Capítulo 4
La alarma de mi teléfono me despierta de golpe, me asusta y me hace moverme fuerte sobre las sábanas de mi cama, tomo el teléfono y me indica que son las 7:30 de la mañana, quitó la alarma y suelto el teléfono por algún lugar entre las colchas.
He llegado a las casi 4 de la madrugada, por lo que muy apenas he dormido menos de 3 horas, cierro los ojos y me hundo en mi almohada, pero el recuerdo de cierto chico castaño con cuerpo de ensueño y besos que matan me abordan.
Jamás había tenido una clase de choque eléctrico dentro de mí hasta que lo conocí, y ayer cuando me besó, una parte de mi cambió. Una parte de mi me hizo sentir cosas que jamás había sentido, cosas que todos han experimentado, menos yo por supuesto.
En mi adolescencia y plena época donde todo mundo tiene novios en la preparatoria y nos dan platicas en alguna clase de biología sobre la reproducción sexual, el tema era bastante tabú, y aunque hoy en día eso ha ido cambiando, hace unos años seguía siendo motivos de burlas o simplemente que te daba vergüenza.
Recuerdo la primera vez que nos dieron condones en segundo grado de preparatoria y a su vez una lección de como colocarlos, el resto del día fue una constante lucha entre los chicos que bromeaban sobre si queríamos aprender con ellos y la constante demostración de valentía por aquellas chicas que ya eran expertas en el tema.
Y al final entraba yo, una simple y si nada de gracia chica que no era más que la callada del salón, que después de ser casi obligada por la maestra a pasar frente a la clase par colocar un condón a un maldito dildo de silicón, ya no fue la misma.
A partir de aquella época mi vida fue más retraída de lo normal, me la pasaba horas y horas en mi estudio plasmando mis sentimientos en una pintura, en un dibujo, en un boceto. Le dedicaba mi tiempo completo a estudiar sobre el arte que ha existido en el mundo y como a través de el puedes crear un lenguaje que aunque solo tu entiendas, lo sientes como liberación emocional.
Por el contrario de mi amiga Molly quien me contaba sus experiencias sexuales con su ex novio Matt, traté de escucharla y quizás aprender algo de lo que me dice, ella bien sabe que yo jamás he sido capaz de estar con alguien, aunque alguna vez lo intente con mi último novio Brad, no salió nada bien, ni siquiera fui capaz de dejar que me quitará la blusa, por lo que renuncie a la posibilidad de tener mi primera vez con él.
Solté un suspiro entre mis colchas y decidí levantarme, ya el poco sueño que había conciliado se había esfumado, por lo que me quité la colcha de encima y me levanté.
Caminé al baño y me di una ducha, me observé al espejo después de salir, la piel pálida y con algunas zonas rojizas, mis pestañas cortas sin ser capaces de levantarse por si solas y darme algo de estética a la cara, mis labios comunes, mi cabello alocado y sin control que me da momentos de estrés cuando no se pone de acuerdo con mi mente para estar quieto, y observo una vez más mis labios.
Mis labios que ayer fueron abordados por otros, unos labios que me robaron la tranquilidad con la que vivía el día a día, esos labios que me hicieron flotar sobre el suelo y al alejarse me dejaron caer sin aviso.
De tan solo recordarlos se me eriza la piel, siento cosquillas en mi interior, me estremezco y sacudo la cabeza alejando esos pensamientos, que no son normales en mi.
Me he decidido de vestir un pantalón tipo formal negro, una blusa corta de líneas horizontales negras con fondo blanco, me coloco encima un saco largo color gris y por último me coloco mis converse blancos, me hago un moño en el cabello y me he maquillado muy apenas, no soy fan del maquillaje glamuroso, me es bastante complicado, a pesar de que soy experta con la pintura acrílica. Me río de mis pensamientos.
Salgo de la habitación lista, y el olor a huevos y salchicha me hace rugir de hambre, camino a la cocina y ya están los pequeños en la mesa comiendo mientras Sophie mueve algo en el sartén.
—Buen día mis niños bellos —Me acerco a ellos y les remuevo el cabello, se quejan y manotean.
—Buen día -Dice Hal y después Christopher.
—Hola querida, ¿Quieres que te separe un plato? —Me pregunta Sophie, me acerco a ella.
—No gracias, me llevaré una manzana, tengo una entrega en 2 horas y es en Enfield, ya voy tarde —Le digo mientras la saludo de beso, Sophie ha sido una excelente esposa y madrastra para mí, básicamente nos tratamos como amigas y me encanta.
—¡Genial! ¿Qué piezas te vas a llevar? —Me pregunta y me dirijo a tomar una manzana del frutero.
—¡Me han pedido tres! ¿Puedes creerlo? Saturno, Victoria y Culpable —Suelo ponerle como nombre a mis pinturas alguna palabra que las identifique, una característica de la pieza.
—¡Excelente! Anda que llegas tarde y como siempre, mucha suerte —Me despido de nuevo de ella y después de los niños, me robo un trozo de salchicha del plato de Hal y se queda mientras Christopher se burla.
Camino de nuevo a mi habitación, tomo mi bolso y meto mi cartera, mi bolso neceser y un par de cosas más, como un pequeño cuaderno, una pluma, un gel antibacterial, dejo ahí el gafete de acceso al estacionamiento a mi universidad y por último agarro el teléfono de mi peinador, veo la pantalla y observo una notificación de mensaje, es de Tom.
Suspiro y su recuerdo de la noche me hace perder valiosos segundos, que diablos tiene el que me hace navegar y perderme en mi mente, en definitiva me provoca.
Sacudo la cabeza alejándolo una vez más de mi mente, lanzo el celular dentro de mi bolso negro y me encamino ahora a mi estudio, entre las más de 20 pinturas que tengo bien protegidas con papel saco las que estoy por entregar.Básicamente mis ingreso son gracias a las pinturas que vendo en línea, y voy yo personalmente a entregarlas.
Tomo las piezas con un poco de dificultad ya que son tres, salgo del estudio y en eso mi papá se acerca.
—Gracias —Le digo una vez que me ayuda a cerrar la puerta del estudio y me quita dos pinturas.
—De nada, ¿Cómo te fue en la fiesta? —Me pregunta. Inmediatamente siento como si una sensación de vacío se extendiera por mi estómago, y no precisamente por el hambre. Bajamos las escaleras.
—Bastante bien, me la he pasado bien —Se que no se va a tragar lo que digo, pero estoy tratando todo lo posible por no hacerle saber que es mentira. Lamentablemente estoy con un actor así que, en eso de actuar, él siempre lleva las de ganar.
—Mmmhhh que bien... —Me aclaré la garganta, quiero huir de una vez antes de que se me salga algo que me incrimine, atravesé a paso rápido la estancia y salí al exterior de la casa, camine a la cochera y quite los seguros del auto, papá venía detrás de mí con las dos pinturas, abrí la cajuela/maletero y metí la que traía, después metió las otras dos y antes de que cerrará la puerta me detuvo. —¿Estás bien ____? —Lo observé, papá tiene un don para saber si estoy bien o mal, y siempre que me pregunta cuando no estoy bien me quiebro ante él, dependiendo la situación. Pero hoy es un día en el que me toca mentir.
—Si, bastante bien papá... —Sonrío, ojalá se lo crea. —Ya voy tarde para Enfield así que, mejor me doy prisa. —Cierro la cajuela/maletero.
—Conduce con cuidado, te quiero —Le sonrío, camino para subirme al auto y entro, bajo la ventana y enciendo el coche.
—Yo igual papá —Le guiño un ojo y me dispongo a salir rápidamente, deseo que el tráfico desaparezca mágicamente cuando me incorpore a la carretera.
El camino a Enfield pasa afortunadamente rápido, llegó al destino con 20 minutos de sobra, por lo que decido pasar a una pequeña cafetería que se ha cruzado en mi camino. Me estaciono frente a ella para quizás comprar un batido o algo para llenar mi estómago, la manzana no fue suficiente.
Entro al lugar, que está bastante tranquilo y con música muy relajante, camino hasta donde está una chica rubia de estatura mediana detrás del mostrador, me dedica una sonrisa y me pregunta que deseo, me he decidido por un batido de frutos rojos con leche deslactosada y una galleta de avena.
Tomo asiento en una mesita frente a la ventana, colocó mi bolso en el perchero a mi derecha y saco mi celular, estoy a buena hora aún.Observó el mensaje que tengo de Tom, me armo de valor y lo abro.
Tom:
"Perdóname si te he incomodado"
"Me gustaría saber más de ti, solo si tú quieres por supuesto... "
"¿Te apetece ir a cenar el día de hoy?"
Suspiré leyendo cada una de las palabras, de nuevo el recuerdo de sus labios en los míos y el calor interno que me ocasionaron vienen a mi mente. Pareciera que sucede de nuevo y siento como la temperatura de mi cuerpo se eleva.
Gracias a Dios llega mi batido de frutos rojos frío y mi galleta, agradezco el servicio y le doy un gran sorbo, el líquido helado atraviesa mi garganta apaciguando el calor. ¿Será totalmente prudente seguir viéndome o hablando con Holland? No lo sé, pero en realidad si quiero, quiero verlo, quiero tenerlo cerca, y no se por que.
Yo:
Bien, te parece a las 7? En dónde te veo?
Envío el mensaje y bloqueo el teléfono, los nervios se apoderan de mi, muevo insistente mis pies sobre el piso y doy un mordisco a mi galleta observando fijamente mi celular por si suena, y me doy cuenta que me estoy comportando como una adolescente hormonal cuando el chico popular de la escuela le habla.
Ridícula.
Después de terminar mi batido y mi galleta de avena deliciosa por cierto, he pagado la cuenta y salgo, ahora ya voy tarde, gracias a mi distracción con nombre y apellido que me ha hecho perder el sentido del tiempo.
Finalizo la compra de las pinturas con éxito, agradezco mucho el interés de mi comprador para futuras piezas y me marcho del lugar, el comprador es una señora de aproximadamente unos 65 años que ha comprado las piezas para su casa, le encanta el arte que no es famoso, según él es el mejor.
Camino a casa de nuevo al rededor de las 10:30 a.m recibo un segundo mensaje de Tom, no puedo verlo ya que voy manejando en carretera, así que al entrar ya a una zona más urbana y con semáforos, en el primer rojo que me detiene saco el celular.
Tom:
Pasaré por ti a las 7 en tu universidad, no lleves tu coche.
Vale, de entrada ha sido demasiado directo, y no se, me ha provocado cosquillas. El claxon me asusta y veo que ya está en verde, avanzó rápidamente, como es posible que esté chico me esté distrayendo tanto, si tan solo ha pasado un día desde que lo conozco.
Unos minutos más tarde llego a mi hogar, diviso que el coche de papá ya no se encuentra, lo más seguro es que haya salido, me estaciono y bajo, entro a casa y los niños se encuentran en la estancia viendo un programa sobre animales de la selva, bastante entretenidos por cierto.
Subo a mi habitación y cierro la puerta, no se por qué, mi corazón está acelerado, muy acelerado, colocó mi bolso sobre el peinador y saco el celular y entro a Instagram, entro a la conversación con Holland y ahí mismo entro a su perfil, comienzo a ver sus fotos, muchas con su familia, otras con aquel chico rubio de la fiesta, otras el solo como Spiderman y otras de él siendo él, posando siempre para la cámara viéndose tan apuesto que me eriza la piel.
Creo que me voy a volver loca, observo una de sus fotos, está en una piscina y se ve tremendamente sexy, observo cada maldito pixel de la fotografía, como las venas de sus brazos se extienden y se marcan por la posición en la que se sostiene de la orilla, los músculos marcados de sus brazos que a pesar de no estar muy grueso, esta bastante bien trabajado. Su cabello mojado cae con algunos mechones sobre su rostro, y el agua que ha dejado gotas sobre sus hombros las veo tan bien que se me seca la boca.
Muerdo mi labio y aprieto las piernas, que mierda me sucede, siento que han puesto calefacción en la habitación y estamos a 30°C, con la respiración acelerada me doy cuenta de una cosa, que me da pena admitir, pero creo que me he excitado....
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