Documéntate, bohemio.
¿Qué les pareció el tour por Soteria? ¿Les ha gustado? No duden en dejar sus comentarios al respecto.
Antes de continuar el paseo, quisiera agradecer a cada lector —incluso a los fantasmas— por el tiempo que han dedicado a todos los capítulos en los cuales compartí mi escasa experiencia (y preparación). No quiero hacerlo por nombres. Mejor que nadie se ofendiera porque olvidé mencionarlo. Esta memoria mía funciona de un modo tan extraño que me cuesta comprenderlo. Pero si lees esto, sabe que me encantaría estrechar tu mano y decirte "¡Gracias!" en persona.
Bien, antes de abandonar Soteria y volver a la Tierra, tengo que tocar un tema que podría parecer obvio para muchos y otros apenas comienzan a darse cuenta de que lo necesitan: documentarse.
Seguramente te preguntarás para qué documentarte si escribes una novela de Pancho Pantera y tú. Nuestra querida Rayis va caminando por la calle, se tropieza como estúpida con el buen amigo Francisco y ¡sasafrás! Tenemos amor del bueno. No soy muy dado a chutarme bodrios como las novelas de Rayita pero me pregunto si a las chicas que escriben rayiaventuras nunca se les ha ocurrido pensar en que ella abandone a su alfa en vez de casarse con él aunque el sujeto la golpee, la viole o le pinte bigotes con marcador indeleble mientras duerme. ¿Quién dice que Pancho es una bestia sedienta de s3x0? ¿Y si resultara tan buena onda como @MarcSpenctish , @Naedel , @SussanitaMG o @Rodbin aun siendo famoso? ¿Qué escribiría pancracia69 si investigara un poco sobre la vida del personaje en cuestión?
Documentarse no es un lujo para proyectos tan complejos como Cien años de soledad o Sandwich de dragón o la Saga de Soteria. No imaginan cuántas tonterías he leído porque falló este punto. Desde alguien mudando los pirineos a Alemania hasta otro fulano que hospedó a los viajeros de su obra en un hostal y los puso a ducharse... en pleno Renacimiento, una época en la cual todo mundo acostumbraba llevar una saludable capa de mugre encima. Algunos más noveles que yo han querido ambientar sus escritos en Egipto y terminaron llenándolo todo de pirámides y camellos. Incluso, una ocasión me encontré con un espía de misión en Roma que enfrentó delincuentes a tiros en el Coliseo y cruzó algunas calles corriendo para ocultarse de ellos en la torre inclinada de Pisa. Por suerte, ninguna de estas gemas en bruto pertenece al universo de Wattpad. Otro día cuento dónde las hallé.
Ahora que hemos entendido la importancia de este punto, sólo tenemos que contestar dos preguntas: ¿dónde me documento y sobre qué? Pero cuidado. Tiene su chiste responderlas; no todo se reduce a Google o Youtube o la Wikipedia aunque sirvan de mucho.
Antes de elegir fuentes de información, lo más lógico es saber qué necesitamos. Y no tengo mucho qué tratar al respecto. Como siempre, todo dependerá de la historia que escribas. Las primeras pistas vendrán casi siempre del argumento. El resto aparecerá conforme desarrolles la trama o cuando alguien más lea el primer borrador de tu obra y señale tus fallas. No te preocupes si sucede lo último; el primer borrador por lo general es inmundo, a menos que seas excepcionalmente talentoso... lo cual dudo si te recomendaron este librajo.
Consideremos el caso del amigo que llenó Egipto de camellos y pirámides. Si suponemos que su historia tratará sobre la maldición de Tutankamón, entonces él debería investigar cómo sucedió el descubrimiento de la tumba. Y no sólo centrarse en el hallazgo. Valdría la pena también preguntarse cuál fue la motivación de Howard Carter o la de sus patrocinadores o cómo murieron las presuntas víctimas. Y tampoco vendría mal conocer la geografía o el aspecto del sitio en la época. Hay por lo menos dos necrópolis en los alrededores del Cairo. Pero el Valle de los Reyes, lugar del hallazgo, está a 600 kilómetros de ahí y Luxor sería la población más próxima. No resultaría lógico que la expedición se trasladase de una ciudad a otra como quien va a la tienda por los refrescos. Los camellos tampoco serían ubicuos. Seguramente no los emplearon para trasladar los tesoros pues ya existían camiones de carga en 1922.
Ahora, si nos concentramos en el caso de la Saga de Soteria, tuve una fauna de temas sobre los cuales documentarme: física cuántica, doctrina militar de diferentes países, el funcionamiento de las máquinas a vapor y sus partes, aeronáutica, arquitectura de la era victoriana y eduardiana, teología, alemán, noruego, sueco, japonés (no fue para nada kawaii) e historia universal de postre. Cuando tienes un proyecto así de complejo, es vital organizarse y elegir fuentes de información y separar la basura de lo útil. En esta parte no puedo ayudarte mucho. Ignoro sobre qué escribes y no toda la información se analiza igual. En cambio, puedo sugerirte diversas fuentes de información aparte de Google.
1. El periódico serviría no sólo si buscas reconstruir una noticia histórica. Puede proveer también detalles de la época en la cual se publicó como las costumbres de la población, eventos sociales, personalidades y hasta acontecimientos sumamente peculiares. No obstante, a veces son difíciles de conseguir. En mi caso, la hemeroteca más cercana está en la ciudad de Laredo, Texas y no tienen periódicos mexicanos aparte del Antireeleccionista o El Vebro Libre (publicados durante la revolución de 1910) y El Mañana (prensa local). Contadas bibliotecas públicas o universitarias cuentan con este servicio aunque algo restringido.
2. Es obvio que en internet podrás hallar millones de artículos. Pero, con mucha suerte éstos sólo arañan la superficie de un tema. Los Tops en YouTube ni se diga. Los libros, en cambio, suelen profundizar o incluso especializarse. Por ejemplo, si quieres saber algo de reproducción celular, Google te sugerirá millones de sitios donde la tratarán con distintos niveles de conocimiento... o simplemente leer un capítulo de Biología de Claude A. Villee que apenas tiene veinte páginas a doble columna... sin mencionar que el señor Villee era una eminencia y su texto todavía es lectura obligatoria en diversas facultades de medicina.
3. Si escribes una novela histórica o cuya inspiración proviene de un acontecimiento, y tienes la gran suerte de conocer a alguien que lo vivió... ¿por qué no vas a preguntarle? La perspectiva de estas personas o de testigos oculares puede resultar casi invaluable dependiendo del grado en el cual experimentaron el suceso. Tomemos por ejemplo una historia ambientada en la revolución mexicana. ¡Como si no hubiera! Pero metámonos un rato en la piel de Mariano Azuela y supongamos que encontraron a Mc Queen... digo, a varios ex combatientes vivos, muy viejos y todavía cuerdos. Lo que ellos puedan contarte de la lucha será muy valioso pues lo vivieron. En cambio, la perspectiva de un descendiente de estos hombres podría resultar subjetiva, incluso idealizada. No sugiero que la descartes. De todas maneras un hijo o nieto puede conservar documentos únicos que no hallarías en otro lado y avalen parte de sus palabras.
4. Algo parecido al punto anterior es entrevistarte con un especialista. ¿En psiquiatría? No necesariamente. Este punto no se limita sólo a tu chequeo médico de rutina sino también a esos temas que buscas y buscas en google y dan resultados poco concluyentes. Por ejemplo, si tienes una escena donde un delincuente pelea a tiros con un policía dentro de un avión y te preguntas si los disparos descomprimirán la cabina... bueno, consulta a un ingeniero en aeronáutica. Yo tengo la suerte de que un compañero de trabajo cursó la maestría en esa rama. Pero la dificultad de este punto radica en que no siempre sabrás de dónde sacar al especialista en el tema o, si lo encuentras, tal vez no quiera asesorarte gratis. Desde luego, no siempre requerirás un universitario. Muchas veces las dudas serán más terrenales. Digamos que Lucy es una chica pobre que obtiene una beca de un colegio muy exclusivo, su papá le consigue el uniforme de segunda mano y ella se da cuenta —por la talla de la blusa— de que la dueña anterior era un poco más alta y tenía pechos el doble de grandes que los suyos... Si Lucy es una costurera talentosa ¿Sería capaz de ajustar la blusa sin que se note? ¿Deduciría el tamaño de los atributos de la dueña anterior con solo echar un ojo a la prenda? Quizá no sepas si es posible; aunque tu abuelita o tu tía o aquella modista cuyo local viste en el centro de la ciudad a lo mejor responderán tus preguntas con gusto.
5. El caso extremo: pide ayuda a otros autores que hayan escrito sobre el mismo tema. Y esto debes dejarlo como último recurso antes de descartar una idea de tu historia que requiera documentación. Comprenderás que doy esta recomendación porque no todos los escritores son tan buena onda como mis amigos Naedel o Marc. Algunos son como yo: te ayudo si sé cómo y tengo tiempo. Otros te ignorarán. Y los peores: aquellos que se nieguen sin importar que usen vocabulario florido o súper intelectualizado para hacerte sentir tonto. Cierto comediante mexicano dijo una vez "Si alguien te manda introducir tu dedo medio en la parte terminal del rectum... ¡Aguas! ¡Te está insultando!".
Seguramente estas no son todas las fuentes de información disponibles para documentarte. Si conoces alguna no mencionada, siéntete libre de mencionarla en los comentarios.
Ahora sí, volvamos al tour y preparémonos para la última lección de la descriptiva: los diálogos.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top