xiv.
capitulo catorce,
MAGIA NEGRA
ARTEMIS NO ERA UNA DE LAS PERSONAS QUE TENÍA UN DIARIO. Le parecía ridículo; ¿Cuál fue el punto de escribir todo lo que hiciste ese día en un diario? ¿Acaso no tenían gun amigo como para contarle su día en lugar de escribirlo? Porque aunque vivía en un mundo lleno de magia, Artemis sabía que un diario no podía convertirse en un amigo.
La chica nunca había tenido amigos antes de llegar a Hogwarts y, a decir verdad, no tenía intención de hacer ninguno. Pero ahora estaba agradecida de que Draco hubiera insistido.
El regalo que Draco le había dado por su cumpleaños estaba escondido debajo de su cama, porque tenía miedo de que Aquiles se enterara. Si su hermano se enteraba, sólo le causaría problemas.
Ese año, Aquiles había decidido que Artemis no tomaría el Expreso de Hogwarts, como normalmente hacían los estudiantes. Artemis había adivinado rápidamente que su hermano no quería que ella estuviera con chicos en el tren (algo que no había planeado hacer) y que por eso iba a tomarse el tiempo para acompañarla directamente a Hogsmeade.
Recostándose en su cama, Artemis decidió que iba a empezar a escribir en el diario que Draco le había dado.
La muchacha se apresuró a cerrar la puerta. Aquiles estaba tomando una siesta en un sillón de la sala, pero Artemis no quería que se enterara de lo que hacia. Tomo un simple bolígrafo de su mesita de noche y finalmente sacó el diario de debajo de su cama, para comenzar a escribir.
Para comprar:
• Libros relacionados con problemas familiares (¿es normal el comportamiento de Aquiles?)
• El libro de hechizos y encantamientos (nivel 5)
•06/05 (Cumpleaños de
Artemis dejó de escribir cuando notó que las palabras comenzaban a desaparecer. Frunciendo el ceño, dejó el bolígrafo y pasó la página con curiosidad. Cuando volvió a la primera página, encontró una frase escrita con una letra diferente a la suya.
¿Cómo llegó mi diario a tus manos?
La primera reacción de Artemis fue cerrar inmediatamente el diario y tirarlo.
Eso obviamente, no era sólo un cuaderno.
Pero la curiosidad se apoderó de ella y volvió a abrir el diario para encontrar la primera pagina en blanco.
Curiosa, Artemis tomó nuevamente su bolígrafo y escribió:
¿Este cuaderno contiene magia negra?
Las palabras permanecieron en la página durante unos segundos antes de desaparecer para mostrar la respuesta.
¿Cómo te llamas?
Artemis.
Hola Artemis. Mi nombre es Tom Riddle.
¿Existe la magia negra o no?
¿Tienes miedo de la magia oscura, Artemis?
Ella lo pensó por un momento. La realidad era que, cada vez que iba a casa de su tío, siempre se topaba con un libro relacionado con la magia negra. Y su hermano Aquiles también conocía algunos hechizos que no consideraba particularmente horribles.
La magia oscura está mal vista en el mundo mágico.
Pero nadie lo prohibe realmente, Artemis. Lo importante es saber cuándo usarlo. ¿Sabías que se anima a los aurores a utilizar magia oscura en tiempos de guerra?
Por supuesto que Artemis lo sabía. Ésta fue una de las razones por las que Aquiles conocía esta magia.
¿Eras un auror?
No, a pesar de que tenía notas suficientemente buenas para convertirme en uno. ¿Y tú, Artemis?
No es asunto tuyo.
Con un repentino dolor de cabeza, Artemis decidió cerrar el diario y esconderlo debajo de su cama hasta llegar a Hogwarts. Allí se lo devolvería a Draco.
. . .
PARA SATISFACCIÓN DE ARTEMIS, cuando llegó al castillo prácticamente no había gente allí, excepto los pocos otros estudiantes cuyos padres también habían dejado a sus hijos directamente en Hogsmeade.
Artemis se tomó su tiempo para elegir un libro y dirigirse al Gran Comedor para sentarse en su asiento favorito.
Los estudiantes que habían tomado el tren llegaron bastante rápido. Artemis sólo levantó la vista para saludar a Draco cuando este gritó su nombre desde la mesa de Slytherin.
Artemis miró a la nerviosa Hermione Granger mientras se sentaba a su lado.
—Hola Artemis —dijo después de un momento— ¿No viste a Harry o a Ron por casualidad?
Ella levantó la vista de su libro para mirar a Hermione, con una ceja levantada.
—No.
—No los vi en el tren y...
—¿Parezco alguien a quien le interesa lo que dices? —preguntó, mirando directamente a los ojos de Hermione, lo que la hizo rápidamente apartar la mirada.
La ceremonia de clasificación había sido muy parecido a la del año anterior. Artemis no se molestó en aplaudir a los nuevos estudiantes de Gryffindor ni en intentar entablar una conversación con ninguno sino que decidió disfrutar de la comida en silencio.
Una vez que terminaron la cena y el discurso de bienvenida de Dumbledore, Artemis se levantó para seguir a los estudiantes de Gryffindor a su sala común.
Pero Draco la tomó del brazo y la alejó de ellos.
—Ahora no —refunfuñó Artemis, separándose de él— No voy a saber la contraseña y no quiero tener que pedírsela a nadie.
—¿Ni siquiera tienes un minuto para saludarme? —preguntó el rubio, sonriendo.
—No.
Artemis se unió a Hermione Granger quien fue la última en abandonar el Gran Comedor, obviamente todavía buscando a sus amigos.
Pero ella no tuvo que buscar mucho, porque una vez que llegaron al retrato de la Dama Gorda, vieron a Potter y Weasley parados nerviosamente frente al cuadro.
—¡Ah, ahí estás! ¿Dónde has estado? La gente dice cosas ridículas sobre ustedes... Cómo que los van a expulsar por tener un accidente con un coche volador.
Artemis levantó una ceja mientras esperaba que alguien finalmente dijera la contraseña. Había estado tan concentrada en su libro que nunca había oído hablar de un coche volador.
—No fuimos expulsados —aseguró Harry antes de girarse hacia Artemis— Hola Arty.
—¿Pero no..? —comenzo Hermione.
—Olvídate de las lecciones morales —dijo Ron con impaciencia— y danos la contraseña.
Hermione dio la contraseña y Artemis los ignoró desde el momento en que se abrió el retrato de la dama gorda. Empujó a Harry ligeramente para que pasara.
—¡Oye, mini Snape! —gritó uno de los gemelos.
Pero Artemis lo esquivó y subió las escaleras a su dormitorio.
—Si no tienes nada interesante que decir, cállate.
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top