La mano derecha de Dios
Jimin.
—¿Tu eres esa creatura del que todos hablan?
Me rodeo como si fuera un animal, yo me sujete de la manga de la vestimenta de mi señor, este se veía tranquilo, me sujeto de la cintura y después miro al sujeto.
—Vengo a cobrar mi favor.
—Lo sé, de no ser así, no te vería por aquí, supongo que tiene que ver con él bebe en el vientre del lindo chico aquí presente.
Parpadee asombrado. Este sujeto en verdad es algo que no esperaba.
—Síganme, pasen a mi humilde hogar —de entre la neblina se asomó una enorme casa que no había visto —Vilma es un gusto verte.
—No coincido.
Camine aferrado del brazo de Jungkook, mi piel seguía erizada y mi cuerpo tenso, sé que Jungkook no dejaría que nada malo me pase, pero esa sensación de temor seguía presente en mí. Vilma estaba igual, pero al parecer es porque ella también conoce a este ser.
Entramos y pasamos a una sala que era algo rustica, tenía la chimenea encendida, no le perdía movimiento al sujeto, mis ojos se movían mientras caminaba por la sala hasta una mesita con algunas copas donde se sirvió vino de la manera más despreocupada y natural posible.
—Tomen asiento, no planeo hacer nada, de ser así, no habrían llegado si quiera a mi lugar de residencia.
—Así estamos bien —conteste, él sonrió —¿Quién eres?
—Tu esposo debió contártelo antes de traerte aquí, supongo que no dijo nada por precaución de los oyentes del reino.
—Miguel Ángel —Vilma menciono, este se tensó un poco —el arcángel más poderoso, la mano derecha de dios.
—Esa ya no es mi nombre, el titulo se le dio a otra persona, aquí solo soy Jung Hoseok.
—¿Un arcángel? —busque la mirada de Jungkook —¿Mi señor?
—Deja que te explique yo —bebió de golpe el líquido magenta y se acomodó en el sofá —mucho antes de que este jueguito de los humanos de adorar a los demonios, nosotros teníamos un papel importante, el mantener un balance, entre el poder que se les daba a los humanos y su libre albedrío, yo estaba encargado de los ejércitos y paladines más fuertes, incluida la linda Vilma —suspiro un poco —pero como siempre, cuando uno trata de hacer las cosas bien, no nos creen, cuando me di cuenta de lo que los humanos trataban de hacer, me puse del lado de los demonios, ya que nuestro querido líder no me creía, trate de detener toda esta locura, pero tanto humanos como arcángeles me quisieron detener a mí, el único en ayudarme fue el niño aquí presente.
Señalo a Jungkook, este me hizo sentar a su lado, después Vilma y Namjoon se sentaron, sintiéndose menos tensos.
—Vilma me odia por lo estricto que fui con ella en sus entrenamientos, debo decir que la piedad irónicamente no me iba, supongo que fue un alivio para ella cuando me quitaron las alas y me mandaron a pudrirme en la tierra.
—¿Quién curo… —no termine la pregunta.
—Jungkook, hizo un pacto conmigo, me dio su fuerza, me dio poder, y pude recuperarme, es por ello que le debo demasiado.
—Él se recuperó, logro demasiado por el mismo, y ahora mismo es el ser más poderoso en la tierra, pero siempre está en las sombras, prefiere estar neutral.
—Prefería, pero al ver el “milagro” de esa concepción, siento que se pondrá todo muy interesante, Zeliag seguro querrá al infante, ¿Qué buscas de mi Jungkook?
—Mi esposo necesita gente que se meta al consejo, además quien la ayude a cuidar de su estado, no quiere irse de aquí, y yo no puedo quedarme demasiado.
—Aun —todos quedamos en silencio —pero vaya que si son distraídos —soltó una sonora carcajada —ese niño será un vínculo aún más fuerte que una concubina, tu sangre podrá andar entre la humanidad, por lo tanto, tu podrás hacerlo igual, si los demonios recuperar su poder total sin que necesiten a los humanos, ya no habrá nadie que los pare, incluso mi amado “padre” la tendría demasiado difícil.
—¿Desde cuándo sabes esto? —Jungkook le reclamo.
—Desde que chicas y chicos con el cabello rojo empezaron a nacer, pero como sabrás todas eran muertos apenas abrían los ojos, la anterior emperatriz hizo un buen trabajo ocultando a este, por algo les fabricaban mujeres perfectas, para que no pudieran concebir, ninguna humana con las características que se les exigen a las sacerdotisas podría tener un hijo de un demonio, morirían en caso de quedar en cinta, pero nunca paso — se le quedo mirando a Jungkook fijamente —sabes que tendré que pactar con él ¿Verdad?
—Lo sé —gruño —créeme que lo pensé demasiado, pero eres la única opción, no existe nadie más a quien le confié a Jimin.
—¿Me podría explicar? —apreté mi agarre de su brazo, el poso su mirada sobre de mi — no sé cómo se pacta con un arcángel.
—Ya no soy un arcángel, aquí me consideran un hechicero, un brujo, es más sencillo que explicar mi poder —se levantó y camino hacia nosotros —no es como lo hiciste con tu señor, creo que Jungkook nunca te dejaría acostarte conmigo, una pena la verdad —intento tocar mi rostro, pero de nuevo me encendí en llamas, haciendo que Jungkook se alejara de nuevo — me encanta este niño.
—No te pases de la raya Hoseok, que estoy a nada de arrancarte el rostro.
—Está bien, hagamos esto rápido, antes de que los del consejo sospechen, estaré ahí por la mañana. —trono los dedos y mis llamas volvieron a consumirse —me quemas el tapizado.
Empezó a mover una mesa en medio de la sala, saco una tiza y dibujo un circulo, nunca había visto algo así, no es nada que te enseñen. Se levantó saco un collar de entre su ropa que tenía una pequeña daga, parecía más un adorno que otra cosa.
—Jimin, tienes que confiar en mí, trata de no usar tus llamas cuando entres al círculo o nos quemaras a todos, harás lo que él te pida, será rápido ¿Si?
Asentí, haría cualquier cosa por tener a mi bebe a salvo, así tuviera que lidiar con el sujeto enfrente mío. Camine despacio hasta entrar al círculo con él.
—Extiende tu mano izquierda, necesito que la pongas con la palma hacia arriba —hice lo que dijo y se quitó el collar con la daga, el también extendió su mano izquierda —será un pinchazo —como si fuera una aguja pincho mi dedo índice rápidamente y luego el de él — coloca la sangre en tus labios así —me mostros como paso su sangre por el labio de abajo, imite su acción y después me beso.
Apreté un poco los puños, porque estaba a punto de querer quemarlo, pero tenía que contenerme, el circulo empezaba a brillar, abrí mi boca para seguirle el beso, sentí el sabor metálico de la sangre de ambos, de nuevo un sonido como un tambor me ataco, mis piernas flaquearon y me desmaye.
Jungkook
En cuanto el circulo se apagó corrí para quitarle a Hoseok a Jimin, lo tomé entre mis brazos, limpiando sus labios. Fue el minuto más largo de mi vida.
—¡Por todo lo sagrado! —Hoseok se tocó los labios —tu esposo es delicioso, ahora entiendo todo, su sangre es dulce, su esencia es pura, ni las sacerdotisas criadas para ustedes habían tenido un aura así.
—Cuidado con lo que dices de mi esposo Hoseok.
—Jungkook, si ese chico hubiera llegado ofreciéndome solo un beso a cambio de cuidarlo, lo hubiera aceptado sin parpadear.
Me estaba arrepintiendo de esto, su mirada no se despegaba de Jimin, aun no tengo conciencia de todo el poder y habilidades que este sujeto posee, no pensé que podría analizarlo tan solo con el pacto.
—Nos vamos, ya terminamos aquí —Namjoon y Vilma me siguieron —te veré mañana entonces Hoseok.
—Así será —estábamos por salir de su casa cuando dijo algo mas —puede ser que aun te deba un favor, siento que me estás haciendo otro al ponerme a cuidar de Jimin.
Salimos sin más, me sentía enfadado, fue mi idea y ahora está jugando en mi contra, todos estos celos deberían de ser una estupidez, pero el cómo su cambio su mirada hacia él, me hizo ponerme en alerta, lo único de lo que estaba agradecido es que Jimin no reacciono de manera positiva hacia él.
No despertó en todo el camino, hasta llegar al palacio fue cuando recobro la conciencia, miro su mano en cuanto abrió los ojos, toco el símbolo del pacto con Hoseok.
—Mi señor —su mirada esmeralda se veía con culpa —¿Podría besarme?
No conteste, solo uní sus labios y los míos, apretó su agarre de mi nuca contra su boca para profundizar el beso, cuando necesitamos respirar nos separamos, uní mi frente con la de él.
—Gracias, necesitaba eso, ahora tengo un hambre terrible.
—Pediré un banquete para ti, necesitas descansar —bese su mejilla —¿Podrás caminar?
—Sí, estaré bien.
Ustedes no tienen ni la menor idea de lo mucho que amo a este Hoseok!!!!
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