❛01❜
❛―Capitulo 1: Hermanos:
Los brazos y el cuerpo de Kyomi aún quemaban luego
de su primer juego en borderland;
♠ Un As de picas.
>>Las inscripciones al juego están cerradas.
>>Número de jugadores: treinta
>>Dificultad: As de Picas.
Un juego que parecía, en primera instancia, algo sencillo, los gritos de alegría y satisfacción por los 29 participantes no se hizo esperar.
Kyomi no entendió en un principio el por qué del festejo, aun seguía confundida. ¿Que era este lugar? ¿Que eran estos juego? Pero sobre todo su preocupación era mayor por algo más importante;
¿Donde estaban sus hermanos?
Condición para superar el juego: "Aferrarse"
Jugadores acercarse a la arena de juego
<<Un minuto para iniciar>>
Un gran tubo metálico desciende del techo cuando todos se acercaron a la arena de juego. Las puertas detrás de los jugadores se cerraron dejando a todos dentro y sin salida.
Sostenerse de un tubo durante un tiempo determinado no parecía difícil, ni la altura que no superaba los seis metros ni la piscina de ácido bajo los jugadores era lo que lo hacía difícil, tampoco el hecho de que cada cierto tiempo las vallas se electrificaban y los jugadores debía rotar si querían evitar ser electrocutados, el tiempo.
Simplemente el tiempo fue la perdición.
A los creadores les había parecido interesante colocar el tiempo de 90 minutos para que el juego finalice.
Uno por uno fueron cayendo, incluso algunos intentaban aferrarse a otros jugadores para evitar caer y ambos terminaban en la piscina de ácido. Para cuando el temporizador llegó a 0, cinco de los treinta participantes lograron "aferrarse a la vida" y Kyomi fue una de ellas.
Recordó aquellos 90 minutos en donde sufrió como en ningún otro juego, fue el más difícil hasta ahora. Los Juegos físicos no eran su fuerte pero sin duda luego de superar éste le dio ánimos a que podría enfrentar cualquier cosa.
Para su tercer juego, un cuatro de trébol, entendió aún más las cosas de ese mundo y aprendió cosas de si misma.
1. Tenía una visa y los Juegos indicaban cuantos días de vida le quedaban. Si quería seguir viviendo debía seguir jugando pero claro, en esos Juegos también podía morir.
2. Las cartas tenían significado, los símbolos indicaban de que se trataría y el número la dificultad. Si sobrevivía ese número se convertía en días de "vida"
3. Los Juegos de As eran extraños, no solían aparecer y cartas de doble filo. Sus Juegos eran difíciles pero al finalizar la cantidad de jugadores vivos determinaba los días en su visa.
4. No confiar en nadie ni hacer a cualquiera merecedor de su ayuda. Cuando intentó confiar en alguien éste casi la mata, desde entonces aprendió a trabajar por su cuenta, incluso si el juego era en equipo.
Para su cuarto juego podía considerarse una experta, había conocido cada juego de cada signo y supo que debía hacer en cada uno de ellos saliendo casi ilesa de ellos. Sus conocimientos en el mundo real la llevó a ser una mujer sumamente brillante.
Su madre, quien era una reconocida doctora especializada en neurocirugía más famosa del mundo le había enseñado la bella profesion de un médico y su padre era un militar de alto rango quien la entrenó a ella y a sus tres hermanos, adquiriendo no sólo fuerza física si no tambien una inteligencia que pocos logran tener a esa edad.
La vida de Kyomi había sido intensa desde que aprendió a caminar.
Muchos días después, aunque ni siquiera sabia cuanto tiempo había pasado en realidad, ella no había dejado de buscar a sus hermanos, esperando fuera de cada juego cada vez que podía, deseando encontrarlos.
¿Y si murieron?—Pensó.
Negó de inmediato, sus hermanos eran demasiado listos y si ella pudo, ellos podían. Pero entonces...
¿Donde estaban?
Ahora estaba fuera de un edificio esperando impacientemente que éste terminara.
Quizás una hora más tarde personas comenzaron a salir, algunos estaban muy lastimados y otros los ayudaban. Labios rotos, piernas ensangrentadas, heridas profundas en brazos y abdomen, pero entre la multitud que salía ella buscó casi desesperanzada, otro juego en donde no estaban.
Suspiró y negó dispuesta a irse pero frenó en seco quedando helada cuando dijeron su nombre.
—¿Kyomi?—Se escuchó detrás de ella y de inmediato reconoció su voz.
Pensando que su cabeza le jugó una mala broma nuevamente caminó, pero dos pasos después su nombre se escuchó otra vez, era otra voz que igual reconocía perfectamente.
Lentamente volteó y sus ojos se llenaron de lágrimas
—¡HIDEKI!—Gritó cuano vio a sus hermanos. Los tres se sostenian entre sí para no caer.—¡ISAO! ¡KAORI!
Sin importar cuan lastimados se veían sus hermanos su emoción era más grande y los cuatro se abrazaron con fuerza cuando la pelinegra corrió y se lanzó sobre ellos. Kyomi se permitió sollozar de alegría, su búsqueda había terminado, se había reencontrado con sus hermanos.
—Mierda, enana, Quitate.—Gimoteó de dolor Isao apartando a su hermana y se llevó la mano al costado de su vientre.
Kyomi no tardó en percatarse de las heridas de sus hermanos y rápidamente los guió hasta su "refugio".
Un centro comercial no muy lejos de allí.
—Los estuve buscando desde que llegué—Susurró mientras curaba las heridas de sus hermanos.
Los tres estaban recostados mientras se recuperaban de aquel juego, un siete de picas que le costó la vida a muchos sin embargo lo más importante para ella estaban vivos y gimoteando como bebés por sus heridas.
—Estuvimos buscandote también.—Susurró Isao vendando su muñeca.
—¿Cuantos juegos? ¿Cuantos días?—Preguntó duramente Kaori mirando fijamente a su hermana.
—Cinco juegos, cuatro días quizás.—Respondió natural.
—Te arriesgaste demasiado, Ky.—Reprochó Hideki negando.—¿Que cartas conseguiste?
Kyomi levantó la vista encontrandose con la vista de sus hermanos puesta en ella.
¿Por qué tenían interés en sus cartas?
Ella ladea la cabeza y se levanta hasta tomar una mochila que estaba oculta en un estante. El primer día había sido la primera en tomar la Carta, algo le decía que eran importantes y debía tomarlas.
Abrió la mochila y tomó una pequeña caja de donde sacó cinco cartas; El As de picas, cuatro de corazones, tres de trébol, tres de picas, As de diamante.
Se las entregó a Isao y sus hermanos se miraron entre ellos.
—Te tocaron las fáciles.—Exclamó con alivio Hideki y su hermana frunció el ceño.
—¿Faciles? ¿Eso crees?—El comentario de su hermano la había molestado.—Los más difíciles hasta ahora fueron los Aces.—Responde arrebatándole las cartas a su hermano.— No saben por lo que he pasado.
Sus hermanos miran a Kyomi asombrados.
—Crei que los Juegos de As eran los más fáciles...—Frunce el ceño Kaori
—Son los peores hasta ahora y para mí desgracia fue el primero que jugué.—Kyomi hace una mueca recordando como sus músculos quemaron.
Tardó un día entero en recuperarse quedando sumamente débil, apenas si podía moverse y se desmayó en plena calle. Cuando tomó consciencia nuevamente logró llegar al centro comercial, si el juego estuvo a punto de matarla dentro de la arena sin duda fuera de él también.
—¿Ustedes donde estaban?—Preguntó esta vez mientras buscaba entre sus cosas la comida enlatada que tenía preparada y la repartió entre sus hermanos.
Rápidamente comenzaron a comer como bestias y su hermana hizo una mueca.
—Cerdos.—Murmuró rodando los ojos.
—En la playa.—Exclamó Hideki con la boca llena.—El tío Aguni también está aquí.
—¿Qué?—Los ojos de la pelinegra se abrió.— No te creo...
—Lo encontramos en un juego de tréboles.—Afirmó Kaori asintiendo con la cabeza.— Nos llevó con él y formamos parte de su ejército de militares.
—Crei que odiaban eso. Digo, fue la razón por la que papá...
—Fue necesario.—Respondió secamente Isao.— Aquí no tenemos opción.
La habitación quedó en silencio y su hermana no insistió en el tema, sabía que su padre era una herida aún abierta.
—Iremos con el sombrero, aun tienes días en tu visado. Estoy seguro que te recibirán muy bien.— Exclamó ahora Hideki y movió la cabeza ligeramente en dirección a la caja de cartas.
—Iré, pero cuando tenga que volver a jugar no irán conmigo, no están en condiciones y les llevará al menos cinco días más recuperarse, sus heridas son profundas, lo suficiente para morir desangrados.— Se apresuró a decir Kyomi y cuando sus hermanos iban a reprocharle les lanzó una mirada.— Me estorbarian más de lo que me ayudarían, si es un juego físico no podrán superarlo. Sus heridas se reabriran y no será el juego quien los mate, serán ustedes mismos.
Sus hermanos sabían que discutir con su hermanita menor era algo que tenían perdido. Ella tenía mucho poder sobre ellos y ellos lo aceptaban sin oponerse.
Poco tiempo después se acomodaron y no tardaron en caer rendidos, los cuatro se durmieron en menos de un minuto.
Kyomi al fin puedo descansar, ahora estaba con sus hermanos.
▪️▪️
-Bienvenida a la playa.-Se burla Isao abriéndole la puerta del descapotable a su hermana.
Kyomi sale del auto observando el lugar con el ceño fruncido.
—Pero esto no es una playa..
—Que observadora eres, hermanita.—Se burla ahora Hideki y recibe un golpe de su melliza.—Mierda, era una broma.—Gimotea sobando su cabeza donde había recibido el golpe.
Sus otros dos hermanos rieron ante la escena y guiaron a su hermana por los pasillos del hotel. Recibieron muchas miradas sobre ellos, pero sobre todo en ella.
Kyomi admitió internamente que si le gustó aquella atención.
Las puertas se abrieron y todas las miradas se voltearon en dirección a los cuatro hermanos que ingresaban a la gran sala.
—¡Sean bienvenidos!—Exclama el hombre de cabello largo y lentes negro.—Ah...por lo visto tenemos una nueva integrante.—Su sonrisa ahora es dirigida a Kyomi.
Mierda, ¿Que es éste lugar?—Pensó la pelinegra.
Kyomi miró a su al rededor, solamente dos chicas estaban en la Sala con él y una de ellas también llevaba lentes oscuros.
De repente las puertas nuevamente se abren dejando ver al grupo de representantes del sombrerero.
—Pero que tenemos aquí...—Exclama Niragi con una sonrisa que estremeció a Kyomi.
Sin embargo no presentó atención a él, si no que a su lado estaba su tío Aguni.
—Tío.-Exclama ella confundida y se separa de sus hermanos.
Rápidamente Aguni se tensa al ver a su sobrina allí en la playa pero no cambia su expresión y cuando la pequeña lo abraza él se queda en su lugar aún sorprendido internamente.
—¡Vaya! Que sorpresa ¿Tio?—El sombrerero aplaude con una sonrisa.— Será una charla interesante.
Kyomi se aparta de Aguni y mira una vez más alrededor. Inevitablemente alguien dentro de aquella habitación llamó su atención sobre todo los demás; un chico de cabello platinado observandola.
No descifró sus pensamientos, su expresión era neutra y cuando sus ojos se conectaron él sonrió ligeramente de forma burlona alzando una ceja cuando Kyomi aún no apartaba los ojos de él.
Ella lo conocía o eso sentía pero su cabeza no lograba conectar ninguna imagen porque debía de admitir que la inspección del chico sobre ella la puso nerviosa aunque claro, intentó no demostrarlo.
—Ellos se quedan.—Exclamó Aguni haciendo que ella y el platinado perdieras contacto visual.—Serán parte de la reunión en este momento.
—No estas en posición de dar órdenes.-Se ríe el sombrerero y Aguni evita gruñir—Sin embargo...—Señala a Kyomi—Ella puede quedarse, algo me dice que tiene potencial.
Los tres hermanos gruñen cuando el sombrerero dijo aquello pero su hermana los mira y asiente con la cabeza.
Ellos la observan sin decir nada y se retiran de la Sala.
—Ya sabemos quien manda—Susurra el chico de pelo platinado haciendo que Kyomi sonría ligeramente por el comentario.
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