020
La vida está llena de un montón de momentos que parecen todos iguales; así como ese mismo discurso de presentación que repites año tras año el primer día de clases; el camino que sigues diariamente para ir a de tu casa al trabajo; prepararte un tazón de cereal con leche porque te da flojera cocinar algo elaborado.
Pero la vida es una cosa muy curiosa. De repente, llega un día en que una de esas cosas que has experimentado miles de veces te toma completamente por sorpresa y ese ''algo'' que era parte de tu perfecta rutina, se siente completamente diferente al resto.
Kevin había escuchado en millones de ocasiones al chico que se encontraba frente a él decir la palabra "Kevin"
Oyó su nombre pronunciado de muchas maneras y en ese peculiar acento, el "Kevin" en modo de reproche, el "Kevin" en modo berrinchudo, el "Kevin" que soltaba mientras reía, el "Kevin" que soltaba de manera linda mientras intentaba persuadirlo, pero su favorito siempre será de esta forma:
— Kevin...— gimió el pelinaranja al romper su húmedo beso.
Y aunque le había escuchado incontables veces decir su nombre en el pasado, por alguna extraña razón, se sintió completamente diferente en ese momento.
Quizás porque todas las ocasiones anteriores eran novios cuando los incluían a ellos en una habitación a oscuras besándose acaloradamente con apenas su ropa interior encima.
— Kevin...— repitió el japones acariciándole el cuello.
Y simplemente esa pequeña acción bastó para descolocar a Kevin por completo, fue como un cubetazo de agua fría; no por el hecho de que le recordasen sus momentos donde ambos eran una pareja feliz, sino porque le hizo sentir el peso de saber que se encontraba a punto de tener sexo con alguien a quien conocía; alguien quien recordaría todo a la mañana siguiente; alguien a quien vería todos los días; pero sobre todo, alguien a quien amaba con todo su corazón: volvería a tener sexo con Yoshi Nori.
— Yoshi...— también gimió el canadiense — Yoshi, cariño — lo beso.
Tal vez, lo menos problemático hubiera sido dar media vuelta, ponerse su ropa e ir a tomar una ducha con agua helada. Se suponía que debían tomarse las cosas con calma, no apresurar su intento de relación, pero simplemente Kevin no quería eso en ese momento.
No cuando las manos de Yoshi sobre su rostro seguían sintiéndose igual de cálidas y él aún sostenía al mayor por la cintura.
Kevin Moon todavía quería sentirse dentro de él.
No era solo amor, pero tampoco era únicamente cariño mezclado con deseo, simplemente era un ''algo'' que en ese preciso momento no se iba a poner a intentar explicar.
Pero ese ''algo'' al menos, le hacía caer en la cuenta de que no podía ser tan patán como para utilizar tan vilmente a la persona frente a él; no podía tan sólo marcarle, besarle con violencia, saciarse con su cuerpo, tocarle con brusquedad, no cuando las manos de Yoshi eran tan cálidas y le ofrecían caricias tan placenteras.
Él necesitaba esa calidez, tenía demasiado tiempo atrapado en el frío.
Esto no será un sexo cualquier con una persona desconocida, esto será sexo con Yoshi Nori.
Harían de nuevo el amor, aunque cuando dos personas se aman, cualquier cosa que hacen es hacer el amor.
Era por ello que ahora sus labios sobre los ajenos eran menos bruscos. Esta vez no los había mordido para abrirse paso dentro de esa boca, sino que había delineado el contorno de los labios del mayor con su lengua, de manera lenta, mientras le acariciaba la parte baja de su espalda con una de sus manos y estaba seguro de que antes de que Yoshi le permitiera el paso dentro de su boca, lo había sentido sonreír contra su rostro.
La lengua del japones es suave y resbaladiza, Kevin disfruta bastante estar encontrándose de nuevo con ella mientras siente los largos dedos del motociclista acariciarle tras la oreja.
— Yoshi — susurra contra sus labios.
Kevin comienza a descender por su rostro repartiendo pequeños besos húmedos en el camino, pasa por su cuello y continúa hasta llegar al pecho mientras desliza sus manos por la espalda de este.
Siente a Yoshi estremecerse cuando su boca se encuentra con uno de sus pezones y comienza a lamerlo, lento y despacio, en respuesta el japonés empieza a emitir pequeños sonidos que se convierten en agudos jadeos. Le da una larga y ultima lamida antes de volver a besarle los labios.
Sin dejar de besarlo, consigue sentar a su Hyung de nuevo en la orilla del escritorio. Lleva sus manos a los bóxers de este y los desliza a través de sus muslos. En cuanto dicha prenda cae al suelo haciendo un ruido sordo, Kevin comienza a trazar círculos inexistentes en las rodillas de Yoshi y después sus manos comienzan a ascender sin dejar de acariciar en ningún momento la blanca piel ajena.
— Espera — pide el bajo en medio de un jadeo.
El futbolista detiene todos sus movimientos, aunque no suelta al mayor, al contrario, descansa sus manos en la parte alta de los muslos de su Hyung.
Kevin lleva su mirada hasta los ojos ajenos en busca de alguna señal de arrepentimiento. Realmente espera que ese no sea el caso, sin embargo, no encuentra un sólo atisbo de duda en la mirada de Yoshi, los ojos del mayor se muestran expectantes; tiene las mejillas sonrojadas y los labios hinchados.
— Es incomodo — dice con simpleza mientras lleva sus manos a los hombros del castaño — Este escritorio es jodidamente incómodo.
Kevin suspiro aliviado al saber que solo por eso le había detenido.
— No me gusta — volvio a hablar el japonés — ¿Acaso tú te vas a hacer responsable si me clava algo raro y me astillo el trasero? — bufo.
Kevin río por lo ocurrente que era su pareja, incluso durante la sesión de sexo.
— Soy yo quién quiere clavarte en el trasero — bromeo.
Yoshi se mordió el labio y llevo su mano al pene del castaño y sobarlo por unos cuantos segundos.
— Pero no lo harás sobre este feo escritorio —Exige mientras se bajaba del mueble — Incluso tu alfombra parece más cómoda.
A Kevin siempre le gusto esta sensación, esa especie de complicidad que comparten cierto grado de intimidad. ¿No es increíble el hecho de poder hablar así de casual en un momento como ese?
Y sí, podría replicar que no; la alfombra no podría ser más cómoda, la fricción traería consecuencias y ¿por qué tenía que pensarse tanto las cosas? En todo caso, todo pensamiento es interrumpido cuando percibe el aliento del mayor contra su oido.
— Mi fantasía siempre ha sido hacerlo en la alfombra de esta habitación — susurra el pelinaranja antes de besarle el lóbulo de sj oreja.
— Cariño, esta alfombra es nueva — sonrió — Sunwoo lo compró hace dos días...
— Mi fantasía desde hace unos dos minutos ha sido hacerlo en la alfombra de Kim Sunwoo.
Kevin giro los ojos y solo acerco su cabeza para besarlo.
Moon ni siquiera se ha dado cuenta de cuándo fue que se deshizo de su ropa interior, ni de en qué momento ha cumplido la petición de Yoshi respecto a la alfombra. En serio, los labios de Yoshi tienen algo que lo hace perder la percepción de su entorno.
El futbolista se encuentra besando los suaves labios del motociclista cubriendo el cuerpo ajeno con el propio, presionando su peso sobre el contrario y con sus piernas enredándose, sintiendo cómo se termina de endurecer la hombría de Yoshi debajo él.
El castaño decide romper el contacto de sus bocas y comienza a incorporarse hasta quedar de rodillas en medio de las piernas de Yoshi quien aún sigue recostado con su espalda contra la alfombra.
Kevin lleva su dedo pulgar a la punta del miembro del mayor y lo roza ligeramente, haciendo qué el pelinaranja sacuda su cadera hacia adelante en busca de mayor fricción, el menor lo escucha gemir y lo observa cerrar los ojos. La imagen que tiene frente a el lo sigue enamorando y también continúa excitándolo demasiado.
El alto aprieta con firmeza la longitud de Yoshi, comienza a bombearlo rápidamente pero inmediatamente decide cambiar a un ritmo más lento, sólo para despertar en Nori un sentido de urgencia y necesidad, al mismo tiempo, con su otra mano le acaricia el muslo izquierdo.
El futbolista decide abandonar por unos momentos el eje de su amor, estira su mano hasta uno de los cajones más bajos del escritorio, lo abre para sacar de ahí un pequeño tubo de lubricante, escucha una risita y se da cuenta de que Nori lo está observando
— ¿Lubricante de mango? — destaco el mayor divertido.
— Y uno comestible... — respondió el canadiense coqueto.
— ¿Estabas preparado?
— Maybe...— formulo y siguió acariciando el muslo del bajo — Pensé que puede que en estos días mi chico gruñón de sonrisa bonita le de por seducirme para terminar haciéndolo sobre la alfombra de mi mejor amigo
Yoshi río y Kevin dejo el pequeño tubo saborizado sobre el suelo.
La mano con la que Moon está acariciando el muslo de Nori cambio de objetivo y con ambas comienza a masajear el trasero del mayor, todavía sin acercarse a su entrada.
Yoshi gimió y Kevin sintió nostalgia al volver a oír esos sonidos inentendibles que desprende cada vez que se siente caliente.
Mientras el castaño continúa acariciando el trasero ajeno, se da cuenta de que Yoshi separa aún más las piernas.
Kevin abandona unos segundos la retaguardia del mayor para colocarse algo de lubricante en sus dedos. Introduce con suavidad uno de estos, trabaja lentamente en la entrada del motociclista, deslizándose, haciendo pequeños movimientos circulares y dando ligeros golpes en su centro.
Observa a Yoshi volver a cerrar los ojos mientras arquea su cadera, expresándole sin palabras que necesita más contacto; que ese dedo resbaladizo en su interior no le es suficiente. Así que empuja uno más; los dobla ligeramente separando poco a poco las paredes interiores del japonés, entra y sale de ahí con lentitud.
Kevin siente a Yoshi estremecerse con cada contacto, lo escucha jadear hasta que, en cierto punto, el mayor dobla sus piernas y las eleva llevándolas lo más que puede hasta su propio pecho, intentado así aumentar la fricción entre su interior y los dedos del futbolista, enviándole de esta manera a Kevin una clara indirecta de la urgencia que siente en ese instante.
De todas formas, el castaño prefiere seguir tomándose su tiempo e introduce un tercer dedo jodidamente suave y lento, pues, la manera en que Yoshi articula su nombre en medio de jadeos, le ha alentado lo suficiente para querer otorgarle todo el placer que le sea posible y con ello, poder seguir escuchándolo pronunciar su nombre con tanto deseo.
— Kevin maldito bastardo — suplica Nori de manera casi demandante.
— Siempre tan tierno — se burla.
Kevin aún continuó de rodillas, lleva sus manos a los muslos del mayor y los sostiene. Percibe las pantorrillas de este rozarse ligeramente con los costados de su pecho y también puede sentir los pies del japonés tocarle la cintura.
Comienza a frotar la punta de su miembro contra la entrada de Yoshi y se adentra en ella poco a poco.
— ¡Dammit shit!
— ¡Kuso Tawagoto!
Ambos exclamaron maldiciones en sus respectivos idiomas natales, pero ambos sintiendo la misma sensación que los llevó a hacerlo.
— Kevin...— lloriqueo Yoshi y se abrazó con fuerza a su cuello.
Moon tenía la necesidad de empujar hasta llegar al final. Existe en él la urgencia por comenzar a moverse, más no lo hace sin importar que lo desea. Confía en que no va a hacerlo; no hasta que Yoshi le diera el permiso.
Kevin cierra los ojos y suspira profundamente, él realmente se está conteniendo demasiado en esos momentos y sobre todo porque ya perdió la cuenta de la última vez que estuvo dentro del japonés.
— Cariño continúa... — accedió el mayor con voz jadeante— Sólo...no seas tan tú — Emite un pequeño gemido — Ya sabes, tú siempre rompes todo.
Dios, Yoshi era tan raro, su chico realmente podía bromear en cualquier situación y momento.
Kevin siguió adentrándose. Se desliza con lentitud en el interior del bajo, alcanza poco a poco mayor profundidad hasta que siente su eje completamente aprisionado entre las paredes del motociclista, estas aprietan su miembro con fuerza haciendo al futbolista sentirse desfallecer.
Generalmente Kevin prefería un ritmo rápido y agitado, aunque desde hacía varios minutos se había dado cuenta de que no estaba haciendo lo que solía hacer normalmente, al menos con las personas que no son Yoshi.
Así que establece un ritmo un tanto lento, pero con empujes bastante profundos; aplicando en ellos la fuerza suficiente para que su chico se estremezca y gima audiblemente en cada estocada.
Sus manos en todo momento seguían viajando de arriba hacia abajo por los muslos del mayor, mientras que este hacía lo mismo con la espalda del menor.
— Yoshi Nori mírame — ordeno mientras comienza a aumentar un poco la velocidad en qué se mueve dentro y fuera del bajo — Quiero... — Emite un gruñido — Quiero que mires qué quien está haciéndote sentir todo esto soy yo.
Moon observa a Yoshi abrir los ojos, le fascina la manera en que el japones siempre lo está viendo, nunca nadie lo había visto de esa forma, simplemente hay un ''algo'' en la mirada de Yoshi que le hace sentir a él mismo otro ''algo'' que no sabe cómo nombrar.
El menor es consciente de las manos del motociclista sobre sus hombros sujetándole con fuerza; lo observa intentado incorporarse ligeramante, así que Kevin decide agacharse para así alcanzar el rostro de Yoshi y besarlo, con dicho movimiento, termina aplicándole mayor fuerza a sus penetraciones.
Paralelamente, el menor puede sentir la hinchada erección de Yoshi contra su abdomen y mientras sus labios juguetean, percibe gotas de sudor en el rostro de su chico mezclándose con el suyo.
Lleva sus manos a la cadera de su Hyung y la aprieta fuertemente. Tal vez le dejará marcas, sabe que la presión que está ejerciendo con sus dedos es demasiada, pero él también necesita sostenerse de algo.
Ese momento es demasiado para ambos, la manera en la que el interior de Yoshi aprieta la hombría de Kevin cada vez más y más, es una sensación completamente indescriptible, así que el canadiense aumenta la velocidad y profundidad de sus empujes, la forma en qué Yoshi comienza a jadear y a estremecerse tan erráticamente le hace saber al futbolista que su miembro al fin ha encontrado el punto dulce dentro del mayor y no tiene intenciones de perderle.
Le encanta tanto sentir al malandro Kanemoto Yoshi Nori temblar bajo el y a causa de el.
Moon decide que una de sus manos abandone la cadera de Yoshi y la lleva al eje de este, comenzando a bombearle a lo largo de su longitud mientras lo escucha jadear su nombre.
Siente gotitas de semen caliente comenzar a escurrir de la punta de Nori, así que Kevin hace que el agarre de su mano ejerza mayor presión y la desliza con más velocidad una y otra vez hasta que siente correrse por completo.
— ¡Jodida mierda! — el pelinaranja tiro la cabeza para atrás — siii, cariño...mierda, a-así
Le encanta sentir su mano y su vientre inundados del producto de la excitación de su amor en esa forma viscosa y escurridiza. Es fascinante sentir que fue el responsable del desastre de Yoshi, es jodidamente fascinante.
Es demasiado, el castaño sabe que él también está a punto de alcanzar su clímax y mientras siente a Yoshi comenzar a aflojar el agarre de sus manos contra sus hombros, decide dejarse llevar y perderse por completo en el interior del japonés.
Está tan cerca. Kevin cierra fuertemente sus ojos, gime o tal vez gruñe si es que eso es posible. De repente, siente temblar sus propios muslos; existe un enorme calor en su vientre; todo su cuerpo hormiguea y entonces siente su orgasmo atravesarle mientras se corre en el interior de Yoshi.
— Yo...shi.
La respiración de Kevin aun es errática, sus ojos todavía se mantienen cerrados, su cuerpo sigue sin sentirse estable y no se ha separado ni un centímetro de Yoshi.
Poco a poco, comienza a normalizarse hasta encontrar suficiente control de sí mismo para alejarse del mayor y dejarse caer junto a él.
Por un momento, nadie dice nada... Aunque Kevin quisiese decir algo, siente su boca demasiado seca para hablar en ese instante y necesita algo de tiempo para recuperar sus fuerzas.
Ni siquiera sabe cómo describir lo que acaba de suceder, todavía puede sentir el recuerdo de las manos cálidas de su chico acariciando su cuerpo, esas manos siempre le habían excitado más qué cualquiera de las otras manos qué lo habían tocado alguna vez y sus labios...esos labios siempre serán su perdición.
Kevin está cansado, pero se siente tan cómodo y cálido que podría fácilmente quedarse dormido.
Kevin simplemente dormitó unos segundos, a lo mucho un par de minutos. Escuchó un poco de ruido así que abrió los ojos, observó al mayor completamente vestido, así que Kevin se incorporó y también comenzó a hacerlo. Cae en la cuenta de que podría haber sido más caballeroso, podría al menos haber ofrecido o ayudado con unos pañuelos desechables.
— Yoshi...
—Yo — mencionó con voz temblorosa mientras observaba el suelo de la habitación— Voy a preguntarte algo.
Kevin inconsciente sonrió.
Todas las personas que conocía solían decirle:''¿Puedo preguntarte algo?'' Sin embargo, su chico simplemente siempre lo anunciaba.
Yoshi Nori de verdad era alguien completamente diferente al resto del mundo.
—Está bien —Le respondió con simpleza.
—Si no hubiera sido yo, habría sido alguien más ¿Verdad? — Había un ''algo'' en la manera en qué pronunció esas palabras, una especie de dolor y decepción que casi podía percibirse en ellas.
—No — Respondió Kevin seguro, sorprendiéndose a sí mismo con la rapidez y honestidad con la que lo dijo — Sabes que no tengo arrebatos de esa naturaleza y... creo que lo tuve únicamente porque eras tú.
—¿Qué se supone que significa eso?
—Honestamente — Admitió encogiéndose de hombros— No tengo ni la menor idea.
— Kevin...
— Se que concordamos con ir despacio y... — suspiro y se frotó el rostro.
—Te arrepientes... — No era una pregunta, la voz del japonés denotaba mucha seguridad.
—No — protestó casi al instante— No es eso... Yo lo disfruté, es sólo que...
Ninguno estuvo seguro de exactamente cuánto tiempo pasó, simplemente por un largo rato nadie dijo nada. Kevin pensó en si tal vez había sonado demasiado estúpido, quizás hubiese sido mejor quedarse callado.
— Tu sabes mis sentimientos — recordó el pelinaranja — Y no te estoy presionando para poner un nombre a nuestra relación, yo no tengo nada que perder...bueno si lo tengo, pero ya sabes...
—¿Qué se supone que quiere decir eso?
—¿No se supone que eres algo así como un genio?
—¿Realmente vas a ser así? — chasqueo la lengua — En todo caso, tú lógica suele ser completamente absurda, no es mi culpa no entenderte.
— Digo que siempre voy a estar preparado para ser de nuevo tu novio.
— ¿T-Tu me quieres de nuevo como novio?
— No, simplemente lo he insinuado para burlarme de ti sí aceptabas — Mencionó con sarcasmo poniendo los ojos en blanco — Para ser tan inteligente eres bastante idiota.
—Sí, lo sé...— resoplo cansado — También suelo pensarlo con frecuencia...
— Kevin...
— Lo se, lo se...solo que.
Yoshi le dio una mirada de empatia y se acerco a él para tomar su rostro y darle un casto beso de muchos segundos.
— Te amo ¿Sin presión, recuerdas?
Yoshi con tal de recuperar a Kevin, esa confianza que tenían antes, haría cualquier cosa, iría al maldito ritmo que el canadiense decida, cualquier cosa era mejor que nada.
Después de vestirse, ambos bajaron a la escalera con intenciones de ir a la sala y acurrucarse en el sofá viendo cualquier película.
— Sunwoo es un mentiroso — menciono Moon llegando al final de los escalones — Me dijo que no vendría esta noche, pero ahí esta el abrigo que traía puesto antes de irse.
Kevin señaló hacía uno de los sillones de la sala y en efecto, ahí estaba el abrigo de su capitán, entonces volteó a ver a su chico, quien tenía una mirada muy peculiar dibujada en el rostro.
—Cariño...— La voz del motociclista denotaba emoción— ¿Quieres ayudar a que se haga justicia en el mundo?
— Claro Hyung, ya sabes qué soy muy buena persona, pero no entiendo porque me preguntas eso.
— Y para ayudar a que lleve a cabo dicha justicia ¿Estas dispuesto a volver a ser mi cómplice de fechorías?
Kevin comenzó a reír porque su Hyung se veía muy emocionado de repente.
— De nuevo no te entiendo...
— Vamos a pelearnos...
— ¿Porque? — preguntó mas que asustado.
— Porque sí...
— ¿Quieres molestar a Sunwoo, no? — arqueo una ceja y Yoshi asintió mordiendose el labio — ¿Y puedo gritarte groserías?
—Sí, es más, si puedes hasta llora — río el japonés y se paro frente al menor y entrelazo ambas manos.
— ¿Y por qué se supone qué nos vamos a pelear?
— Mi joven aprendiz — murmuro Yoshi negando con la cabeza — No le vamos a decir la razón, si le decimos una razón va a querer saber detalles y vamos a terminar diciendo tantas mentiras qué nos vamos a confundir y se va a dar cuenta, además se va a desesperar si no sabe por qué causa nos estamos peleando.
Kevin giro los ojos, pero finalmente accedió a esta estúpida idea.
—Mocoso, voy a confiar en ti — Se acercó y le besó, el castaño sabía lo que quería, así que entreabrió los labios y cuando sintió la lengua de Kevin perderse entre ellos, llevó sus manos al cuello del alto — La pelea...—hablo el pelinaranja en medio del beso— Mocoso, enfócate.
— ¿Donde estarás?
— Debo ir a mi habitación, tengo una llamada que realizar.
Yoshi le dejo un beso en su mejilla y subió de nuevo la habitación.
Kevin subió segundos después y uno o dos minutos después, finalmente Sunwoo ingreso al cuarto.
En cuanto vio a su mejor amigo, perdió toda la confianza qué tenía, ¿Qué se suponía qué tenía qué hacer? No podía simplemente gritar qué odiaba a Yoshi o algo así bien aleatoriamente, pues se iba a ver muy sospechoso.
Vio a Sunwoo mirarlo curioso y le pareció muy gracioso, así qué comenzó a caminar hacia el armario porque sí seguía viendo al moreno, iba a comenzar a reírse.
— ¿Kevin? — llamo el capitán — ¿Que ocurre? ¿Esa es mi camiseta?
¡No te rías! ¡No te rías! Se repetía el canadiense en su cabeza y se lamentaba por haber caminado hacia el armario ¿Por qué había caminado rumbo al armario? ¡Se estaba viendo bien imbécil! ¡Pijama! Eso haría, se pondría su pijama.
—Oye ¿Esta todo bien con Nori?
—¡Ni me menciones a ese estúpido! — Gritó Kevin lo más molesto que pudo, se dijo a si mismo qué de algo tenían que servir oír a Sunwoo quejandose todo el tiempo.
— ¿Pasó algo?
—Pasa — Entonces el castaño comenzó a maldecirse internamente, pues no sabía que decir, en ese instante, se dio cuenta de que en lugar de insultarse a si mismo dentro de su cabeza, mejor debería insultar a Yoshi en voz alta — Qué el estúpido amigo de tu chico es un idiota...
— Kevin cálmate, seguro se han peleado por alguna tontería, nada qué no se solucione hablando — El castaño le lanzó al líder la mirada más fea que pudo, pero la situación se le hacía demasiado absurda, sabía que iba a arruinarla en cualquier momento, tenía que hacer algo, pero no tenía idea de qué cosa, así que decidió irse a acostar en su cama, porque fue lo primero qué vio — Vamos Moon, estoy seguro de que Nori...
— Me vuelves a mencionar el nombre de ese idiota estúpido cara de... cara de... cara de algo — Kevin se cacheteó mentalmente, pues había dicho un insulto bien tonto, se iba a reír, así que se giró dándole la espalda para qué este no viera que estaba sonriendo, pero se dio cuenta de qué tenía que hacer que su amigo se fuera, porque la risa estaba por comenzar a salir — Y se me va olvidar qué eres mi capitán y juro qué me voy a levantar y te voy a sacar de la habitación.
Sunwoo no dijo nada y a Kevin le dio miedo que su amigo se enojara con él y lo golpeara.
Pero al final, sin decir nada, el moreno salió de la habitación.
— Tu turno precioso — Susurró el futbolista mientras sonreía tontamente.
Decidió meterse debajo de sus sabanas, porque si Sunwoo volvía, él simplemente no iba a poder seguir con su farsa sin reirse.
Mientras estaba oculto bajo sus sabanas, sacó su celular, le empezó a mandar mensajes a su chico diciéndole lo muy bien qué le había salido su actuación y que ya casi hasta podía ir empezando a audicionar para protagonizar Dramas. Obviamente, Yoshi no le respondió los mensajes en ese momento.
Unos minutos después, Sunwoo volvió a la habitación, el menor tenía curiosidad sobre si su Yoshi también había tenido éxito, pero dado qué el pelinegro no lo estaba regañando, lo más probable era que aún no los hubieran descubierto.
— Kevin — llamo el capitán y se sentó a los pies de la cama de su amigo — Kevin Moon...
Entonces Moon dijo lo más inteligente que se le ocurrió.
—Estoy dormido.
—¿No quieres ir a disculparte con Nori? Es un idiota y todo eso, pero...
—¡Él es quien se tiene qué disculpar conmigo! — Gritó Kevin felicitándose porque estaba seguro de qué había sonado muy convincente, Sunwoo no dijo nada, así que el canadiense se preguntó si su amigo había vuelto a salir de la habitación, así que asomó su cabeza por afuera de la sabana, pero en cuanto vio a Kim volvió a ocultarse rápidamente — Y de todas maneras estoy dormido.
Yoshi le estaba respondiendo sus mensajes jactándose de qué se merecía como mínimo un Oscar por su magistral actuación, también le dijo qué eso había estado bien divertido y deberían aprovechar qué Sunwoo no los descubrió y alargar la broma hasta el día siguiente, luego Nori le pidió qué ya se durmiera, porque una persona enojada con su "novio" no debería estar usando el celular.
Así que el canadiense decidió hacerle caso a su "novio"
Ates de quedarse dormido, no pudo evitar pensar en que Yoshi y él eran unos "Algo" muy raros.
Jsjsjsjs entonces fue solo esto lo que ocurrió con su "pelea"
Lo siento, no tengo amigos...
21 de octubre del 2022
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