❛03❜
—❛ Capítulo 3: Soy Ace.
Kyomi buscó a sus hermanos por todo el lugar bajo miradas y silbidos por parte de los residentes masculinos del lugar. Ella cierra su abrigo para tapar sus pechos y se coloca el gorro de la misma para intentar ocultarse en la multitud y no llamar la atención.
La gente bebía, bailaba, gritaba e incluso algunos hasta tenian sexo en público. Kyomi hace una mueca al ver tal desastre.
—Pero claro.—Gruñó por lo bajo al ver a sus hermanos.
Sus hermanos estaban en distintos lugares pero ella los reconoció de inmediato.
Isao estaba cerca de la gran piscina con dos mujeres. Kyomi quizo vomitar al ver a su hermano manosear a esas mujeres mientras besaba a una a la vez que la otra devoraba el cuello de éste.
Al mirar en dirección a la barra de tragos Kaori estaba borracho y fumando con una chica sobre su regazo mientras intercambiaba palabras con otro hombre.
No muy lejos de allí estaba Hideki, su mellizo. Kyomi frunce el ceño, si no lo conociera bien dudaría que fuese un chico tímido. En ese momento su hermano estaba bailando muy pegado a una chica mientras cantaba a gritos la cancion que sonaba.
Rodó los ojos y suspiró intentando relajarse, sus hermanos solo estaban teniendo un momento de distracción y no podía recriminarles nada.
—Veo que encontraste a tus hermanos.—Le hablan cerca del oído a Kyomi y ella se estremece.
Chishiya se había acercado y susurrando muy cerca de su cuerpo con la excusa de la musica alta a la pelinegra.
Ella lo ignora y comienza a caminar lejos de todo el bullicio con el Platinado detrás.
—¿¡Puedes decirme que mierda quieres de mi, Chishiya!?—Gruñe ella frenando en seco una vez que se alejaron de todo el ruido, las luces y de las personas semidesnudas.
Chishiya abre la boca para hablar pero una voz detrás de él lo interrumpe. Una chica de bikini azul con rastas y un cigarrillo apagado en su boca aparece.
—Hey, te estaba buscando...—Exclama mientras poco a poco baja la velocidad a su caminata y se pone al lado de Chishiya.— Oh, hola.—La Chica sonrie amablemente en dirección a Kyomi—Soy Kuina ¿Y tú?
—Soy Ace (Eis)—Responde Kyomi.
Por alguna extraña razón le había gustado aquel apodo que inconcientemente le dio el sombrerero.
Ella era la chica de las cartas de As ¿Por que no tener un apodo?
—¿Ace?—Preguntan las mismo tiempo ambos. Chishiya levanta una ceja y Kuina sonrie.
—Muy cool, chica Ace.—Añade la chica de rastas y luego mira a Chishiya.— No te interrumpiria pero esto es importante y necesito que vengas conmigo.
Kyomi ni siquiera dijo algo, solo volteó y comenzó a caminar lejos de ellos.
No sabía muy bien a donde iba pero quería salir de ese lugar. Se sentía frustrada sin saber realmente el por qué.
De inmediato caminó hasta donde estaba el sombrerero, quien estaba en el balcón con una bebida en mano. Si dirigió rápidamente a las escaleras y subió hasta el segundo piso, pero para mala suerte de ella Niragi se interpuso en su camino en el pasillo.
—¿Que haces tan cubierta? Moriría por verte en Bikini.—Exclama mirandola de arriba a abajo mientras relamia lentamente sus labios mostrando a la vez el piercing que tenía.
—Entonces muérete.—Exclama fríamente Kyomi y lo rodea para seguir caminando.
Niragi no la dejó ir. Tomó con fuerza de su brazo pero Kyomi sacó a la luz sus dotes militares, en solo tres movimientos logró no sólo inmovilizar a Niragi si no que a su vez le robó su arma y le apuntó.
—Vuelves a tocarme y no dudaré en dispararte.—Gruñé de muy mal humor la pelinegra y le arroja nuevamente el arma a Niragi quien lo atrapa en el aire totalmente anonadado.
Por primera vez él no dijo nada y solo se quedó observando como la chica se alejaba lentamente. Miró a su al rededor y se aseguró de que nadie allá notado la humillación que había sufrido recientemente para luego irse en el sentido contrario de la pelinegra.
Kyomi siguió caminando hasta el sombrerero y le toca el hombro para llamar su atención.
—Sombrerero..—Susurra y él voltea a verle con una gran sonrisa.
—¡Mi As bajo la manga!—Ríe él notablemente afectado por el alcohol.—Dime pequeña que puedo hacer por ti.
—Necesito un vehículo, saldré.—Le susurra.
—Oh sí claro por supuesto.
Chasquea sus dedos en una dirección y un señor de lentes se acerca, le susurra un par de cosas para luego retirarse. El sombrero vuelve a mirar a Kyomi y pasa su brazo por los hombros de la más baja.
—¿No te gusta la playa? ¿Te irás?—Pregunta y luego le da un sorbo a su bebida.—¡La noche apenas comienza!
Kyomi no responde mientras ve de reojo a todas las personas que se encontraban en el lugar, saltando y bailando al igual que todos.
El hombre de lentes vuelve nuevamente y le entrega unas llaves al sombrerero que termina en manos de Kyomi.
Pero antes de que ella pudiese tomarlas el sombrerero se las quita.
—48 horas, bonita.—Le guiña un ojo y vuelve a dejar las llaves en la palma de la mano de Kyomi.
Sin decir nada ella toma las llaves y se aleja del lugar hasta poco tiempo después encontrar la salida.
El viento azota su rostro haciendo que cabello dance con la brisa. Toma aire inhalando fuertemente y luego exhala lentamente sintiéndose un poco más libre.
Su mirada va a la llave y al hacer "click" Uno de los autos suena indicando que ese sería su vehículo; Un descapotable negro en casi perfecto estado.
Kyomi manejó hasta su antiguo refugio, el centro comercial parecía irónicamente ahora un mejor lugar para estar. Estaciona el auto sin problemas en un lugar oculto aunque por supuesto a diferencia de la playa el lugar estaba casi completamente oscuro, solo la luz de la Luna lo iluminaba.
Dentro de la guantera del auto encontró una pequeña linterna, lo sacudió y revisó si éste poseía las pilas necesarias para encenderla; efectivamente las tenía. Lo encendió y utilizó el objeto para entrar al gran lugar.
Le dolía la cabeza por todas las emociones que estaba experimentando en ese momento.
Sus hermanos, la playa, las cartas, los Juegos, este mundo, la soledad que sentía y luego estaba Chisiya quien mágicamente también estaba justo en este lugar.
Pérdida en sus pensamientos de repente se sobresalta cuando escucha pasos y voces. Rápidamente se esconde detrás de un mostrador y apagó su linterna para que ésta no la delatase.
—Yo...crei ver una luz.—Se escucha como eco en algún lugar.
—Ya estas imaginando cosas Arisu.—Ríe alguien a lo lejos.—Sigamos buscando, debemos encontrar algún calmante para Chota, estoy seguro de que debe haber alguna farmacia en este maldito lugar.
Cuando los pasos y las voces se alejaron ella suspiró mientras poco a poco salía de su escondite. Estuvo dispuesta a irse pero algo en su interior le decía que investigue quienes eran esos chicos.
—No, me arriesgo demasiado.—Susurra negando a realizar la propuesta de su mente sin embargo cuando se dio cuenta ya estaba siguiendo a aquellos chicos.
Su curiosidad había ganado.
—Sería una patética forma de morir.—Se susurra para ella misma.
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