Capítulo 20
-¿Todo bien? -Vamos de camino a mi departamento después de estar un par de horas mas en la casa Holland. Podía percibir que el ánimo de Tom estaba bastante por los suelo. Coloco mi mano sobre la suya que está posada en la palanca de cambios del coche.
-Si... si -Dice sin despegar la vista de la calle, a pesar de que estamos frente a un semáforo en rojo. Analizo su rostro, veo el reflejo de la luz verde que ha cambiado en sus ojos. Inmediatamente emprende la marcha y decido no preguntar de nuevo.
Tras un recorrido de aproximadamente veinticinco minutos llegamos al departamento, pero notamos un problema, un gigantesco camión de mudanza está estacionado en mi lugar exclusivo.
-Vas a tener que estacionarte en otro lugar... -Le digo a Tom con cierta molestia, odio cuando no respetan los exclusivos en los estacionamientos, pero bueno, a la vez lo comprendo, no hay donde mas detenerse si es un camión de mudanza.
Un par de maniobras más, estacionamos en la esquina sobre Victoria Park, solo espero no tener un multa en un par de horas. Bajamos del auto y comenzamos a caminar rumbo a la puerta del departamento, agradezco vivir en el primer piso, soy muy perezosa. Puedo notar que los nuevos vecinos estarán justo en la siguiente puerta.
Una chica más o menos de mi edad, o al menos eso aparenta, de cabello negro entre liso y ondulado y piel aperlada, les da indicaciones a dos chicos de la mudanza. Decido que, seré una vecina amable y cero conflictiva.
-Me gustaría conocer a los nuevos vecinos... ¿vienes? -Le pregunto a Tom una vez que estamos frente a mi puerta, el da una rápida mirada hacia los chicos que ahora están sacando un mueble grande y la misma chica dando indicaciones.
-Mmmm no lo sé -Me río, le entrego las llaves.
-Bueno, entra, regreso en unos momentos -Asiente con la cabeza, aún se le ve decaído, pero bueno, espero me diga más tarde que sucede.
Tom abre la puerta y entra al departamento, en lo que yo bajo el par de escalones y camino unos cuantos metros más adelante. Espero a que la chica termine de darle indicaciones a los muchachos que ahora cargan un refrigerador, hasta que puedo acercarme.
-Hola que tal -Extiendo mi mano hacia ella -Me llamo ________, vivo enseguida.
-Oh hola, mucho gusto, Sofía -Estrecha mi mano sonriente, segundos después otra chica se coloca a su lado, me da una mirada de inspección.
-Sara, ella es nuestra vecina ________... -Le dice Sofía a la chica de tez clara con cabello rizado quebrado. Extiendo mi mano ahora ella, quien amablemente me corresponde a pesar de su mirada intimidante.
-Mucho gusto -Terminamos el saludo -Pues si necesitan algo acá estoy a un lado.
-Gracias... aunque aguarda -Menciona Sofía, entrecierra los ojos observándome. -Creo que te conozco de algún lado.
-¿De donde? -Le pregunta la otra chica con un ligero tono de molestia, levanto una ceja mientras aún Sofía me inspecciona tratando de buscar la respuesta en su mente.
-No lo se, quizás te pareces a alguien que he visto antes -Le sonrío.
-Bueno, quizás luego recuerdes a quien... -Sara me da una mala cara. -En fin, si necesitan ayuda con algo sobre la zona, me pueden preguntar con confianza.
-Gracias, pero no necesitamos nada -Responde Sara, lo que provoca que Sofía le de una mirada de <que rayos haces>.
-Disculpa, si, muchas gracias _______, gusto en conocerte. -Doy unos pasos hacia tras dispuesta a ir.
-De nada, hasta luego -Me alejo sonriendo, justo antes de girarme por completo, Sofía comienza a reclamarle a Sara, supongo por su comportamiento, aún así camino de regreso a casa.
Toco la puerta ya que le he entregado las llaves a Tom, segundos más tarde me abre, se ha cambiado de ropa. Entro y cierro la puerta detrás de mi.
-¿Qué tal los nuevos vecinos? -Me pregunta, dejo mi bolso en el pequeño mueble recibidor que tengo en la entrada y caminamos hacia el sofá.
-Pues solamente conocí a dos chicas, una quería matarme con la mirada... -Le digo risueña, porque sinceramente me tomó por sorpresa un poco su actitud, pero en fin.
-¿Serán roomates? -Pregunta encendiendo la televisión, la pesadez de la comida en la casa Holland me ha provocado un sueño terrible.
-Ni idea la verdad -Su vista se mantiene en la ahora encendida televisión.
-¿Qué sucede? -Pregunta segundos más tarde, supongo que ha sentido mi mirada.
-No lo sé... venías muy callado hace rato -Me recargo en el respaldo del sofá, el coloca su mano sobre mi muslo, sintiendo el calor de ella a través de la tela de mi pantalón.
-Si perdón, es solo que... -Lanza un quejido de cansancio, dejando caer su cabeza hacia atrás cerrando los ojos. -... realmente me sentía feliz de que mi familia haya recibido bien la noticia, pero a Harry no pareció agradarle.
-¿Te ha comentado algo? -Comienzo a desordenar suavemente su cabello con mi mano izquierda, observando los detalles de su rostro, pensando que realmente es un chico hermoso.
-Si... pero realmente no quiero hablar de eso -Menciona dando fin al tema, pero yo realmente quiero saber que ha dicho.
-¿Tan mal le caigo? -Abre los ojos girando a verme, suspira. Se endereza pasando sus brazos por mi cintura cargandome, para finalmente dejarme sentada sobre sus piernas, su rostro entre mi cuello y mi pecho. Rodeo con mis brazos sus hombros y entierro mis manos en su cabello a la altura de su nuca.
-Un poco -Me responde, sintiendo sus labios en mi piel. Decido no hablar más, pues realmente ese chico me detesta como si yo le hubiera hecho algo personalmente, pero bueno.
Me quedo abrazada a él, mientras siento su respiración tibia sobre mi piel, creo que momentos como estos son los que más disfruto, sin mucho que decir pero mucho que expresar corporalmente. La televisión de fondo al menos disipa el sonido de la mudanza de al lado. Minutos más tarde, aleja su rostro de mi cuello, bajo la mirada para observarlo de frente.
Como me gusta este chico, sus cejas, sus ojos, su piel con ligeras pecas sobre su fina nariz, para mi es perfecto, incluso cuando está de mal humor. Sus labios me incitan a probarlos, y puedo hacerlo cuando se me antoje realmente. Corto la distancia entre nosotros besándolo, deseando que jamás se acabara este momento.
Mi cabeza da vueltas mientras siento la suavidad de sus finos labios sobre los míos, de vez en cuando algún ligero mordisco que me hacen acelerar el corazón. Cortamos el beso, pues el calor que comenzaba a emanar nuestros cuerpos era increíblemente alto, solamente me acomodé mejor sobre él, colocando mis rodillas a ambos costados de sus piernas, regresando a sus labios de nuevo.
⚠️
Sus manos que antes estaban sobre mis piernas, ahora suben por mi espalda baja, adentrándose por debajo de mi blusa tocando mi piel, mis manos juegan con su cabello alborotandolo mientras nuestros besos suben de nivel cada segundo. Su boca se entreabre para comenzar aquella pequeña batalla con nuestras lenguas, disfrutando cada sensación.
El nivel de calentura en mi cuerpo estaba bastante alto, como cuando ves un termómetro de temperatura llegando a su nivel más alto, donde finalmente explota. Así es como él me hacía sentir. Me levanté de su regazo, extendí mi mano hacia él obligandolo a levantarse.
Caminé desesperada en dirección a la habitación, inmediatamente sus manos me tomaron por la cadera a mitad de camino, girándome con una gran habilidad. De nuevo atacando mis labios me hizo chocar contra el muro del pasillo a casi un metro antes de llegar a la habitación. Abandonó mis labios para concentrarse en atacar mi cuello, cerré los ojos por la sensación.
Sus manos suben mi blusa, se separa de mí solamente para terminar de sacarla por sobre mi cabeza, mi respiración agitada y la suya chocando al mismo tiempo, tomé el borde se su camisa para imitar su acción pero no me dejó, por que con sus manos en mi trasero me hizo levantarme para enredar mis piernas sobre su cadera. Avanzó la poca distancia hacia la habitación, caminó conmigo sobre él mientras yo muy concentrada atacaba su cuello.
No tardamos mucho en deshacernos de nuestras prendas, sus manos siempre tan hábiles me decían que el tenía mucha mas experiencia en esto que yo, pero a pesar de eso, lo disfrutaba como nunca en la vida. Sus labios recorrían mis pechos provocandome espasmos que me hacían emitir gemidos, sus manos recorriendo mis piernas y de pronto una de ellas tocándome, dejándome en claro que estaba mucho más que mojada y lista para él.
Apreté las sabanas a mi al rededor en el momento en que lo vi probarme, deslizando lentamente su lengua por entre mis piernas, mordí mi labio inferior al grado en que me dolía, pero el placer que sentía era mayor. El me observaba mientras me hacía temblar con sus labios y su lengua, quizás disfrutaba de mis extraños movimientos placenteros que él mismo ocasionaba.
Introdujo un dedo dentro de mi mientras seguía su trabajo en mi vulva, haciendome encorvar mi espalda y cerrar los ojos, casi tan cerca de la cima del orgasmo. Se detuvo cuando vio que estaba a punto de llegar.
-¿Por qué mierda te detienes Thomas? -Le digo entrecortado, sus manos empujan mis piernas dejándome totalmente expuesta hacia él. Baja su boxer liberando aquello que me vuelve un poco loca.
Tomé una de mis piernas atrayendola más a mi cuerpo, ampliando solo un poco más su vista hacia mi, se colocó frente a mi sin decir una sola palabra frotó su miembro en mi entrada, rogaba a todos los dioses por que de una vez por toda entrar en mi.
Finalmente lo hace, provocandome una sensación increíble, lancé un gemido sin dejar de mirarlo, el estaba serio, pues siempre que lo hacemos el entra en una clase de trance en la que su unico objetivo es hacerme el amor como si fuera lo único que había que hacer. Entró por completo en mi lentamente, para posterior a eso, comenzar a moverse de manera intensa.
Los jadeos eran bastante fuertes de mi parte, el choque de nuestros cuerpos se escuchaba en todo el departamento, al menos eso pienso yo. Sus manos tomandome con fuerza de mi cadera, su frente con una ligera capa de sudor y sus mejillas rosadas por el calor y el ejercicio físico que conllevaba.
Minutos avanzaban, cuando se acercó de nuevo a mi, nos besamos como si fuera la última vez, entre respiraciones agitadas y gemidos placenteros, a como pude lo hice que girara sobre mi, dejandome ahora a mi en control de la situación.
Lo monté como tanto a mi me gustaba, lo hacía que me tocara con sus manos mientras yo saltaba sobre él. Comenzaba a deslizar sus manos sobre mis pechos, bajando lentamente pos mis costillas, mi cintura, mi cadera, mis piernas y de regreso, una y otra vez. Atraía una de sus manos a mi cuellos, no perdíamos el contacto visual, era una delicia verlo dejado de mí con observarme con tanto deseo.
Llegó un momento en que sentía que el corazón se me iba a salir del pecho, dejandome caer unos segundos sobre su pecho para tomar un poco de aire y continuar, pero él fue más rápido y me hizo tumbarme boca abajo sobre las colchas, colocándose detrás de mi. Sin previo aviso entró en mi de nuevo, obligándome a gemir, sus manos calientes sobre mi cadera me atraían a él una y otra vez, el golpeteo de la acción resonaba en todos lados.
Finalmente sentía mi interior tensarse, podía sentir aquello que me elevaba hasta el cielo y que tanto amaba que él provocara. Mis piernas comenzaban con aquel temblor clásico que le avisaba cuando estaba a punto de llegar, a demás que mis jadeos y gemidos se intensificaban. Una nalgada me hizo reparar al mismo tiempo que la avalancha de sensaciones se apoderaba de mi. Continuaba moviéndose desesperadamente dentro de mi cuando finalmente se corrió.
Congelados en nuestras posiciones aún tratando de recuperar el aliento y la fuerza, salió de mi, me deje caer hacia un lado, mi pecho subía y bajaba tratando de respirar correctamente, el tenía los ojos cerrados con las mejillas rojizas, parte de su cabello pegado a la frente por el sudor.
Y sabía que era el hombre que me podría destruir miles de veces el corazón, y aún seguiría amándolo.
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Hola chicas, me dí cuenta que no les había escrito en los últimos capítulos al final, como siempre lo hacía.
¿Cómo han estado? ¿Siguen en cuarentena?
Las leo
Un beso 💚💚💚
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