CAPÍTULO 19. "Somos prisioneros"

POV Shay.

Lo restante del camino, ya nadie dijo nada, solo tenían su pequeño plan, apuñalarían al asesino, en cuanto la puerta del camión se abriera.

—Se detuvo —mencionó Pablo algo nervioso.

Era cierto, el camión se había detenido, Brandon y Jeremy caminaron hasta posicionarse hasta enfrente de todos, pues eran los que tenían el cuchillo y la navaja.

—Sin pensarlo, solo mátenlo, por favor —dijo Taylor. Los nervios cada vez aumentaban, pues ese peculiar sonido de que una puerta está por abrirse se escuchó.

La puerta se abrió, dejando ver a... nadie, no había nadie, tan solo una cabaña muy bonita, y muchísimos arboles alrededor.

Brandon fue el primero en bajar, llevaba su cuchillo escondido detrás de su espalda, pues no quería fallar. Cuando puso ambos pies en el suelo, fue golpeado con un arma en la cabeza, la cual le ocasionó que quedará inconsciente.

—Su plan de apuñalar al asesino no tenía ninguna probabilidad de funcionar —el asesino comenzó a burlarse mientras recogía el cuchillo de las manos de Brandon. —Bajen, y Hanna será mejor que me entregues la navaja.

Hanna lo miró asustada, y rápido enseñó sus manos, demostrando que ella no tenía nada.

—Jeremy la tiene.

—Eres una estúpida —se quejó Jeremy entregando la navaja, el asesino le apretó fuertemente la mano, jalándolo fuera del camión, luego le apuntó con el arma.

—Te podría matar ahora mismo, pero no hay cámaras que lo graben, eso no me sirve —bajó el arma, y Jeremy solo se hizo a un lado.

Una sospecha más, Jeremy o James tienen algo que ver con el ayudante, uno de los dos es, estoy segura, los estaré vigilando de cerca. Todos bajamos del camión, y en unos segundos este ya se estaba yendo.

—¿Dónde estamos? —preguntó Emily.

—Haremos un hermoso juego, véanlo como el ultimo campamento de sus vidas.

—Nunca me gustaron los campamentos —dijo Daniela mirando todos esos árboles. —No quiero estar aquí.

El asesino se burló, luego indicó que lo siguiéramos, entramos por la puerta de una cerca de metal, creí que entraríamos a la cabaña, pero no, nos quedamos justo afuera.

—¿Alguna vez pensaron que estarían en un reality show?

Todos negamos con la cabeza, excepto Spencer.

—Obvio, pero algo elegante, sofisticado, no en esta mierda de bosque.

Ahora lo entiendo, al parecer en todo el bosque había cámaras, las cuales seguramente usará para mantenernos vigilados a todos.

—Serás la estrella, Spencer, tú y todos estos bastardos —mencionó el asesino. —Creo que varios de ustedes ya se dieron cuenta que hay cámaras aquí, y déjenme decirles que no es lo único, también hay trampas, y toda la cerca esta electrificada, en cuanto pongan un dedo en ella, quedarán fritos.

Debe haber una forma de salir, miré detrás del asesino, la cabaña estaba cerrada, pero había una ventana que se encontraba abierta, quizá pueda meterme y ver que es lo que hay, no me daré por vencida tan fácilmente.

—¿Qué ganas con esto? —preguntó Brandon, quien apenas hace unos segundos había despertado.

—Diversión, y dinero, pero eso a ustedes no les importa, lo único que deben saber es que serán cazados, así que no se pongan cómodos, piensen que siempre los estoy observando, y recuerden que mi ayudante estará con ustedes, así que cualquier cosa que intenten hacer, yo lo sabré rápidamente —el asesino mantenía una gran sonrisa en su cara. —Ahora váyanse, y que empiece el juego.

Jeremy y James ayudaron a Brandon a ponerse de pie, y comenzaron a caminar al bosque, yo no quería irme muy lejos, pero Lucia tomó mi mano y comenzó a jalarme con ellos.

La caminata se había hecho algo larga, sentía que habíamos caminado al menos unos quince minutos, la cabaña ya había desaparecido, por más que la trataba de ver, ya no estaba en el camino.

—¿Pensabas quedarte ahí? —me preguntó Lucia. Negué con la cabeza. —¿Entonces?

—No lo sé, solo estaba pensando en que cuanto más alejados estuviéramos de la puerta, más en peligro estamos.

—¡Detenganse! —gritó Taylor asustada. —Recuerden que el asesino dijo que había trampas, no sabemos qué tipo de trampas hay.

Comenzamos a ver al suelo, y entonces logré verlo, era una trampa de osos, de esos metales que en cuanto pones tu pie, estas atrapada, pues cuando quieres quitarlo, la trampa se cierra, casi cortándote la pierna.

Noté que Jeremy también la vio, pero al ver que no dijo nada, solo me quedé esperando que era lo que tramaba.

—No hay nada, así que, andando, debemos llegar al final de esto y salir.

Daniela camino hasta donde la trampa estaba, pero antes de pisarla, se detuvo y comenzó a inspeccionarla, fue entonces que todo paso muy rápido, pues en un segundo observé que Jeremy le dio un empujón, haciendo a Daniela avanzar y pisar la trampa, sus fuertes gritos llamaron la atención de todos.

—¡Hijo de perra! —comenzó a gritar Daniela. —Me duele, quítamela, quítamela.

Jeremy se tiro al suelo a quitar todas las hojas que había cerca, dejándonos ver la pierna ensangrentada de la pobre chica.

—Fue un accidente, me caí, me caí y no pude detenerme.

—Mentira —dije molesta. —Vi claramente como tu empujón fue parte de tu plan, maldito ayudante.

Jeremy se giró para verme, parecía molesto.

—¡Tú cállate! —gritó el chico molesto.

Daniela seguía gritando y pidiendo ayuda, nadie me hizo caso, quizá ahora creen que les estoy mintiendo, y estoy segura de lo que vi, Jeremy la empujó.

—Jeremy es el ayudante —dije nuevamente.

—No, Shay, fue un accidente, Jeremy solo se tropezó —me respondió Hanna acariciando mi brazo. —Ven, estas muy alterada.

Comenzó a jalarme para alejarme de ahí, pero se lo impide.

—Oigan—Emily llamó nuestra atención. —¿Cómo cuanto tiempo caminamos?

—No estoy segura, pero más de veinte minutos es seguro —Lucia se acercó a Emily, quien observaba a la lejanía.

—No es por emocionarlos, pero creo que llegamos al fin, puedo ver la cerca.

Pablo y Jeremy ayudaron a Daniela a ponerse de pie, la chica levantó el pie con dificultades, pero saber que ya casi seriamos libres, la emocionaron y todos comenzamos a correr hasta allá.

¿Será verdad? ¿Podremos salir por fin? Unas lágrimas resbalaron por mis mejillas, estaba emocionada, Dios, ansiaba esto desde hace días.

Llegamos hasta donde estaba la cerca, del otro lado había más bosque, pero al menos si logramos salir, ya no estaríamos atrapados por el asesino.

—¿Es real? —preguntó Emily. —¿O estoy alucinando?

La chica comenzó a caminar hasta la cerca, pero antes de tocarla, Spencer la detuvo.

—¡Nooooo! Si la tocas, estás muerta.

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