CAPÍTULO 15. "Buenas y malas noticias"

POV Shay.

La mirada de Jeremy seguía sobre mí, se miraba muy molesto, y lo entiendo, fui yo quien los condeno, fui yo quien los trajo a esta habitación con tal de salvarme, ahora esa promesa que me hizo el asesino suena falsa.

—Empieza por Shay, ella debería ser la primera muerta —dijo Jeremy, lo cual me confirmo lo que estaba pensando hace unos segundos, estaba demasiado molesto.

El asesino negó, señaló a Hanna otra vez, y comenzó a cantar una ridícula canción de mi infancia.

—De tin marín de dos pingüé... —el asesino iba señalando cabezas cada que decía una palabra de la canción. —Cúcara, mácara, títere fue, yo no fui, fue teté... —la mano estaba sobre la cabeza de Pablo, se lo que sigue de la canción, así que mis ojos fueron contando y oh mierda. —Pégale, pégale, al quien fue.

Las miradas de todos se fueron hasta donde estaba Raúl, quien parecía más cansado que todos nosotros, al parecer el efecto de la droga ya había pasado, y ahora lo había dejado exhausto.

—¿Qué me ven? —preguntó intentando mover sus manos. —¿Dónde carajos estoy? ¿Por qué mierda estoy amarrado?

Al parecer Raúl no había notado lo que estaba pasando, no sabía que él había sido el elegido para no sé qué es lo que le hará el asesino.

Mi mirada fue hasta Matt, quien seguía inconsciente en su silla, o quizá ya dejo de sufrir y murió.

—Eres el elegido —las manos del asesino tocaron la cabeza de Raúl, él rápido comenzó a forcejear asustado.

—¡Déjame ir, bastardo!

—Que muchacho tan grosero, deberíamos quitarte el don de hablar... —el asesino metió su mano a su bolsillo izquierdo del pantalón, mi mente creyó que sacaría un arma, pero no, era una navaja de bolsillo color plata. —Abre la boca bien grande y saca la lengua, prometo que esto te dolerá muchísimo.

Raúl negó con la cabeza.

—Por favor no.

Hanna apretó los ojos, pues no quería ver lo que estaba por pasar, Lucia, Emily y Carlos habían hecho exactamente lo mismo. En cambio, James, Jeremy y Spencer estaban con los ojos como platos para no perder ningún detalle.

Verlos de esa manera, me hizo tomarlos como sospechosos, estoy segura que uno de ellos tres es el ayudante del asesino, jamás pude escuchar su voz, si no para este momento ya hubiese sabido cual pendejo es el que graba.

—Tú eliges, la lengua o el pito —el asesino comenzó a burlarse al ver la cara de espanto de Raúl.

El chico frente a mi tan solo abrió la boca y sacó la lengua lo más afuera que pudo.

—Buena elección, no queremos perdernos tu único atributo —dijo Spencer para después reír.

El asesino tomó la lengua con sus dedos, y poco a poco fue acercando la navaja, algo que para Raúl sería muy doloroso, sus ojos estaban apretados y sus manos se aferraban a la silla. Cuando la navaja entro en contacto con su lengua húmeda, quiso forcejear, pero las manos fuertes del asesino se lo impidieron, en un segundo la lengua ya había sido arrancada por completo.

—Qué asco —mencionó Jeremy.

El asesino se giró para verlo, se acercó a él, y con una sonrisa en su rostro, le puso la lengua ensangrentada en la cara.

Jeremy no hizo nada para quitársela, pues si lo hacía, podría hacer enojar al asesino.

—Si se cae, tu perderás la tuya.

Raúl estaba llorando, al parecer trataba de decir algo, pero no le entendíamos.

—¿Podrías callarte? —preguntó el asesino molesto.

Raúl siguió intentando gritar del dolor, mientras se retorcía en su lugar.

—Vete a la mierda.

La navaja termino deslizándose por el cuello de Raúl, causándole una muerte no instantánea, el chico no pudo decir nada, pues parecía que se estaba ahogando en su propia sangre.

El asesino sin decir nada, salió de la habitación, dejándonos solos.

—Está muerto —Hanna comenzó a sollozar. —Ya no hay salida, todos vamos a morir aquí, amarrados y de una manera horrible.

—Agradécele a Shay —la mirada de Jeremy seguía en mi cara, la lengua de Raúl había caído en sus piernas, por lo cual su expresión ahora era de miedo. —¡Mierda, mierda!

—Habla mientras puedas —la voz de Pablo sonó algo rara, pues su mejilla estaba hinchada por el golpe propinado por el asesino.

Los observé a todos, Jeremy tiene razón, que estemos aquí es mi culpa, o tal vez no, no sabemos qué hubiese pasado si todos nos hubiéramos ido por las escaleras, Elena trató de irse y terminó muerta, quizá también ese iba a ser nuestro destino.

—Lo siento chicos, en verdad lo siento —dije cabizbaja.

—¿Qué te prometió? —preguntó Spencer molesta. —Estoy segura que hiciste un trato con él.

Negué con la cabeza.

—¡Dinos! —ahora escuché la voz de Taylor desde un costado. —Los asesinos no cumplen sus promesas, eres una estúpida ingenua.

Lagrimas comenzaron a descender por mis mejillas, yo no quería traicionarlos, pero tenía al menos que intentar salvarme, por primera vez pensar solo en mí y no en ellos.

—No tiene caso que nos pongamos a pelear —dijo Carlos mientras observaba a Matt. —Todos vamos a terminar igual o peor que ellos dos.

Matt abrió los ojos, se miraba cada vez peor.

—¿Estamos a salvo? —preguntó sonriendo. —Quiero ver a mi mami.

—Shay nos condenó —mencionó Taylor.

No dije nada, no creo que pueda decir nada que los haga calmarse. Brandon comenzó a forcejear sus manos intentando liberarse, aunque yo sé que es inútil.

—Tengo que poder liberarme —dijo él intentando una y otra vez.

La puerta se abrió de golpe, el asesino tenía su celular en el oído, al parecer estaba terminando de hablar con alguien.

—Buenas y malas noticias, ¿Cuál quieren primero?

—La mala —respondió Daniela.

—Bueno, bueno, la mala es que uno de ustedes va a perder sus deditos hermosos, y esa eres tú, puta —señaló a Spencer.

—¿Qué? ¿Por qué yo? —Spencer estaba asustada, y comenzó a forcejear sus manos, intentando liberarse.

—La noticia buena, es que ya nos largamos de aquí, los llevaré a un lugar más cómodo, menos a ti —el asesino sacó su arma y le disparó justo en la cabeza a Matt.

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Espero les haya gustado:3

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