Reencuentro
Me encontraba empacando lo que necesitaba en la habitación mientras Jimin daba vueltas alrededor de mí. Eran estas ocasiones en las que pasaba de ser un gatito en celo a un cachorro necesitado de atención.
— ¿Para quien era la señal? ¿Para él, cierto? ¿Te encontrarás con él? —preguntaba impaciente.
Apretando mis dientes mordía mi mejilla desde el interior y sentía la dulzura de mi propia sangre.
—Jimin, ve a la otra habitación. Quiero estar solo cuando llegue —respondí.
Jimin resoplaba y se cruzaba de brazos—. Dijiste que no lo querías contigo ¿Por qué ahora lo llamas?
Apretando mis dientes, mire en su dirección con un rostro ilegible que no reflejará lo mucho que me estaba cabreando.
—Dije que no quería involucrarlo en toda mi mierda porque él se culpa por lo que soy —susurré—. No lo necesito ahora. Siempre lo necesite y siempre lo voy a necesitar. Te lo dejé más que claro —dije sin intenciones de herir sus sentimientos, pero me provocaba a ira en ocasiones.
Su temperamento se disparaba y lo oía gemir frustrado—. ¿Dónde me dejara eso a mí? ¿Eh? ¿También vas a desecharte de mí en cuanto no te sirva, SeokJin?
Girando bruscamente con mi paciencia hecha añicos y a una velocidad que era imposible captar para los ojos de Jimin, lo levantaba por la cintura y con mi otra mano presionaba su delicado cuello. No lo tenía colgando de esa zona, no quería lastimarlo, pero lo tenía sin aire y asustado.
— ¿Podrías simplemente callarte? ¿Acaso te prometí fidelidad o exclusividad siquiera? —Jimin tenía un mohin de pura furia y ojos pintados con un sutil terror—. Responde, gatito.
—No, nunca lo hiciste —decía entre dientes—, pero creí que quizás podríamos, en algún momento... —sus ojos se humedecian y lo soltaba, alejándome de él.
—No hagas eso, no tolero cuando lloras —exclamé—. Jamás te prometí nada excepto mantenerte a salvo y darte un lugar conmigo. Ser un equipo. Eres inteligente y astuto, sabes moverte en este mundo y aprecio tu inteligencia, me sirves Jimin.
— ¿Sólo para ser un simple compañero de crimen? —susurraba.
Suspiraba, giraba sobre mis talones tomando todo de mí para acercarme a él y sostenerlo por sus hombros—. Eres mi amigo. Te encontré cuando me sentía sin rumbo y sin saber cómo recuperar lo que era, hasta que te salve y te mantuve conmigo porque me importas, pero no puedo darte más que mi sincera amistad y si lo quieres, momentos de placer. No necesariamente tienes que alimentarme, sabes que puedo conseguirlo a mi manera sin tener que dañarte a ti
— ¡No! — decía con un puchero nostálgico. Por supuesto que la pequeña mierda era adicto a mi veneno, o al veneno en general y la adrenalina de sentirse drogado, ido y demasiado elevado durante una mordida—. No me reemplaces —susurraba.
Dios, era una cosa tan peculiar. Merecía más de lo que le daba. Suspirando apretaba mis dientes.
— Cuando vuelvas con tu dhampir, te alimentaras de él y ... Tú te conectarás a él ¿Cierto? —susurraba Jimin.
Apretando mis dientes, dije secamente—. No es de tu incumbencia.
—Pero lo deseas ¿Él será capaz de darte lo que quieres? —susurraba.
En ese entonces la puerta sonaba con tres golpes secos. Jimin giraba y yo aspiraba con fuerza. Podía sentir su aroma almozclado al otro lado de esa gran puerta de roble macizo y elegante. Él estaba aquí. Había venido.
— ¿Es él? —preguntaba Jimin.
—Sal por allí. Iré contigo cuando termine mi reunión con él —dije empujandolo en dirección a la otra puerta.
— ¿Y cuál será tu reunión? ¿Follarle el cerebro al dhampir?
Entrecerrando mis ojos, me contuve apretando los dientes mientras abría la puerta y empujaba a Jimin a la siguiente habitación. Bloqueando la misma para prohibirle entrar nuevamente a mi habitación, me dirigí a la entrada. Con mis manos temblando, me apoye contra la puerta y aspiré con fuerzas.
Parte del aroma de la madera refinada se mezclaba con el aroma de TaeHyung, sólo tenía que abrir y él estaría allí. Sentía todo mi cuerpo vibrar otra vez al saber que sólo estaba a unos centímetros. Me volvía loco su aroma, tan lleno de vida. Siempre me descontrolaba, tenía que luchar con todo mi ser para no aferrarme a él.
Pero ahora necesitaba hacerlo, aunque no debía, no lo merecía. Con dedos temblorosos los colocaba en el pomo de la puerta listo para girarla y abrirla, cuando lo hacía, allí estaba. Esos ojos amielados me miraban fijamente, podía notar la sorpresa en ellos. Me destrozaba que TaeHyung me mirara como si no me reconociera. Sentía el impulso de jalarlo hacia mí y a la vez cerrar la puerta para que dejara de buscar a un SeokJin que ya no existía.
Llevaba una chaqueta de color negro con unos jeans y sus típicas botas. Un polera negra de cuello tortuga que cubría su grueso cuello con esa piel trigueña hermosa. Podía escuchar el paso de la sangre en sus venas, podía olerlo y tomaba todo de mí controlarme. Mi rostro no daba señal alguna de estar tan afectado como realmente me sentía.
Y él tampoco se veía tan frágil como cuando finalmente decidí acercarme a él para poder llevarme a Ackles. Sentía que mi cabeza iba a explotar si seguía en silencio parado en la puerta, pero cuando menos lo esperaba él finalmente hablaba:
— ¿Por qué? —soltaba con su tono de voz grave. Apretando mis dientes miraba hacia atrás de él y en un intento de poner mi mano en su hombro, él se alejaba—. No me toques —decía entre dientes.
Frunciendo mi ceño, me hacía a un lado—. Entra —ordené con un tono de voz autoritario que me había acostumbrado a emplear, pero TaeHyung no se inmutaba con mi mierda—. Por favor, pasa TaeHyung —susurré.
En ese instante notaba como apretaba sus puños y su mandíbula en su rostro se marcaba a causa de que seguramente estaba apretando sus dientes con rabia. Pero segundos más tardes, daba largas zancadas hacia el interior de mi habitación. Cerrando la puerta detrás de él, me disponía a girarme y apoyarme sobre esta. Notaba como en silencio miraba todo a su alrededor. La habitación de hotel era elegante y espaciosa, estaba limpia y más allá del equipo de Jimin que consistía en dos tablets y una notebook, no había nada más allí.
— ¿Y tu amante? —preguntaba girando hacia mi dirección y fijando sus ojos en mí—. ¿Dónde está Park Jimin?
Frunciendo mi ceño, decidí acercarme a paso lento. Podía sentir como su cuerpo se tensaba, estaba en guardia, no sabía a qué exactamente porque no le haría daño. No a él, así que cuando me encontraba a unos pasos de distancia de él, me detenía y entendía la tensión que emanaba de su cuerpo.
—Él no está aquí ahora —respondí, sus ojos me miraban con una mirada oscura y de pura desconfianza—. Pero si te interesa saber más sobre el humano, lo mandé a la otra habitación —respondí fríamente.
No me extrañaba que supiera quién era Jimin o que lo hubiese investigado luego de ver el vídeo de ambos saliendo del elevador y del hotel. Lo esperaba, pero no esperaba que nuestra primera conversación se centrara en él, luego de más de medio año sin vernos.
—No me interesa tu amante —decía entre dientes.
—Deja de llamarlo así —susurré dando un paso hacia él, pero TaeHyung retrocedía.
— ¿Qué quieres? ¿Por qué me hiciste venir aquí? ¿Por qué ahora? ¿Y que carajos con tu maldito cabello? —decía dejando salir cada pregunta con más rabia.
Dios, se veía tan bien. Él quería matarme, no de forma literal, pero estaba seguro que quería golpearme hasta sentirse satisfecho. Aunque jamás había sido violento conmigo. Todo lo contrario, siempre me había protegido desde el inicio y cuando me había herido sin querer, recuerdo que se sintió como la peor mierda.
Ahora me veía con tanta rabia. Mi estómago se revolvia. Por esta razón no quería ver a TaeHyung, no iba a manejar bien la forma que me veía, buscando a quien ya no existía y el hecho de que era aquello que más aborrecía y contra lo que había peleado toda su vida.
—Por esto no quería verte... Y porque no sabía controlarme en un inicio —respondí—. Te hubiera hecho daño
—Me hiciste daño, SeokJin —respondía con firmeza.
Y pese a que jamás me había gustado que me llamara "Jinnie" ahora parte de mí añoraba los momentos en que lo decía con dulzura.
—No quería matarte —dije.
Una sonrisa amarga cruzaba su rostro—. Llevas medio año siendo un vampiro. Yo tengo más de un centenario como dhampir —decía entre dientes, la ira manchando su voz, volviendola más grave—. He cazado a los de tu clase toda mi existencia y mi lista de víctimas es más larga que la tuya —susurraba acercándose a mí.
Cuando sentía el calor que emanaba de su cuerpo, me era imposible alejarme. Si él quería golpearme, lo dejaría totalmente. Podía notar sus dientes apretados, aspiraba con fuerza a través de su nariz y me miraba a los ojos fijamente.
—Nunca has cazado a uno de mi clase —susurré.
Sus ojos se llenaban de lágrimas y lo veía morder su labio inferior. Deseaba poder tocarlo y proporcionarle consuelo, pero tocarlo una vez significaba no poder dejar de hacerlo. Cómo cuando besé su cuello y mejilla el día que me llevé a Ackles. Mis ojos bajaban a sus labios y me quedaba ahí. Mirando y anhelando.
—No me mires así ¿Tienes idea de todo lo que te busqué? —sus manos se apretaban en el cuello de mi camisa—. Día y noche. Ni siquiera estuviste cuando tus padres velaron los restos de tu hermana en una maldita muerte ficticia que tuvimos que plantar en sus cabezas para que no supieran la verdad.
— ¡Hubieras dejado que supieran que fui yo! —gritaba en su rostro—. ¡Hubieras dejado que supieran el monstruo en el que me convertí! —empujaba sus manos de mi cuello con facilidad y cuando menos lo esperaba tomaba a TaeHyung de la cintura y lo presionaba a la pared—. ¿Por qué me quieres cerca?
Sentía el calor de su cuerpo emanar en oleadas, la vida dentro de él y estaba seguro que él estaba sintiendo lo frío que yo era. Y si no, me encargaría de recordarselo. Bajando su cuerpo, me pegaba a él, misma altura y poca distancia, mi mano se elevaba y acariciaba su mejilla. TaeHyung cerraba sus ojos, en parte apenas alejandose del tacto frío que le ofrecía y notaba su labio inferior temblar. Nunca lo había visto tan vulnerable, excepto aquel día que su hermano me mató y convirtió en esto.
—No soy Jungkook —susurré—. No soy el mejor amigo al que le debes algo
—No, eres más que eso —me respondía abriendo los ojos y mirándome con tanta rabia, tanta ira reprimida—. Maldito egoísta, podría haber estado contigo desde un inicio y desapareciste ¿Tienes idea la desesperación que sentí mientras tú estabas ganando dinero de contrabando y follándote a ese chico?
— ¿Qué es lo que te enferma? ¿Que te saqué de mi vida o que estaba follando con el humano? —susurré entre dientes, mi nariz rozando la suya.
Olía exquisito, todo él. Su aroma natural, su perfume. Su piel y su sangre.
—Todo me enferma —admitía—. Y lo sabes, te quería conmigo. Es mi culpa lo que eres
—No lo es, no digas eso —sentencié soltandolo y alejándome de él—. No te llamé para que vengas a echarte la culpa de todo. Te llamé porque... —apretando mis dientes aspiraba por aire.
— ¿Por qué, Jin? ¿Por qué ahora? —preguntaba detrás de mí.
Recomponiendome me giraba y lo veía a una prudente distancia.
—No puedo hacerlo solo —admití—. Tu hermano está preparando un ejército y si tú y yo estamos divididos, él gana —exclamé.
TaeHyung fruncía el ceño y se aproximaba a mí—. No he podido encontrar ni recaudar información alguna de él ¿Estás seguro de lo que estás diciendo?
Asentí, aspirando su aroma decentemente.
—Lo hago, estuve teniendo reuniones con uno de los ultimos vampiros, pero sólo Ackles me dió la información que deseaba.
TaeHyung relamía sus carnosos labios rosados. El lunar en ellos se volvía mi foco de atención. Estaba hambriento por esa boca.
—Deliberadamente estás teniendo pensamientos sucios sobre mi boca, sabiendo que puedo oírlos —susurraba gravemente—. Deja de hacer eso.
—No lo hago a propósito, te deseo...
—Lo sobrellevas muy bien, me imagino. No deberías desearme con tu amante en la siguiente habitación —decía con paso lento hacia mi—. Si ya tienes una conexión, te pido amablemente que dejes de enviar todo tipo de mensaje sucio en mi dirección.
Pasaba saliva y notaba el movimiento de su nuez mientras intentaba sostenerme la mirada.
—Entiendo tu actitud hostil y la merezco, pero si vamos a trabajar juntos en algún momento deberías dejar de estar a la defensiva —susurré.
— ¿Cómo mierda esperas que deje de estar a la defensiva si tengo tanto que decir y siento que no debería porque estás viviendo una vida que no querías y es por mi culpa? —susurraba con rabia—. Quiero golpearte tanto como quiero abrazarte —decía empujándome con fuerzas—. Quiero insultarte tanto como decirte que estoy aquí para tí, porque siempre estuve aquí ¡Maldito egoísta! —otro empujón más fuerte y tocaba la pared con mi espalda. Eso había dolido como la mierda.
Había olvidado la fuerza de TaeHyung, pero era la primera vez que la sentía sin tapujos. Sin que él se contuviera.
Mi cuerpo no debería sentirse tan excitado por la furia de Tae y como se paraba frente a mi, cubriéndome con su cuerpo mientras apoyaba su brazo al lado de mi rostro y me acorralaba.
—Quiero odiarte tanto como quiero amarte y no soltarte —susurraba cerca de mis labios.
Me sentía desarmado por primera vez en muchos meses.
— ¿Cómo podrías amarme cuando sientes repugnancia por lo que soy? —susurré más cerca.
«Sólo un poco más cerca»
TaeHyung temblaba cuando ponía mi mano en su cadera, atrayendolo más cerca de mí. Su pelvis pegada a mí. Sentía su polla tan dura como la mía.
—Nunca podría tenerte asco —susurraba poniendo su mano en mi mejilla. Sus dedos cálidos sobre mi rostro, sus labios separados cerca de devorar los míos.
Mi cuerpo cantaba de placer y pedían por más, esto no era nada. Sólo TaeHyung jugando conmigo. Con mi deseo, lujuria , hambre y necesidad por él y nadie más que él.
Cuando su labio pasaba por encima del mío, sentía que me quemaba vivo y me despertaba por completo—. Pero te importó una mierda si yo te necesitaba así que supongo que tienes quien se encargue de esto —mencionaba apretando mi polla una fracción de segundos para soltarme y alejarme.
Me había dejado con un gemido a mitad de camino y duro como el infierno. Era un maldito bastardo si creía que iba a jugar conmigo así, por lo que de inmediato me movía a toda velocidad y lo notaba moverse casi, casi a mi ritmo. Era revitalizante estar a su nivel y verlo simplemente emplear toda su fuerza y velocidad a la par conmigo y no tener ni un poco de delicadeza como en el pasado.
Era vigorizante en todos sus aspectos, la forma en que sólo estaba unos segundos largos por detrás de mis movimientos—aunque yo no estaba empleando toda mi velocidad y fuerza—la forma en que él me frenaba para no acorralaba y luego yo enredaba mis brazos entre los suyos para evitar ser inmovilizado por él. Dios, era adrenalina pura y más.
—De-detente... Jin ¡Ah! —su cabeza golpeaba la pared cuando conseguía acorralarlo utilizando más de mi fuerza y mis ojos estaban encendidos ante su reacción.
Su cuerpo tenso cuando mi mano mantenía las suyas por encima de su cabeza y todo mi porte estaba encima de él.
—Lo lamento —susurré cerca de su rostro.
—Eres un idiota arrogante —exclamaba agitado, forcejeando conmigo para conseguirse soltarse, pero era inútil. Él estaba agotado.
—No has descansado bien
—Por supuesto que no, idiota —respondía—. Apenas duermo desde que te fuiste —añadía con rencor y sus ojos color miel brillaban con esa humedad vulnerable—. Suéltame —pedía forcejeando de nuevo—. Que me sueltes, carajo. ¡Suéltame, suéltame!
Lo dejaba libre de repente en el forcejeo desesperado y vulnerabilidad en su ruego, iba a alejarme, lo estaba haciendo, pero se movía con tal velocidad que sus manos tomaban mi rostro y una de sus piernas se enredaba en mi cadera y me atraía de nuevo con una fuerza abismal hacia su cuerpo.
—Ah... Tranquilo —sollozé en sus labios—. Estoy aquí —susurré.
TaeHyung respiraba con dificultad mientras su agarre se volvía más doloroso.
— ¿Por cuánto tiempo? —preguntaba con voz débil.
Me costaba respirar, pero no me importaba si eran los brazos de TaeHyung los cuales me prohibian hacerlo correctamente.
«Para siempre».
En ese instante notaba la lucha interna de emociones en su rostro, sabía que me destestaba tanto como me necesitaba cerca. No me sentía diferente, excepto que yo no lo detestaba. Lo necesitaba más de lo que él creía.
Cuando su cuerpo y el mío no soportaban más la presión, me rendía y buscaba su boca la cual me recibía ansiosa.
«Al fin. Al fin, al fin, al fin» pensaba sólo para él.
—Mmm.... —TaeHyung gemía en mi boca mientras sentía su lengua serpentear dentro de mi cavidad buscando adueñarse con desesperación de ella y yo lo dejaba.
Lo besaba con mis labios abiertos de par en par devorando los suyos. Carnosos y dulces, tan suaves y tentadores. Quería morderlo, quería morderlo para sentir su sangre y mi polla se endurecía en los confines de mi pantalón porque él me tenía apretado sin posibilidad de soltarme. Me besaba desgarrando mis labios, él me mordía, él tiraba de mi belfo inferior con rudeza, mientras yo me molia a su cuerpo cálido presionandolo a la pared.
Era perfecto, mi cabeza daba vueltas, pero tomaba todo de mí no morderlo. Yo quería, lo deseaba... Dios, lo necesitaba.
«Para, para, para... Por favor»
TaeHyung me soltaba de repente, tan desorientado como yo. Labios rojos y ojos confundidos. El amileado de sus orbes estaba casi oscuro debido a sus pupilas y sentía su corazón latir desbocado en su pecho. Sus brazos me habían soltado, pero su pierna seguía envuelta en mi cadera.
— ¿Por qué -... ? —preguntaba desorientado.
—Porque iba a morderte hasta hacerte sangrar —susurré tembloroso—. No puedes besarme así de nuevo, tienes que tener control sino quieres que pierda el mío —dije agitado y faltó de aire.
—Lamento interrumpir —sonaba la voz de Jimin en algún lugar.
Desorientado lo buscaba y tenía su tablet en mano—. Te dije que esperarás en la otra habitación —exclamé.
TaeHyung me soltaba y acomodaba su ropa, Jimin lo miraba de arriba abajo con ceño fruncido.
—Están triangulando nuestra señal por el mensaje enviado a tu dhampir... Hay que irnos si no quieres que te encuentren —mencionaba Jimin.
TaeHyung hablaba con voz ronca detrás de mí—. ¿Quien te busca? —preguntaba, cuando giraba notaba como limpiaba su labio inferior con su pulgar y algo dentro de mí se encendían sin control.
«Te deseo tanto»
Su mirada me fulminaba, si tan sólo fuera posible, así que me recomponía.
—El V'okkultizme me está buscando. Comenzaron hace unos días, al parecer ya saben de mí
—Todos saben de ti —decía TaeHyung.
—Bueno, pero es bastante obvio que intentan dar conmigo. Necesito ocultarme dónde no puedan hallarme —exclamé.
TaeHyung alzaba su mentón—. Por eso me necesitas.
Suspirando agachaba mi cabeza y pensaba: «Sabes que es mucho más que eso»
Sus rasgos se volvían más filosos, pero algo brillaba en sus ojos y asentía—. Junta tus cosas, nos vamos de inmediato —ordenaba.
Jimin me miraba mientras que yo sacudia mi cabeza en dirección a sus cosas. Ya teníamos todo más que empacado, por supuesto que sabía que TaeHyung me aceptaría, pero creí que sería más laborioso.
— ¿Estoy incluído? —decía Jimin directamente a TaeHyung.
Cuando este se giraba lo miraba de arriba abajo, casi con desdén, casi—. Eres aliado de SeokJin ¿O no? —su porte serio y sus manos detrás de su espalda con su tono de voz grave y seco provocaban todo tipo de cosas que me desconcentraban, pero miraba a Jimin un corto lapso de tiempo para ordenarle que se pusiera en movimiento.
— Muévete —dije—. Irás con TaeHyung.
"¿Qué?" Soltaban a la misma vez, hubiera reído si no estuviera corto de tiempo.
—Tengo cosas que recoger, iré luego
—SeokJin... —Taehyung se acercaba a mí amenazante.
—Iré —solté de inmediato—. Lo prometo, solo necesito ir por algo y luego me tendras en tu puerta.
Sus dientes se apretaban y lo notaba en como su mandíbula se tensaba y marcaba. Sin decir nada se daba media vuelta y ordenaba a Jimin que le siguiera. Lo último que veía era su espalda y su caminata dejando la habitación de hotel sin mirar en mi dirección.
Todavía tenía el sabor de sus labios en mi boca y mi cuerpo temblaba necesitandolo. Sabía que sería complicado estar cerca de él, pero lo necesitaba. Demasiado. Más de lo que pudiera expresar con palabras.
Llegué con ASHES III
Tarde pero seguro y se reencontraron 🥹💜 habrá cada momento tenso, más tenso que en INTO THE LIGHT dónde no se podían partir su mandarina en gajos.
Con amor niñita Nanykoo 💜
Pd: recuerden chequear mi tablero por si tienen alguna duda. Besitos y abrazos, perdón si hay errores de deditos salvajes.
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