Me encontraba cómo todos los días en mi oficina.

En ese mismo momento llamaron a la puerta de mi despacho.

—Pase.

—Señora Asahina—entro uno de mis empleados y dando una reverencia antes dijo—. Tengo una noticia muy importante para usted

—¿Cuál es? Pasa y dímelo

—B-b-bueno, señora...su hija Ema a abandonado la residencia, además sus hijos...parecen devastados por él mismo motivo...

—¿Qué?

En un movimiento rápido di vuelta a la silla y me levanté.

—Explícate

—Sus hijos... al parecer él día en el que estuve ahí, me di cuenta que estaban enamorados de la señorita Ema—dijo en un tono nervioso al verme—. Por eso en estos momentos se encuentran en una miseria

—...

No podía ser posible, no podía ser verdad, caminé hasta el ventanal.

—S-s-señora Asahina... ¿Qué sucede?

—Solamente... busco una forma de hacer qué pueda sacar esa adoptada de la vida de mis hijos...—Me pase la mano por el cabello y lo desarregle—. Trae la limusina, tengo que salir a una junta

—...

—¿Qué sucede ahora?

—El chofer ha renunciado, su esposa ha tenido que ser trasladada a un hospital en otro país, tiene que estar con ella, solo podemos viajar a taxi

—No, mejor vamos a pie, no está muy lejos

Marqué el número de la secretaria y pedí que contrataran a otro chofer.

—Vamos

Tomé mi abrigo y salí de ahí.

Llegando a las puertas de la empresa con asentimientos de cabeza al recibir saludos.

Cuando salí empecé a caminar, cuando casi íbamos a llegar por un empujón y con descuido se me callo una pulsera que traía, cuando me acercaba a levantarla oí unos quejidos dentro del callejón qué se encontraba en a un lado.

Olvidé recoger la pulsera y le dije a mi asistente que la levantara y la guardara, me acerque a buscar el causante de los quejidos y al entrar más, encontré a una chica en el suelo.
Con muchos rasguños, golpes y la ropa rota, ahí se encontraba una hermosa chica, cabello T/C/C (color de cabello) y piel pálida cómo un papel.

—Llévatela y arréglala

—P-p-pero señora-a...

—También inicia los trámites de adopción, no parece más de 17 años

Nueva hija y nuevo amor para mis hijos, esta vez nadie saldría con el corazón roto.

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