo a empezar a temblar, mi mente parece seguir haciéndome malas jugadas, percibo como si unas sombras me observaran y aún puedo escuchar esos pequeños susurros en mi cabeza que intento ignorar.
El segundo expediente me sorprendió aún más y todo empezaba a cobrar algo de sentido.
Aquél británico caníbal que había visto al salir del nivel 5 y que asesinó a los dos guardias era el mismo hombre que había asesinado a mis padres. Esa era la razón por la que él me conocía o eso creía «¿cómo podría haberme reconocido después de tantos años cuando ni yo pude reconocerlo?», me pregunto, me llené aún más de rabia con todo esto. Empiezo a sentir una inmensa necesidad de buscarlo y matarlo es como si de repente tuviese una sed de sangre y venganza que nunca tuve en toda mi vida.
Quisiera matarlo era la persona que había matado a mis padres y la que inició todo, pero no, la esperanza de que Cat aún estuviese viva me detiene, todavía hay algo de cordura en mí.
Reviso la última carpeta y extrañamente empiezo a tener miedo, me parece tonto sentir miedo por abrir una carpeta pero cada carpeta era peor que la otra.
Pero no creo que haya una carpeta peor que la del asesino de mis padres. ¿Qué es lo que puedo encontrar?
Luego de ver la carpeta unos minutos no me detuve más a pensar, saqué los archivos que se encontraban en él y me doy cuenta que era el más extenso de los archivos.
«Sujeto: Leroy Reyes.
Principales crímenes: múltiples asesinatos.
Estado mental: Nivel 5....», leo en el inicio del archivo.
Mis ojos están rojos, de la ira y la tristeza según este expediente era verdad yo había asesinado a Cat y según lo que decía en él también había asesinado a muchas personas más, tantas que me habían asignado al nivel 5 al lugar donde estaba aquél hombre que decía conocerme y asesinó a mis padres me convertí en aquello que más odiaba.
Quizás él me conocía porque todo este tiempo realmente fui un psicópata más, Tal vez por eso la enfermera Lena Wood me había confundido con un paciente. Tal vez todo fue una trampa porque ya había escapado, realmente estoy loco, el informe expresa como había asesinado a familias enteras, incluso policías, que ofrecía sus almas a alguna clase de culto, que yo sufro de bipolaridad y alucinaciones, tendencias suicidas, todos los diagnósticos que yo antes había dado ahora me los estaban dando a mí.
Tenía mucho miedo realmente ya empezaba a tener sentido todo, no puedo seguir negando lo que soy. Eso explica la razón por la que no me dejan salir.
«¿Cat por qué por qué tuviste que acercarte a mí? », pregunto en mis pensamientos como si ella me pudiera escuchar, si no lo hubieses hecho probablemente ahora estarías viva.
19 de febrero: un expediente en el que explicaban como un hombre asesinaba a su novia y luego simplemente volvía a su cama creyendo que ella aún estaba viva.
Este expediente fulminó mis pensamientos ya todo tenía sentido y a su vez dejaba de tenerlo para mí. Había asesinado a la mujer que más amaba, había asesinado a mi pilar de cordura.
No me importa leer más, así que tiro la carpeta con los archivos al suelo. Trato de pensar que todo puede mejorar pero sé que no será así. Esos agentes quizás solo me tendieron una trampa para que un loco que había escapado regresara el mismo al asilo, por eso aquél doctor estaba ese día en ese lugar, quizás para observar mi comportamiento.
Vuelvo a la habitación de la cocina, el tiempo no parece haber pasado afuera, se escucha un desastre ocurriendo fuera y la puerta de la entrada al comedor ya está destruida no sé porqué pero veo un cuchillo y este me resulta atractivo y simplemente lo tomo y lo coloco en mi cinturón.
Voy al comedor como un caminante sin propósito, ya nada me importa.
Mientras camino puedo ver que en un lugar del comedor está tirada en el suelo aquella enfermera que atendía a Alexandra creo que su nombre era Luisa parece que alguien le torció el cuello y le pintó en la cara «perdedora», esto está vuelto un descontrol las alarmas suenan por doquier.
No puedo simplemente olvidarme de todo, quizás si salvo a Alexandra, quizás si la saco de este lugar. Podría remediar algo, sé que puedo salir por la puerta que está en la cocina, solo tengo que encontrar la llave o algo para abrirla.
Al fin salgo del comedor y observo como muchos guardias intentan controlar a la horda de enfermos mentales. Un hombre que está desenfrenado y tiene la cara pintada como una mujer se acerca de manera eufórica y descontrolada hacia a mí pero yo sin más nada que sentir simplemente lo miro sin preocupación, él se agacha y me toma de una pierna y me hace caer.
Caigo sobre mi espalda que ahora está aún más adolorida, me levanto e intento moverme dentro de todo ese desastre. Las puertas están totalmente cerradas, pero sigo pensando que debe haber un modo de salir.
Dentro de todo el desastre veo como los guardias abusan golpeando a los pacientes mientras que los pacientes los caen a mordisco, escupen y se ríen desesperados, quisiera decir que ahora veo algo anormal pero con todo lo que sé ahora es normal para mí.
Todos los pacientes tienen como una especie de parásitos aferrados a ellos como una sombra que está rodeándolos es como aquella entidad susurrándoles que hacer.
No siento ningún miedo o quizás ya siento mucho, es como si ya fuese visto todo esto antes.
Una voz habla en un micrófono con una voz extremadamente chillona muy parecida a la voz del niño que había escuchado anteriormente.
—Acá les habla el Enano Ed —se escucha salir de los altavoces del asilo —. El que me traiga más cabezas se llevará un premio —dice y su risa es tan chillona que retumba en los oídos de todos —. ¡Unas vacaciones pagadas a Hawai! —Las palabras de ese sujeto parecen que empeoraron la situación todos empezaron a hacer más desastres y los guardias no parecen poder controlarlos.
Esto era lo que aquella entidad quería que yo viera, como cada enfermedad mental es representada como por un parásito que se alimenta de la gente es como una enfermedad que te afecta física y mentalmente hasta que ya no queda nada de ti.
El relojero está de pie frente a un reloj como si para el nada estuviese pasando me acerco a él esquivando a los pacientes que atacan a todos desenfrenadamente.
—Es tarde, es tarde —repite una y otra vez mientras ve el reloj.
—¿Tienes alguna idea de donde está Alexandra la chica anoréxica de la otra vez, la recuerdas? —le pregunto y él ni voltea a verme.
—Es tarde es tarde tic toc —repite mirando al vacío. No entiendo en qué momento decidí preguntarle al relojero.
Doy la vuelta y me dispongo a irme pero el continúa hablando.
—Tarde es tarde vas a llegar tarde al nivel 3 —me dice desesperado, ¿nivel 3? pero sí Alexandra no es del nivel 3.
No tengo nada que perder ni ningún otro lugar al que ir, salgo corriendo rápidamente al nivel 3 que también está abierto, me doy cuenta que al escapar uno de ellos, escapan todos.
Además de personas con problemas mentales son también unos criminales, debo recordar que yo probablemente también lo soy pero ahora solo debo concentrarme en encontrar a Alexandra.
«Bien otra vez en este lugar», pienso y creo que preferiría estar en la sala principal donde todos hacían un desastre.
En el nivel 3 está haciendo mucho frío y todo está sospechosamente en silencio. Recuerdo haber visto a Alexandra a través de la cámara en su habitación, no entiendo por qué estaría en este lugar ahora.
Mucha de las habitaciones o jaulas como creo que sería más adecuado llamarles, están vacías así que sigo avanzando teniendo la esperanza de que sigan así “vacías”.
Busco habitación por habitación, camino por el pasillo noto la presencia de alguien que corre de un lado a otro casi sin hacerse notar, parece estar provocándome.
El lugar está algo oscuro por lo que tomo mi teléfono y enciendo la luz de la linterna, se empieza a escuchar un sonido como sí raspasen algo como de unas navajas rozando la pared ese sonido lo recordaba de la historia de Alex Park.
Quiero retroceder pero noto que aquél hombre entre las sombras me persigue y creo que se trata de Alex Park.
—Hola, quieres jugar —dice el posible Alex, pero su boca no parece moverse yo sigo retrocediendo y él se acerca más y más
En un momento cuando siento que no tiene sentido huir me detengo a esperar y aquél hombre que creía era Alex Park se hace presente.
Es una entidad que se mueve entre las sombras y cuando la veo de frente sé de quien se trata, es la entidad que atormenta a Alex, una entidad que parece una persona pero lleva una máscara de un gato color blanco con grandes orejas, en sus uñas tiene navajas, su rostro parece borroso pero en esencia es otra de esas entidades que nos atormentan.
A pesar de que tiene una máscara puedo sentir como me observa como si fuera una presa, me congelo frente a esa cosa pero por algún motivo parece que no puede hacerme daño.
Recuerdo que la entidad altísima que se hacía llamar miedo tampoco me hizo daño e incluso insinuaba que me necesitaba. El gato probablemente también necesita a Alex Park.
Alex me dijo antes que esa entidad lo necesita para vivir, lo necesita para jugar y que por eso lo mantenía despierto asesinando personas.
Luego de entender todo esto, me armo de valor y atravieso al gato como sí no estuviera ahí.
—Juguemos —dice desde lejos y cuando volteo me doy cuenta que la entidad le está hablando a Alex Park que está observando todo desde lejos y casi como sí Alex tomara la forma de aquél demoniaco gato me ve y empieza a seguirme.
Tomo otra dirección para poder llegar al final del camino evitando así que Alex llegara hacía mi. Alex empieza a caminar lentamente, no lo puedo ver pero escucho sus pasos, también a lo lejos puedo escuchar las navajas en sus manos.
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