Capítulo 2.

Como se imaginarán, me sentía la más maldita en este miserable mundo. Dispuesta a romper corazones de todo chico que se acercara a menos de un metro de mí, comenzando por mi peor error, Bobby. Obvio las cosas no se iban a quedar así, y después del detallado plan que Mónica me dio para cobrar venganza, yo estaba a punto de comenzar la primer fase. Era la única razón por la que me encontraba con él en este justo momento, odiaba respirar siquiera el mismo aire de la persona que salió con otra chica cuando yo soy su novia.

Debo admitir que soy muy buena actriz, él no sospechaba ni un poco que yo sabía sobre su asunto, era costoso fingir que todo estaba genial, pero el desastre estaba por comenzar.

- Bobby, amor mío, necesito decirte algo.

Y aquí es donde va mi gran frase...

- De hecho, Bonnie, hay algo que necesito decirte.

Oh, tal vez estaba por confesarlo, tal vez iba a "hacer lo correcto y decirme"

- Adelante, amor. Tú primero.

Vi que se puso nervioso, y una sonrisa maliciosa se colocó sobre mis labios, como si mi expresión gritara "ya lo sabía"
Comencé a desesperarme porque él no decía ninguna palabra, y lo comprendía, seguramente era difícil ser un sucio traidor... Espera, ¿se está poniendo de rodilla?
Sí, se puso de rodilla. Oh no, no, no, esto no estaba en los planes...

- Bonnie Jean, te convertiste en el amor de mi vida, no hay día que quiera pasar sin ti, porque sin tu compañía no soy nada, por favor, ¿me harías el favor de pasar el resto de tus días a mi lado? ¿te casarías conmigo?

Sacó de una cajita un anillo con un pequeño diamante, esperando ansioso y muerto de nervios mi respuesta. Me quedé atónita ante aquella declaración, por Dios, esto no podía estar pasándome a mí. Bien, ahora debo arreglarlo.

- Pero Bobby, te irás de la ciudad dentro de poco, además, apenas tengo 18 y... - se me estaban acabando las excusas, entonces encontré la perfecta - mis papás se volverán locos cuando lo sepan.

- ¡Eso ya lo arreglé, amor! Hablé con ellos y estuvieron más que de acuerdo, quiere tu felicidad. De hecho, están dentro de mi casa junto a mis padres, están haciendo una pre fiesta de compromiso. Vamos, estarán alegres cuando lo sepan. Y no te preocupes por la distancia, solo te queda menos de un año para terminar la preparatoria, cuando acabes, te llevaré conmigo.

Quería morirme ahí mismo, Bobby tomó mi mano y me colocó el anillo. Yo simplemente no podía moverme, le lloré una noche completa cuando me enteré que me engañó, pero ¿y si no me hubiera enterado? tal vez hubiera dicho que sí sin dudarlo, simplemente necesitaba una buena razón para salir huyendo de ahí, ni siquiera acepté su propuesta y él dio por hecho que sí. Me espera un infierno si me caso con Bobby.

Todos nos esperaban dentro, estaban nuestras familias completas ahí festejando con un montón de comida e incluso pastel. No sé por qué creyeron que iba a aceptar y se arriesgaron a tanto.

- ¡Dijo que sí!

Gritó Bobby antes de tomarme por la cintura y plantarme un beso en los labios que no tuve ni la oportunidad de corresponder.
Escuché a mi mamá pidiendo que le mostrará el anillo, y a la mamá de Bobby queriendo abrazarme, todo ese asunto comenzó a marearme.

- Vaya, todo esto me tomó por sorpresa, estoy muy nerviosa, iré al baño para... poder entender que todo esto es real, no tardo.

Les di mi mejor sonrisa y me encerré en el pequeño cuarto. Marqué con desesperación al celular de Eric, no tardó mucho en responderme.

- No vas a creerme qué pasó.

- ¿Por fin dejaste al tonto de Bobby?

- Más bien creo que estoy comprometida con él...

Hubo silencio al otro lado de la línea por algunos segundos, después escuché como Eric estalló en carcajadas.

- Ay Bonn, esta vez tu broma sí fue muy graciosa. Ya dime, ¿qué pasó?

Por favor, necesitas salvarme de esta, Eric.

Supongo que asumió que no le había mentido, porque escuché que tomó un tono serio.

- ¿Estás en casa de ese idiota?

- Sí.

- Primero dime, no quieres casarte con él, ¿verdad?

- Para nada.

- En un rato llego, pero no salgas tú, quiero hablar con él, ¿confías en mí, no?

Le dije que sí y colgamos, regresé de nuevo con los demás y estaba básicamente contando los segundos para ser salvada de mi tragedia. Mientras tanto, debía buscar una forma para evadir todas las preguntas que me bombardeaban.

Ambas madres estaban juntas platicando emocionadas sobre muchos planes que ya estaban teniendo, me pidieron que me acercará, así que me aproxime hasta ellas con mi mejor sonrisa.

- Cariño, tu fiesta de compromiso será el próximo sábado, antes de que Bobby se vaya, así que deberías ir apresurandote para invitar a tus amistades.

Me dijo mamá, hice una mueca y en un susurro le pedí que si podía hablar a solas con ella a lo que negó.

- Hija, sé que tal vez estás preocupada porque no tienes nada preparado, pero eso ya está resuelto, la señora Johnson y yo tenemos todo listo, ¿no es así?

- Por supuesto, es más, creo que la próxima semana también deberíamos ir a ver vestidos.

- ¿Vestidos?

Pregunté incrédula de toda la situación. Sin duda la presión que ponían ambas familias sobre mí hacía las cosas aún peores, esa boda no podía llevarse a cabo, pero ¿qué haré?

Después de un rato, el timbre de la puerta principal sonó, vi como Bobby salió corriendo a abrir, y para su sorpresa, se encontró a Eric. Escuché que mi "prometido" le preguntó a mi amigo si quería que me hablara, a lo que él negó y dijo que quería hablar con él. Vi que Bobby salió y después de unos minutos, entro a la casa con una inocultable expresión de molestia.

- Cariño, tu amigo te espera.

Mi sonrisa se ensanchó al escuchar eso y salí disparada para abrir la puerta y salir, frente a mí se encontraba mi salvación.

- Entonces, ¿tengo mi invitación para la fiesta de la próxima semana?

Preguntó Eric con tal de molestarme.

- Eres un tonto. ¿Qué tanto le dijiste?

- Algo que sin duda va a interesarte, le dije que lo vi con otra chica, básicamente lo amenacé de muerte.

- ¿Qué le dijiste qué?
Grité alterada, no se suponía que él lo supiera.

- No te preocupes, le dije que tú no sabías nada, y que si no quería que te dijera, era mejor que dejara de ver a esa chica. Sabe que tengo mis formas para saber si eso ocurre.

- Gracias, eres un perfecto amigo, ¡pero yo no quiero seguir con él! ese es mi problema.

- En ese caso, debemos pensar en otra cosa y tenemos el tiempo encima.

Bobby salió e invitó a Eric a pasar, estaba casi segura que fue mi mamá quién le dijo eso, y se lo agradezco, así esta noche no será tan difícil.

Me retracto, sí fue difícil. Como era viernes, se les ocurrió continuar con la fiesta hasta altas horas de la madrugada.

Claramente yo me quedé en un rincón comiendo pastel, porque eso era lo único bueno en esa casa.

La semana pasó de la manera más pesada posible, cientos de preguntas diariamente sobre qué planes tenía con mi futuro esposo, dónde iba a querer que fuera la boda, el número de invitados y tonterías así. Me sentía totalmente abrumada, por otro lado, estaba Bobby, cambió demasiado conmigo, se podría decir que para bien, porque estaba inseparable todos los días de mi, así como llegaba de clases, así como él ya estaba esperándome en mi casa, y regresando a la suya hasta el anochecer. Me decía que quería aprovechar cada minuto que pudiera conmigo antes de tener que irse, pero me convencía de que la distancia no nos haría daño, que solo duraría poco tiempo.
Debo admitirlo, realmente dude en su veracidad, siempre dije que Bobby no era malo, podía ser un tonto en ocasiones, pero no era mal chico, después de verlo con Verónica mi perspectiva obviamente cambió, pero ahora, hasta parecía que trataba de ganarse mi amor nuevamente, cosa que tendría sentido después de la amenaza que Eric le hizo.

Pero en cuánto a la boda, mi decisión continuaba siendo la misma: NO.
Primero que nada, era demasiado joven, tenía demasiadas cosas por hacer, además, debo ser sincera conmigo misma, casarme con Bobby jamás me llevará lejos, tendría una vida mediocremente feliz y eso sería todo.
Necesito algo emocionante, algo que haga estallar mi corazón de alegría o que me haga enloquecer, y eso no puedo encontrarlo al lado de él.

Pero bien, era ahora o nunca, por fin se había llegado el sábado. No es que lo esperara ansiosa, más bien, era mi última oportunidad para rechazar la propuesta de Bobby. Intenté hacerlo cada día de la semana, pero no pude, me acobardaba al último momento. No sé por qué si sigo muy molesta, pero una parte de mí no es tan cínica como él.

Sobre el anillo de compromiso, tenía dos opciones, podía ir hasta la orilla del océano en una puesta de sol para arrojarlo al mar, como buena escena dramática, o podía ser inteligente e ir a venderlo. Por supuesto que elegí la segunda opción y ahora estoy vistiendo un muy bonito atuendo costoso. Valió totalmente la pena.

Mi mamá y la señora Johnson se encargaron completamente de la fiesta, como lo habían asegurado, escogieron un bonito jardín que tenía una perfecta iluminación por las noches, el lugar estaba lleno de personas que no conocía, probablemente familiares de él. Por mi lado, me limité a no invitar a nadie más que a mis padres y hermanas, dije que había invitado a más amigos pero mentí, no era necesario que más amistades (además de Eric) se enteraran de ese supuesto compromiso, Bobby estuvo presumiendo por todos lados, pero me mantuve callada.

Al llegar, la familia de mi novio me saludó entre abrazos y besos. La pizca de culpabilidad comenzaba a calarme, ellos no se merecían el tener un hijo tan idiota. Agradecía que Bobby estuviese ocupado platicandole a sus amigos sobre sus ideas para la boda que jamás se daría, porque así aproveché para tomarme un respiro y sentarme en la mesa de mi familia.

- Bonnie, ¿es cierto que te irás de la casa?

Preguntó Dina, con un dejé de tristeza en su voz.

- No te preocupes, todavía falta mucho para eso. Aparte, estoy segura que Ciara estará más que feliz con eso para poder quedarse con mi habitación.

Bromee y ellas rieron junto conmigo, sabía que me extrañarían.

- ¿Y tú, Everly? ¿me vas a extrañar?

Pregunté a la bebé mientras arrugaba la nariz, ella me respondió con palabras que no comprendí e hice una expresión de ternura.

- Mamá, ¿y si no estoy lista? ¿qué tal si al final no es lo que quiero?

Me atreví a preguntar, ella pareció un poco sorprendida por la pregunta así que se tomó unos segundos para poder responderme.

- Jamás te sientas obligada a hacer algo que no quieres, si es ese el caso. Solo tú puedes decidir cuando estás lista para algo.

- Concuerdo con tu madre - habló papá, que se había mantenido con seriedad toda la noche, suponía que le era difícil digerir toda la noticia del compromiso - por nosotros, no nos molestaría tenerte en casa otro tiempo más.

Esboce una sonrisa que trasmitía toda la paz que me gustaría expresar, si ellos estaban de acuerdo con mi decisión, yo estaba más que feliz.

- Necesito ir con Bobby, vuelvo en un rato más.

Avisé antes de retirarme de la mesa y buscarlo. Caminé entre el jardín y rápidamente pude divisarlo.

- Hey.

Alguien me tomó por el antebrazo, al voltear me encontré con la persona menos esperada en ese momento, Logan Smith. Conocí a ese chico hace dos años y medio, aproximadamente, nunca hubo algo más entre nosotros, pero él había tenido demasiados detalles conmigo, nunca pude corresponderle, poco tiempo después comencé a salir con Bobby. Frente a mí, estaba un Logan muy diferente al que había conocido antes, su musculatura se había vuelto más visible, y sus dorados cabellos caían sobre su frente. Sin duda, se veía bastante bien.

- Me alegra mucho que te vayas a casar, sin duda él debe ser un gran hombre para tener el honor de que tú lo quieras.

Continuó hablando, comenzaba a ponerme nerviosa, y no sabía si era por lo atractivo que era o por qué no sabía siquiera cómo se enteró de la fiesta y cómo había llegado, pero dejaría las preguntas para otro momento.

- Yo...eh, esto no es lo que crees, esta boda no sucederá. Debo irme, lo siento. ¡Fue un gusto volverte a ver!

Huí de ahí y llegué por fin hasta Bobby. Tomé un profundo respiro para reunir la suficiente valentía.

- Cariño.

- Pero miren, si aquí está mi preciosa prometida.

Presumió Bobby a sus amigos, escuché sus felicitaciones y halagos. Solo quería terminar ya con toda esa farsa.

- Bobby, necesito hablar ya contigo, en privado.

Susurré, y sin esperar respuesta, lo jalé del brazo, mientras buscaba con la mirada algún lugar donde pudiéramos tener algo de privacidad y la música no se escuchara tan fuerte. Logré localizar la cocina, dudaba que alguien estuviera ahí así que lo guíe hasta el lugar.

- Ya veo lo que quieres- dijo Bobby, recargandome contra una pared. - ¿Mi bebé quiere tener también una pre luna de miel?

Cuestionó hablando muy cerca de mis labios, mientras sus manos comenzaban a deslizarse a través de las curvas de mi cuerpo. Me aparté asqueada, cosa que lo molestó y espero a que le diera una explicación.

- Esto es más serio, Bob.

- Tenías años sin llamarme así, ¿ya me dirás qué ocurre?

Levantó la voz, comenzando a preocuparse. Mi única respuesta fue mostrarle mi mano vacía, no tardó en darse cuenta que el anillo faltaba en mi dedo.

- ¿Lo perdiste?
Preguntó en un tono decepcionante, negué con la cabeza. No lo perdí, solo lo vendí.

- No puedo casarme contigo.

Solté de golpe, sentí como un peso abandonaba mi cuerpo en ese mismo momento. Era casi paz interior, me había librado de mi mayor problema. Ahora era momento de asumir las consecuencias y estaba preparada.

- ¿Qué tú qué?
Escupió las palabras como si de veneno se tratara, estaba enojado en vez de triste. Eso no me lo esperaba. Sentí como su respiración se agitaba, la cocina estaba vacía a excepción de nosotros, así que los sonidos eran muy distinguibles.

- Lo siento, de verdad. Sabes que te quiero mucho pero... no sé para qué te engañas a ti mismo, sabes muy bien que no me quieres a mí, de hecho, te lo estoy solucionando. Ya no tienes que mentirme más.

Expliqué con la mayor delicadeza que pude encontrar dentro de mí, por alguna razón mi voz sonó triste, en vez de molesta como me había sentido toda la semana, pero era comprensible, fueron dos años muy largos donde él significó el mundo para mí y de un día a otro, ese amor se desvaneció.

- ¿Fue el idiota de Eric quién te dijo, verdad? - preguntó acercándose peligrosamente a mí, me tropecé con mis propios pies al tratar de retroceder un par de pasos, cosa que le facilitó el acorralarme. - ¡Me arruinó todo! Ni siquiera sabe lo qué dice.

- Pues no sé qué diga él, pero yo misma fui la que estaba en esa cafetería cuando te vi con Verónica. Trata de mentirme ahora.

- No es lo que piensas, de nuevo estás exagerando con las cosas.

- Lo dudo. Me dijiste que ese día estarías ocupado con cosas de la universidad, no con otra chica.

- ¡No te lo dije por lo mismo! - se notaba muy exasperado, colocó las manos en su cabeza pasándose los dedos entre su cabello. - Tú siempre eres tan celosa, si te hubiera dicho que iba a ver a una amiga, hubieras enloquecido.

- Claro, ¡todo es culpa de la loca de Bonnie!

La cocina se veía envuelta en gritos que los dos nos proporcionabamos el uno al otro. Qué ingenua fui al creer que esto de alguna forma podía terminar bien.

- Nunca dije que estuvieras loca.

- No trates de arreglar las cosas, si me mentiste siendo tu novia, me mentiras siendo tu esposa. Esto terminó, todo esto.

Expliqué decidida, haciendo ademanes con las manos para referirme a "todo". Él negó con la cabeza, se acercó nuevamente hasta mí para acunar mi rostro entre las palmas de sus manos, con agresividad.

- No, tú vas a ser mi esposa, ya se lo dije a todos y lo vas a cumplir.

- Quítate ya, Bob, o voy a gritar.

- Intenta hacerlo, nadie te escuchará aquí.

Amenazó, forzandome a besarlo, o bien, él colocó sus labios sobre mis inmóviles labios. Comencé a patalear, me sentía asqueada, pero por supuesto, él era más fuerte que yo, quitarmelo de encima me era imposible en ese momento, trataba de empujarlo con todas mis fuerzas pero él seguía tan inmerso en ese forzado beso. La cocina estaba a oscuras, no podía encontrar con la mirada ningún objeto con el cuál pudiera golpearlo.

A tientas, intenté alcanzar lo que fuera con mi mano, no lograba ver qué era, parecía un tenedor.

- ¡Bob, ya quítate!

Él continuaba haciendo caso omiso a mis gritos, así que no tuve otra opción más que empuñar bien el tenedor entre mis manos y encajarselo en el pecho. Después de todo, no podría hacerle tanto daño, le serviría como lección para aprender a acatar cuando alguien le dice que no. De inmediato, él me soltó, estaba inmóvil, supuse que estaba sorprendido por mi violento acto. No lo culpo, incluso yo lo estaba.

- Hey, Bobby, lo siento, de verdad, pero era la única forma de detenerte.

Él no me respondió, vi como su silueta se tiró al suelo, tenía la espalda recargada contra la pared. Me extrañó, tal vez lo estaba asimilando y me dejaría libre. Entre la oscuridad, busqué donde prender la luz, luego de algunos tropiezos, la encendí.

Y no podía creer lo que estaba viendo.

Bobby estaba agonizando en el suelo, ¡No había agarrado un tenedor, era un cuchillo! y lo clavé justo en su pecho. La mirada del chico estaba pérdida, veía cómo intentaba hablar pero la sangre solo brotaba de su boca. ¿Qué debía hacer? si llamaba a una ambulancia, pasarían el reporte a la policía y pasaría el resto de mis días en prisión. Además, parecía ser ya muy tarde para poder salvarlo. Me arrodillé frente a él, tratando de mantener mi ropa a salvo de la sangre, debía ser inteligente, esto jamás debería ser descubierto por alguien.

- Lo siento, yo no quería hacerte esto, jamás estuvo en mis planes, de verdad lo lamento, espero que puedas perdonarme.

No supe en qué momento comenzaron a escurrir las lágrimas en mi rostro, no sabía si eran por él o por lo que le hice. Tal vez por ambas cosas. No sabía quién era, ni qué debía de hacer, si debería practicar mi confesión o huir.
Pero debía actuar rápido, porque tenía el tiempo en mi contra y en cualquier momento alguien terminaría buscando a ambos y la cocina sería un lugar que podrían revisar. Y yo tenía un cadáver ahí.
O bueno, no sabía si estaba muerto o seguía con vida, no me atrevía a mirarlo. Agarré todas mis fuerzas para poder verlo, se encontraba inconsciente, estaba perdiendo mucha sangre, pero podía ver su débil respiración que hacía bajar y subir su pecho con demasiada lentitud. Lo estaba perdiendo. Podría llamar a alguien y decir que él mismo se clavó el cuchillo por accidente, pero nadie creería eso.

Terminé por llamar a Eric, no le dije lo que sucedió, le dije que era una emergencia y expliqué dónde encontrarme, que entrara directamente sin preguntarle a alguien por mí.
La espera me estaba volviendo loca, temía que en cualquier momento Bobby pudiera morir frente a mí, o que alguien pudiese entrar y descubrir lo sucedido. Para no levantar sospechas, apagué nuevamente las luces, me daba escalofríos estar entre la oscuridad, pero era lo mejor.
No quería dar pasos en falso, supe que la sangre se había extendido más en el suelo al sentir el líquido debajo de mis zapatos.

Eric no tardó en llegar y buscarme en dónde le dije.

- ¿Bonnie? ¿por qué tienes tan oscuro aquí?

Preguntó, sabía que él no estaba en posición para acusarme por ello, fue la única razón por la que acudí a mi amigo.

- Hice algo muy malo.

Confesé con una temblorosa voz, los estremecimientos se habían vuelto regulares también en mi cuerpo.

- Dime ya qué sucede, vine para ayudarte.

Encendí la luz, el cuerpo de Bobby seguía ahí, inconsciente o tal vez muerto, no quería confirmar nada, me espantaba.

- No me jodas.

Una risa nerviosa brotó de los labios de Eric, lo miré horrorizada al escuchar cómo podía reír ante una situación así.

- Diablos, Bonnie. ¿Tú hiciste eso?

- ¡Te juro que fue un accidente! Yo no quería, te lo explicaré todo pero por favor, ayúdame. Haré lo que sea por ti

Me dio su mejor mirada comprensiva, no entendía como él podía estar tan tranquilo ante la situación, ¡Podía ir a prisión!

- Te ayudaré porque quiero y porque soy tu amigo, no necesitas pagarme con nada. Mira, lo único que necesito es que nadie venga para acá en un muy buen rato, sal e inventales una buena excusa del por qué Bobby se fue. Sé que puedes con eso, Bonnie.

- Lo intentaré.

Sin más que decir, volví con todos. No estaba en mis cinco sentidos, pero creo que supe inventarme una buena coartada.

Salí en un mar de lágrimas, todos los presentes pudieron verme, muchos se acercaron a mí a preguntarme qué sucedió, a lo que yo respondí:

- ¡La boda no se hará! Bobby se ha ido - explicaba entre todo el llanto, mis lágrimas eran verdaderas, pero mis palabras eran falsas. - Acababa de dejarme, me confesó que quiere a otra chica y se fue de aquí, no sé a dónde se fue.

Eso nos daría tiempo.

- ¿Pero cómo? Mi hijo no podría hacer eso, ¿qué pasó?

Preguntaba su madre, le expliqué a detalle nuevamente la historia que me había inventado, ella trató de llamarle, y por obvias razones, él jamás respondió. Esperaba que Eric destruyera su teléfono para que fuera imposible rastrear el cuerpo, dudaba que estuviera con vida.

La fiesta terminó ahí, todos se fueron con un mal sabor de boca, pero el jardín que habían rentado no podía quedarse solo o si no, lo cerrarían y no podía permitir eso.

Expliqué que quería quedarme ahí un rato más, esperanzada de que Bobby se arrepintiera de lo que dijo y que volviera por mí, su verdadero amor. Todos me comprendieron, y yo me sentí la peor persona ahí mismo. Ahora estaba mintiendo sobre él y haciendo que quedará mal frente a todas las personas que le importaban, pero ya no había marcha atrás.

Después de que el lugar quedará vacío, fui corriendo hasta la cocina para encontrarme con la inevitable noticia.

- Está muerto.

Anunció Eric.

Asesiné a alguien.

La chica que parecía que jamás podría dañar ni a una mosca, acababa de asesinar a alguien, a su novio, a su prometido. Y estaba mintiendo, estaba tratando de salirse con la suya para evitar la justicia. Estaba haciendo un mal grandísimo, pero yo era muy cobarde para asumir mis consecuencias. Ahora, iría lo más lejos que me sea posible. El tiempo de duelo tendría que esperar, hay más cosas en las que necesito pensar antes.

- ¿Qué haremos? Todos creyeron mi excusa, pero no tardarán mucho en darse cuenta que Bobby está desaparecido, ¿Qué haremos con el cuerpo?

Resultaba muy peligroso cargarlo hasta el carro de Eric evitando que alguien nos viera, pero tampoco podíamos dejarlo ahí mismo, además, debía limpiar toda la sangre que estaba esparcida por el suelo, y por supuesto, deshacerme del arma asesina.

- Podríamos enterrarlo donde están los demás.

Sugirió Eric, me quedé pensativa un momento, me pareció una mala idea, Eric no merecía cargar con eso.

- No, debemos quemarlo.





¡Hola! Muchas gracias por estar siguiendo esta nueva historia, me hace muchísima ilusión que estén leyendo mi primer historia completamente original, ya que siempre he hecho puros fanfics.

¿Ya vieron la hermosa portada que tiene la historia? La hizo Editorial_Honey_, recomiendo mucho su trabajo, lo entregan muy rápido y con varias opciones para elegir.

Espero que sigan leyendo esta historia, porque esto ha sido todo el comienzo.

¿Cómo seguirá Bonnie ahora con su vida normal? Y... ¿qué papel jugará Logan Smith aquí?

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