Prólogo

Prólogo

—¿Lincoln?

Otra vez esa voz dulce atraviesa la consciencia del albino como una alarma, tirando de los hilos el cuerpo tendido de él en su cama sudada. Lincoln se despierta sin aliento, los ojos celestes intentan orientarse, repasando con la mirada las paredes de color verde opaco bañado en la oscuridad.

—¿Luan? —casi grita, raspando con su propia voz las paredes secas de la garganta. Arrugando la frente a causa del temor, Lincoln observa el cuarto. Casi vacío, busca entre los pocos muebles que tiene, esperando que su hermana se encuentre detrás del armario marrón, incluso debajo del escritorio donde descansa una lámpara de mesa junto a una notebook bañada de papeles.

Pero no está, solo está él, su corazón agitado, la piel fría bañada de sudor, los ojos celestes pesados, y las paredes donde se ha formado un nuevo hogar. Lincoln se levanta de la cama sin dejar de agarrarse el rostro con la mano, el frío suelo abraza a los pies del chico, despabilando la mirada de este. Aún no se acostumbra a la nueva vida que tiene, el nuevo hogar donde se ha mudado hace tan solo cinco días, y le falta traer más artefactos que le darán vida a los espacios vacíos, donde a veces cree observar figuras que lo miran.

—¿Otra vez un lunes locos? Incluso lejos de mi familia lo Loud se hace respetar —comenta la voz ronca de Lincoln a causa de la deshidratación matutina. El albino de dieciocho años sale de la compacta habitación, parecida a la cual siempre ha vivido en la casa Loud, pero esta vez con una ventana con mejor paisaje.

Llegando a la sala de estar donde también se comparte el comedor y la cocina tan minimalista que llega a ser incómodo incluso para el nuevo dueño de esta, el reciente cumpleañero se tira sin pensar de espaldas al sofá, ignorando la tela reacia marrón donde paso dos años en el garaje del Señor Quejón.

Diez minutos contados deja la mirada en el techo apático, no hay nada interesante que explique ese lapso de disociación, solo los cajones llenos en su mente donde asuntos pendientes llama a la puerta varías veces, incluso cuando los brazos de Morfeo protegen los sueños de él. Es como una cárcel donde la luz deja de fluir, entrando uno que otro lazo blanco donde rescata la consciencia perdida de Lincoln entre las siluetas que lo persigue.

El celular interrumpe el silencio, otra alarma programada para despertar el adormecido cuerpo del albino, logrando tal objetivo cuando él vuelve a poner en marcha la rutina.

Limpia los planos de su cena de carne a la plancha con arroz condimentado a gusto, agarra la ropa de su trabajo que ayer tiró en pleno camino, deja calentar el agua para su café habitual en la estufa de la cocina, y comienza a cambiarse sin antes darse una refrescada a su imagen rápida en el lavamanos del baño. Así es la vida rutinaria del nuevo Lincoln independiente, logrando por fin lo que una vez lucho por meses para poder vivir sin ayuda monetaria de sus tutores, como todas sus demás hermanas mayores.

El primer sorbo amargo de cafeína es igual al último, ¿quién lo llamó hoy a la mañana? Intenta poner en orden la memoria, todo sigue igual de difuso, ¿una de sus hermanas? ¿Luan?

—No… ella no pudo ser, ni podría cómo hablar... —los labios amargos de él parece hacer el ademán de decir algo más, agregar una confesión donde convertiría su diálogo en una sentencia, pero no lo deja salir.

La única foto donde la familia de numeroso integrantes reluce en la vacía casa, está debajo del mueble donde debería haber un televisor. La misma foto que una vez regalo a sus padres para el día del padre. El vidrio donde protege la imagen de una familia contenta y unida, está marcado por dos cruces, una encima de Lola y otra en Luan. Hermanas que han desaparecido, inquietando a la ciudad.





Bienvenidos a una nueva obra, les parecerá difuso a lo que quiere llegar este fanfic, pero siganlo, tocará un tema en particular algo tabú (incluso más o igual que el incesto), esto para los morbosos que leen este enunciado. Es un pequeña spoiler esto, depende de cómo será recibido cada capítulo, me entusiasmare en entregárselo más pronto. Nos vemos.

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