Capitulo 8
Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.
Madara se paralizó al ver el rostro de Hinata viéndolo directamente a él. Parecía haberse quedado sin aliento, no respondió a los llamados de Izuna y su piel se estaba enrojeciendo, no precisamente por la pena o la vergüenza, esto era algo más serio.
Izuna a su vez, escuchó las llamadas a Ima por parte de la joven y salió para ver de que se trataba. Miró sangre sobre el piso de madera que seguían hasta las escaleras. Fue en ese momento que la vio parada sin moverse, mientras el pantalón de pijama en color lila se manchaba con el líquido carmesí. Percibió el chakra de la chica y se dio cuenta que estaba muy mal. Trató de conseguir su atención, pero la fuerte voz de su hermano lo detuvo y pudo escuchar lo que dijo.
Quiso acercarse para tocarla, pero temió ponerla aún peor y fue en ese momento que optó por llamarla, puesto que comenzó a vomitar y a convulsionar. Apenas lo hizo y como si se tratara de un rayo, Obito llegó hasta ella con el rostro llenó de pánico.
—¡Hinata!—la llamó Obito, pero la precisión en la cabeza de la chica ya no le permitió escuchar con claridad. Lo único que permaneció en su cerebro haciendo eco, fue lo último que declaró su esposo. El corazón le latió de manera muy irregular, tanto que sus oídos parecían querer explotar. Sintió la calidez entre sus piernas y lo supo, supo por ella misma, que su bebé se había ido. No sabía si había gritado, o sólo lo imagino, pero después se estremeció sin voluntad propia, cayendo en lo más oscuro.
—Ella esta muy mal... ¿que le sucede?—preguntó Izuna, cuando su sobrino la tomo en brazos mientras la chica continuó vomitando y convulsionando. Obito no perdió tiempo y se dispuso a bajar la escalera.
Sin responder nada, el mas joven se dirigió a toda prisa hacia la entrada principal. Madara miró como el pequeño cuerpo de su mujer se estremeció en medio de convulsiones involuntarias, al mismo tiempo que la sangre entre la ropa mezclada en los brazos de Obito, anunciaba algo muy malo. Un escalofrío lo invadió desde los pies a las cabeza. En ese momento se arrepintió de haber dicho todo lo que dijo, pero las palabras de Suki lo habían enfadado tanto, que no midió la magnitud de todo lo que dijo.
Flashback
—Madara-san, que bueno verle—Suki llegó hasta su casa en el momento en que el regreso de hacer el recorrido nocturno, luego de tanto tiempo sin estar en el distrito Uchiha. Podía haberlo hecho al día siguiente, pero no quería estar a tan poca distancia de la ojiperla sin poder entrar a verla.
—Ya te dije que no vengas aquí—le dijo sin voltear a verla, pero ella lo estiró del brazo.
—Lo se, pero ya no tiene que guardar las apariencias con esa mujer—aseguró con fingida melancolía.
—¿Porque lo dices?—pregunto girando a verla, cosa que no había hecho.
—Pues a lo del embarazo—Madara frunció el ceño sin entender—Lo mas seguro, es que el padre de esa criatura sea Hashirama, el Hokage—soltó de golpe y sonrió por dentro al ver la reacción de Madara—Ya todos hablan de como siempre están juntos y de como el Hokage entra hasta la habitación de la Hyuga, con el pretexto de ayudarla—antes de poder continuar, Madara le hizo una seña para que se callara.
—Será mejor que dejes de decir idioteces—la chica se silenció y él entró para encontrarse con Obito. Estaba demasiado molesto por lo que dijo Suki y no pudo evitar hablar sin pensarlo primero.
Flashback off.
La ojiperla tendría una niña. Si bien era cierto que no deseaba tener hijos con ella, el pensar que quizás su deseo se cumpliría, le causó un agudo dolor en el pecho.
Sin esperar nada, corrió tras Obito hacia el hospital.
...
—Por favor, necesito ayuda—Shizune miró con preocupación a Hinata en los brazos del chico y de inmediato supo lo que estaba sucediendo. Se apresuró a ir en su ayuda tan pronto como las piernas le respondieron.
—Colóquela aquí—Obito colocó el cuerpo de la chica en la camilla que le indicó la médica—Llamen a Tsunade...¡Rápido!—las enfermeras literalmente corrieron para llamar a la rubia.
—¿Que pasa? ¿Que es ese alboroto?—Tsunade salió de una de las habitaciones donde revisaba a un paciente y apenas vio a Hinata, se apresuró para ir en su ayuda—¿Que le pasó?—cuestionó directamente a Madara, quien ya se encontraba donde mismo que Obito.
—Esta sangrando, también convulsiona mucho y los latidos son irregulares... por favor sálvelas a ambas—suplico Obito.
—Si no logramos bajar su precisión la perderemos—anunció Shizune en pánico. Las dos médicas se llevaron la camilla con Hinata y cerraron las puertas, dejando a los dos Uchihas afuera.
Madara se recargó contra la pared al escuchar que su esposa podía morir. Miró a su sobrino para pedirle explicaciones, pero antes de poder preguntar, el joven se marchó.
Obito se dirigió a dar aviso a Mikoto, también debía informar a los Hyuga. Sabía que podía mandar a alguien en su lugar, pero no quiso quedarse con su tío, lo último que deseaba era darle información, misma que hasta minutos atrás se negaba a escuchar.
[...]
Neji estaba en medio de un entrenamiento, cuando fue llamado a las oficinas de los cuarteles Anbu. El joven frunció el ceño sin saber de que se trataba la interrupción.
Al ir avanzando miró a Kakashi, a quien ya conocía durante el tiempo que llevaba perteneciendo a los Anbus.
—Pasa Neji-san—el castaño esperó cualquier cosa menos, lo que estaba por venir.
—¿Sucede algo Hatake-san?—cuestiono el joven, ya inseguro ante el semblante del peli-plata.
—Se trata de tú prima—el Hyuga se tensó al escucharlo—ella esta en el hospital y su estado no es bueno... creo que debes ir por si lo inevitable sucede—Neji sintió que todo caía sobre él. No debía haber escuchado bien.
—¿Que le pasa a ella? ¿Como que si pasa lo inevitable?—el joven perdió la compostura. Lo mas seguro, era que hubiera sufrido un atentado, o quizás ese maldito Uchiha le hizo algo. No sabía que pensar, lo único en su mente era estar con ella.
—El embarazo se complicó y ella no reacciona—el castaño se tuvo que sentar debido a la impresión de semejante revelación—No te preocupes por nada, ve al hospital yo me encargaré de avisar a tus familiares para que te alcancen allá—el joven salió lo mas rápido que pudo, dejando a Kakashi atrás. Él lo supo cuando Obito le avisó, su amigo estaba realmente preocupado y le pidió de favor avisar a los familiares de la chica, como también al Hokage.
El mismo Uchiha le informó que el mismo le avisaría al resto de sus familiares, como lo eran Itachi, Sasuke y la madre de ambos.
El primero en ser avisado fue Neji y ya había mandado un pergamino al clan Hyuga. Ahora se dispuso a salir del cuartel para hablar personalmente con el Hokage. Solo esperaba que la joven sobreviviera.
[...]
Hashirama continuó firmando documentos dentro de su oficina. Le urgía salir de ahí para ir en busca de Hinata. Tenía días sin poder verla y el regreso de Madara logró inquietarlo. Temía que el poco tacto de su amigo la alterara, ya que el muy imbecil, ni siquiera se molestó en preguntar por su estado durante el tiempo que llevaba la misión y tampoco los pocos días que permaneció en Konoha luego de saber la noticia. Cualquier hombre se hubiera sentido afortunado de ser padre con una mujer como ella. Quizás no cualquier hombre, quizás sólo él.
Sonrió con su razonamiento, pero ante la negativa de Madara, su amor por ella se fue en aumento sin poder hacer nada por evitarlo. Las veces que le limpió las lágrimas, que le dio consuelo, que la escuchó reír, sin olvidar cuando la abrazaba y la sentía temblar entre sus brazos, logró tomarlo desarmado y sin tener como defenderse ante el creciente amor que lograba incluso calentar su pecho, ademas de otras zonas de su anatomía.
—¿Que te pasa? Sonríes como si estuvieras loco—soltó Tobirama cuando entro en su oficina con el informe de la misión que realizó junto a Minato y a Madara. El Senju mayor no sabía que ya habían regresado y al verlo ahí, supuso que Madara ya debía haberse dirigido al distrito Uchiha.
—¿Cuando llegaron?—cuestionó dejando de lado todos los documentos. De pronto todo dejo de importarle, dado que el único pensamiento que se apoderó de su cerebro fue Hinata y el encuentro con su amigo.
—Hace unas horas, nos adelantamos un poco a pesar de las protestas del Uchiha—respondió restándole importancia.
—¿Donde está Madara?—Tobirama frunció el ceño sin entender el comportamiento y la preocupación de su hermano.
—Supongo que se fue a su hogar, pero ¿que sucede?—el mayor le relató lo sucedido durante el tiempo que estuvieron fuera y como la llegada de Madara, podía mejorar, o bien, empeorar el estado de salud de Hinata—¿Tan mal esta?—pregunto el albino al escuchar todo, pues Madara estuvo de pésimo humor durante la misión, pero eso no era algo raro, sobre todo en algún como él.
—Hinata se negó a interrumpir el embarazo, no obstante, si sufre sobresaltos, no solo la bebé puede morir, sino también ella y las probabilidades de que eso suceda son muy altas—confesó adolorido con sólo imaginarlo.
—La amás ¿no es cierto?—preguntó Tobirama seguro de la respuesta, ya que era obvio el gran cambio que su hermano había dado desde que conoció a la joven Hyuga.
—Si—respondió sin rodeos. No tenía casó negarlo, después de todo, quien mejor que su hermano para conocerlo.
—¿Piensas luchar por ella? Me refiero a que es evidente que el Uchiha no la ama y pronto el plazo pautado llegara a su fin—cuestionó esperando que afirmara.
—No pienso interferir en ese matrimonio, pero cuando llegue a su fin, le confesaré mis sentimientos y si me acepta, la convertiré en mi esposa—afirmó, dejando complacido al albino. Él haría todo lo posible por ayudarlo a que se quedará con ella y lograra ser feliz, como lo fue en el pasado.
No tuvieron tiempo de continuar con la conversación, pues alguien sonó la puerta. Hashirama pidió que pasaran, quien quiera que lo estuviera buscando. La mirara de ambos Senjus se dirigió hacia Kakashi, el cual tenía un semblante sombrío y se apreciaba nervioso.
—Hokage-sama, Tobirama-san—Hatake hizo una reverencia a ambos hombres.
—Deja las formalidades Kakashi, mejor dime ¿que te trae por aquí?—algo en el interior de Hashirama, le decía que eran malas noticias, pero no quiso especular antes de tiempo.
—Se trata de la esposa del líder Uchiha—Hashirama de inmediato se puso de pie—Ella esta muy grave en el hospital—no terminó de contar todo, cuando los dos peli-plata, miraron casi desaparecer al Hokage. Tobirama se fue tras el escritorio, sabiendo que debía encargarse de las obligaciones del Hokage por tiempo indefinido. Tampoco es que le molestara hacerlo, sin embargo, lo que realmente le preocupaba era la salud de la chica.
[...]
—No responde—afirmó Tsunade casi desesperada por la condición de Hinata—Aplícale otra dosis del mismo medicamento y coloca otra transfusión de sangre—Shizune hizo lo que le mandó la rubia y poco a poco el corazón de la chica regresó a la normalidad.
—Parece que dio resultado, aunque es muy lamentable lo de la bebé—añadió Shizune con tristeza.
—Lamentablemente, le advertí que esto podía pasar y ahora ella también esta muy mal... aunque su corazón respondió, no se si logrará sobrevivir—la médica continuó limpiando la sangre de la chica. Con ayuda de ninjutsu le cerró las arterias que continuaron sangrando tras la perdida de la placenta.
—Creo que debemos avisar a sus familiares—Tsunade asintió y en cuanto terminó, se dispuso a salir para explicar la lamentable salud de Hinata.
La chica se quedó en la camilla, conectada a diferentes aparatos médicos que le ayudaban a continuar con vida. Shizune se quedó con ella mientras Tsunade se dirigió a la sala de espera para informar. Shizune observó con pesar el pequeño contenedor que usaban para los restos de los bebés no natos y después miró a la joven Hyuga. Si ella lograba despertar sería un gran golpe.
[...]
Neji fue el primero en llegar al hospital y de inmediato preguntó a una de las enfermeras.
—La salud de Hinata Hyuga... ¿como esta ella?—el joven se veía asustado. Tenía muchas preguntas sin respuesta, pero nada era más importante que el bienestar de Hinata.
—Todavía no sale ninguna de las médicas para informar acerca de su estado, lo único pertinente es esperar—muy a regañadientes Neji asintió, no sin antes activar el Byakugan para asegurarse por él mismo, que era lo que pasaba. Con pesar, finalmente lo desactivo y dio unos pasos hacia atrás, sin saber que más hacer. Sus pasos de detuvieron al chocar con las sillas y fue en ese momento, que sus orbes perladas se encontraron con las obsidianas del Uchiha. Ambos se vieron con despreció, ninguno de los dos bajo vista, hasta que la voz asustada de Hanabi rompió el duelo de miradas.
—Nii san...—la chica corrió hacia Neji, seguida por Hiashi—¿Que tiene Hina? ¿Porque está hospitalizada?—pregunto ya con lágrimas en las mejillas.
—Parece que estaba embarazada y algo salió mal—soltó mirando hacia el Uchiha.
—¿Como que embarazada? ¿Porque nadie nos dijo nada?—cuestionó Hiashi, directamente al líder Uchiha, pero antes que respondiera, llegaron Mikoto y Fugaku.
Madara cerró los ojos cansado de no tener noticias. No esperaba los cuestionamientos de los Hyugas. Él pensó que ellos ya sabían todo y encima, el rostro lleno de temor que tenía el tipo llamado Neji, cuando miro con el Byakugan no le dio buena espina y como si las cosas no pudieran ir peor, llego Hashirama formando un gran alboroto.
—¿Que demonios pasó? ¿Porque Hina está aquí?—sin importarle guardar la compostura y llenó de ira hacia su amigo, lo tomó del cuello de la camisa. La extraña escena fue presenciada por todos los presentes, dándole al líder Hyuga la certeza de que ese maldito Uchiha, le hizo algo malo a su hija.
La disputa se interrumpió cuando las puertas se abrieron mostrando a Tsunade con la bata machada de sangre y el semblante sombrío. Hanabi jadeó imaginando lo peor, sin embargo, se armó de valor para preguntar por ella.
—¿Como están?—cuestiono, refiriéndose a su hermana y al bebé.
—La precisión arterial de Hinata, se disparó a niveles muy peligrosos, lo que la llevó a reducir el suministro de oxígeno y de sangre que llegan al corazón y al cerebro, ademas, perdió mucha sangre...—Hashirama sintió que el suelo se movía y Hiashi temía lo peor—Tuvimos que realizar una transfusión y su corazón se reguló de nuevo, pero fue inevitable que cayera en coma—Madara pensó que su pecho iba a explotar. Obito ya había llegado y su mirada se dirigió hacia él en forma acusadora.
—¿Y la niña? ¿Ella esta bien?—tanto los Uchihas, cómo Hashirama, miraron a Madara cuando se atrevió a preguntar por la niña.
—Desgraciadamente no—afirmó Tsunade con el ceño fruncido hacia el líder Uchiha—Le advertimos desde que supimos su estado, que el embarazo no llegaría a completarse, incluso le sugerí interrumpirlo para evitar lo que ahora esta pasando. Trate de persuadirla, le advertí que su vida corría peligro, pero nada hizo que Hinata renunciara al bebé ¿que acaso no lo sabías? Le pedí que lo hablara contigo para que entre los dos tomarán la mejor decisión—Madara se sintió más asqueado.
—Ahora entiendo porque no nos lo dijo—repuso Hiashi, consolando a Hanabi—Ella sabía que le hubiéramos pedido no poner en riesgo su vida. Hinata es tan terca, que prefirió morir antes que quitarle la vida a su bebé—afirmo el castaño.
—Ella me confesó que buscaría su ayuda y que se iría con ustedes al complejo Hyuga, pero las múltiples salidas de todos y los conflictos bélicos por todos lados, no le permitieron pedirles ayuda—las miradas de los Hyugas se fueron hacia Obito—Dijo que no confiaba en nadie mas para que le ayudaran con Kuro y con Tobi—Neji se reprendió a si mismo por no haber imaginado nada. Estaba tan ocupado con los entrenamientos y las misiones, que no se aseguró que ella estuviera bien.
Hashirama palmeó el hombro de Obito, él estaba al tanto del acercamiento entre ellos y se sintió más cómodo, sabiendo que ella no estaba tan sola—¿Podemos verla?—cuestionó Hashirama sin importarle el que dirán.
—Es mejor que no... ella está conectada a distintas máquinas y no sabemos...—la médica ya no dijo nada, pues todos entendieron que quizás Hinata no sobreviviría.
Hashirama se llevó la mano al cabello cuando miró a Shizune sosteniendo el contenedor que usaban para los bebés prematuros que no lograban nacer con vida. Madara también miró lo que sostenía la médica y de nuevo una ola de culpa lo invadió.
—Debido a la condición de Hinata, serán ustedes quienes se encarguen de los restos de la bebé—Tsunade tomo la caja para entregárselas y antes que nadie pudiera tocarla, Madara la sostuvo dispuesto a no soltarla—Deben llevarla a la zona del cementerio designada para ellos—concluyó Tsunade.
Hiashi buscó mas información, acerca de la salud de su hija y de todo los hechos que hasta ese día ignoraban. Tsunade les contó que algunas madres primerizas desarrollan una extraña condición médica llamada preeclampsia y que posiblemente eso era lo que padecía Hinata. Le aseguro que podrían verla al día siguiente, sólo por unos minutos. Los Hyugas agradecieron la información.
Hashirama también se acercó a Tsunade para escuchar todo, aunque ya sabía gran parte de la información. Apretó los puños con fuerza al recordar el motivo por el cual la joven regresó al hospital y giró su rostro para encarar a Madara. El Uchiha sostenía el pequeño contenedor, mientras sus ojos no dejaban de observarlo. Sin ser consiente lo abrazó contra su pecho, aunque el feto ya no tenía vida, aún se podía percibir el chakra Uchiha en él. Esa criatura era su hija, suya y de la Hyuga. La criatura de la cual renegó y poco le faltó para maldecir. Sin decir nada, se fue del hospital sin ser notado más que por Hashirama.
...
Al día siguiente enterraron la cajita con los restos de la niña. Sólo pocos estuvieron en el cementerio del clan Uchiha y el proceso fue rápido. Madara mandó colocar una pequeña lápida de mármol, con el nombre que su esposa le pensaba dar a la hija de ambos...
En memoria de Hikari Uchiha... Te recuerdan tus padres, Madara y Hinata Uchiha.
Los sobrinos y los hermanos de Madara fueron los únicos en asistir. Nadie se atrevió a decir nada, sobre todo al ver el semblante del líder, él no había pronunciado palabra alguna con ellos desde que salió del hospital con los restos de la niña.
—Creó que debiste esperar a que Hinata despertara para que ella decidiera lo que diría en la inscripción—le advirtió Mikoto, quien fue la última en marcharse de la zona donde enterraban a los bebés no natos.
Cuando finalmente se quedó a solas, colapsó quedando de rodillas ante la llamativa lapida a comparación con las de los otros niños.
—Perdóname—fue lo único que pudo decir, mientras una lágrima se derramó por su mejilla. No recordaba cuando fue la última vez que había llorado, pero el nudo en la garganta le indicó que podía derramar más lágrimas ¿Porque tuvo que portarse como lo hizo? ¿Que pasaría con su esposa cuando despertara? Y lo mas doloroso de todo ¿ella despertaría? La cadena de errores que cometió, lo llevaron a herir a su propia sangre y a la mujer que debía proteger durante todo un año y siendo la madre de su descendencia, debía cuidarla con su propia vida, no sólo durante un año.
No se tomó el tiempo de saber nada acerca del embarazo, quizás si la hubiera apoyado, la niña se encontraría bien dentro de ella, hasta que pudiera nacer sin complicaciones.
...
—Me dijeron que te encontraría aquí—afirmó Hashirama, quien llegó y se colocó a un lado mirando el lugar donde terminó la bebé de Hina. Sentía deseos de golpear a Madara, como nunca antes los sintió.
—¿Que quieres Hashirama?—cuestiono poniéndose de pie.
—Me vas a decir ahora mismo ¿que fue lo que ocurrió para que Hina-chan perdiera la tranquilidad y ahora este sin despertar en el hospital después de perder a su niña?—lo preguntó en forma de amenaza.
El Uchiha suspiró cansado, ya que no pudo conciliar el sueño—Me escuchó hablando con Obito, eso fue todo—Madara no entró en detalles, no hacía falta. Hashirama ya lo intuía.
—Eres un maldito—el Senju le dio un golpe y no quedando conforme, le dio otros más. El azabache no se defendió en ningún momento, simplemente se dejó golpear, tratando de aminorar la culpa que sentía. El castaño paro sus movimientos al ver que Madara no respondía y sin decir nada mas, le lanzó un pergamino asignándole una misión y se marchó dejándolo solo.
...
Obito salió de la habitación de Hinata llevándose a Kuro. Se encargaría de llevarlo con Kiba, para que cuidara de él mientras ella no pudiera hacerlo y él por su parte, lo haría con Tobi.
—¿A donde lo llevas?—pregunto Itachi, quien se le acercó acompañado de Sasuke.
—Al clan Inuzuka... Hubiera querido cuidar de él yo mismo, pero debo salir de misión y el Hokage me indicó que ellos podían cuidarlo mientras Hinata esta en el hospital—respondió acariciando al lobo.
—¿Aún no despierta?—preguntó Sasuke y Obito negó con la cabeza.
Ima se unió a ellos lamentando lo sucedido. Mikoto cargaba a su nieta sin dejarla de pensar en su cuñada y en lo mucho que iba a sufrir cuando despertara y eso, en el caso de que lo hiciera.
Suki sonrió complacida, ni siquiera tuvo que hacer mucho para que la tonta esa perdiera el bebé y con un poco de suerte se moriría antes de despertar.
[...]
Los días pasaron y la ojiperla no despertó. Los Hyuga se quedaron con ella los primeros días, pero Tsunade les dijo que no tenía casó que lo hicieran, ya que ella se encontraba inconsciente y dentro del hospital, estaba bien cuidada. Con dificultad, todos comenzaron a regresar a sus labores diarias. Hanabi era quien la visitaba a diario llevando arreglos florales.
Obito le llevó a Tobi en dos ocasiones cuando regresó de misión, pero la joven continuó en su sueño. Neji era otro que no la dejaba de ver, cada vez que sus obligaciones se lo permitían. Lamentaba la maldita hora en que se tuvo que casar con ese infeliz tipo. Algo le decía que ella había padecido mucho dentro de ese clan.
Hashirama le llevaba arreglos florales a diario, sin importar la hora en que saliera de la torre. Se quedaba con ella por mucho rato conversando y mostrando fotografías de Madara y de él, cuando eran niños. Sabía que ella no podía verlas, pero trataba por todos los medios que sacarla de ese largo sueño. También llevó a Kenzo, cuando la veía por las mañanas y en una ocasión, permitió que Kuro y Kiba entraran con él, dado que el lobo se ponía muy inquieto sin verla. Claro que lo hizo sin el permiso de Tsunade.
Simplemente se resistió a pensar en nunca más verla. Ahora mas que nunca, quería estar con ella. Esta vez no se haría a un lado. No le dijo nada a los Hyuga acerca de lo sucedido con Madara por evitar conflictos, pero si ella lo hacía al despertar, no dudaría en apoyarla.
Aunque los primeros días se mantuvo sólo observándola, con el tiempo comenzó a tomarla de las manos. Poco a poco, se las llevaba hasta sus labios para depositar besos en ellas. Sabía que abusaba de su inconsistencia, pero los deseos de estar con ella eran mas grandes que el sentido de hacer lo correcto.
Ya muchas personas se habían dado cuenta de su interés por ella y a decir verdad, no le importaba. Había tomado una decisión... si ella lograba despertar de ese sueño que la mantenía atrapada, hablaría con Madara para informarle que lucharía por ella y le pediría quedarse con él apenas quedará libre. No se pensaba rendir y si ella le decía que no, no descansaría hasta conquistarla, tal como lo hizo Hinata con él sin darse cuenta.
...
Ino y Shikamaru, también fueron a verla y le contaron que en dos meses se casarían y que la querían con ellos. La rubia también le llevaba arreglos, la peinaba y la perfumaba, para que se viera bonita, argumentando que si ella estuviera en la misma situación, le gustaría que la mantuvieran bella. Shikamaru solo negaba con la cabeza.
[...]
La reunión semanal de los Uchihas se llevó a cabo en casa de Mikoto y aparentemente, nada había cambiado, pues Hinata no participaba con ellos. Sin embargo, el ambiente no era el mismo desde que la ojiperla perdió la niña y se hallaba en el hospital sin despertar.
Izuna y Obito, guardaron silencio acerca de lo sucedido el día en que Hinata enfermo. Aunque nadie lo supo abiertamente, todos tenían sospechas. Ima pasaba la mayor parte del día llorando por lo que pasó, también se culpó por no haber estado cerca para poder ayudarla, a pesar de saber que no hubiera podido hacer nada, ya que Tsunade le informó que era inevitable lo sucedido con el embarazo.
—¿Que noticias hay de Hinata-san?—preguntó Izumi. También ella se conmovió con lo sucedido a la ojiperla. Ninguna mujer debía pasar por algo así y de verdad esperaba que lograra recuperarse.
—Las médicas dicen que todo sigue igual, quizás este en ese estado por semanas, o hasta por meses—respondió Mikoto.
Madara no aguanto mas y salió del comedor sin dar una sola explicación. Desde que su esposa no estaba, era como si algo reluciente faltará dentro de su casa, de los jardines y de todo el distrito Uchiha. Se dirigió al cementerio y se sentó en pasto, justo al lado de la tumba de su hija. A medida que los días avanzaban y su mujer no despertaba, mas se apegaba al recuerdo de la niña. Quería poder regresar el tiempo atrás, para poder tener la oportunidad de tenerla, de reaccionar de diferente forma cuando supo la noticia ¿que demonios le había pasado? Era su hija de la que renegó, en cambio ella, estuvo dispuesta de arriesgar su propia vida por alargar el tiempo con su bebé.
...
Al día siguiente, Madara debía salir de Konoha por asuntos relacionados con el clan. Izuna y Obito irían con él, pero antes de partir, pasó por el hospital. Su esposa llevaba dos semanas dormida y lo único que quería, era verla abrir los ojos para apreciar la pureza y la dulzura que siempre vio en ellos desde que se conocieron.
Entró sin que nadie lo mirara y se acercó a la camilla para verla de cerca. Los ojos que tanto quería mirar, continuaban cerrados. El color en sus mejillas parecía haber desaparecido y ahora se veían pálidas. El cabello lucía liso, bonito, desenredado y las uñas de las pequeñas manos, se veían con un lindo brillo, toda ella se veía como una hermosa muñeca. De no ser por los aparatos médicos conectados a su cuerpo, parecería que sólo estaba en un profundo sueño.
Lentamente se hincó a un lado de la camilla para quedar a la misma altura del rostro femenino. La miró de cerca, sin poder evitar recordar todas las apasionadas noches en que se entregó a él, de como hasta antes de saber sobre su embarazo, la tomaba de diferentes maneras, logrando siempre su cometido... hacerla llegar al cielo, aún cuando trataba de resistirse. Luego volvió a vislumbrar las hermosas perlas llenas de decepción cuando lo escuchó decir todas esas barbaridades.
No quería imaginar, no volver a mirar otra cosa en esas orbes, que no fuera eso último, esa decepción hacia él.
—Hinata, despierta... debes regresar, abre los ojos—se aventuró a tomarle la mano y al igual que lo hacía Hashirama, le dio un beso. El monitor que supervisaba el corazón y también el de la respiración, comenzaron a sonar irregulares—¡Hinata!—la llamó sin soltarle la mano, pero la chica respiraba más agitada.
—¿Que pasa aquí?—Shizune llegó corriendo, alertada por el sonido de las máquinas—Uchiha-san, salga por favor—Madara se resistió a soltar la mano de Hinata, pero el cuerpo de la chica comenzaba a temblar.
—Sal de aquí Uchiha ¿acaso presentes matarla?—Tsunade llegó momentos después de Shizune. Estaba segura que el estado de Hinata era por el acercamiento de su marido y si no se alejaba de ella, la joven empeoraría.
Muy a regañadientes, el azabache se alejó de su mujer, siendo reemplazado por las dos mujeres. Minutos mas tarde, la chica ya había vuelto a regularizar los signos vírales.
—¿Esta mejor?—preguntó Madara, afuera de la habitación donde lo habían mandado.
—Logramos estabilizarla, pero te voy a pedir que no vuelvas a acercarte a ella—advirtió la rubia—No se que fue lo que pasó entre ustedes, pero es evidente que tu presencia no le es grata y su salud esta en riesgo... De verdad lo siento, pero debo pedirte que te retires—el Uchiha no mostró emociones ante lo dicho por Tsunade, aunque por dentro su pecho se estrujó al saber que su presencia lograba alterarla, al grado de estar de nuevo en peligro.
Sin decir nada, salió del hospital y se dirigió hacia el lugar donde se vería con Izuna y Obito.
—¿Nos vamos?—preguntó Izuna al verlo llegar. Madara sólo asintió, no quería partir, esta era la primera vez que salir de Konoha le resultó tan difícil.
Al cruzar las puertas, se giró mirando en dirección al hospital donde ella se quedó. El sentimiento de pérdida y de algo desconocido lo tomó por sorpresa y nada logró disipar esa amarga sensación.
Continuara.
Disculpen la demora y las faltas de ortografía, prometo componerlas, en cuanto las vea💕
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