Prologó: La destrucción de un Mundo
En el planeta Krypton, un mundo enigmático y majestuoso, en la región de Kandor, se alzaba la imponente Casa de Kel, hogar de generaciones de científicos y nobles guerreros, las estructuras de cristal que adornaban el paisaje reflejaban la luz de su sol rojo, Rao, en un brillo eterno
En el interior de la casa, la atmósfera estaba cargada de una expectación que no se había sentido en siglos
Mara, de cabellos dorados y ojos azulados, yacía en una cama rodeada de una tecnología que parecía antigua y a la vez avanzada, en sus brazos descansaba un recién nacido
Sus lágrimas de emoción rodaban por sus mejillas al mirar a su hijo
—Es tan hermoso, Bjor— dijo con la voz entrecortada, mirando a su esposo, Bjor-Kel, quien la observaba con un orgullo contenido
Bjor-Kel, un hombre alto, de cabello oscuro y semblante solemne, se acercó a ella y posó una mano en su hombro, su rostro, que solía estar marcado por la preocupación debido a la inestabilidad del planeta, ahora se suavizaba al mirar a su hijo
—Es el futuro de nuestra raza— dijo él con firmeza, aunque un brillo de incertidumbre cruzaba sus ojos —Debemos protegerlo, Mara, cueste lo que cueste—
Mara asintió, sin apartar la mirada del niño, había algo especial en este nacimiento, no solo por ser su hijo, sino porque era el primer nacimiento natural en siglos, en una sociedad donde los hijos eran diseñados en cámaras genéticas, este niño era diferente, un símbolo de algo más grande que su familia
Sin embargo, la paz duraría poco
Días después del nacimiento, la situación en Krypton se tornaba cada vez más tensa, las tormentas energéticas que azotaban los cielos eran cada vez más violentas, y el nucleo del planeta se volvía cada vez mas inestables y en las calles de Kandor, los rumores de que el planeta estaba al borde de la destrucción se esparcían como pólvora
En la sala del consejo de Krypton, un lugar frío y monumental, las discusiones se hacían cada vez más acaloradas, los miembros del consejo, antiguos y orgullosos, estaban divididos
Bjor-Kel se levantó de su asiento, incapaz de contener más su frustración
—¿No lo entienden?— su voz resonó en la sala, cortando el murmullo —El núcleo de Krypton se está derrumbando. ¡Debemos evacuar a la población ahora!— gritó, sus ojos fijos en los rostros incrédulos de los otros consejeros
El consejo murmuraba entre ellos, susurrando palabras de duda y escepticismo.
—¿Evacuar?— preguntó uno de los consejeros, un hombre mayor de mirada fría —¿A dónde sugieres que vayamos, Kel? No tenemos naves suficientes ni recursos para evacuar a toda la población—
—Hemos abandonado la exploración estelar durante generaciones, pero aún existen antiguos puestos de avanzada en mundos cercanos, podemos empezar allí, podemos enviar a los más vulnerables primero, y después los demás ¡Hay tiempo si actuamos ya!—
Uno de los consejeros, Vala-Ron, una mujer de rostro severo, soltó una risa amarga
—¿Tiempo? ¿De qué tiempo hablas? Bjor, has estado profetizando el fin durante años, pero aquí seguimos, bajo Rao, este planeta ha sobrevivido más de lo que cualquiera de nosotros puede imaginar—
—Esta vez es diferente, Vala— respondió Bjor-Kel, su tono sombrío —Las extracciones del núcleo han acelerado el colapso. ¡Solo nos quedan semanas, tal vez días!— su voz se alzaba con desesperación —El planeta no puede soportar más—
Los consejeros intercambiaron miradas nerviosas, sabían que Bjor-Kel era un hombre respetado, pero su propuesta era radical, demasiado ambiciosa para una civilización que había vivido milenios sin grandes migraciones
—¿Y si estás equivocado?— intervino otro consejero —¿Y si evacuar a nuestra gente solo crea más caos del que ya existe?—
Bjor-Kel cerró los ojos un instante, intentando calmar su agitación, sabía que convencer al consejo sería difícil, pero no podía rendirse, no cuando la vida de su familia y de todo su pueblo estaba en juego
—Si no hacemos nada... todos moriremos, déjenme llevarme el Codice, nuestra raza podra salvarse, hay esperanza— Su voz, antes llena de furia, ahora era baja, cargada de un profundo pesar
De pronto, el gran portón de la sala se abrió con un estruendo, un grupo de soldados armados irrumpió, liderados por un hombre imponente de cabello oscuro y mirada feroz
Era el general Zod, vestido con una armadura negra que brillaba a la luz tenue de la sala
—Este consejo ha sido disuelto— anunció con una sonrisa de satisfacción, caminando lentamente hacia los asientos de los consejeros
—¿Bajo qué autoridad?— preguntó Vala-Ron, poniéndose de pie
—La mía— respondió y levanto su arma, y un haz de energía azul atravesó el pecho de Vala-Ron, desintegrándola al instante, el eco de su grito de agonía resonó en la sala.
El resto de los consejeros se pusieron de pie, conmocionados, mientras los soldados de Zod los rodeaban
—El resto de ustedes serán juzgados y castigados como corresponde— amenaza, con una mirada fría
—¿Qué estás haciendo, Zod? Esto es una locura— grita, su voz temblando de miedo y desesperación
—Lo que debería haber hecho... hace años— responde Zod, su voz llena de resentimiento y determinación mientas sus miembros se acercan y comienzan a tirar de sus sillas a los miembros del consejo
—¡Estos legisladores con sus eternos debates han llevado a Kriptón a la ruina! —explica Zod, con un tono despectivo
—Y si tus fuerzas prevalecen... no serás el líder de nada— Le decia Bjor-Kel para intentar hacerlo razonar
—Entonces únete a mí— Le responde Zod —Ayúdame a salvar nuestra raza, comenzaremos de nuevo— dice Zod, su voz cargada de arrogancia —Cortaremos... los linajes degenerativos que nos llevaron a este estado— decreta, su mirada llena de desprecio
—¿Y quién decidirá qué linajes sobrevivirán, Zod? ¿Tú?— pregunta con incredulidad, defendiendo la diversidad de su pueblo
—No hagas esto, Kel— advierte Zod, su tono convirtiéndose en un intento de persuasión —Lo último que quiero es que seamos enemigos—
—Has abandonado los principios que nos unían— expresa Bjor-Kel, su voz temblando por la emoción —Has tomado la espada... contra tu propia gente— dice, la decepción evidente en su voz —Honraré al hombre que una vez fuiste, Zod... no a este monstruo en el que te has convertido— declara, su voz llena de dolor
—Llévatelo lejos— ordena Zod, su voz resonando en la sala
Mientras el era llevado, Bjor-Kel se encontro con una de sus maquinas las cuales detenian su paso, esta decia
—Señor, todo esta bien?—
El soldado apunto con un arma a la maquina mientras le decia —¡Apartate!—
Bjor-Kel le hizo una mirada y esta le lanzo un destello a sus ojos cegandolos y el aprovecho para desarmar a los soldados y acabarlos con sus armas
—¡Comunicame con Mara!— El dispositivo se activo y le mostro la imagen de su esposa
—¡Atras de ti!— Le dice ella y el se da la vuelta viendo a mas soldados y les dispara antes de que estos lo hagan
—Mara, prepara el lanzamiento, cuando pueda estare contigo— Le dice ella y al salir del consejo ve como el golpe de Zod continua sumergiendo todo en caos —¡Muraka!— Al gritar ese nombre de pronto una especie de dragon llego volando dejando que lo mone
Estos comenzaron a sobrevolar toda la destrucción llegando hacia una especie de torre
—Puedes ver el codice— Le pregunta a su maquinia y esta responde
—Se encuentra en el cubo central, pero debo advertirle, entrar en las camaras del genesis es un crimen de clase B castigable—
Bjor-Kel se quito su traje —Ya nadie le importa Kilex, el mundo esta por acabarse— Decia el y salto desde la cima de la torre entrando a una especie de lago donde una especie de algas con fetos de bebe envueltos en capsulas se matenian en un estado de animacion suspendida
Este se sumergio hasta llegar a su nucleo donde vio que todo estaba vinculado a una especie de craneo negro, este lo tomo y miro, y luego salio de ahi y fue recibido por una nave que le apuntaba
—Bjor-Kel, bajo la autoridad del general Zod, entregue el codice—
Bjor-kel miro el vacio mientras la nave le disparo, este salto de la cima de la torre y en el aire su dragon lo sostuvo, y estos comenzaron a alejarse volando mientras eran perseguidos, durante el escape su dragon recibio un mortal disparo y este la acariciaba para intentar calmarla
Al llegar a su casa esta se desplomo en el suelo, en ese momento entro a su casa y con su esposa, el comenzó a cargar el codice justo encima de una cura
—Hallaron un mundo?— Pregunto Bjor-Kel
—Lo hicimos— Respondió mara y su dispositivo comenzó a mostrar información de ese planeta
—Orbitando una estrella amarilla, como dijo que lo haria—
—Una estrella joven, sus celulas absorben la radicación— Le mostro una imagen de un humano promedio —Parece ser una poblacion inteligente—
—Sera un marginado.... Un femomeno— Decia Mara —Lo mataran—
—No... Sera un dios para ellos—
—Pero si la nave no lo logra— Ella se acerco a la cuna donde estaba su bebe acostado —El morira haya afuera... Solo...— Ella cargo a su bebé —Pense que podria pero, ahora no puedo dejarlo ir, Bjor— dijo ella, sus palabras apenas audibles mientras miraba los ojos del recién nacido, esos pequeños ojos que apenas empezaban a descubrir el mundo —No puedo...—
Bjor-Kel, con el rostro endurecido por la determinación, pero con una sombra de tristeza en sus ojos, se acercó lentamente a su esposa. Posó una mano firme pero gentil sobre su hombro
—Si no lo hacemos, él no tendrá un futuro— dijo con suavidad, su voz cargada de un peso insoportable —Jor es nuestra única esperanza... La única esperanza de que lo que somos no desaparezca con este planeta—
Mara lo miró, lágrimas silenciosas corriendo por sus mejillas
—¿Y qué futuro le estamos dando? ¿Ser el último de su especie? ¿Ser adorado por una raza que no es la suya? —preguntó, su voz quebrada por el dolor y la duda —No lo veré crecer, no lo veré reír, no lo veré convertirse en el hombre que está destinado a ser...—
—Lo harás, Mara— insistió Bjor-Kel, sus ojos brillando con convicción —Lo verás a través de los mundos que creará, a través de las vidas que cambiará, Jor será más que el último de su especie, será el primer paso hacia algo nuevo, algo mejor—
En ese momento, la casa se sacudió, un estruendo afuera anunciaba la proximidad de las fuerzas de Zod, Mara abrazó al bebé más fuerte, sintiendo su calor, mientras Bjor-Kel apretaba los controles de la nave, acelerando el proceso de carga
Las luces comenzaron a parpadear, y la pequeña cápsula en la que reposaba su hijo se encendió con una luz suave y cálida
—No hay más tiempo— dijo Bjor-Kel con firmeza, mirando a su esposa —Debemos hacerlo ahora—
Mara vaciló, su cuerpo temblando con la batalla interna ¿Cómo podía despedirse de su hijo? ¿Cómo podía enviarlo lejos, solo, hacia un destino incierto?
La nave ya tenia la capsula de su hijo adentro mientras el se preparaba vistiendo una armadura
De repente, la puerta fue derribada, y Zod, acompañado por sus hombres, entró con furia, sus ojos se posaron inmediatamente en la nave de escape sin saber nada acerca del plan de Bjor-Kel
—¡El Codex!— gritó Zod, avanzando hacia ellos con una mirada de pura determinación —Entrégamelo, Bjor-Kel, y viviras—
—Ya lo has perdido, Zod— respondió Bjor-Kel, colocándose frente a Mara mientras la nave programaba la nave que tenia adentro la capsula de su hijo— No habrá futuro para este planeta, no bajo tu tiranía—
Zod apretó los dientes, avanzando con pasos pesados.
—No permitiré que destruyas lo último de nuestra raza por tu arrogancia ¡Detén el lanzamiento, Mara!— gritó Zod, intentando razonar con ella —Aún podemos salvarlo, pero necesitamos el Codex—
Mara miró a Zod, su mirada desesperada por un segundo, su cuerpo se tensó ¿Podría haber otra forma? ¿Podría confiar en Zod? Pero el brillo de locura en sus ojos la convenció de lo contrario
Se volvió hacia Bjor-Kel, quien asintió
Era el único camino
Con un grito desgarrador, Mara activó el panel de control, y la cápsula que contenía a su hijo comenzó a cerrarse lentamente, Jor-Kel, aún inconsciente de su destino, estaba a punto de ser lanzado hacia el espacio infinito
—¡No!— rugió Zod, lanzándose hacia la nave con furia
Bjor-Kel lo interceptó, y los dos chocaron como titanes en la sala, los golpes resonaban, la furia de Zod desatada con todo su poder, sin embargo, Bjor-Kel peleaba con algo más que fuerza física
Peleaba con el amor de un padre dispuesto a sacrificar todo por su hijo
—No puedes detener esto, Zod— dijo Bjor-Kel entre jadeos mientras se mantenía firme ante el general —Krypton está condenado—
—¿Que has hecho?—
—Tuvimos un hijo Zod, el primer hijo nacido de forma natural—
Zod se detuvo un segundo, sorprendido por las palabras de Bjor-Kel, su rostro endurecido mostró una mezcla de asombro y rabia contenida
—¿Un hijo... nacido de forma natural?— repitió, casi escupiendo las palabras— ¡Eso es una herejía! ¡Una traición a todo lo que somos!— rugió, lanzándose de nuevo hacia Bjor-Kel, pero este lo esquivó con agilidad, golpeándolo con un impacto que lo hizo retroceder
—Es la única esperanza de que nuestra especie sobreviva sin la corrupción del control genético— replicó Bjor-Kel, su voz calmada pero firme mientras sentía el temblor del planeta intensificarse bajo sus pies, la nave ya estaba casi lista para despegar
Zod se enderezó, su rostro deformado por una furia incontrolable, sus ojos brillaban con una mezcla de desesperación y determinación —No dejaré que destruyas todo lo que hemos construido, Kel, no dejaré que un hijo nacido de forma natural... ¡Sea el futuro de nuestra raza!—
De un rápido movimiento, Zod desenfundó una daga que brillaba con un resplandor oscuro, sus ojos fijos en Bjor-Kel, con una mirada cargada de desprecio y traición
—No lo entiendes, Zod— dijo Bjor-Kel, con una voz cargada de tristeza mientras observaba cómo las últimas luces en la sala parpadeaban —No se trata solo de nosotros, nuestro tiempo ha terminado, este niño... es el futuro—
Sin vacilar, Zod se abalanzó hacia Bjor-Kel, y en un arrebato de ira, lo apuñaló en el abdomen. Bjor-Kel gimió, su cuerpo se tensó de dolor, pero no retrocedió, en cambio, su mirada se mantuvo firme, directamente en los ojos de Zod
—Te encontraré...— siseó Zod mientras torcía la daga —Encontraré a tu hijo, y cuando lo haga, destruiré todo lo que representa... —
Bjor-Kel, con el rostro pálido y sudoroso por el dolor, apenas esbozó una sonrisa antes de desplomarse sobre el suelo de su hogar, Mara, que había estado mirando con los ojos llenos de terror, se arrodilló rápidamente a su lado, su rostro contorsionado por el dolor y la tristeza
—No...— sollozó ella, sosteniendo a Bjor-Kel en sus brazos mientras la sangre manchaba el suelo cristalino de la casa, los temblores de Krypton se hicieron más fuertes, el inminente colapso del planeta cada vez más evidente
Zod, jadeando por la furia, miró a la cápsula que contenía al pequeño Jor-Kel, su única obsesión en ese momento, se giró hacia Mara, su voz temblando de ira —¿Dónde lo has enviado? ¡Dime dónde!— gritó
Mara, con lágrimas corriendo por sus mejillas, lo miró directamente a los ojos, su voz rota pero desafiante —Se llama Jor, hijo de Kel, el último hijo de Krypton—
La furia en Zod alcanzó su punto máximo, se giró hacia uno de sus soldados, que apuntaba hacia la nave —¡Destruyan la cápsula antes de que salte al hiperespacio!— ordenó
El soldado ajustó su arma, preparado para disparar, pero justo cuando el cañón de energía estaba a punto de liberar su letal haz, una explosión resonó en la sala, las fuerzas élite de Krypton, al mando de los últimos oficiales leales al Consejo, irrumpieron con velocidad, neutralizando a los hombres de Zod
Uno de ellos bloqueó el disparo que habría destruido la cápsula
Zod, rodeado, lanzó un grito de ira mientras la nave de Jor-Kel se alejaba, perdiéndose en la inmensidad del espacio
Sabía que lo había perdido, con un rugido ensordecedor, intentó resistir, pero las fuerzas élite lo superaron en número
Con Zod y sus hombres sometidos, el Consejo, en uno de sus últimos actos antes de la caída del planeta, decidió condenarlos al exilio en la Zona Fantasma, Zod, furioso e impotente, maldijo a los miembros del Consejo mientras lo llevaban hacia la cámara de confinamiento
—¡Bjor-Kel tenía razón!— gritó, su voz resonando en la sala mientras era arrastrado —Krypton está condenado... y cuando el último de su raza camine entre los mortales, ¡volveré por él! ¡Encontraré a su hijo!—
Sus palabras se desvanecieron cuando fue congelado junto a sus tenientes, y su prisión fue enviada al abismo de la Zona Fantasma, un lugar del que pocos han regresado
Mientras tanto, Mara, aún de rodillas junto al cuerpo sin vida de Bjor-Kel, observó con lágrimas cómo el cielo sobre Krypton se volvía oscuro y fragmentado, el planeta ya no podía soportar la presión de su inminente destrucción
—Adiós, mi hijo...— susurró mientras las primeras explosiones sacudían la superficie, el suelo comenzó a romperse bajo sus pies, y las ciudades de cristal que una vez brillaron con la luz de Rao comenzaron a colapsar
Krypton explotó en un estallido de luz y energía, desapareciendo para siempre en el vacío del espacio, pero la pequeña nave, con Jor-Kel a bordo, ya estaba lejos, viajando hacia un destino desconocido, hacia un mundo donde su legado apenas comenzaba
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¿COMO ESTUVO LA HISTORIA?
¿BUENO O MALO?
¿ENTRETENIDO O ABURRIDO?
Si vas a hacer algo cliché, pienso que aveces debes hacer pensar a los demás que dirección tomara la historia
Porque después de leer esto... Como creen que será
Y el titulo es claro, pero prefiero no hacer la típica de Villano irracional o ser malo por que si o porque esa es su naturaleza
Tampoco olviden que la maldad suele variar del punto de vista al igual que el Bien
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