Corrígete, bohemio
Lo he dicho en otras entregas y no me cansaré de repetirlo: el primer borrador de toda novela es inmundo. De hecho, es tan inmundo que necesitarás un traje NBQ cuando vayas a tocarlo y, llegado el momento, deberías confinarlo en un almacenamiento geológico profundo.
Cierto. Lo anterior fue una exageración. Pero sostengo lo dicho. Si has llegado vivo hasta esta entrega, felicidades. Estoy seguro de que produjiste un primer borrador y bien podrías considerarte un escritor. No obstante, tu calidad literaria está tan cerca de equiparar a Cien años de soledad como el gusano de siquiera parecerse al Fénix... Y no me refiero a Ikki, el hermano de Andoromeda no Shun. ¡Ave Fénix! Sólo considera uno de mis consejos pasados: no preocuparte aún de corregir nada. Eso basta para tener una impresión general de tu obra en este instante. ¿Hay remedio? ¡Desde luego! No tendría sentido compartir mi poca experiencia al escribir novela si, a final de cuentas, el esfuerzo carecerá de recompensa. Varios capítulos atrás aconsejé amordazar a ese editor interno que todos tenemos. Bien, es hora de liberar a la bestia. ¡A corregir!
Eh... a corregir. A corregir... A... ¿corregir? Caray. ¿Por dónde empezamos?
Tal vez el principio consistiría en señalar lo obvio: hay tantos métodos como personas en el mundo para realizar esta espantosa pero necesaria labor. Incluso me aventuro a decir que cada escritor tiene el suyo. Por lo menos yo sí. No entraré en detalles porque no a todos les servirá. Como este librajo. Si no me crees, pregúntate cuántos mortales iniciaron la aventura de Así que quieres escribir y prefirieron bajarse del coche a medio camino. Cierta lectora dijo una vez que prefería evitar los manuales de escritura para no producir "prosa púrpura"; ella quería que todo le saliera lo más natural posible. Además, mi forma de corregir no se adaptará a muchos. He trabajado como desarrollador de software desde hace quince años y aprendí a programar desde los trece. Y, por muy frío y estéril que suene, veo mis novelas como un inmenso programa. Programar ordenadores, computadoras o como les digan en tu país requiere muchísimo razonamiento y pocos lo desarrollan hasta ese nivel. Sin embargo, no te negaré mis poco útiles consejos.
Más o menos así es el ciclo de correcciones para mí.
Parece una locura pero ya lo explico.
Antes de comenzar necesitarás desvincularte un poco de tu obra. Déjala reposar unos días y aprovéchalos también para darte un descanso. Crear es agotador. Te mereces un buen descanso; y lo más importante: esta breve desconexión refrescará tu mente de tal manera que obtendrás una nueva perspectiva de tus escritos... sin mencionar la aparición de muchas fallas ocultas durante el proceso de crear tu primer borrador. ¿Cuánto tiempo deberías alejarte de tu pequeño monstruo? No lo sé. Cada individuo es distinto. A mí me sirve desde una semana hasta quince días, dependiendo de la carga de trabajo en mi agenda. Puedes seguir mi ejemplo o tomarte el tiempo que quieras.
Bien. Entonces te espero en una semana o cuando decidas volver de tu descanso... ¡No es cierto! ¿Acaso pensaste que te dejaría ir así nada más?
Si has seguido mi "método" para escribir tu novela, seguramente tienes carpetas o documentos de tu procesador de texto preferido para almacenar cada capítulo. Si no es el caso, igual debes completar el ciclo de correcciones. En mi opinión, cada apartado —capítulo o como hayas decidido organizar tu novela— debería releerse al menos tres veces. Intentarás cazar a estas presas en cada repaso. Las he ordenado por relevancia, para tu comodidad.
1. Gramática: abarcar el uso de signos de puntuación; vicios como las cacofonías, las palabras que no figuran en el diccionario (por ejemplo: aperturar o sanitzar o conflictuar o credencializar) y las repeticiones excesivas; colocación de mayúsculas y minúsculas.
2. Ortografía. Uso de tildes; colocación de consonantes como h, q, b, v, z, c, s y no usar la k por la q. Sí, eso de "Baia baia" es una falta de ortografía horrible.
3. Claridad. Esto lo hemos discutido hasta el cansancio. No lo repetiremos una vez más.
4. Verosimilitud. Lo escrito debe resultar creíble —aunque no sea real— para el lector.
5. Coherencia. Procura que las ideas del capítulo actual no contradigan a las de los anteriores... a menos que planees darle un giro a la trama. O sea, si Chonita tiene ojos verdes naturales, no la describas después con ojos marrones. Aquí es donde más se se nota si has planeado bien tu novela.
6. Falta de retórica. ¿Tu capítulo suena como un informe policial? ¿Demasiado solemne o falto de vida? Entonces falta agregar símiles, metáforas y una fauna de figuritas de goma disponibles en el apartado Vomitando arcoíris de este librajo.
7. Exceso de retórica. La escasez es tan mala como el exceso.
Si quieres tomarte más en serio esto de la corrección, te daré unos cuantos consejos más. El primero será leerte S.O.S. Tengo que corregir mi novela (manual), de Nathalia Tórtora alias uutopicaa. Ella ha trabajado un buen tiempo en la industria editorial, así que su libro te ayudará mucho más. Otra lectura recomendada —no tiene mucha relación con las correcciones pero no está de más leértela— es Pero escribiendo, de ktlean1986; se trata de una obra especialmente buena para quienes aún dudan de su capacidad a pesar de haberse acabado este librajo.
He visto en internet a quienes aconsejan contratar un corrector de estilo para todas tus obras. Yo digo que a estos profesionales los contrates sólo si planeas llevarlas a medios impresos o participar en concursos literarios institucionales. Y no es por hablar mal de estos expertos de la lengua pero cobran un montón de plata; el gasto será inútil si no piensas ir más allá de Wattpad. Reserva ese dinero para cuando tengas claro tu camino. Por mi parte, aún no decido qué haré después con mis novelas; quiero tener un producto terminado antes de tomar cualquier alternativa. La Saga de Soteria es bastante compleja, requiere mucha investigación y conocimientos más allá de mi limitada inteligencia. En todo caso, esto me da tiempo de reflexionar sobre mi siguiente paso.
Hace tiempo dejó de interesarme la posibilidad de ver mis libros en papel. Las editoriales se parecen a Hollywood. Son negocios, y como tales, deben elegir obras que les garanticen ventas por al menos el doble del costo de producir cada tirada. Es decir, si producir mil libros me cuesta un dólar entonces debo obtener dos dólares por las ventas de esos mil ejemplares. No importa la calidad literaria si se vende como pan recién hecho. Yo no puedo garantizarles eso porque no sigo modas o tendencias. ¿Y verlos convertidos en manga o anime? Lo dudo también. A los japoneses no les interesa el extranjero teniendo talentos más competentes y a la mano en su propio país; además, los mangas y animes siguen modas o tendencias propias de dicha Nación. A pesar de todo, estoy seguro de que algo se me ocurrirá. En mi caso, las regalías son secundarias. No soy rico pero vivo muy bien. Me importa más volverme conocido que los billetes. La cuestión es cómo.
Bien, la próxima entrega será la última. Ahí nos vemos.
https://youtu.be/mGCq9n18H4U
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top