Sangre dulce
Jimin estaba dando vueltas descaradamente por todo mi piso. Tocando esto y aquello, sin siquiera importarle que no estaba solo. Él fisgoneaba alrededor sin importarle mucho que el dueño de la casa estaba sólo a unos metros mirándolo como un perro guardian. Estaba saturando mis malditos nervios. Parecía un niño curioso viendo todo por primera vez. Era jodidamente exasperante.
Y un jodido plus, su cabeza era un desastre. Pensaba en todo y todos al mismo tiempo. La sien comenzaba a dolerme.
En un momento se detenía sobre una bonita obra de arcilla, más antigua de lo que pudiera recordar y la tocaba sutilmente con sus dedos pequeños y delicados. Nunca había visto un hombre de su estatura y complexión con manos tan pequeñas. Podría hasta parecerme adorable, si no fuera porque él me caía... No me caía mal, pero no lo toleraba realmente.
- ¿Yo no te agrado, cierto? -me soltaba de repente.
Aunque él ya lo venía pensando hacía ya un buen rato largo.
-No te conozco lo suficiente para decidir si me agradas o no -respondí.
Él sonreía de forma ladina. Superficialmente entendía porque se fascinaban con este niño.
-Aún así -continuaba parloteando-. Me detestas, porque estoy cogiendo con SeokJin.
Si decidía poner mis manos en su cuello largo y delgado ahora, no habría quien me detuviera y pudiera salvarlo. Sería un trabajo rápido, sin sangre. Para nada duro y sin testigos.
-Puedes hacerte la película que desees, pero apreciaría que dejes de tocar mis cosas. Tienen más años de los que puedes contar con tus delicadas manos -dije, casi entre dientes. Casi.
Jimin sonreía, me sonreía descaradamente y se acercaba a mí como un niño sin atención maternal que ya se había aburrido de inspeccionar y era hora de molestar al único adulto en la habitación.
- SeokJin nunca me habló mucho de ti... ¿Bebes sangre, cierto? Sé muy poco de los de tu especie -me soltaba.
Pero en su cabeza sólo repetía la frase: "Molestate conmigo y dame una razón para escupirte en la cara lo poco que le importas a él".
Al parecer solo esperaba un ataque y mentiría si negara que sus pensamientos ya estaban haciendo el trabajo de hacerme sentir inestable. Porque parte de mí sigue pensando que no le importo a Jinnie, Jin... SeokJin.
-Me alimentó de sangre y comida cotidiana de cualquier ser humano. Puedo vivir con o sin ella. Sirve para fortalecer mis dones de mestizo -susurré manteniendo la calma.
-Interesante -decía con una sonrisa burlona-. Tienes lo mejor de ambos mundos, diría Hanna Montana -luego reía.
Una sonrisa algo coqueta y maliciosa, dios... No lo soportaba. No iba a tolerarlo más tiempo. Mi piel picaba recordando el cuerpo de SeokJin sobre el mío, su rostro, su aroma... Sus ojos azul pálido y frío. Yo necesitaba verlo y estar con él. No ser la niñera de su amante.
- ¿Y tu libido lo controlas? Porque es increíble como aumenta el de los vampiros -mencionaba con esa voz insoportablemente aguda-. Me resulta curioso que no necesiten comer, solo beber sangre y si alguno era asexual en su tiempo de vida, pues totalmente olvidado después de la muerte. Se vuelven insaciables -susurraba al final.
Y su cabeza sólo esperaba una reacción de mi parte. Por supuesto que en mi interior me estaba muriendo junto con el SeokJin que ya no existía, por mi culpa. Pero no iba a reaccionar ante este niño. Llevo años de autocontrol para perderlo ahora. Excepto que cuando se trata de SeokJin o algo relacionado a él... Soy impredecible, incluso para mí.
Así que mis puños se apretaban, y él lo veía. La sonrisa maliciosa en sus labios y sus ojos estrechados sintiéndose victorioso por conseguir aunque sea eso, me llenaba de rabia.
-Hablar de la muerte de alguien de forma tan ligera, es un poco insensible... Increíble que aún seas humano -mencioné-. Creo que ser sumiso de esas bestias, te ha hecho perder tu tacto. Ser un donor y vivir drogado por una mordida, también hizo que perdieras el funcionamiento mínimamente normal de tu cerebro a la boca.
Sus ojos perdían toda burla cuando una mueca de desagrado se pintaba en ese bello rostro que no me transmitía absolutamente nada. Ni agrado, ni piedad. Ni lástima.
-Bueno, ser un sumiso me ha dado buenas aventuras -decía mirando en otra dirección-. Ser un donor me hizo volar alto, no tienes idea lo que te pierdes -susurraba en mi dirección.
Pero su cabeza no se permitía pensar en algo que le causaba demasiado dolor con respecto a ser sumiso, pero sí recordaba el placer que SeokJin le transmitía cuando se alimentaba de él. Me sentía descompuesto, pese a que no podía enfermarme como cualquier mortal, estaba seguro que iba a vomitar en algún momento.
-SeokJin es insaciable -susurraba intentando sentirse estable y desestabilizandome a mí-. En ambos sentidos -añadía con una voz baja-. Supongo que en vida era similar ¿No?
Me miraba con ojos que pintaban ser inocentes, pero no había nada de inocencia en ellos.
-Nunca me dijo cuál era tu don de dhampir -sonreía y se acercaba de nuevo.
Había tanta malicia en un pequeño cuerpo que, supongo era la razón por la cual no crecía. La maldad no se lo permitía.
-Eres su sumiso... Tienes mucho sexo, por ende charlas de cama con él ¿Nunca te dijo cuál era mi don? -exclamé-. Que extraño, para ser un amante y compañero, te mantiene poco informado. ¿No debería él confiar lo suficiente en ti?
Sus ojos perdían todo brillo malicioso y una cortina de duda y desestabilidad se pintaba en su rostro. Incluso sus pasos se tambaleaban y su pose cambiaba de una confiada a una menos estable y más vulnerable.
-No hablamos mucho de ti cuando tengo sexo o lo alimentó -susurraba-. Sólo sé que detestas a su clase, supongo que ahora le tienes asco ¿No?
Iba a responder luego de apretar mis dientes y pensar en una mordaz respuesta para ese ataque, pero Jungkook materializandose en la puerta de su habitación, interrumpía.
- ¿Compraste una mascota? -soltaba.
La mirada del niño cambiaba directamente a Jungkook y sus pupilas se dilataban, su cabeza se vacíaba y llenaba de puros pensamientos pecaminosos al ver a mi mejor amigo y Lisa no estaría contenta con los pensamientos salvajes que había soltado por segundo. Cuánta poca fidelidad tenía este humano.
-Eres un vampiro -susurraba con sus ojos bien abiertos. Parecía hipnotizado, tenía una clara fijación.y un tipo de hombre.
Estaba demente y más que roto.
Jungkook fruncía el ceño y lo miraba de arriba abajo-. ¿Te diste cuenta por mi piel pálida o el olor a muerto?
Jungkook usualmente era un personaje agradable, pero en ocasiones su temperamento vampiresco era una peculiaridad que salía a relucir en momentos inesperados.
Cómo ahora.
-Tu piel te delata... Y eres toda una cosa sexy andate -murmuraba caminando hacia Jungkook con una sonrisa coqueta.
¿Qué pensaría SeokJin si lo viera ahora? ¿Cómo podía siquiera mirar a otro lado si ellos tenían una conexión y al fin de cuentas, era Jinnie? Jamás podría mirar a nadie que no fuera él.
-Tae, la mascota de Jin no tiene correa -me decía Jungkook.
-Jk, es un invitado -susurré.
Mi amigo me miraba y aún no estábamos bien entre nosotros, pero si había visto el intercambio de palabras con Jimin Park, seguramente lo destrozaría por mí sin pensarlo dos veces.
-Y no tengo collar, ni soy mascota, pero si tienes un fetiche en particular, puedo complacer con facilidad -decía a Jk, poniendo sus manos sobre él.
Esto se iba a poner feo.
De inmediato Jungkook tomaba su muñeca con sus ojos filtrándose en rojo carmesí y su rostro disgustado.
-Me importa un carajo que tan complaciente seas. No me toques, no te insinues y mantén la puta distancia -exclamaba el vampiro malhumorado-. Tengo edad suficiente como para asegurarte que los hombres no entran en mi lista y tengo a mi compañera. Así que conoce el maldito respeto.
Un ligero empujón de Jungkook a Jimin, desestabilizaba al rubio quien estaba un poco sorprendido de que un segundo espécimen masculino no cayera en sus garras afiladas. Él podría haber golpeado el suelo con su culo afortunado, pero mi instinto protector natural, ya se estaba moviendo por mí y mi mano se posicionaba en su espalda para sostenerlo. Él me miraba sorprendido ante la acción.
Sí, tampoco te hubiera sostenido si lo pensaba dos veces.
Dejando salir el aire por mi nariz, corría al humano como si fuera peso pluma y miraba a Jungkook con seriedad.
- ¿Qué? -me soltaba Jungkook-. Tiene que aprender a ubicarse si vamos a tenerlo aquí dando vueltas -mencionaba mirándolo con desdén.
-Aish, que insoportables son -decía Jimin alejandose de mí y acomodando su ropa-. No me sorprende que sean amigos de SeokJin -decía enfurecido-. Él también me llevó trabajo, pero al final cayó -decía orgulloso.
Jungkook entrecerraba sus ojos y me miraba de soslayo.
«Le puedo romper el cuello en cuestión de segundos. Sabes que no sufrira y no involucra sangre» pensaba.
Mirándolo con ojos cansinos y mueca desaprobadora él se encogia de hombros descuidadamente.
-No matamos humanos, queridísimo Jk -susurré.
Jimin fruncía el ceño y nos miraba casi desafiante, de todas formas se sentía jodidamente fuera de lugar.
- ¿Cuando va a venir SeokJin? -preguntaba con ceño fruncido y brazos cruzados.
Mirándolo atentamente me encogí de hombros pretendiendo ser indiferente-. Si no lo sabes tú qué eres su compañero ¿Por qué debería saberlo yo?
Jimin fruncía el ceño y pensaba en la palabra "compañero" con una connotación dudosa y confusa. Acaso ellos-...
- ¿Interrumpo una guerra de miradas? -la voz de la bruja me sacaba de mis pensamientos.
Jungkook miraba en dirección a la entrada y sus facciones de puro rechazo, ceño fruncido y asco, se suavizaban totalmente mientras sonreía y sutilmente sus colmillos relucían sin él transformarse del todo y afear sus bonitos rasgos.
Dioses, no soportaba en ocasiones a los tortolos y al parecer no era el único porque el pensamiento de rechazo que me venía de Jimin dejaba en claro que también envidiaba lo que estos dos tenían.
-Bebé -susurraba el vampiro.
Lisa sonreía y lo recibía con brazos abiertos, el grandote vampiro se volvía de metro cincuenta cuando se inclinaba para intentar entrar en los brazos de su amada.
Un nudo en mi estómago me hacía sentir como la mismísima mierda cuando más temprano había simplemente insultado su relación. Ellos tenían algo especial y yo no tenía derecho a mancharlo con palabras de rencor porque no era culpa de ninguno de los dos que SeokJin huyera.
El único culpable era yo si él había sentido la necesidad de huir.
-Ahora entiendo porque no te interesan los hombres -decía Jimin, llamando la atención sobre él y sonriendo a Lisa-. Ella es verdaderamente hermosa.
Jungkook apretaba sus dientes y su mano se reforzaba en la cintura de la hechicera.
-Mantenerte alejado de mí implica mantenerte alejado de ella -repetía y agregaba.
Lisa abría sus ojos y miraba de Jungkook a Jimin, un pequeño sentimiento de culpa se asentaba en la cabeza del rubio.
-Lo siento, soy un poco zorra -añadía en forma de disculpas mirando a Lisa-. Tienes un increíble espécimen a tu lado
- ¡Ya! -grité sin pensarlo dos veces, el pequeño cuerpo del humano se había sacudido del susto, fue ligeramente placentero-. Mientras seas mi huésped, te pido respeto si no quieres terminar con el cuello roto y a manos de Jungkook.
Los ojos de Jimin se abrían en demasía mirando entre nosotros tres y apretaba sus dientes y puños. Estaba indefenso y lo sabía muy bien. Sin decir nada, Lisa se acercaba a él.
-Soy Lisa Manoban, es un gusto conocerte. Se habla mucho sobre ti en el mundo de las tinieblas -decía dulcemente.
Jimin alzaba la vista y la miraba con ceño fruncido. Lisa tenía el talento de ser dulcemente cautelosa y cautivante. Por algo había sido facil para ella acercarse a SeokJin en el pasado. Había algo extrañamente maternal en su aura. Y al parecer, incluso Jimin Park lo sentía.
O la maldita solo usaba un poco de su encanto peculiar de hechicera, no sabría con exactitud, aunque no era una derrochona de encantos vanales. Ella extendía su mano.
Jimin sonreía cansino-. Mi gran fama de puta sumisa y donor que, era el esclavo de una verdadera bestia, pero sobrevivió -decía mirándome fijo-. Gran fama la que me hice y me eché a andar -mencionaba con una tensión peculiar alrededor de su mentón.
Su cabeza parecía vaciarse y pensar en mil cosas para evitar recordar lo que lo había desestabilizado en primer lugar.
-Sólo se dice que sobreviviste la ira del indomable Matthew Kim -respondía Lisa-. Es un depredador con mala fama, que te haya dejado vivo, es interesante... -exclamaba.
Jimin rodaba los ojos-. Me dejó vivo sólo porque estaba demasiado entretenido con alguien más -le contestaba.
Todos habíamos notado el nudo en su garganta. Al parecer había estado demasiado enamorado o simplemente demasiado apegado a su Dom. Cualquiera de las dos no era de mi interes, realmente.
-Ha oscurecido ¿Dónde se supone que está SeokJin? -preguntaba Jk, él y Lisa alternaban entre mirar a Jimin o a mí.
Encogiéndome de hombros, pretendiendo no sentirme afectado por no saber de su paradero miraba a Jimin.
-Si creen que sé algo, están totalmente equivocados -mencionaba-. No me dijo a dónde iría, se suponía que vendríanos ambos contigo, si tú lo acpetabas de nuevo -exclamaba encogiendose hombros.
Se sentía tan irritado como yo al no saber dónde estaba SeokJin.
-Comparte conmigo sólo lo justo y necesario respecto algunas cosas -exclamaba y me miraba fijo-. Regocijate, si quieres.
Apretando mis dientes sólo lo miraba sin decir nada. Por más que quisiera, él seguía teniendo el cuerpo de SeokJin y a SeokJin. No yo.
-Si tienes su número telefónico, dámelo -dije-. Intentaré comunicarme con él.
Jimin Park ponía esos ojos de pura sospecha, como si hubiese hecho algo que me considerará una amenaza. Era verdaderamente irritante.
- No te lo daré -respondía.
-Niño tú tienes qu-... -Jk estaba listo para irse encima, pero lo deteníamos con Lisa al mismo tiempo.
Mi mano en su pecho, y la de la hechicera en su vientre. Jungkook fruncía el ceño y Jimin lo miraba con desconfianza.
-No iba a golpearlo... Aún -exclamaba.
-Sería bueno que por favor, no golpearas a Jimin... Es mi amigo -decía esa voz.
Antes de voltearme había notado la nauseabunda mirada enamorada que se pintaba en el rostro de Jimin Park al verlo. Mi cuerpo se sacudía de repente ante el sonido de su voz y recordaba nuestro pequeño enfrentamiento en ese caro cuarto de hotel de lujo. Necesitaba concetrarme. Mis dientes se habían apretado y sin darme cuenta mi puño había enmarañado la ropa de Jungkook, quien estaba atento mirando hacia atrás al igual que Lisa, pero a diferencia de ella, Jungkook se daba cuenta de mi reacción y se volvía a verme a mí, solo una fracción de segundos en los que disimulaba, lo mucho que su voz me había afectado.
- ¡Jin! -Jimin corría en dirección a él, pasando por casi encima de nosotros, empujándonos y volteandome para ver a un SeokJin que recibía a Jimin en sus brazos.
Si dejaba ahora que mis celos nublaran mi sentido común, diría que Jinnie, Jin... SeokJin, lo estaba abrazando y sosteniendo de forma cuidadosa, pero la verdad era que solo Jimin estaba atado a su cintura angosta. Vestía una ropa diferente con la que lo había encontrado horas atrás. Estaba totalmente de negro, una chaqueta de ese color. Una remera del mismo y jeans ajustados, algo desgastados. Llevaba unos zapatos de cuero en punta y se veían bastante caros, si pedían mi opinión.
Su cabello estaba con una línea al costado, un poco de flequillo hacia el frente, se veía más joven. Muy pálido, ojos azules fríos, casi como el cielo y labios rojos. No era el único intentando buscar al chico de cabello castaño, ojos brillantes de piel suave y blanca, tan vivo y hermoso. Podía sentir la confusión y la culpa tanto en Lisa como en Jungkook.
- ¿Qué carajos con tu pelo? -soltaba mi mejor amigo.
SeokJin alzaba sus cejas, y palmeaba la espalda de Jimin para que este lo soltará. Lo hacía, pero miraba a Jk con ceño fruncido.
-Su cabello es genial ¿Cuál es tu problema? -soltaba.
Jungkook apretaba sus puños-. No hablaba contigo, mascota.
Los ojos de SeokJin de estrechaban en dirección a Jungkook, su mandíbula se marcaba y estaba seguro que estaba apretando sus dientes. Su mente, aún así, estaba en silencio para mí.
-Jungkook, no te recordaba tan pésimo anfitrión -susurraba.
Jk relamía sus labios y se cruzaba de brazos-. Las personas cambian -decía señalándose brevemente y luego miraba a Jinn-SeokJin, de arriba a abajo-. ¿No lo has hecho tú?
SeokJin apartaba a Jimin de una vez por todas, un pequeño puchero lastimero del niño hacia él me cerraba el estómago, pero a SeokJin parecía no afectarle. Lo ignoraba olímpicamente y se acercaba a Jungkook, quien incluso daba otros pasos más hacia adelante y lo miraba desafiante.
-Las personas cambian -exclamaba SeokJin. Su voz más suave de lo que sus rasgos en realidad no eran-. Pero tú y yo no somos personas ¿O si Jungkook? -susurraba.
Podía notar como desestabilizaba a Jungkook y este pensaba en una respuesta rápida, pero nada venía a él. Iba a salvarlo, iba a decir algo para evitar que se sintiera estúpido, pero Lisa lo hacía por mí.
-Jin... Es un gusto verte -susurraba con dulzura, la hechicera.
SeokJin cambiaba totalmente sus rasgos duros a unos suaves y miraba a Lisa, ella le sonreía y él lo hacía también. Por un breve segundo, parecía que el tiempo nos encontraba justo aquí, evitando pensar en que en realidad había avanzando y mucho. Y ese no era el Jinnie a quien habíamos conocido y mantenido aquí a salvó.
-Hechicera... Tengo mucho que agradecerte -susurraba.
Lisa lo miraba con una sonrisa suave-. No tienes nada que agradecer -decía poniendo su mano en el hombro de SeokJin-. Ellos están bien ahora -agregaba.
Y notaba el exacto momento en el que la garganta de Jin pasaba el nudo y asentía. Su familia, un tema delicado que Lisa había abordado con pocas palabras y dejaba a SeokJin hipersensible unos momentos.
- ¿Jin, en serio vamos a quedarnos aquí? -preguntaba Jimin llamando la atención del vampiro... De SeokJin.
Este lo miraba apretando su dientes-. Lo haremos -exclamaba con una voz más dura y luego sus ojos se posaban en mí, para hacerme sentir inestable en cuestión de segundos-. Si el dueño de la casa nos deja -susurraba de una forma que me hacía sentir mareado y necesitado.
Relamiendo mis labios e intentando sentirme no tan afectado, asentía.
-Por supuesto -exclamé-. Siempre y cuando SeokJin sea completa y totalmente honesto por las buenas... -susurre mirándolo fijamente-. O por las malas -añadí mirando a Lisa.
SeokJin asentía sin expresión alguna-. No necesitas usar nada en mí para ser honesto contigo. Te diré todo lo que necesites saber y más -exclamaba con una dulzura que se colaba en mis huesos.
Pero su mirada era fría y casi distante. O era mi raza rechazando a la suya.
- ¿Y dónde se supone que dormiremos? Necesito conocer bien este lugar -mencionaba Jimin, poniendose en medio de ambos.
Jk suspiraba-. Es insoportable. Si me lo cruzo indefenso, lo mato -exclamaba.
Jimin lo miraba horrorizado, agarrando el brazo de SeokJin en el proceso, veía el exacto momento en que Jin rodaba los ojos.
-No te va a hacer nada -decía.
-No hables por mí, rubio -le respondía Jungkook-. Por cierto, ese color es horrible. Te hace ver más pálido.
Jinnie reía secamente, Jin... Mierda.
-Intenta tener el cabello oscuro con estos ojos -decía-. A diferencia de ti, no pueden volver a mi antiguo color. Tienes suerte de no verte antinatural en todo momento -decía entre dientes.
Podía escuchar el pensamiento de arrepentimiento de Jungkook a mi lado, pero en el exterior sólo aclaraba su garganta.
-A diferencia de ti, hace años largos que no veo el cielo azul o nublado, o el día siquiera. Tienes suerte de al menos salir en el día como cualquier otro ser humano.
Mierda, esta batalla verbal de quién de los dos era más afortunado o desdichado estaba jugando con mis nervios. Lisa sostenía a Jungkook enrozcando su brazo a su cintura. Jk podía parecer rudo las veces que fuera necesario, pero nunca se negaría al consuelo de su compañera.
Yo quería ser eso para Jin. Pero ni siquiera podía mirarme a los ojos. Y creo que tampoco podía mirarlo si sentirme una mierda por no haberlo salvado y sin sentirme una mierda, por seguir buscando un rastro de humanidad en él.
-Jungkook... -susurraba Jin-. Sin importar como nos veamos, ninguno es humano y nunca lo seremos otra vez -y por supuesto nadie podía decir absolutamente nada ni contradecirlo. Ellos habían perdido su humanidad y ambos por mi culpa.
-Bien... Poraue mejor no me ocupo de la cena de todos -decía Lisa mirando entre Jk y Jin-. Mientras TaeHyung los ubica en sus habitaciones.
- ¿Cuántas habitaciones hay aquí? -preguntaba Jimin ¿No sé cansaba de ser tan curioso?
-Para ti, ninguna -decía Jungkook alejandose con Lisa a su lado.
Jin suspiraba-. Hay tres en total -respondía-. Una para Jungkook en el sótano. La de TaeHyung está arriba de todo y en el piso medio está... -cerrando su boca me miraba unos momentos-. Una habitación de sobra -añadía viendo a Jimin.
- Dormirás en la habitación que era de Jinnie -exclamé abriendo el elevador.
- ¿Jinnie? -soltaba la voz de Jimin.
Apretando mis dientes me maldecía interiormente.
-Tú dormirás en la antigua habitación de Jinnie -añadía JK a Jimin, salvándome como siempre-. Y Jin... Bueno, nosotros no dormimos, no necesita habitación a menos que la comparta con Tae -soltaba con ese tono sardonico.
El bastardo quería una pelea de gatas, lo sabía. Lo conocía demasiado bien y cuando lo miraba cansino él sonreía orgulloso.
- ¿Te quedarás conmigo, cierto? -preguntaba Jimin a SeokJin con ojos de cachorro perdido.
Soy intolerante a esta basura.
Jin me miraba cuando Jimin preguntaba eso y repentinamente su mente vacía, me hablaba.
"Te explicaré lo que desees saber" susurraba dentro de mi cabeza.
Era extraño como en vez de sentir que leía su mente, él parecía meterse dentro de la mía, intensificando una simple lectura que podría ser en otro, en él parecía otro tipo de viaje que me hacía sentir ansioso.
-Jimin, toma tus cosas -decía Jin al rubio-. Lisa te guiará a la nueva habitación.
La hechicera entendía y venía en mi dirección-. Vamos, Jimin. Va a gustarte el lugar.
Ella era tan amable que hasta sacaba a Jungkook de sus casillas considerando que había detestado al niño.
Jimin suspiraba y miraba a Jin.
-Ve, estaré contigo en cuanto pueda. Ponte cómodo e intenta dormir -ordenaba-. No has dormido mucho.
Cuando decía eso, Jungkook me miraba y Jimin se sonrojaba asintiendo sin decir nada. Lisa lo recibía en el elevador y el chico la miraba curioso.
- ¿Tú también vives aquí?
Lisa negaba-. Yo vivo sola.
Los ojos del rubio viajaban a mi mejor amigo quien apretaba sus dientes y entrecerrabaja sus ojos en advertencia.
- ¿Dejas a tu vampiro solo? -decía con un sonrisa sardonica.
Lisa lo observaba y suspiraba-. A veces hay que hacer sacrificios. Él trabaja y vive de noche mayormente, no todos podemos tener la relación perfecta, pero hacemos que funcione. Y es mi pareja -decía antes de cerrar el elevador y mirar a un JK que suavizaba sus rasgos al verla sonreír.
Escuchaba un último pensamiento de disgusto y envidia por parte del rubio y luego sólo éramos nosotros tres.
-Jk, ve a reforzar la seguridad. Tú ven conmigo -ordené saliendo disparado hacia la habitación de entrenamiento.
A mis espaldas escuchaba la voz tensa de Jk desearle suerte a Jin, mientras que unos pasos seguros venían detrás de mí. No estaba confiado en que saldría de esta charla, porque no estaba seguro de nada alrededor de él. No estaba seguro de nosotros y me sentía en arenas movedizas a punto de hundirme de una forma u otra en este nuevo Kim SeokJin.
Al llegar allí me paraba dónde me sentía más cómodo y giraba para encontrarme a Jinnie más cerca de lo esperado.
-Mi maldito espacio personal -dije sin aliento.
Sus ojos azul cielo me miraban con sus pupilas dilatas haciéndolos lucir más oscuros. Buscando en mí, quizas alguna señal de lo que sea.
-Lo siento -susurraba alejándose.
- ¿Y ahora qué? -pregunté cruzado de brazos.
Si no mantenía mis brazos en una misma posición, iba a cometer una locura.
-Ahora te diré todo lo que quieras saber -respondía apoyándose sobre la parte de atrás donde habían unas banquetas altas.
Lo veía quitarse la chaqueta y cuando lo hacía estaba el doble de inmenso de lo que estaba antes de irse. Sus hombros más fuertes, firmes y marcados. Sus brazos relucían sin siquiera hacer un maldito esfuerzo. Su muslos estaban más carnosos. Carajo, por qué tenía que estar viendolo en demasía en vez de concentrarme en lo importante.
Había sentido su fuerza y la presión de su cuerpo al mío, pero ahora era todo un ropero más ancho y fuerte. Mierda.
- ¿Estás bien? -me preguntaba cruzado de brazos con sus bíceps allí reluciendo gloriosos.
Él no tenía derecho a verse tan bien luego de que su humanidad fuera arrebatada. Él no debería hacerme sentir así...
- ¿Por qué te fuiste? -solté sin pensarlo.
Su mandíbula se apretaba y se marcaba, era tan dolorosamente atractivo. Aunque odiara su cabello rubio y sus ojos estuvieran casi vacíos, pero la pupila dilatada casi hacia parecerlo... Normal.
-Estoy aquí para que luego de año y medio puedas preguntarme lo que sea o por qué volví y tú sólo quieres saber ¿Por qué me fui? -susurraba.
Él sonaba casi pacífico e incrédulo, ponía mis nervios de punta. Yo era una persona totalmente consciente de mi temperamento y autocontrol envidiable, pero su rostro ilegible y su voz tranquila hervían mi sangre, me hacían apretar mis puños y morder mi labio inferior sin poder detenerme cuando daba unos cortos pasos y ponía mis manos en su largo cuello. Incluso este parecía más ancho.
-Hijo de la mierda. Me tuviste más de medio año buscándote como loco, desesperado ¿Y pretendes que no te pregunté por qué carajos te fuiste? ¡¿Por qué me abandonaste?! -grite con un nudo difícil de tragar.
Mis ojos ardían, mi pulso por el cielo, mi voz más grave y mis manos alrededor de su cuello pálido y frío, temblaban.
Odiaba ver el exacto momento en que su mirada casi fría, se tornaba totalmente cálida y llena de angustia. Sentía sus manos rodear mi cintura sin apretarme del todo, pero acercándome más a él. Su cuerpo al ser frío, debía de provocarme rechazo, pero nuevamente lo sentía tan cálido y perfecto. Envolviendome en sus brazos mientras mi agarre en su cuello aflojaba, el suyo se reforzaba sobre mi cintura, rodeandola con sus brazos e instantáneamente aflojaba mis manos para rodearlo en un abrazo y esconder mi rostro en el hueco de su cuello.
No debería estar aferrandome a ti-Te deseo como un demente-Debería aborrecerte por muchas razones-No vuelvas a dejarme, te lo ruego.
Es hora de soltarte y comportarme-Sólo quiero fundirme contigo sin importar lo que eso signifique.
- Suéltame -dije con voz espesa. Estaba odiandome tanto. Ni siquiera yo lo estaba soltando.
-Tú aún estás aferrado a mí -susurraba gravemente. Entonces lo soltaba y me empujaba con mis manos en sus hombros, pero su fuerza era demasiado-. Un poco más -rogaba.
-Te hubieras quedado si querías más de esto -dije apretando mis dedos en el hueso de sus hombros-. Suélt-...
-No lo intentes, amor -susurraba desarmándome con la palabra-. ¿Sabes por qué huí? -comenzaba sin esperar una respuesta de mí-. Cuando asesiné a Rose, a mi hermana y bebí hasta la última gota para saciar a la bestia dentro de mí... -hablaba bajo y lento, le resultaba complicado y me sentía un mierda por hacerlo revivir ese momento-. Cuando reaccioné de mi acto, habían un vampiro y tres humanos más allí. En mi poca cordura, mi olfato sintió el olor de tu sangre por encima de la del resto -susurró.
Y yo me estremecí cuando sus labios tocaban mi cuello. Justo la zona donde la sangre corría espesa y latente allí. Estaba seguro que con sus sentidos agudos al trabajo de mis venas y el paso de la sangre, él podía oír como trabajaban más precipitadas. Mi aliento dejaba mis pulmones y mordía mi labio evitando gemir cuando lo sentía pasar su labio allí.
No debería sentirme tan caliente y necesitado. Él estaba hablando de comida y yo aquí al borde de una erección.
- ¿Qué estás queriendo decir? Podia totalmente controlarte, no uses esa excusa -solté, clavando más mis dedos en sus hombros.
-Amor... Tus órdenes no se aplican a mí -susurraba-. Tu eres un mestizo. Mitad vampiro mitad humano. Yo soy una bestia abominable que es un vampiro en toda su gloria, con lo más importante de un dhampir. La voz de mando sobre otros vampiros, salir a la luz y tener una increíble fuerza combinada. No podrías haberme manejado jamás -susurraba-. Y yo hubiera destrozado tu cuello como lo hice con Rose -admitía con voz oscura dejándome helado ante la información.
Pero no le creía una jodida palabra cuando lo empujaba con toda mi fuerza y aún así no lograba soltarme.
-Esperaba que fueras jodidamente honesto y no salieras con estupideces -dije intentando nuevamente soltarme.
Por qué carajos tenía que ser tan fuerte, me cortaba el aire cuando sus brazos me apretaban por unos momentos, hasta que dejaba de forcejear.
-Carajo, sólo dí que me culpas por todo, pero no inventes estupideces fantasiosas, Jin.
-No es un invento -susurraba, recién ahí sentía sus brazos aflojarse, no del todo, sólo para mirarme de cerca a la cara-. El olor de tu sangre parecía simplemente brotar por a través de tus poros y llegaba a mí de una forma antinatural -susurraba viéndome fijo, sus pupilas dilatadas-. Lucas y Lisa olían bien, pero tú... Yo sólo podía olerte a ti y el primer instinto no fue morderte, Tae -aspirando fuertemente, parecía tomar coraje y apretar su agarre en mi cintura-. Yo quería destrozarte, quería beber hasta la última gota y repetir. Tan sólo beber de ti y de nadie más. Hueles diferente para mí, eres el más dulce de todos, no mentía cuando te lo dije y no quería estar cerca de ti porque temía lastimarte realmente. No puedes conmigo, no puedes manejarme y no podía quedarme si no sabía controlarme -exclamaba viéndome fijo-. Tú sabes que me procede un historial de asesinatos accidentales y no tan accidentales, por eso pudiste seguir una pista de mí en su momento. Estaba incontrolable, eras la primera y la última persona a la que quería acercarme y no miento. No lo hago. No estoy romantizando mi huida, te hubiera matado a ti también y no podrías haber hecho nada. No había más opción que alejarme de ti por tu propio bien.
Cuando pasaba el nudo en mi garganta y me quedaba prendido de sus ojos azul cielo, era como encontrar al viejo SeokJin en ese color que a la vez era frío y hermoso. Pero parte de mí no podía comprender, no podía creer.
-Tengo años de esto, jamás escuché nada similar -susurré-. ¿Alguien huele y sabe más especial que el resto? A otro perro con ese hueso, estás jodidamente tratando de manipular o tergiversar el hecho de que huiste porque no me querías cerca, porque no podías verme sin culparme.
-Yo no te culpo, ya no... Hace mucho entendí que no era tu culpa -susurraba, soltandome finalmente-. Es una lástima que quieras saber porque huí, pero que no creas una sola palabra de lo que te digo -la tristeza pintaba su rostro y me sentía desestabilizado, se ponía de pie y parecía haber crecido una cabeza, pero no.
Solo su presencia me hacía sentir tan vulnerable al punto de sentirme incluso físicamente más pequeño. Y no lo pensaba realmente muy bien cuando miraba sus labios y él los relamía, tan cerca. Tan voluptuosos y tentadores. Dios, yo sabía su sabor, pero necesitaba recordarlo, necesitaba saber que había cambiado en él, que tanto había perdido. No podía nuevamente tenerlo cerca y burlarme como si yo no lo deseara también.
Así que sólo cerraba la distancia. Solo lo hacía, hambriento, famelico por su boca y más. No había sabor a cobre, pero sabía diferente. Seguía considerando que él era dulce en una forma especial y diferente y me perdía cuando sentía sus manos reforzarse en mi rostro, haciendo que mi boca se abriera ansiosa recibiendo su lengua.
«Joder» su pensamiento me sacudía y simplemente lo besaba más fuerte empujando mi lengua dentro de su boca, peleando con la suya y acariciándola en el proceso. Sabía dulce, tan dulce, tan Jinnie. Mi Jinnie. Húmedo, adictivo. Él sabía cómo hacer girar mi cabeza, mientras intensificaba el beso y yo me sentía duro como una maldita roca. Deseoso, lo necesitaba conmigo, menos ropa, más intimidad.
Estaba gimiendo en su boca y sentía una sutil mordida, tan sutil, pero filosa... Hacía que mi polla temblarara dentro de mis pantalones y mi corazón reventara dentro de mi pecho mientras una de sus manos seguía en mi nuca, enredando sus dedos en mi cabello ahí y luego la otra mano bajaba por mi pecho, abdomen y se posaba justo donde lo estaba necesitando, haciendo que mis ojos se abrieran con parpados pesados y gimiendo en un beso dónde me abandonaba por completo para ser manejado por él. Dioses, él sabía cómo volverme demente con esos toques justos. Apretaba mi dureza con su gran mano y sentía que mis piernas temblaban. Iba a venirme como un adolescente precoz que había dejado atrás hacia muchísimo tiempo ya.
Él podía romperme y volverme a unir con un simple beso, la dureza de su cuerpo y...
«Mío. Tú eres mío y de nadie más, para siempre»
La forma en que caía a la realidad por sus pensamientos y notaba que su boca ya no estaba sobre la mía, sino pasando de mi mejilla a mi mentón y de mi mentón a mi cuello... Mi corazón se aceleraba y lo notaba, su pecho no latía en absoluto. Por supuesto que no lo haría, no había nada allí que precipitara al órgano dentro de su caja torácica. No podía sentir lo afectado que estaba... Esto, esto no debía pasar.
Alejándome sonrojado y confundido, él me soltaba y caía al suelo. Sus ojos estaban con las pupilas demasiado pequeñas. Era todo ojos azules fríos y antinaturales, casi blancos. Un poco de conmoción en sus sutiles y perfectos rasgos pálidos, brazos extendidos hacia a mí, mi respiración y sangre retumbando en mis oídos con el pulso elevado.
-No iba a hacerte daño -susurraba.
Poniéndome de pie caminaba y me alejaba de él-. Tienes a Jimin para eso ya ¿O no?
Su ceño se fruncía-. No me alimentó de él durante el sexo, eso es algo demasiado íntimo y no me nace hacerlo con él, pero sé que jamás lo haría contigo... ¿Por qué siquiera te ofendes como si pudieras ofrecermelo? Sé que no lo harías... Nunca tomaría nada que no quisieras darme -susurraba.
-Nunca te daría nada de eso... Nunca tendrás eso conmigo -exclamé levantándome y saliendo de la habitación con un dolor sordo en el pecho.
Cuando llegaba a la habitación de control tomaba un vaso de whisky del mini bar y Jungkook me miraba en silencio, hasta que no lo soportaba más.
- ¿Qué sucedió? -preguntaba para mí pesar-. Te ves perturbado y bien besado.
Apretando mis dientes lo miraba y negaba con mi cabeza.
- ¿No vas a hablar? Pero te mueres por hacerlo -decía mirando las cámaras d seguridad-. Sino no estarías aquí conmigo.
Maldito sea su juego de sacarme lo que quiero decir, cuando me niego.
-Inventó la estúpida excusa de que se fue para no matarme, porque según él, mi sangre olía más dulce que la de la Lisa y Lucas. Y que al parecer más dulce que todo el puto el mundo ¿Me ve cara de idiota? -dije con rabia acercándome a JK.
Y ahora él me miraba como el idiota que me sentía muy en el fondo a la derecha.
- ¿Él te dijo que tu sangre era más dulce que la del resto sin haberte probado? -susurraba mi amigo.
Mi ceño se fruncía-. No me digas mierdas ahora, te lo ruego.
Jk se ponía de pie y suspiraba-. Sabes, entiendo que odies a nuestra especie y viviste largos años cazandonos aprendiendo de nuestras debilidades para combatirnos, pero realmente no sabes todo sobre nosotros. Y mucho menos sabemos de SeokJin
-Sólo ve al maldito grano -susurré con mi pulso acelerado.
-A mí no me parece que tu sangre tenga el olor más dulce -exclamaba-. Pero la de Lisa... Aún sin haberla probado, sé que es exquisita. La más dulce de todas, la única que realmente sabria muy diferente y me saciaría como ninguna otra... Pero no sólo se trata de alimentarnos, es más íntimo y profundo que eso, Tae -decía viéndome fijamente, no podía decir nada excepto escucharlo.
Tenía razón en algo, no me interesaba su funcionamiento en este mundo excepto sus debilidades.
-Nuestros compañeros saben cómo a ningún otro. La conexión de un vampiro a su amante mediante la alimentación es el más íntimo de la pareja, tiene un supuesto doble placer debido a que la sangre tiene un sabor único y muchísimo más dulce -mencionaba bajando la mirada-. Nadie huele como Lisa. El resto huele bien, su sangre es exquisita por supuesto. Pero sé que la de ella sería... Única, y si SeokJin huele la tuya como la más dulce, es una clara señal de que eres el compañero de un vampiro. Lamento informarte, mi queridísimo amigo -mi pulso estaba entre detenerse y acelerarse más-. Puedes buscar al respecto, lo buscamos con Lisa. Está más que comprobado... Pocos encuentran a quien sabe realmente tan dulce como la miel y no necesitan más -encogiéndose de hombros suspiraba-. Definitivamente Jimin no es su compañero, solo un amante que llena el vacío y seguramente no debe de alimentarse mientras lo folla. Naturalmente lo encontramos aberrante cuando ya encontramos al portador de la sangre de nuestros sueños.
Girandose volvía a tomar asiento donde estaba mientras que yo me quedaba parado allí procesando la información que no sabía que existía y que nunca creí que necesitaría saber hasta ahora.
-Vas a tener que decidir que hacer con él. Será una jodida tortura tenerte cerca y no digo que vayas y te entregues, pero sé de primera mano lo que es desearlo y no poder tenerlo -exclamaba recordándome que no podía alimentarse de Lisa y proceder a disfrutar del todo de su relación debido al estatus de la hechicera-. Mi consuelo es absorber el aroma de Lisa como un maldito adicto, no es lo mismo, pero es un consuelo para mi alma -una sonrisa triste se le escapaba-. Sé que no la tengo, pero la bestia dentro de mí se siente casi satisfecha, cálida y feliz. No puedo mantenerme lejos de ella. Y ahora que sabemos que SeokJin te encuentra muy dulce, seguro como el infierno que no se mantuvo lejos de ti, no del todo.
Otro suspiro se escuchaba en la habitación mientras mi cabeza daba vueltas, pero Jungkook no se callaba ahí-. No me extrañaría que haya estado acosandote todo este tiempo y no mintió cuando dijo que quería matarte para consumirte. Conocí a Lisa muchos años después de manejar a mi bestia y sin embargo me sentía fuera de control cuando la olí por primera vez. Él se transformó y te olió todo en un mismo día -girándose me miraba-. Yo sí creería su historia de huir para no herirte y no puedes culparlo por tener un libido vampiresco, carece de sentido cuando eres esto -se señalaba-. Decide que harás con él y contigo. Eres un desastre y vas a colapsar por intentar disimularlo, pero podrías ver el lado positivo... Él es tuyo, realmente tuyo y tú de él. Eso no pasa seguido. Es casi una bendición en un mundo maldito para los de mi clase.
Perdón la espera, perdón perdón.
Empecé medio trabada y luego le pude dar.la forma que deseaba para este capítulo ('°̥̥̥̥̥̥̥̥ω°̥̥̥̥̥̥̥̥`) amo demasiado el título 💖🤸🏻♀️
Si pueden, me gustaría leer más sus comentarios respecto a este fic. Eso motiva también al pseudo-escritor y este fic a veces comentan muy poco y siento que no tiene tanto impacto como para darle prioridad. No sé si me explico...
Con amor niñita Nanykoo 💜
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