3. Peter Pan

EXO M — Peter Pan

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Capítulo 3

Tao miraba con incredulidad al chico con camisa de Hello Kitty, parecía que había salido de la imagen en el celular.

—Te lo dije, no mentía—Li Wen alzó las cejas con seriedad en el rostro.

—Espera, ¿no estás grabando para ese programa donde haces bromas a tus amigos, verdad?—Observaba cada esquina del departamento en busca de alguna cámara escondida.

—No.

—Estás frita si aparezco en el siguiente episodio, ¿no ves que estoy desarreglado?—Susurro.

—Te voy a golpear—Cerró los ojos—. En serio, esto es importante.

—¿Qué rayos hiciste para que todo esto pasara?—Señaló a LuHan.

—No sé y no sé qué hacer—Bajo su cabeza.

—Yo te aconsejaría ponerle unos pantalones y una camisa más masculina y... ¡No te me acerques!—Gritó cuando LuHan dio un paso hacia adelante.

—Deja de ser tan miedoso, LuHan es inofensivo—Lo regaño.

—¿Le pusiste nombre?—Coloco sus manos a cada lado de su cintura—Li Wen, no estamos hablando de una mascota—Dijo en un regaño.

—Tonto, él se llamaba así antes de ser ciervo—Rodó los ojos y señaló el celular.

—Príncipe LuHan...—Leyó en la información de la imagen.

El pobre Tao palideció asimilando toda la nueva información, tenía ganas de asomarse por la ventana y buscar al cerdo volador para cerciorarse de que este fuera unos de esos sueños raros que a veces tiene.

—No te quedes así, ayúdame—Li Wen sacudió las manos frente a él.

—¿Cómo? Yo estoy esperando a que el cerdo volador aparezca y despierte.

—ZiTao, por favor, concéntrate—Se cruzó de brazos y miró a LuHan—. No puedo pensar si él no tiene pantalones.

—Espera aquí, iré por algo de ropa a mi departamento—Se dio la vuelta y salió.

—Bueno, ese fue mi amigo Tao. Vive frente a nosotros y supongo que nos ayudará en muchas cosas futuras—Le sonrió a LuHan.

Li Wen se quedó observándolo por un momento, sus finas facciones eran como justo ella imaginaba a los príncipes de los cuentos de hadas que leía de pequeña. Siempre había soñado en conocer a uno de esos príncipes y ahora había uno a su lado.

Sus manos subieron lentamente hasta los hombros de LuHan, ambos se miraron cuando dejo las manos ahí; Li Wen toco suavemente la mejilla de él con su mano derecha, después, sus dos manos acariciaban las mejillas del chico. Ella se había quedado embelesada por la mirada de LuHan.

—¿En serio eres real?—Se acercó más a él.

—Li Wen—Sus labios se entreabrieron cuando dio un paso más cerca de ella.

Ella sonrió cálidamente mientras lo atraía en un abrazo.

—LuHan, no sé exactamente porque terminaste siendo un ciervo o porque volviste a ser un humano frente a mí, pero voy a ayudarte en todo lo que pueda. Lo prometo—Lo abrazo más fuerte.

Li Wen había visto toda esa tristeza en la mirada de LuHan cuando había tocado la cicatriz en su pecho, no podía permitir que aquellos lindos e inocentes ojos se volvieran a inundar con aquel feo sentimiento nuevamente. Por alguna razón, LuHan había llegado a ella y no podía darle la espalda.

Tao volvió con un cambio de ropa, pero ahora se enfrentaban a otro problema.

—Tiene que darse un baño, apesta a establo—Tao tapó su nariz con una mueca de desagrado.

—¿Cómo va a hacer eso?—Se cruzo de brazos—Lo notaste, él no recuerda nada. Es casi como un bebé recién nacido.

—Tú dale el baño—Propuso.

La boca de Li Wen se abrió y cayó hasta el piso, el color rojo se hizo presente en sus mejillas. Tal vez parecía una chica con experiencia en chicos, pero tenía de experimentada lo que Tao tenía de hombre valiente, o sea, nada.

—Pe-Pero va a estar desnudo, yo no puedo verlo así—Dijo tímida.

—¿Qué no hacías eso con el idiota?—Dijo refiriéndose claramente a YiFan.

—¡No!—Gritó. Tao sonrió burlón.

—Bueno, ¿entonces qué hacemos?—Se rasco la cabeza.

—Ayúdame, por favor—Pidió con ojos de cachorro.

—Si tú no lo quieres ver desnudo, ¿qué te hace pensar que yo sí? Olvídalo.

Pensó rápido en una solución, haría un trato justo con el chico ojeroso.

—Si me ayudas con LuHan, te daré el número de aquella modelo que tanto te gusta—Tao la miró interesado.

—¿El de Song Qian?—Pregunto con ojos brillantes.

Li Wen sonrió, ya lo tenía.

—Sí, el de Song Qian—Guiño un ojo.

Song Qian era una famosa modelo y Tao había tenido un flechazo desde que la vio modelar su marca favorita de ropa hace un par de meses. Sabía que ella nunca le haría caso pero era una buena forma de que Tao la ayudara, después se disculparía con él.

—Si es así, no esperemos más y vamos a la ducha a quitarle los millones de años de mal olor al príncipe—Tomó camino al cuarto de baño.

Li Wen bailaba interiormente, con una sonrisa tomo la mano de LuHan para seguir a Tao.

Tao abrió la llave del agua y la tina de baño se comenzó a llenar, miraba entre las cosas de Li Wen buscando lo que iban a necesitar y las acercaba a la orilla de la tina.

—LuHan—Llamo sus atención, él la miró de inmediato—, te vamos a dar un baño. Tao te va a quitar la ropa—Tao se crispó al escuchar eso—y después te tienes que meter a la tina—La señalo—. Yo voy a estar aquí, así que no tienes que tener miedo de nada, ¿está bien?—Le sonrió y LuHan hizo lo mismo.

Cuando la tina se llenó, Tao le vertió un montón de jabón líquido para que la espuma fuera mucha. El momento incómodo se acercó cuando hizo que LuHan levantara las manos para quitarle la camisa, Li Wen se dio media vuelta de inmediato.

—Parece que estamos por grabar una película porno—Tao pronunció lanzando la camisa a la cabeza de Li Wen—, una de esas que les gustan a las chicas de mentes sucias.

—Mentes tan sucias como la tuya—Se quitó la camisa de la cabeza y la dejó sobre el lavabo. Pronto vio su sudadera y la otra camisa a cada lado de ella, el calor subió a sus mejillas al pensar que detrás de ella había un chico desnudo.

—Mira, el príncipe tiene un lunar en...

—No quiero saber, no quiero saber—Lo corto tapando sus oídos.

El ruido del agua cayendo se escuchó y Li Wen volteo tratando de que no se notara su nerviosismo. El agua le llegaba hasta la mitad del pecho y no se veía nada por la espuma, algo bueno para ella.

—Es todo tuyo—Tao lo señaló con la barbilla.

—¿Qué?—No había entendido.

—Le quite la ropa y lo metí a la tina, es tu turno para aplicarle el shampoo y enjabonarlo.

—Tao—Se mordió los labios nerviosamente.

—Ya me sobornaste con el número de teléfono de una súper modelo, deja que me quede con algo de dignidad—Se cruzó de brazos.

Li Wen suspiro, no podía dejar que Tao lo hiciera todo.

—Bien, pero tú le pondrás la ropa—Él asintió.

Se acercó con pasos pequeños a la tina, LuHan jugaba con la espuma.

—Li Wen—Sonrió levantando un poco de espuma en sus manos.

—Te está gustando el baño, ¿verdad?—Tomo la ducha de mano y le mojo el cabello.

—Vaya, esto es tan romántico—Tao hablo casi burlándose—. Vuelvo en un rato, iré a buscar otras cosas que el príncipe pueda necesitar—Los dejó cerrando la puerta.

LuHan seguía entretenido con la espuma, su cabello se había aplastado quedando de largo hasta el puente de su nariz.

—Vas a necesitar un corte de cabello—Abrió su cabello a la mitad para que pudiera ver.

Tomo el bote de shampoo y aplicó un chorrito en la cabeza de LuHan, después comenzó a hacer espuma. Li Wen esperaba que su cabello estuviera áspero pero en realidad era bastante suave, suponía que era por el hecho de que había sido un príncipe y probablemente habían cuidado de cada detalle en él.

Comenzó a jugar con su cabello haciendo divertidos peinados hasta que LuHan se quejó de que le había entrado a los ojos, lo enjuago y quedó libre de shampoo.

Mojo la esponja de baño y le aplico un poco de jabón, después la paso por ambos brazos de LuHan; lavo su cuello, lo poco que se veía de su pecho y de su espalda. Sus piernas sólo las lavo hasta las rodillas, lo demás era territorio prohibido.

—Me pregunto cómo era todo hace... ¡400 años!—Exclamó—Esos son muchos años.

Li Wen no podía imaginarse que el chico en la tina había estado tanto tiempo en la tierra. LuHan había vivido mucho y al mismo tiempo vivido nada.

Repitió las mismas acciones una vez más sobre LuHan y se levanto de sus rodillas para ir por Tao para vestirlo. Le brindo una sonrisa y después dio media vuelta, el sonido de LuHan parándose en la tina la detuvo.

—Lu-LuHan espérame aquí—Dijo sin mirarlo—, yo voy por ¡Ah!—Grito cuando sintió las manos del príncipe en su cintura.

Segundos después, Li Wen estaba toda empapada dentro de la tina, LuHan estaba mirándola muy divertido a su lado. Él tomó la ducha de mano y le roció agua en la cara, después tomó el bote de shampoo y trato de abrirlo pero no pudo.

—No, LuHan. No podemos tomar un baño juntos y...—Detuvo sus palabras cuando las puntas de los pies de él tocaron las suyas por debajo del agua espumosa—Y eso tampoco se hace—Acercó más sus rodillas a su pecho tratando de alejarse de sus pies.

Por supuesto que LuHan no entendía y sólo sonreía divertido ante todo, junto un poco de espuma y la puso sobre la cabeza de Li Wen soltando una pequeña risa.

—Así que quieres jugar, ¿eh?—Lo miro entrecerrando los ojos.

Pronto, Li Wen salpico de agua a LuHan y así, una guerra dentro de la tina comenzó. A la despistada chica se le olvidó toda la timidez que tenía por el desnudo chico al que le salpicaba agua.

—Pasamos de un filme chico y chico a uno romántico de adolescentes precoces—Tao estaba recargado en el lavabo, ninguno se dio cuenta de que había llegado.

La sonrisa de Li Wen se fue, dando lugar nuevamente a la timidez. Se levanto y salió de la tina chorreando agua.

—Voy a cambiarme—Paso al lado de su amigo sin mirarlo y salió del cuarto de baño. Pudo escuchar la risa burlona del moreno cuando cerró la puerta—. Li Wen, tienes que comportarte—Masajeo sus mejillas.

Aunque era un tanto tímida con él, sentía mucha confianza en LuHan. Era algo que no podía explicar y que tampoco entendía, sólo que podía confiar sin miedo en él.

Se quitó las prendas mojadas y se cambió en su ropa de estar, una camisa verde y unos pants grises. Escucho algunos quejidos irritantes de Tao cuando paso por el cuarto de baño, rió. Seguro que era difícil vestir a un ex ciervo.

En la sala, revisó su celular, había un mensaje de su madre diciéndole que mañana tenía que ir a la compañía. Pataleo enojada, no quería saber de la compañía durante un tiempo pero era su trabajo y no podía dejar todo porque sí.

Tao apareció con una mirada de pocos amigos, detrás de él, venía LuHan vistiendo una camisa lila y unos jeans rasgados, sus pies estaban descalzos y su cabello húmedo y alborotado. Sin duda, era una imagen bastante atractiva para Li Wen que lo miro desde la cabeza a los pies sin perder detalle.

—¿Qué?—Tao se sentó a su lado.

—No, nada—Quito la mirada de LuHan—. Es sólo que nunca me había imaginado a un príncipe de la era antigua vistiendo ropa de este siglo.

LuHan se sentó frente a ellos en la alfombra.

—¿Cual es el plan?—Tao la miro.

—¿Plan?—Lo miro también.

—Sí, ¿qué piensas hacer con el príncipe?

—No sé, las cosas son muy recientes—Miro al techo—. ¿Tienes un horario para mañana?

—No, me han dado vacaciones—Se estiró.

—¿Podrías hacerme un favor?—Pregunto amable.

—¿Qué?—Respondió algo irritado.

—Cuida de LuHan mañana, por favor. Tengo que ir a la compañía y no puedo llevarlo conmigo.

—No quiero ser niñera—Movió la cabeza negando—. No creo que le pase algo si se queda aquí.

—Podría incendiarse el lugar o haber un terremoto o una invasión de zombies o extraterrestres. Pueden pasar muchas cosas, por favor, cuídalo por mí—Suplico.

—Bien, tal vez pueda enseñarle una que otra cosa—Sonrió sospechoso.

—Si tienes ese gesto en la cara, me da un poco de miedo dejarlo contigo—Golpeo su hombro.

El estómago de LuHan sonó, Tao y Li Wen lo miraron. Ella recordó que no habían comido nada desde la mañana.

El par de amigos eran bastantes flojos como para hacer de comer, así que optaron por una pizza vegetariana y otra de carnes para Tao. Media hora después, los tres estaban en la mesita de la sala con la boca hecha agua por el delicioso olor.

Tao no espero nada y pronto tomó un pedazo y lo devoró hambrientamente, Li Wen hizo un gesto de desagrado.

—Ten más modales, LuHan sólo aprenderá cosas malas de ti.

—Me encanta la pizza, no me pidas tener modales—Dio un gran mordisco al pedazo, manchando los lados de su boca con salsa.

—LuHan, esto es pizza—Alzó el pedazo frente a él.

—Pizza—Repitió.

—Dale un mordisco—Lo acercó a su boca.

LuHan movió su nariz percibiendo el olor de la pizza, después, dio un mordisco. Sonrió masticando.

La tarde fue pasando, el par de amigos le enseñaban palabras a LuHan y le explicaban el funcionamiento de algunos aparatos como el televisor. El problema vino cuando LuHan tuvo que hacer sus necesidades fisiológicas, Li Wen le debía un gran favor a Tao.

Tao se fue cuando se comenzó a hacer de noche, tenía una pequeña fiesta y no podía perdérsela. Li Wen seguía enseñándole palabras a LuHan, él no mostró ninguna señal de aburrimiento y escucho entretenido cada cosa que ella le decía.

Dieron las once de la noche y LuHan ya se veía con mucho sueño.

—Ya tienes sueño—Sonrió.

Lo llevó a la habitación para huéspedes, el lugar estaba limpio y sólo tendió sábanas nuevas en la cama. Lo ayudó a entrar a la cama y lo arropo, iba a dormir un poco incómodo con aquella ropa.

—Descansa LuHan—Sonrió acariciando su mejilla delicadamente.

El príncipe poco a poco fue cerrando los ojos y quedando dormido, ella se quedó hasta que estuvo segura de que estaba durmiendo. Apago las luces y dejó la puerta abierta.

Tomo un baño y después se preparó para irse a la cama. Pasó un gran rato pensando en lo que había sido todo su día hoy, aún era un poco difícil de creer.

Algunos ruidos provenientes del pasillo se escucharon y ella se levanto de inmediato de la cama, encendió la luz de su habitación y abrió la puerta. LuHan estaba sentando con su cabeza sobre sus rodillas al lado de la puerta.

Li Wen sintió el corazón derretírsele al ver aquello, el pequeño príncipe se veía muy frágil de esa forma.

—¿No puedes dormir?—Le preguntó inclinándose a él. Recibió un gesto asustadizo de su parte.

Li Wen lo tomó de la mano e hizo que se levantara, lo llevo dentro de su habitación y dejo que se sentara en su cama. Corrió las cortinas dejando ver la ciudad y después abrió las puertas de cristal dando acceso al balcón. LuHan se acercó curioso al sentir la brisa entrar a la habitación, salió mirando todo a su alrededor, Li Wen iba a su lado; se acercó al borde y miró hacia abajo, se alejó sintiéndose mareado.

—¿Estás bien?—Lo miro preocupada, él simplemente sonrió—Espera aquí—Lo sentó en el sillón colgante.

Regreso con una sábana y se sentó a su lado colocando la sábana en ambos, el invierno se aproximaba y las noches eran más frías. Ella se comenzó a mecer y LuHan la miró sonriente.

—Me gustaría mucho poder hablar contigo, LuHan, preguntarte acerca de cómo era todo en tu tiempo y el motivo del porqué has pasado cientos de años convertido en un ciervo. Tengo mucha curiosidad acerca de ti—Elevo sus piernas, dejando que el sillón se meciera solo.

LuHan volteo mirándola con el ceño fruncido y después entrelazo su mano con la de ella, Li Wen tomó aquello como un «También me gustaría hablar contigo». Esperaba que algún día pudieran hablar horas y horas.

Esa noche la luna podía verse en lo alto del cielo nocturno, algunas estrellas se apreciaban a su lado. Un cuento infantil vino a su mente.

—Me recuerdas a alguien, ¿sabes a quien?—Lo miro—A Peter Pan.

Cuando era pequeña, su padre le había contado infinidad de veces ese cuento antes de dormir, incluso hubo algunas noches en las que dejaba la ventana abierta para ver si Peter Pan entraba por ahí. Al día siguiente, recibía los regaños de su madre al despertar con gripe.

Peter Pan era un chico que nunca creció, al igual que tú, se quedó de una edad para siempre. Él vive en un país llamado Nunca Jamás junto con los niños perdidos y Campanita y muchos otros seres fantásticos; si quieres llegar a aquella asombrosa isla, tienes ir hasta lo más alto del cielo y dar vuelta en la segunda estrella a la derecha—Señaló a cualquier estrella en el cielo—e ir directo hasta el amanecer.

Así, Li Wen le comenzó a contar la historia del niño rebelde que una noche perdió su sombra y llevo a Wendy y a sus hermanos en una aventura llena de polvo de hadas, piratas y cocodrilos en una isla perdida en el tiempo, donde no había reglas ni responsabilidades y jamás envejecías.

La noche se había tornado más fría haciéndolos entrar, lo dejo quedarse a dormir en su cama. Todo era nuevo para él y probablemente algunas cosas lo asustaban.

Se sentó al otro lado y lo observó dormir antes de apagar las luces, se pregunto si LuHan había dejado a su Wendy en el pasado o si había esperado esos 400 años para encontrarla en esta época y después regresar a Nunca Jamás a ser felices.

¿Qué tal si eso era por lo que había llegado hasta aquí?

Peter Pan, ¿vienes a buscar a Wendy?—Susurro sumergiéndose entre la calidez de la cama.

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