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«Nos alejamos del mundo, nos desconectamos tanto»




Sunwoo y Changmin se encontraban sentados en el interior del coche del capitán, rumbo a la gran casa de la mayor de todos los Kim.

«Eres mi lugar de escape, eres mi lugar favorito»




El bailarín tímidamente tomó la mano del moreno, haciendo que este se tense al instante.






«Nos alejamos del mundo...estamos tan desconectados»












- Dijiste que querías mi ayuda y yo cumplo mis promesas - Oh le dijo al conductor - Siempre me pareció un acto bonito tomarse las manos mientras uno conduce...

El moreno arqueo la ceja y solo giro un segundo para mirar a Changmin, al mayor no le gusto su mirada y rápidamente alejo su mano del capitán, apoyo su cabeza en el vidrio del auto para mirar el paisaje...y que Sunwoo no vea lo avergonzado que estaba.

Odiaba que Sunwoo pudiera sacarle sentimientos que no le gustaban para nada.

— Lo siento, no se como será tu chico, yo solo digo que a mí...

El mayor calló cuando sintió una mano acariciar su muslo y luego ir a su mano y entrelazar sus dedos.

Sunwoo no dijo nada, Changmin tampoco, simplemente iban viajando en silencio con Discconnected de fondo.






«Admito que soy un poco tonto por jugar respetando las reglas, pero encontré mi dulce escape cuando estoy sólo contigo»


















Llegaron al lugar y nuevamente Changmin se quedo maravillado con lo hermoso que era.

En automático se tomaron la mano e ingresaron.

— No me mentiste — hablo Changmin y sintió a Kim abrazarlo por detrás.

— ¿Mentirte con que? — cuestiono y de esa forma caminaron hacia la cocina.

— Sobre tu abuela...

— ¿Que no esta? ¿Por qué te mentiría? Según se, fue a pasar unos días con su anciano novio...

— ¿Porque siempre críticas los gustos de los demás? — bufo y Sunwoo lo hizo caminar hacia la cocina aún sin soltarlo — Kevin con Yoshi, yo y...

— No es mi culpa que todos tengan feos gustos — se encogió de hombros y soltó a Oh — ¿Que quieres desayunar, bebé?

— Una taza de café — pidió y fue a sentarse — ¿A que le llamas tener buen gusto? — siguió con el tema — ¿Tu chico si puede ser considerado de buen gusto?

— Por supuesto, yo solo me fijo en personas perfectas como yo — dijo engreído y el mayor giro los ojos.

Changmin por un momento se imaginó ser esa persona, ser el causante de la sonrisa estúpida que Kim siempre tenia cada que mencionaba a su chico. Por un momento, solo por un instante quiso ser el responsable de que Sunwoo siempre soltara todas esas hermosas palabras.

Ser el chico que a Kim Sunwoo le gustara, ser su chico.

— Oye Kim...— llamo, mientras el mencionado estaba de espaldas haciendo el desayuno para ambos — Tu...— carraspeo — ¿Tu saldrías en alguien como Yoshi?

El pelinegro se quedo estático, teniendo demasiadas preguntas en un segundo y ahogándose con supociones, pero descartó todo y decidió actuar fingiendo no verse afectado.

— ¿A que viene eso?

— Solo curiosidad — murmuró y aceptó la taza que el moreno acababa de traerle.

— Uhm...— Sunwoo se sentó frente a el y tomo un sorbo de su chocolate para luego responder — Honestamente nunca, tu sabes lo que pienso de Nori, no le tengo precisamente el mejor de los conceptos y no me imagino estando con alguien igual a el.

Eso desánimo de sobre manera a Changmin. Juraba que estaba por darle una oportunidad a lo que tenia con Sunwoo, pero Kim acaba de destruir cada deseo egoísta.

Se supone que debería estar con alguien que le haga sentir la paradoja del amor, ser uno mismo sin intentar ser dos. Estar con la persona correcta que amará su caos, sus mil tsunamis y sobre todo sabrá darle paz sobre el terremoto que es su vida.

Changmin normalmente no se sentía solo, al parecer las células en su interior del amor estaban reviviendo...¡Mueran malditas!









Desayunaron de manera tranquila, después de ello se fueron a darle de desayunar a cada animal y gracias a Oh, se quedaron como quince minutos en cada corral.

Ya habían pasado el medio día y ambos chicos iban a su parada final.

Sunwoo reía con las tonterías que salía Oh. El menor traía al platinado en su espaldas, mientras el mayor envolvía sus brazos en el cuello del alto.

— Mmm, a mi me gusta lo simple — comentó Changmin — Un abrazo, un beso inesperado, un cuidate, un te quiero dicho de distintas maneras, un papel escrito a las apuradas — se quedo callado unos segundos, pensando en mas cosas que le gustaría en una relación para informarselo al moreno y que este pueda tener en cuenta para ponerlo en práctica con el chico que le gusta — No es necesario regalos costosos, ni el sol, solo cariño sincero y que acepte mi desastre, una persona que me haga sentir que ya no es necesario estar dividido en dos personajes...

— ¿Alguien que te complemente?

— No, alguien que busque que sea su completo desastre.

Sunwoo giro la cabeza para poder verlo y Changmin le dejo un lindo beso en su cuello.

— A mi si me gustan las cosas costosas — hablo después Sunwoo y el mayor giro los ojos.

— Por supuesta que te gusta — bufo — Eres muy superficial.

El moreno se encogió de hombros — Aunque para mi lo primordial en una relación es la honestidad, jamas estaría con alguien que me mienta — dijo serio y eso estremeció un poco al bajo — La confianza debe estar incluso antes que el amor.

— ¿Y para ti que es la confianza Kim Sunwoo?

— Es permitirle a alguien que tenga la posibilidad de lastimarte.

— ¿Y por qué le permitirías eso?

— Porque estas completamente seguro que no lo hara...

Changmin se quedo analizando sus palabras, pero decidió no comentar nada al respecto.

Oh bajo de su espalda y camino junto a el, rumbo arriba, sabiendo donde Kim lo llevaría.

— Todo un romántico — se burlo, ya que llegaron a la colina donde se habían besado por primera vez.

— Que puedo decir...

Changmin río y fue casi corriendo hacia donde estaban las mariposas, quienes volaron obviamente al sentirse amenazadas.

— ¿Sabías que las mariposas no pueden ver sus propias alas? — comentó Changmin caminando de nuevo hacia el moreno — Por eso no se dan cuenta de lo hermosas que son, a Yoshi le gusta tanto las mariposas, el es un niño bueno, solo que no lo ve.

— Hay muchos tipos de mariposas, están la que viven solo quince días, están la que vive una semana y la que espero que sea el caso de Nori, las que se mueren en menos de veinticuatro horas.

— ¿Menos de veinticuatro horas? Vaya eso es triste...

Sunwoo asintió y se recostó en el árbol. Ambos alzaron la mirada al oír el sonido que hizo el cielo; estaba a nada de llover.

— Fue un buen detalle traerme aquí — destaco — También deberías hacer un gesto romántico como este para tu chico, ya sabes...por ejemplo ¿Como se conocieron?

Sunwoo se quedo pensando. La primera vez que hablo con Changmin fue en la cancha, porque este fue a audicionar, pero no fue la primera vez que lo vio.

— Fue el año pasado — inicio y sonrió al recordarlo — Estaba muy molesto porque me había enterado de algo que no me gusto para nada, fui a buscarlo...Juyeon estaba conmigo y...— suspiro y Changmin chasqueo la lengua al notar el rostro de idiota que Kim ponía al hablar de su chico — Estaba sentado, frente a un aula, en pleno corredor — río y luego alzo la mirada y vio esos preciosos ojos marrones para tratar que este entienda que estaba hablando de el — Tenia un color de cabello diferente, me llamo la atención porque se puso a leer en el suelo de un pasillo muy concurrido, me había llamado la atención, pero no paso de ahí, finalmente no me anime a hablarle y...

— ¿Por eso te gusta? — bufo — ¿Porque lo viste especial al verlo leer como idiota en un lugar ruidoso en vez de ir a una biblioteca o algo?

— No, pero...

— Porque eso no es especial para nada — espetó en tono mordaz — Yo lo hago todo el tiempo.

Sunwoo río y atrajo a Oh de la cintura. Dios, amaba con locura a Changmin celoso.

— Es especial por su estado civil — dijo el menor en un susurro sobre sus labios.

— ¿Y cuál es su estado civil? — preguntó con el mismo tono susurrante, con su mirada fija en los labios de corazón.

— Es mi ángel en rebeldía.

Se quedaron quietos así por unos momentos y luego Changmin corto la distancia con la necesidad de sentir los labios de Sunwoo sobre los suyos otra vez.

Se besaron y sin darse cuenta ya estaban dejándose caer sobre la suave cama de hierba corta y fresca.

Pasaron muchos minutos y Oh sostuvo a Sunwoo suavemente sobre él mientras ambos balanceaban sus cuerpos y fusionaban sus labios uno contra el otro. Kim desabrochó los primeros botones del platinado y abrió un cuarto de su camisa, deslizó su lengua por el largo cuello y besó su camino a través de la curva de su cuello y hombro.

Changmin se sintió débil, mientras su piel hormigueaba placenteramente. Podía sentir a Sunwoo succionar y se sentía ebrio de deseo. Podía sentir la hierba hundirse debajo de él; podía oler el aire del tiempo nublado, ver el cielo gris sobre su cabeza, sentir a su capitán sobre él, todo fue perfecto por solo un momento.

Tan perfecto y los dos lo capturaron rápidamente y lo guardaron en su memoria.

Changmin acarició suavemente el cabello negro e instó a su cabeza a levantarse mientras colocaba sus manos detrás del cuello de Sunwoo acercándolo a sus labios.

Los ojos del menor se cerraron mientras cedía al toque de Changmin. El aguatero dejó que su mano se deslizara por la espalda de Sunwoo, por su parte inferior, la parte posterior de sus muslos y luego hacia arriba de nuevo. Abrió las piernas y acomodó el cuerpo de Sunwoo entre sus rodillas.

Agarró al alto con fuerza y ​​frotó su cuerpo contra él. Sunwoo dejó escapar un jadeo estrangulado unos momentos después.

— Amor ¿Quieres que arruine mi ropa?

Changmin río y dejo caer su cabeza en el césped.

— ¿Por qué? ¿Vas por ese camino? — interrogó coqueto.

— Lo haré si sigues así...

Changmin río y en ese instante gotas de agua empezaron a caer del cielo, ninguno hizo nada al respecto, como no dejando que absolutamente nada les arruine el momento.

Se quitaron las chaquetas en medio de besos y lo usaron como mantas.

Changmin sonrió extenso y cayó sentado sobre las largas piernas del moreno, con el trasero pegado a sus muslos, el cuerpo hacia adelante y las piernas separadas casi rodeando la cintura del pelinegro puesto que quería quedar en una posición en la que pudiese observar a Sunwoo.

El capitán lo abrazó y enterró su nariz entre los mechones blancos de su Hyung para aspirar ese delicioso aroma que mucha paz le traía. Sus cuerpos de a poco empezaban a mojarse, afortunadamente no era una lluvia torrencial, pero era suficiente para hacer el ambiente mucho mas caliente.

El bajo se sentó rectó y se despojo de sus lentes y los tiro sin temor a que este pudiera romperse. Observo al moreno, quien ya tenia el jersey muy mojado y pegado a su pecho y sus mechones negros también estaban adheridos a su frente.

Oh ni siquiera supo como lo hizo, pero ya no contaba con su jeans y solo estaba con la camisa mojada, que cubría totalmente su entrepierna, colocó ambas manos sobre el estómago de Sunwoo, dandole una imagen adorablemente pervertida.

Siguiendo los deseos que ninguno aún soltaba, mas su cuerpo sí, Sunwoo dirigió aquella misma mano suya que se había posado sobre el muslo del platinado por una zona un tanto excitante, muy privada. La mano del moreno descendió hacia el trasero de Changmin cuyas piernas, flexionadas y bien separadas, le permitieron plenamente explorar por su zona baja. El bajo jadeó un poco al sentir la yema del índice de su Dongsaeng trazando suaves masajes sobre la periferia de su entrada hasta obligarlo a tener que emitir un gemido mucho más alto para cuando aquel inquieto dígito ingresó en él. 

Changmin llevó la cabeza hacia atrás debido a que el dedo de Sunwoo alcanzó más profundidad dentro suyo sólo para tener que retirarse de manera rápida, de forma intempestiva.

Volvieron a besarse mientras Changmin llevaba sus manos gimiendo alto al botón del jeans de Sunwoo, mientras este empezaba a embestirlo con mayor profundidad y velocidad.



— ¡Agh!





De manera torpe Changmin logro bajar el cierre y tomo el pene del contrario hasta sacarlo de su ropa interior.

Sunwoo se relamio los labios, viendo como las gotas de lluvia caían por el largo cuello del peliblanco, como podía apreciar sus hermosos ojitos sin ningún tipo de cristal.

Sunwoo podía suspirar y volver a hacerlo hasta el cansancio cada vez que su mirada se centraba en la cintura de Changmin, debido a la tela mojada que se pegaba perfectamente a esa cintura sensual, ideal para sus grandes manos que incontables veces la habían sujetado.

Con su mano libre lo capturó atrayéndolo a él, forzando a Changmin a empinar tan sólo un poco las caderas para levantar su precioso culo. Las yemas de los dedos del moreno se plantaron en la húmeda espalda de su Hyung, deslizó sus dígitos hacia abajo encontrándose entonces con ese hermoso par de glúteos.









—Mierda...








El miembro de Sunwoo, tan ancho como venoso, de un tono moreno exquisito, se deslizaba hacia el frente y retrocediendo bajo la prenda íntima de su Hyung, el contraste era sublime, su imponente pene erecto combinaba a la perfección con esas translúcidas blanca tela y aún más con el trasero del mayor debajo, fricciones que causaban que Changmin gimiese.






— Mmm — Changmin empezó a menear sus glúteos, tratando de buscar mas profundidad de los dedos de Kim y buscando mas fricción entre sus miembros.

La ancha punta de la hombría del pelinegro se ubicó por fin sobre la entrada, haciéndo a un lado la ropa interior de Oh.

Presionando con el pulgar su glande, obteniendo de ese modo, que rosados bordes del ano de Changmin se expandan para recibirlo. El apretado orificio del mayor empezó a devorarse completamente la punta del pene de Sunwoo para después, con un poco de presión por ambas partes, ir recibiendo aquel jugoso mástil entero.

El moreno tiro la cabeza para atrás, no creyendo lo jodidamente bueno que era lo que estaba sintiendo, sobrepasando cualquier sensación que había sentido antes.

Changmin gimoteó, no con dolor sino más bien con placer, por lo que rápidamente intentó callar aquel mismo; sin embargo Sunwoo era muy precavido, al segundo en el que su Hyung liberó el gemido, se inclinó hacia adelante acariciando con una mano la mejilla de su bebé preocupándose por no causar daño.




—¿Duele?

Changmin negó, moviendo su empapado flequillo.

—Confiaré en ti... relájate, empina un poco más tu bonito trasero y déjame hacerme cargo de ti.

—Ujum.






La onda de calor invadió pronto los cuerpos de ambos jóvenes, Changmin empinó bien el trasero colocando este a disposición de Sunwoo y su duro órgano viril. La gruesa erección del moreno fue adentrándose, lentamente, abriéndose paso por las paredes de su Hyung, tan angostas como suaves, su pene parecía sofocarse ahí dentro.

Gotas de lluvia caían por sus cuerpos. Sunwoo gruñó ante la imagen, ya no podía soportarlo, necesitaba enterrar completamente su pene para hundirse en la delicia del placer sexual. El moreno impulsó con cuidado la pelvis, un estratégico movimiento que causó ciertos espasmos en Changmin al haber rozado bien su punto sensible.







— ¡Ya, Sunwoo!







La pronta invasión llegó, el pene de Sunwoo se deslizó entero en la estrecha cavidad de Changmin cuyo placentero gemido pudo oírse por todo el vacío lugar. El peliblanco se sintió lleno, totalmente ocupado, había una exquisita presión en su vientre que no le permitía pensar con claridad además de sólo enfocarse en desear que su capitán lo tomase con fuerza.

Kim presionó los dientes, la mandíbula se le hizo más pronunciada, hubo un centenar de los más obscenos pensamientos por sólo haber recibido la inigualable calidez de ocupar el interior de su aguatero, su pene empezó a palpitar casi al segundo, la presión que las paredes del bajo ejercían no lo estaban ayudando en nada.

Sunwoo se mordió el labio y elevó la pelvis para después retirar parcialmente su hombría sin poder evitar gemir en complacencia al sentir cómo el ano de Changmin parecía querer retener su polla dentro, aquellos bordes no le permitían liberarse, tan expandidos, lucían ansiosos por su pene cuyas venas indicaban la sofocante excitación que se centraba ahí debajo.

Y con una mirada más, como despidiendo fuego de ella al curvar su arrogante sonrisa, Sunwoo empujó la pelvis de un sólo golpe deleitándose con el buen gemido que Oh consiguió liberar.





—¡A-ahh!

Sunwoo disfrutó de los entrecortados gemidos que salían de la boca de Changmin, aquellos seguían un ritmo desigual pero excitantes de todos modos, delataban el gusto de su bebé por recibirlo. El menor lanzó al aire una grosería más, en sus ojos sólo existía el brillo de la lujuria y del deseo al poder observar el delicioso cuerpo de su chico posicionado para ser tomado.

Bramó alto viendo las ondas de las nalgas de Changmin al ser golpeadas por su pelvis, dejándose enamorar y provocar por aquel jugoso culo que lo recibió tan bien.















— Mierda Sunwoo....así~











La compañía de la lluvia hacia el momento una maldita tentación.

Changmin no dejaba de pedir por más, entre sus ininteligibles alaridos, sus ojos se pusieron en blanco suplicando que su capitán golpease aquel punto suyo, que lo destruyese, que fuese violento con aquel para provocarle el mejor de los orgasmos.

El moreno llevo sus manos a los glúteos de Oh para apretarlos, para poder dar inicio a la serie de repetitivas pero profundas estocadas a las que Changmin estaba gustoso de recibir.

El pene de Sunwoo parecía taladrar su interior, buscando una inalcanzable profundidad por medio de sus rápidas embestidas, la pelvis de Kim iba y venía, estrellándose con su firme trasero, haciendo que en el sofocante ambiente se escuchasen los golpes de sus ardientes pieles a un ritmo que consideraron increíble o hasta profesional.






— Por dios Sunwoo...







Las venas en los brazos y cuello de Sunwoo se hicieron tan prominentes como las que embellecían su erección la cual, a decir verdad, estaba a nada de explotar y pensar que debía dejar su espesa carga viajando por el interior de Changmin lo motivaba a hacer de cada una de sus estocadas las mejores que el mayor pudiese recibir, cada una debía ser incluso más placentera que la anterior; aunque de todos modos, Sunwoo sentía que cada embestida suya era inútil pues no conseguía ensanchar a su Hyung, todo lo contrario, parecía volver su interior aún más estrecho, más complaciente, como si supiese que cada vez en la que tendría que recibirlo, aquella cavidad debía mantenerse apretada.

Changmin gimió y se dejo caer en el pecho del pelinegro, haciendo que Sunwoo reduzca el ritmo de sus embestidas por el momento ya que ambos necesitaban un poco de fresco oxígeno para sus pulmones.

Changmin chillo pero las suaves estocadas que Sunwoo le aplicaba de manera circular, meneando sus hábiles caderas, amando como Sunwoo lo rompió para después hacerlo dócilmente.







— Mmm...








La respiración de Sunwoo se volvió agitada, poco a poco, como si estuviese almacenando una buena cantidad de dinamita en su cuerpo liberando así esa explosión de placer al volver a embestir a Changmin con toda la pasión que se le fue permitida.

El peliblanco abrió la boca, suplicandole con los ojos que no detuviese sus estocadas, podía claramente sentir el pene de Sunwoo tocando rincones profundos, la manera en la que deslizaba por su estrecho interior, el modo en el que sus paredes palpaban el grueso falo del futbolista punzando listo para correrse. La sensación de ser penetrado le resultaba tan maravillosa, aquella elevaba su libido hacia las nubes, al paraíso mismo, mientras que los gruñidos de Sunwoo lo traían de vuelta a la realidad, al placentero Edén terrenal en donde el sexo le hacía recordar la delicia creación de Oh Kyu.

Changmin elevó un fuerte gemido en el aire cuando Sunwoo retiró su pene intempestivamente. Los hizo girar para quedar ahora abajo, con el moreno entre sus piernas.

Sunwoo estampó las manos en el trasero de su Hyung, sacandole la mojada ropa interior y abriendole las piernas y observo con morbo la belleza de un satisfecho culo roto. Dilatado y contrayéndose con lentitud, el ano de Changmin buscó tentar la lujuria de Sunwoo para volver a ser profanado; el mayor actuaba como si fuese una urgente necesidad, un incontenible deseo de poder ser embestido y complacido, con el fervor de querer que Sunwoo hiciese con él lo que tanto deseaba y que por supuesto el moreno captó de inmediato al ser testigo del sensual movimiento de las caderas del aguatero.

Ninguno podía creer la actitud del otro. Changmin estaba sorprendido por la forma en como Sunwoo es en el sexo, dejando atrás su lado infantil y torpe para dar paso a este sensual hombre complaciente en todo y el capitán tampoco se quejaba del nuevo descubrimiento, de Oh Changmin en su forma sumisa.











—¿Quieres que entre de nuevo, Oh? — hablo sensual.

—¡Dios! ¡La quiero, por favor!

—¿Quieres qué, joder? Dilo...estoy a un paso de volverme loco, quiero enterrar mi jugosa verga en tu apretado culo pero si no lo pides como se debe, como un niño bueno está acostumbrada a pedir, nos iremos a la mierda los dos.




Los labios de Changmin temblaron parcialmente, lloriqueando sin poder controlar su sofocante excitación y el abrumador anhelo por desear ser penetrado.

Permitirse la ausencia del pene de Sunwoo sería algo devastador, no lo quería. Podía decirse que ni él mismo se reconocía, la adicción por el placer anal había volcado cada pensamiento cuerdo en él para ser reemplazados por el magnífico deseo de sentir su interior muy bien lleno, tan ocupado, por la polla morena de Kim Sunwoo.







— Te necesito dentro — pidió y tomo el rostro del moreno y lo acerco a sus labios — Jodeme tan bien capitán Kim.




Un fuerte manotazo en su trasero y Changmin vio su mundo girar.  Vio al pelinegro tomar su pene, aquella lucía jugosa y apetecible, con una longitud tentadora y un grosor increíble, un falo de carne decorado por venas que reflejaban el poder de su excitación. Un pene moreno que Oh podría asegurar que sabría sumamente delicioso.

Changmin observó a Sunwoo con una clara expresión de arrogancia maquillando su rostro al obsequiarle los más ardientes gestos que dejó zonas estratégicas en su cuerpo parcialmente coloradas gracias a aquel.

Changmin sintió cómo lentamente, segundo a segundo, la onda de calor volvía invadir su corrompida mente gracias a la intromisión de tan exquisito trozo de carne. Oh gimio alto, frunció los labios para liberar un placentero suspiro a medida en la que la ancha polla de Kim se encargaba de expandir nuevamente su apretado interior, ajustándose a sus paredes, moldeando su intimidad.







— ¡Sunwoo!







Changmin soltó el nombre de su capitán, alto como una mezcla de placer, sofocación y desesperación; lloriqueaba con verdadera lujuria por no sentirse capaz de ir lento.







— Mierda, Oh — gruñó y Changmin elevó un gemido prolongado.






Sunwoo observó detenidamente el excitante contraste entre sus pieles, el hermoso trasero, tan blanco como rellenito, mientras el se enterraba en el.

La imagen hizo volar la mente del pelinegro, la gula sexual cegó por completo cualquier pensamiento inocente que pudiese existir en él pues no había forma de que cualquier humano se resistiese a la perversión de ver semejante cuerpo.










— Joder mi amor.








Sunwoo sostuvo el trasero de Oh con ambas manos, apoderándose de ellas para que las yemas de sus dedos dibujasen lascivas marcas rosadas en la piel de su bebé hasta finalmente separarlas y dejarse enamorar por la obscena imagen hallada. Los deliciosos bordes colorados del ano de Changmin aprisionaban su ancho pene casi con la misma posesión con la que él sujetaba sus glúteos, aquello fue excitante, una ardiente imagen que enorgulleció al menor.

Gruño sintiéndose posesivo. Ninguna otra polla ingresaría ahí, nadie en la vida causaría más placer a Oh Changmin como él lo hacía.

Sunwoo no se contuvo y dejó ir un gemido igual de alto para cuando su pene fue bien aceptado en el interior de su bebé, aprisionado por su angostas paredes húmedas desde adentro y bien ajustado por el bonito ano que retenía su hombría.

Changmin se entregó totalmente, sus jadeos se hicieron tan altos, que incluso opacaron al sonido de la lluvia.

Con el mayor ayudando en los movimientos, logró que el pene de Sunwoo se sintiese más que satisfecho, pues el mayor había aprendido muy bien a cómo tratar un buen miembro como el que tenia su capitán, acogiéndolo en su estrecho interior, masajeándolo con sus húmedas paredes al mejor ritmo frenético con el que se movía.

El compás que marcaba el aguatero hizo que el moreno se relajase a sus anchas, su Hyung lo estaba haciendo muy bien, trabajando con su dura erección de ese modo hasta conseguir que las pulsaciones reflejasen el deseo abrumador por vaciarse.






— ¡Sunwoo! Sunwoo, Sunwoo, Sunwoo....


Sunwoo gruño al oír su nombre de esa manera, estampo nuevamente sus manos en el trasero de Changmin para poder sujetarlo con fuerza, tan potente como posesiva, para ser él quien pudiese hacerse cargo de las estocadas hacia el apretado interior de su Hyung.

Changmin cerro los ojos liberando un entrecortado gemido al sentir la potencia con la que Kim comenzó a embestir su pequeño orificio, levantando las caderas para enterrar todo en él, sin piedad ni torpeza; Sunwoo hizo tan bien su trabajo al enloquecer a su chico con todas y cada una de las embestidas que le estuvo propinando, hasta oírlo gemir con demencia y lujuria, hasta forzarlo a dejar ir sus más lascivos pensamientos por medio de ininteligibles palabras, hasta haber dilatado muy bien aquel lindo culito con su gran pene.

El moreno gruñó y retiró por completo su duro mástil, el cual realizó un corto movimiento al salir gracias a la sorprendente rigidez que mantenía, sacudiéndose hasta golpear con su pelvis tomando un breve descanso que el platinado no deseaba prolongar para nada.




— ¡SUNWOO!








El futbolista se había incorporado ágilmente, logrando atraer a Changmin hacia el frente una vez sentado y así, con la lujuria cegándolo, darse el placer de lamer aquel hermoso ano recién dilatado. La lengua de Sunwoo se introdujo de golpe en Changmin profanando justo en su intimidad ardiente con una demencia calificada como excelente, sin importarle cómo Oh se retorcía en su posición, suplicando entre gemidos, sacudiendo su trasero contra su rostro para acabar con cualquier grado de inocencia en el moreno.

La lengua del menor se paseó con sumo descaro por ahí, saboreando los suaves contornos, palpando las húmedas paredes que liberaban espasmos tan seguidos como las extremidades de Changmin en sí. El mayor temblaba desde los pies a la cabeza, la sensación lo ameritaba, su ajustado interior acababa de ser vilmente tratado hasta dejarlo tan caliente para después recibir la escurridiza frescura de la lengua ajena invadiendo su cavidad.

El bailarín sintió que moriría.

Changmin se hallaba otra vez reducido sin siquiera poder quejarse pues la labor oral de su capitán manifestaba a través de su cuerpo todo el placer que alteraba sus sentidos. El mayor jadeó, de manera alta y sensual, para poder mover sus caderas intentando que el rostro de Sunwoo quedase muy bien hundido en medio de sus nalgas.

A los pocos segundos, Sunwoo soltó a Changmin, sin perder más tiempo en invadir su espacio personal tras haberle separado las piernas para poder ubicarse correctamente entre ellas.

La mirada de Sunwoo lo decía todo: Sexo; lo único en lo que podía pensar de momento y Changmin captó perfectamente el mensaje sin tener más alternativa que elevar bien las piernas para poner a disposición su lubricado orificio. El moreno sonrió al apreciar la bonita cavidad ofrecida, expandiéndose y contrayéndose con lentitud, hasta hacer de su sonrisa algo excitante al confirmar la inigualable sumisión de su bebé.

Fue inclinando poco a poco la columna hacia el frente y así mismo posicionó una mano en la mejilla de su Hyung, acariciándola con cuidado, apreciando la lascivia en los preciosos ojos pequeños.

Changmin tenia las mejillas alborotadas en rubor, labios húmedos dibujando una complaciente boca entreabierta y un bello par de ojos brillantes que eran adornados por lindas pestañas igual de mojadas.







— Dios amor, me estas volviendo loco.







Sunwoo posicionó la ancha punta de su miembro en la entrada del mayor dejándose cautivar por el exquisito gemido que Changmin elevó en el ambiente.










—S-solo entra Sunwoo...









Sunwoo se adentró casi sin dificultad, su erecto miembro se había deslizado dentro de Changmin por completo provocando en este un acalorado gemido por el golpe que el pene del futbolista dio contra su punto sensible, gemido el cual Sunwoo silenció de la mejor manera posible al pegar sus labios contra su boca.

Oh pensó que había perdido la razón y si no aún, estaría ya por perderla sin saber cómo reaccionar al ser embestido y tratado con  esa pasión por medio de un beso. Sunwoo podía manejarlo todo bien, tanto el exquisito beso como sus frenéticas penetraciones que alcanzaban aquella profundidad tan requerida, deslizándose y golpeando, masturbando su propio falo con las ajustadas paredes de Changmin cuyos espasmos contraían todo ahí dentro.

El pene del moreno pulsaba, parecía querer bombear pronto el esperma que había retenido por mucho tiempo en sus testículos pues cada estocada suya era bien recibida por la estrechez de su Hyung, algo que sofocaba su pene, algo que estaba incitándolo al más lascivo orgasmo.

Sus lenguas se combinaban desesperadas, humedeciéndose aún más, batallando por una victoria en la cual ambas habían ya ganado. La lengua del moreno se deslizó por los labios de Changmin lamiéndolos para poder succionarlos después, atrapar la lengua del aguatero con la boca, chuparla y dejarla libre hasta dejar que la boca del pelinegro imitase su previa acción.

A Kim le encendía mucho cuando Changmin enloquecía por sus besos y quería dirigirlos, tomar su boca con posesión y juntos deleitarse por el agradable sabor de bayas y chocolate.

La lengua del mayor relamió los labios del moreno para poder luego capturar el inferior con sus dientes, ejercer una mínima presión que resultó excitante para el contrario obligándolo a gruñir y después dedicarse al cien por ciento al apasionado beso.

Changmin iba pronunciando frases, tan incomprensibles gracias a la invasión de la lengua de Sunwoo en su boca así como también los interminables gemidos que salían despedidos de su garganta debido a los repetitivos golpes que su interior recibía gustoso. Oh se sentía caliente, tan excitado al tener sobre él a su ardiente capitán, quién  estaba tan mojado como el.








—¡Uh-uhm!






Sunwoo empujó más su latente erección. El ancho glande del menor golpeaba en un inicio contra el punto sensible de Changmin para después deslizarse completo rozándolo, se hallaba estimulando la zona más sensible en su interior, aquellas repetitivas estocadas estaban enloqueciendo a Changmin, se daba cuenta que podría llegar a correrse en cualquier momento si todo continuaba así y no le importaba mucho pues sabía cuán orgulloso quedaría Sunwoo de verlo eyacular sin usar las manos.

La magistral pelvis de Kim, con un don único para moverse, que empleaba demasiado bien, emprendía un ritmo exorbitante, golpeando el interior de su Hyung para apoderarse de todo allí dentro con la fuerza de sus embestidas. Fueron minutos llenos de pasión, gloria y lujuria en los que perdieron noción del tiempo y de la cordura, en donde los ojos de Sunwoo se mantenían fijos en las expresiones que le causaba el delicado rostro de Oh, la sola expresión de lujuria en Changmin lo estaba arrastrando al orgasmo, al deseo, a la perfecta adrenalina de poder correrse en tal ano ajustado.

Changmin no hizo más que rogar, rendido ante su propia sumisión en donde gemía por seguir siendo tomado de aquella manera en la que su cavidad se vio totalmente satisfecha; alzaba gemidos placenteros, deseando que las estocadas de su capitán no se detuviesen.





— V-voy a...




Sunwoo impulsó la pelvis de un sólo golpe dejando que Changmin expresase un auténtico gemido lleno del más sofocante placer pues tal cual como lo había pedido, las embestidas de Sunwoo fueron de todo menos suaves, aquellas iban rápido a un ritmo asombroso que calentaron el interior completo del peliblanco forzándolo a presionar y presionar sus angostas paredes para poder exprimirlom

Las estocadas no parecían tener un fin, los golpes entre sus sudadas pieles resonaban por todo el verde lugar, combinándose con los excitantes gruñidos de Sunwoo y los complacientes gemidos que Changmin lanzaba bajo él.

La brutalidad con la que el mayor iba siendo embestido no podía quizás compararse con nada, le encantaba esto, gustaba como este tierno moreno revelaba ese lado tan ardiente, tan carente de inocencia para arrastrarlo al mejor lado del sexo.

Changmin emitió una vez más otro gemido, tan alto al sentir que su interior vibraba, cómo aquel se hacía más ajustado, más cálido, más sensible ante las penetraciones con las que el alto terminaba de destruir su punto.

El menor sujeto la estrecha cintura de su Hyung con ambas manos, firmemente de allí obligando al mayor a que pudiese elevar tan sólo un poco la espalda, otorgándole el delicioso espacio y permiso para poder emprender otra serie de insaciables estocadas hacia su interior. La posición permitía que el dulce punto de Changmin fuese más que deliciosamente tocado, llenando de excitación el cuerpo del bajo en especial en su pene el cual Sunwoo vio como una obra de arte al ir palpitando sin control.

Estaban cerca, muy cerca de juntos eyacular, todo el semen que habían contenido sería liberado y con un par de fuertes estocadas, duros golpes hacia su intimidad, Changmin fue el primero en entregarse al orgasmo.






— Mierda, mierda...m-mierda




Sunwoo enterró su gran mástil lo mejor que pudo sintiendo de inmediato la corriente eléctrica atravesando sus sentidos, la exquisita sensación del orgasmo lo golpeó de tal manera que por fin, su hinchado pene empezó a despedir su esencia. La espesa carga del moreno viajó por todo el interior de Changmin gracias a las embestidas que no cesaron, sí redujeron su intensidad, mas nunca se detuvieron pues el propósito, incluso al estar eyaculando, era poder recibir mucho más placer para él.

El mayor gimoteó, con tanto cuidado y de manera inconsciente, llamando la atención del Sunwoo cuyo único método para complacer a su bebé se vio resumido a ir hacia el frente y llenar de besos el rostro de su chico, con devoción y con el mismo cuidado con el que Changmin dejaba ir los últimos gemidos que en su boca se formaron.

Los labios rosas de Sunwoo besaron con calidez ambas mejillas paseándose pronto hacia la nariz y finalizando en aquella boca linda en donde Oh volvió a experimentar el sabor del chocolate colándose en su paladar.

Un beso de pocos segundos, ni muy corto ni muy largo, esencial para poder apaciguar el calor de la brutal ronda a la que se habían entregado.

Sunwoo besaba la piel mojada de su Hyung mientras que con una mano acogía su suave mejilla tibia; Changmin era tan precioso, cada una de sus facetas, las conocía y las que sentía que estaba por conocer, había tanto por lo cual adorar a su bebé que la única manera para hacerlo fue por medio de sus empalagosos besos.




— ¿Te sientes bien, bebé? — el menor depositó un dócil beso corto en los labios de su Hyung.

Changmin asintió débilmente y llevo sus manos tras el cuello del alto.

El menor hizo a un lado el mechón mojado del aguatero y se quedo embelesado una vez mas con su mirada.

Sentía aún toda la adrenalina correr por sus venas, así que haciendo uso de ellas, se declararía o al menos le pediría al mayor que dejase de ponerse celoso de "ese chico" porque el chico que le gusta no es nadie mas que el.

— Changmin... — llamó por su nombre, para que este entienda que hablaba enserio — Muchas personas empiezan a gustarse de la claridad de la gente.

El platinado fruncio el ceño al oírlo, para después hacer una mueca al sentir que algo le pinchaba la cintura.

— La luz es fácil de amar — trago grueso y se acerco a su rostro — Oh Changmin, yo quiero ver tu oscuridad.

El mayor pestañeo sorprendido, no sabiendo que responder a ello y de los nervios, llevó su mano a la cosa que lo pinchaba y lo levantó para verlo.

— ¿Porque tienes esto? — jadeo incrédulo al ver el objeto que parecía que había caído de los bolsillos del jeans del menor.

Sunwoo lo miro confundido y vio el llavero con una letra Q colgando.


— Es de mi hermana, se le cayo y olvide devolverle...

Changmin no podía creer lo que escuchaba. Esa llave era de su motocicleta y según Sunwoo esa llave es de su hermana.


¡Maldita sea, la hermana de Sunwoo es la mujer de las carreras!

Tiro su cabeza para atrás y río por lo mierda que es la vida.

— ¿Que? — preguntó Sunwoo totalmente confundido.

— Nada...solo que soy un completo desastre y es lo mejor que tengo para ofrecer...

— Bueno, yo soy arte pura...no se tu.

Eso hizo reír a Changmin y abrazo al menor. Quizás parecía ser un cliché, eso de hacer el amor bajo la lluvia y ahora estar acostados sobre el césped mientras se abrazaban, pero Changmin no pudo sentirse mas bien en ese instante, con algo de césped y flores cubriendo sus cuerpos, pero con su mejilla recostada sobre el pecho de su capitán, a través del cual lograba escuchar los escandalosos latidos de este.

Hubo una pausa tranquila y para nada incómoda, ahí yaciendo en el césped, la diestra de Sunwoo empezó a acariciar la blanca cabellera de su pequeña ardilla mientras ambos se relajaban, Oh no quería abandonar esa posición, le gustaba el calor de su capitan, pero se le hizo una vital urgencia el tener que incorporarse para ver la sonrisa arrogante del arrogante de Sunwoo.

Las risas no se hicieron esperar para el instante en el hicieron contacto visual, aunque al mismo tiempo fueron breves ya que Sunwoo volvió a atacar los labios de Changmin buscando desesperadamente recibir mucho afecto de ellos; besos gentiles y algunos intensos, como una montaña rusa de sensaciones perceptibles a través de sus bocas que buscaban a como diese lugar mezclar el sabor de bayas y el chocolate que sellaron desde un comienzo como primer beso Labios húmedos y algo hinchados, así fue como quedaron los de ambos cuando se distanciaron, pegaron sus frentes y volvieron a sonreír mientras sus manos buscaban un pronto contacto hasta entrelazar los dedos.







Changmin solo deseaba estar con alguien con quien pudiera ser el mismo, sin miedo a las repercusiones que pudiesen tener sus pensamientos, decisiones y acciones.

Y tal vez Sunwoo podría ser aquella persona. Que entienda que el es Changmin y Kyu al mismo tiempo y que sobre todo, lo acepte.





























AAHHHHH

Vuelvo después de mil años, sjsjsjs amsorri.

Espero que aún les este gustando la historia y que estén conforme con el rumbo de el, porque ahhh, amo a este Sunwoo, real!!!!

Entre todos mis Sunwoo, este sin duda es mi favorito ♡♡♡

¿A ustedes que Sunwoo de mi universo es su favorito?


El fin, esperó leernos en un próximo Martes o Sábado y nada... Los ailobiu :3


18 de octubre del 2022

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