Festival


 

Jungkook

Seguía arriba de mi, su piel tenía una ligera capa de sudor que sabía cómo ambrosía, cada vez me mata más el tiempo que pasamos lejos, y quisiera poder llevármelo de nuevo al Inframundo, pero ahora su sentido del deber lo tiene aquí, por eso disfruto cada segundo a su lado.

—Debemos de levantarnos —su rostro estaba contra mi pecho mientras yo hacía círculos en su espalda —tenemos deberes.

—¿De que sirve ser el rey del Inframundo si no puedo estar con mi esposo todo un día al menos?

Se rio ligeramente sacudiendo mi corazón con el sonido, su vientre ahora abultado pegaba contra mi abdomen y mi hijo hacia un poco distancia entre nosotros.

—No hemos salido de la habitación, ha drenado toda mi energía, aunque lo quiera no creo poder tener otro orgasmo más.

—Mi hijo ahora también me roba tiempo, cuando lo tenga en mis brazos hablaremos muy seriamente.

Se levantó apoyándose en mi pecho su roja cabellera era aun mas larga, la tomo haciéndolo para atrás, dejándome ver su precioso cuerpo, ya me sentía duro de nuevo.

—Resolvamos esto, en cuanto termine este fastidioso asunto del festival, me iré con usted al Inframundo, estará allá al menos hasta la siguiente luna, Hoseok se quedará aquí.

—Confías ya demasiado, en ese sujeto.

—Se lo ha ganado, pero sigue alterándome en ocasiones.

—Es bueno ver qué estás tranquilo en algunos aspectos.

Se removió un poco más, haciendo que mi miembro volviera entrar en él, soltó un gemido y empezó a mover sus caderas.

—Dijiste que estabas agotado.

—Lo estoy —acaricio mi pecho sin dejar de moverse —pero mi cuerpo no puede ignorar su miembro.

Gruñí cuando el movimiento se hizo más intenso, me incorpore sosteniéndolo por la cintura ayudándolo a moverse.

Mis besos opacaban sus gemidos, la necesidad de seguirlo tocando se notaba en mi agarre mientras se movía.

—Te amo, mi joya, mi dios.

—Te amo, mi señor, mi todo.

Lo alce un poco en la última embestida antes de nuevamente los dos llegar al clímax.

Rato más tarde salí del cuarto después de bañarme, él se quedó otro rato en la bañera, quería relajarse un poco, se que esto del festival lo tiene estresado.

—¿Saliendo de la luna de miel?

—¿Dónde esta Mingi? — le pregunté a Hoseok que mordía una manzana sentado en uno de los pasillos.

—Debe de andar por dónde las mucamas, siempre esta acostándose con ellas, Jimin le da mucha libertad a cambio de que se comporte.

—Iré a verlo, si pregunta Jimin le dices dónde fui.

Solo hizo un asentamiento con la cabeza mientras seguía devorando la fruta, fui a la sección del palacio que estaba destinado al servicio, el aroma de Mingi era notorio.

—Mi señor —Noor se me acercó haciendo una reverencia —buena tarde.

—Buena tarde —respondí sin mucho ánimo.

—No había tenido la oportunidad de verle, pero me alegra que este listo para el festival.

—Algo innecesario debo decir, además no tengo porque andar por el palacio, vengo exclusivamente para ver a mi esposo, haré esto solo por que él me lo pidió, si me disculpas estoy ocupado.

La sirvienta que estaba a su lado le empezó a hablar al oído, la vi soltar algunas lágrimas, pero no le tome mayor importancia. Llegué hasta una puerta que tenía el aroma a Mingi.

Toque dos veces.

—Sal de ahí.

Mingi abrió la puerta casi desnudo, detrás de él estaban acostadas tres mujeres en la cama sin una sola pieza de ropa.

—Estoy ocupado.

—Vístete, necesito hablar contigo.

—Argh, ya voy.

Lo espere afuera hasta que salió bostezando y estirándose.

—¿Qué necesitas?

—Información —su rostro cambió —¿Qué has averiguado?

—El hijo de perra está escondido, también es un familiar, y su invocador lo encubre.

—Es un demonio mayor, ¿Quién tendría el poder de invitarlo?

—El tal Zeliag, hasta ahora no he comprobado nada, pero es el único que emana una energía similar a la de Jimin.

—¿Similar?

—Si, pero su aura es más oscura, puede ser un híbrido también.

—El tendría en su poder el jardín de las rosas aquí.

—Puedes apostarlo, no se que tan confiado sea Jimin, pero ni el ángel ni yo dejamos que ese sujeto se le acerque, y ahora menos que sabe que espera un hijo tuyo.

—Sigue al pendiente en el festival.

—Dalo por hecho, pero es por el, tu no me das órdenes.

Camine de regreso al palacio, la guardia real de mi joya iba por uno de los pasillos, la paladín estaba a su derecha y el arcángel a su izquierda, traía un kimono más sencillo, de color violeta haciendo que su piel reluciera al igual que su precioso cabello, sobre su cabeza llevaba una corona dorada con las piedras que representaban su fuerza.

—Mi señor —sonrió al verme —¿Listo?

—Para ti siempre.

—Espere un momento.

Uno de su guardia se acercó con una corona a juego con la suya, me incline un poco y él me coloco.

—Solo es por protocolo.

—Lo se, aún sin corona se que eres mi todo.

Lo bese levemente para entrelazar mi mano con la de él y caminar hasta el espacio del palacio donde se daría el festival.

El enorme salón tenía adornos sencillos de flores coloridas y al fondo la mesa larga dónde estaban ya sentados los del consejo, había una banda tocando música de la región, los cocineros estaban en el lado derecho del salón atendiendo a los invitados.

Apenas entramos Jimin suspiro un poco y note que su mirada se hizo más dura, más imponente, su aura se sintió por el lugar, todos miraron en nuestra dirección haciendo una reverencia.

—Sus altezas —una mujer de un exagerado vestido se acercó —mi nombre es Julia Dupont duquesa de las tierras del oeste, es un placer conocerlos —miro el vientre de Jimin —veo que los rumores son  ciertos, tendremos al primer heredero al reino en la historia.

—Me alegra saber que las lenguas espías del reino están activas y que llegan a oídos como el suyo —mire sorprendido a mi joya — pero no son tan eficientes o se hubieran dado cuenta un mes atrás, en fin necesita nuevo personal.

Hizo una reverencia y seguimos andando.

—¿Debo saber algo?

—Esta del lado de Zeliag, Jimin mato a uno de sus espías hace nada, no es algo de lo que debas preocuparte.

Lo gire hacia mi para besarlo, en verdad amo demasiado a mi joya.

—Solo pasemos la cena, y regresemos a la habitación.

—Estoy de acuerdo.

Las personas seguían acercándose a nosotros a felicitarnos y a conocer a Jimin, que cada vez que hablaba los abofeteaba de manera diplomática.  Nos fuimos a sentar. Hoseok tomo asiento como miembro del consejo y Vilma permaneció de pie detrás de nosotros.

Al final de la mesa estaba sentado Zeliag juntos a los que están de su lado en el consejo, Noor también estaba en la mesa platicando con algunos generales del ejército.

—Iré a traerte algo de comer , no han probado bocado.

—No es necesario deja que vaya alguien más.

—Prefiero asegurarme que comas bien —le bese la frente —enseguida regreso.

Pase mirando como todos bajaban la cabeza, Mingi estaba al fondo del salón mirando todo de manera tranquila.

Me acerque con los cocineros y pedí la comida para Jimin, de la nada una punzada en mi oído atacó, escuché una conmoción. Todo paso demasiado lento, Noor fue lanzada casi al otro extremo del salón, Mingi iba por ella cuando la sirvienta que acompañaba a la sacerdotisa se transformo en Agares protegiéndola.

—Mi señor.

Fue apenas un susurró, pero lo escuché entre todo el bullicio.

Jimin tenía una daga en el vientre, Vilma lo sostenía cubriendo con una luz la herida, mire a Hoseok que decía algo pero mi irá me estaba dominando.

Todos aquí morirán…


Si bueno este capitulo debía llegar *se va a tomar su tecito*

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