Capitulo 7

Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro.


Recargado en la fría pared del hospital, se hallaba el malhumorado lider Uchiha. Había llegado segundos después de Hashirama y no le permitieron acceder a su esposa. Trató de quitársela a su amigo, cuando se acercó a el en su casa, pero el imbecil se resistió a entregársela y en su lugar, literalmente lo quitó de en medio para llevársela en brazos.

Las miradas de ambos se desafiaban continuamente, cuando se encontraban. El Senju estaba en el lado opuesto de la pared y desde allí, se veían el uno al otro. Sabía que su amigo, esperaba noticias, para comenzar a lanzarle reclamos acerca de su comportamiento. Tampoco es que le tuviera miedo, pero en ese momento, no estaba de humor para sus sermones.

Apretó los puños enfadado, al ver la notable preocupación, que mostraba Hashirama hacia su mujer ¿que demonios le sucedía a ese tarado? ¿Porque siempre estaba al pendiente de ella? ¿Acaso Hashirama? No eso no podía ser, su amigo no había mostrado interés en nadie, que no fuera su difunta esposa, incluso antes de casarse con Mito, Hashirama, solo tenía ojos para ella y eso, que nunca le faltaron las féminas, queriendo lanzarse sobre el.

Haciendo una recopilación de los últimos sucesos, se dio cuenta de algunos hechos que pasaban frente a sus narices y los ignoró. Un ejemplo claro, fue la tristeza que demostró Hashirama, luego de enviudar. El no volvió a ser cómo antes, desde ese día, no le hacía bromas ni se reía como desquiciado y todo cambio, cuando conoció a su esposa. El Senju mostró un comportamiento, que nunca antes le había mostrado, se veía posesivo y protector con ella y esa evaluación, solo comprobó, lo que pensó. Hashirama, parecía interesado en Hinata.

La idea de saber a ese idiota enamorado de su mujer, lo cabreo de sobre manera y lo peor, era que ni siquiera sabía porque, ya que el no la amaba, simplemente cumplió su parte del contrato y continuaría haciéndolo hasta que se llegara la fecha de expiración.
¿Ellos se unirían cuando ella fuera libre? Y de ser así ¿porque lo incomodaba? Frustrado, con sus revelaciones internas, se dirigió hacia el Senju.

—¿Que demonios te traes con mi mujer?—Hashirama lo miro con molestia.

—¿Porque lo preguntas Madara? ¿Porque le doy el lugar que merece una dama? Cosa que no haces tu ¿o porque limpió sus lágrimas, las que derrama por tus acciones? Responde—le ordeno enfrentándolo y dispuesto a romperle la cara, como lo estuvo antes que ella lo detuviera.

—Ese no es asunto tuyo, así que no interfieras—le advirtió, sin poder responder a ninguna de su preguntas.

—Te equívocas, Hinata es asunto mío, por el simple hecho, de ser mi amiga y como tal, cuidaré de ella como no lo haces tu—Madara pensaba argumentar, pero el castaño no se lo permitió—Eres un descarado, mostrándote con tu amante frente a ella ¿no puedes esperar hasta estar a solas? ¿Como puedes ser tan cruel, con alguien como Hina?

—En primer lugar, yo...—el Uchiha, se tuvo que callar, cuando llegó Mikoto, Itachi y Fugaku.

—¿Como esta Hina?—preguntó Mikoto muy preocupada por la chica.

—Aún no sabemos nada de ella—Hashirama se veía muy preocupado por la salud de la ojiperla, pero aún así, estuvo al tanto de su pequeño—Envié un Anbu en busca de Kenzo, discúlpeme por las molestias—los tres Uchihas, negaron diciendo que Kenzo, no era ninguna molestia.

—¿Como esta ella?—se apresuró a preguntar Hashirama, cuando Shizune salió de la habitación donde se llevaron a Hinata. Mikoto también se acercó y Madara permaneció a la espera de lo que diría sobre su esposa.

—Por ahora todavía está inconsciente, pero después de realizar las pruebas correspondientes, comprobamos, que Hinata-san está embarazada—soltó Shizune, dirigiéndose al líder Uchiha, mas que a los otros.

Madara dio un paso atrás y las miradas de todos se fueron hasta el, esperando su reacción. Sin embargo, lo que mostró, no fue nada agradable de apreciar. Su semblante preocupado, cambio a uno de completo disgusto y molestia. Pensó que la estupida Hyuga, lo hizo a propósito para retenerlo y de esa forma, no la abandonara, cuando llegara el plazo del acuerdo, pero si ella pensó que de ese modo lo retendría estaba muy equivocada. El no pensaba quedarse con ella, ademas no quería un hijo, no estaba en sus planes y mucho menos con la princesa del clan que más problemas les causó.

—Madara, eso es una excelente noticia... felicidades hermano—antes que Mikoto llegara a el para tocarlo, el líder Uchiha salió del hospital, sin escuchar nada más acerca de la salud de su mujer, dejando a todos atónitos, especialmente a Hashirama.

—¿Pero está todo bien?—cuestionó Itachi, sabiendo todos los problemas que esa noticia iba a acarrear con el testarudo de su tío.

—No voy a mentir, la situación no es buena y si ella no controla los sobresaltos, no solo perderá al bebé, ya que el desmayo se debió a una peligrosa subida en la presión arterial, además, detectamos un desprendimiento de la placenta... lamentó lo que les diré, pero lo mas seguro es que el bebé no se logre y lo peor de todo, es que si se altera mucho, también podríamos perderla a ella—los presentes pasaron de la decepción y el enojo a causa de Madara, a la preocupación, por la chica.


[...]


Hinata abrió los ojos, sintiéndose pesada y desubicada. Observó el entorno y de inmediato supo que de nuevo estaba en un hospital.

—Me alegro que finalmente despiertes—la ojiperla, giro para enfocar a la persona que habló y de nuevo, un rostro familiar dentro del hospital.

—Tsunade-sama...¿porque estoy aquí?—la rubia le sonrió con amabilidad.

—Hashirama te trajo, porque sufriste un desmayo—le aclaro y continuó—Luego de realizar una serie de exámenes, comprobé, que estás embarazada y llevas tres meses—Hinata pensó que se desmayaría de nuevo. Eso no podía ser, ella tomaba las píldoras para evitar los embarazos y le dijeron que eran, el 99 por ciento seguras.

—Pero yo tomo las píldoras ¿como pudieron fallar?—cuestiono llena de dudas.

—La mayor parte del tiempo, son seguras, pero en algunas mujeres el efecto se reduce, debido a distintos factores, como el estrés, ansiedad, depresión, también anemia crónica, entre otras cosas... quizás hayas experimentado, uno de estos factores y a eso se debió que las píldoras fallaran—aclaró Tsunade, con una clara expresión de preocupación.

—Pero, si llevó tres meses, yo continué tomando las píldoras durante todo este tiempo ¿usted cree que el bebé se encuentre bien?—ella no salía del asombro, pero recordar ese detalle, la puso en alerta, además, no cuido de su salud, como debía de hacerlo una mujer embarazada, incluso tuvo un ligero sangrado, que atribuyó a su período.

—Eso no tiene nada que ver con el extraño aumento de presión, debe ser algo mas—murmuró la médica, siendo escuchada por Hinata—¡Escucha! El desmayo se debió a una inusual subida en tu presión arterial, lo cual es muy peligroso, tanto para ti, como para el bebé—Hinata palideció mas de lo que ya estaba.

—¿Que significa eso? Discúlpeme, pero no entiendo—Tsunade se acercó a ella y le dio un vaso con agua para que diera unos tragos pues empezaba a ponerse ansiosa y por ende la precisión subiría de nuevo.

—Me temo que tu condición no es muy buena. Detectamos un desprendimiento de la placenta y si no te cuidas debidamente, sufrirás un aborto espontáneo... debes tratar de mantener a raya los sobresaltos, que te lleven a alterarte, o de lo contrario tu presión arterial subirá de nuevo y esto no ayudará en nada en tu estado, porque incluso tú, estarás en serio peligro—aclaró la médica.

—¿Desprendimiento?—se preguntó mas para ella, que para la médica.

—¿Hiciste esfuerzo físico que te ocasionará esto?—cuestiono tratando de llegar a la causa y a la mejor manera de explicarle, que solo un milagro retendría a esa criatura dentro de su cuerpo.

—No, ni siquiera he tenido entrenamiento—respondió intentando recordar algo que se le hubiera escapado, pero no encontró nada.

—Entonces, el desprendimiento, fue causado por la alta presión ¿que te sobresalta tanto para que ocurriera esto?—cuestionó haciendo los apuntes en el expediente. Sin embargo, tuvo que soltar las notas de inmediato, al ver como la joven se alteraba de nuevo y lloraba con amargura. Tsunade, le inyectó un tranquilizante, de lo contrario empeoraría—Hinata, cálmate, o no podré ayudarte ¿entiendes?—la morena asintió, en el momento en que el medicamento comenzaba a surgir efecto. Se reprendió mentalmente por alterarse, pero recordar el porqué del desmayo, la entristeció sin poder evitarlo.

—Yo-yo, no quiero perder el bebé—aseguró más tranquila.

—Hinata, no quiero que te hagas muchas ilusiones, cuando algo así sucede hay muy pocas probabilidades de que el embarazo termine con bien—Tsunade trato de explicar de la mejor manera pero la oscura realidad la golpeaba de nuevo y esta vez era donde mas le dolía

—Dígame la verdad ¿mi bebé tiene al menos una probabilidad de vida?—era sólo eso lo que quería saber para atenerse a una esperanza.

—Muy pero muy pocas mujeres que presentan tú mismo cuadro médico, logran terminar con el embarazo—la tristeza en el rostro de la chica, quedó plasmado—Quizás te ayudé hablar con tu marido y entre ambos decidan que deben hacer. El esta afuera con Hashirama, si quieres lo mandó llamar.

—¿El lo sabe?—la amargura en su voz y la tristeza que mostró, le indicó a la rubia, que lo sucedido implicaba directamente al líder Uchiha y de ser así, las esperanzas se reducían a cero, porque la joven carecería del apoyo del padre del bebé. No pudo evitar, sentir pena por la chica pues, su estado no era el mejor y si no tomaba todo con calma, estaría en serio peligro.

—Shizune fue a informarles acerca de tu estado, ya lo debe saber y créeme, entre mas pronto lo sepan los Uchihas, será mejor, para que se tomen las medidas indicadas y así te cuiden entre todos—Hinata casi sonrió ante lo irónico de la situación. Si bien es cierto, que a ella, la noticia la desestabilizó, pronto se sintió posesiva y protectora con su futuro bebé, pero estaba completamente segura que los miembros Uchiha, no lo verían de la misma manera. Por otro lado ¿como podía mantener la calma con su marido mostrándose frente a ella con su amante? ¿Que pensaría de ser padre? ¿Cambiaría su actitud hacia ella? No sabía que pensar, su cerebro era un completo caos.

Sin embargo, un hijo lo cambiaba todo y pensó que independientemente de que Madara, no la amara y los demás miembros no estuvieran felices, seguramente el, si se alegraría, puesto que también era su hijo, era su propia sangre, aunque no hubiera sido planeado.

—Hashirama, fue quien mas se asusto y me advirtió que no se retirará, hasta no saber, si te encuentras bien—la amargura que tuvo, se disipó un poco al saber que Hashi estaba con ella, como cada vez que lo necesitaba.

—Te dejare un momento, para traer vitaminas y suplementos que te ayuden a fortalecer tu cuerpo y también a controlar la precisión —la Hyuga agradeció el favor, que le estaba haciendo y se recostó de nuevo. Apenas se enteraba que sería madre y ya temía no llegar a serlo.

—Hina-chan... ¿estas bien?—no tuvo tiempo de reaccionar, cuando Hashirama la tenia envuelta en sus fornidos brazos—Perdóname ¿te lastime?—preguntó separándose de ella para verla de frente. Tenía las pestañas mojadas por los restos de lágrimas, las cuales no se habían secado, dándole la clara señal de llanto... No le importo nada, cuando escucho a Shizune decir, que también la vida de ella podía estar en riesgo y se escabulló en busca suya, sin que nadie lo detuviera.
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—¡Hashi-san!—ella también lo abrazó en busca de consuelo—no se que hacer-Hashirama comprendió a que se refería, ya que ni siquiera el, lograba asimilarlo del todo, pero un hijo era muy importante y conociéndola sabía que no renunciaría a tenerlo, aunque su vida peligrara. Madara tenía que cambiar su actitud para ser responsable de ella. Sabía que teniendo el niño, ya no habría ninguna posibilidad con ella, le bastaba con verla feliz, no importaba si no era a su lado, total, desde un principio, supo que solo era un lindo sueño.

—Tranquila, para eso me tienes a mí... yo no te voy a dejar sola, te prometo, que estaré a tú lado, pase lo que pase—así como lo supuso, Hashi, logró tranquilizarla de inmediato. De pronto nada se veía tan mal, como minutos antes de su llegada. La esposa de Hashi, debió ser la mujer más dichosa de todas, pues con un hombre así a su lado, para iniciar los días, era imposible no serlo, fue una pena que ella ya no estuviera a su lado. Era todo lo contrario a su relación con Madara, el cual, no la amaba y tampoco se preocupaba por su bienestar.

Hina-chan ¿como estas?--Mikoto también logró entrar para ver el estado de su cuñada, sobre todo al saber las desalentadoras noticias y el deplorable comportamiento de su hermano.

Tsunade entró y Hashirama las dejó a solas, para que hablaran. La rubia le explicó todo a Mikoto, inclusive, lo de las píldoras que fallaron. También les ofreció instruir a una de sus alumnas para que estuviera al pendiente de Hinata. El único problema fue, que dicha alumna, no era otra que Sakura, pues era la mejor opción por vivir tan cerca, además, Tsunade no tenía idea de las diferencias entre ambas féminas y ya hasta le había avisado sobre los sucesos.

Hinata y Mikoto, permanecieron en silencio, a la espera de que todo saliera bien, pues independientemente de los desacuerdos por parte de Sakura hacia Hinata, la chica tenía conocimiento médico y por ética, debía llevarlo a cabo.

La ojiperla, pidió de favor que aún, no le dijeran a nadie sobre su estado, porque deseaba ser ella quien le diera la noticia a su familia y no estaba segura de como lo tomarían. Lo mas probable, era que todos se preocuparían por ella. La rubia aceptó, pero debido a las conjeturas sobre el desmayo y la llamada de Sakura, unido al endemoniado líder Uchiha, pronto todo el distrito Uchiha, ya sabía sobre el embarazo de la débil Hyuga, como la nombraban despectivamente.

[...]

Hinata, salió del hospital y con el corazón estrujado llegó al distrito Uchiha, acompañada de Mikoto y unos guardias. Su esposo, ni siquiera la paso a ver y al llegar tampoco lo miró por ningún lado. Seguramente que ella y el bebé murieran no era algo de cuidado para el.

Ese día, Hashirama no pudo ir a verla debido a sus obligaciones como Hokage, pero aún así, le hizo saber que no se preocupara por la persona que revisaría su salud, ya que él fue consciente, de la hostilidad que mostró Sakura hacia ella y de ese modo, en vez de tranquilidad, obtendría todo lo contrario.

Apenas entró a su habitación, se recostó en la cama con Kuro y se puso a llorar en silencio. No sabía que hacer, eran muchas las preocupaciones que tenía y sin el apoyo de nadie, no podría con todo. Alguien debía cuidar de Kuro y en su estado, no le sería posible protegerlo. También estaba lo mas importante, su bebé ¿que sería de ellos tres sin su esposo? Trataba de pensar que quizás el, se ocupó haciendo algo y por ese motivo no la fue a ver, a pesar de saber sobre el embarazo, pero al mismo tiempo intuía que debía estar en brazos de la concubina.

Luego de pensarlo todo el día encerrada en esa habitación llegó a la conclusión, de regresar al complejo Hyuga, hasta que el embarazo estuviera fuera de peligro y después de eso, ya pensaría que pasos dar. Si, definitivamente eso era lo mejor, estando con ellos por lo menos, no estaría rodeada de tanto rechazo. Apenas viera a Hashi y le pediría ayuda y también aprobación.

Ima entró para felicitarla y asegurarse de que estuviera bien. La ojiperla agradeció que Hiroshi y su nieto, le ayudaran a pasear a Kuro, mientras ella no podía y de ese modo pasó el día hasta que le dio sueño, pero al sentirse bien, no resistió la tentación de activar el Byakugan, para comprobar donde se localizaba su bebé.

Apenas lo hizo y se llevó la mano a la boca para evitar el gritó de alegría. Kuro se acercó y le lamió el rostro—¡Es una niña!—exclamó dirigiéndose al lobo. Aunque pudo comprobar el desprendimiento de la placenta, la felicidad la invadió de lleno. Hanabi iba a estar feliz cuando lo supiera y con ese pensamiento, se durmió.

[...]

Madara se fue hacia una cabaña perteneciente a los Uchihas, la cual se hallaba a una hora de Konoha. No quería ver a nadie y necesitaba tiempo para pensar.

Cada vez que recordaba la afirmación de la médica, se llenaba de ira ¿como podía querer atraparlo con un embarazo? Por otro lado, ya podía imaginar a esos imbeciles Hyugas, queriendo interferir en todo. Maldijo tanto, que perdió la cuenta. Seguramente ya todos su familiares sabían la vergonzosa noticia y lo iban a bombardear con preguntas ¿de como se dejó engañar para dejarla embarazada?

...

—Sabía que no era de confiar... mira que resultar embarazada, solo para retener a Madara-san—soltó Sakura cuando regreso de hablar con Tsunade para que fuera ella quien atendiera a la ojiperla.

—¿Que cosas dices? Un embarazo es cosa de dos, ademas ella no lo planeo, dado que hasta el día de ayer, tomaba las píldoras para evitarlo—replicó Mikoto, durante la improvisada reunión que realizaron, luego de que Madara se esfumara y la chica regresara del hospital.

—¿Entonces tu serás quien se encargue de su salud?—pregunto Izumi.

—Ese era el plan inicial, pero apenas me dieron las indicaciones y llegó un mensaje de alguien, diciendo que ya tenían a otra persona, así que, solo me hicieron perder el tiempo y la verdad, fue mejor.

—Ahora si la hizo bien Madara —se burló Shisui.

—¿Y como esta ella?—pregunto Obito, llamando la atención de los varones por el repentino interés. Los únicos Uchihas que faltaban eran Izuna y Madara. Izuna, se hallaba en un una misión fuera de Konoha y el líder aun no se veía por ningún lado.

—Por el momento se encuentra bien, pero debe evitar los sobresaltos y esfuerzo físico—respondió Fugaku.

Itachi y Sasuke, no dijeron nada, sin embargo ambos presentían que Madara, no lo había tomado de buena manera y si no se calmaba, podía ocasionar un desastre.

Obito se retiró, sin que nadie lo viera y aprovechando la ausencia de sus tíos, se introdujo en la residencia de Madara, luego de recoger la jaula con el pequeño cuervo.

Esperaba encontrar a Ima, para que lo llevara con la ojiluna y así no alterarla, pero no la encontró y se aventuró a buscarla solo. Supo debido al chakra, cual era la habitación y tocó la puerta, apenas lo hizo y escuchó la conmoción del animal, seguido de la voz femenina, intentando calmarlo y pidiendo que pasara.

Apenas lo hizo, miró la confusión y el miedo en su rostro. Obito colocó la jaula en el piso y levantó las manos en señal de rendición para que no le temiera y se alterará.

—¿Que desea?—cuestiono Hinata, sosteniendo a Kuro. Ella no entendió que quería ese hombre, ni que hacía dentro de su habitación—Por favor márchese no me encuentro bien—se dispuso a rogarle pues en verdad, no podría mantener una lucha para defender a Kuro.

—¡Tranquila!—habló rápido para que le creyera—No quiero dañarlos, solo vengo a saber sobre tu estado—la morena, frunció el ceño, en señal de incredulidad—Se que no me crees, pero en verdad, quiero ofrecerte una disculpa por todo lo que te hice... a pesar de portarme como un maldito, no me acusaste con el Hokage, ni con mi tío y eso me hizo ver, lo equivocados que estábamos contigo.

—N-no se que decirle... le confieso que nunca me espere esto—afirmo Hinata, un poco más relajada.

—Lo se, pero en verdad me gustaría comenzar de nuevo contigo y como prueba de que ganaste mi lealtad, te traje un amigo, que de hoy en adelante será tuyo, para lo que quieras usarlo, pero es muy bueno para mandar mensajes—Obito se agacho un poco para recoger la jaula del piso—Aquí lo tienes, espero que sea de tu agrado, aunque debo decir, que aun le falta un poco de entrenamiento, posiblemente, se llevará muy bien con él—apuntó a Kuro

Hinata entrecerró los ojos, para mirarlo mejor, ya que la ropa oscura del Uchiha, unida al color del ave, no la dejaban mirar con claridad—No creo que pueda aceptarlo, ahora en las condiciones que estoy, no puedo ni siquiera cuidar de Kuro ¿como podría condenarlo también a él a estar conmigo?—le dolió tanto decirlo, que no pudo evitar las lágrimas.

—Estoy al tanto de todo y por eso estoy aquí—lentamente se acercó mas a ella y para su sorpresa, el lobo no desconfió—Míralo, solo necesita un sello tuyo, para que te obedezca completamente, porque la sangre la tomé de un pedazo de tu ropa cuando te herí aquella mañana—la Hyuga acarició el cuervo y no pudo negar que realmente le gustó—Si me permites redimirme contigo, yo puedo ayudarte con ellos, con los dos, hasta que estés mejor, de ese modo estaré seguro que me has perdonado ¿que me dices lo aceptarás?

El cuervo se acercó a ella y se recostó en su mano, haciéndole imposible rechazarlo, por otro lado le dio una gran alegría, que el joven estuviera dispuesto a ayudarla dejando atrás la molestia hacia ella—Gracias Uchiha-san... yo lo acepto y cuidaré de él, del mismo modo que cuidó a Kuro—aseguró sonriéndole, lo cual lleno de satisfacción al azabache—En cuanto a cuidarlos, solo le pediré ayuda con el cuervo, porque Kiba-kun, vendrá para encargarse de Kuro.

—Esta bien, pero en verdad te garantizo que también yo estaré al pendiente de lo que se pueda necesitar y sobre el cuervo, te servirá para que te comuniques con tu clan, o con amigos, una vez que ya sea capaz de volar alcanzando mas tamaño y también debes saber su nombre, él se llama Tobi—agregó Obito, tomando mas confianza y sentándose con ella, en un lado de la cama, sin llegar a tocarla, pero si lo suficiente, para acariciar al animal que tiempo atrás intento aniquilar.

El azabache estuvo con ella por mucho tiempo. Le contó sobre su entrada entre los Anbu y como también veía a Neji en algunos entrenamientos. La sola mención de Neji, hizo sentir mejor a la ojiperla y hasta se permitió reír con la platica de Obito.

El Uchiha se despidió ya entrada la noche y se llevó al cuervo para continuar entrenándolo para ella, pero aseguró que todos lo días la iría a ver para saber que se encontraba bien. La joven agradeció y se quedó a solas, pensando en la extraña pero agradable visita que acababa de tener.

[...]

Madara regreso dos días después y se negó hablar con su esposa, ni siquiera preguntó por ella, logrando enfadar a Mikoto y a sus hijos, aunque nadie pudo hacer nada para que cambiara de opinión y solo permaneció durante un día, ya que fue llamado a unirse a una peligrosa misión en el país del hierro, junto a Tobirama y Minato.

Las múltiples obligaciones de Hashirama, le impedían estar pendiente de Hinata como hubiera querido, pero los constantes atentados a las aldeas aliadas, requerían de sus shinobis, como también de su presencia, ni siquiera los Hyugas estaban sin hacer nada, ya que debían cuidarse de los continuos intentos por robar el Byakugan, haciendo que Hiashi, se ausentara por repetidos periodos de tiempo, en busca de los responsables. De ese modo Hinata no pudo solicitar su presencia para pedir irse con ellos al complejo Hyuga.

Lamentablemente los conflictos con las nuevas alianzas en las otras aldeas también afectaban a Konoha y la mayoría de las personas que se preocupaban por la ojiluna, no estaban presentes, precisamente en los momentos en que mas los necesitaba y con el paso de los días, su salud desmejoraba irremediablemente. Aunque tomaba todos los medicamentos y guardó reposo tal como le indicaba Shizune en sus visitas, las contracciones no cesaban, incluso presentaba ligero sangrado. Con todo en su contra, unido a la gran decepción por parte de su marido, Hinata se aferraba a su bebé. A menudo la veía con el Byakugan y eso le era suficiente para continuar día a día.

[...]

Habían pasado tres semanas desde que Hinata salió del hospital y muy poco salía de su habitación. Cuando lo llegó hacer era llevaba por el mismo Hokage, quien se empeñaba en sacarla por momentos a tomar el aire fresco, en ausencia de Madara.

El lider Uchiha hizo todo lo posible por retrasar su regreso, puesto que aún no aclaraba sus ideas y continuó con la certeza, de que su esposa le tendió una trampa para quedarse con el.

Suki era la mas furiosa debido al embarazo de la Hyuga y sabiendo que Madara, no lo tomo de la mejor manera, se armo de valor para que esa mocosa no naciera. Aún recordaba cuando Mikoto llegó feliz informando que sería una niña.

Sakura le dijo que ese embarazo no se completaría debido a la rara condición que presento la Hyuga, pero tampoco podía arriesgarse a que si se completará. Después de todo, no era mucho lo que debía hacer, solo un pequeño sobresalto y las cosas se darían solas.

En ocasiones la veía en el jardín acompañada por el Hokage y eso le dio ideas.

Lo único que le faltaba para concretar su plan, era que Madara regresara para actuar a su favor.

Sakura le informó que al día siguiente regresaba el líder, según lo que le contó Sasuke y todo debía estar en perfecto orden.

[...]

Madara regreso cuando terminó la misión y declinó ir a la torre del Hokage. Dejo que Tobirama se encargará de entregar el informe. No estaba de humor para aguantar los reclamos de su amigo.

Sin planearlo, se encontró con Izuna en la entrada del distrito Uchiha y ambos caminaron hacia su hogar.

—Me enteré que serás padre hermano—el líder frunció el ceño apenas escuchó a su hermano—Supongo que estás...—Izuna no termino de hablar, debido a que el mayor lo interrumpió.

—No quiero escuchar nada sobre ese tema—Izuna intento decir algo, pero Madara se lo impidió—Dije que no quiero hablar sobre eso—el menor se quedó callado y avanzó con el, hasta llegar a su hogar.

Cuando entraron, ambos llevaron su atención hacia el patio trasero donde la Hyuga, se hallaba sentada con el lobo, como también un cuervo y Obito.

...

Hinata pasó la mayor parte del día recluida, debido a los malestares, que no la abandonaban. Itachi y Sasuke la fueron a visitar con Mikoto y ambos se ofrecieron para cualquier cosa que necesitara. Ella no pudo evitar sentirse feliz, debido a la aceptación que mostraron ellos dos, aunque debía de admitir, que el más presente fue Obito. En una de las visitas, luego de una misión, llego con Tobi y la animó a colocarle el sello invisible, para que se conectara completamente con ella.

Esa tarde su salud estaba mal y pasó llorando la mayor parte del día. Sabía que perdería a la niña, tal como le dijo Tsunade, pero se negaba a dejarla ir. Se había apegado mucho a ella en el poco tiempo de saber sobre su existencia, tanto que hasta le puso nombre y se los dijo a todos los que la visitaban.

Obito entró en su habitación, como lo venía haciendo casi todos los días y al verla con los ojos hinchados, la tomó en brazos y la llevó al jardín, seguidos por Kuro. Tobi se acostumbró a posarse sobre el hombro de su dueña cuando estaba con ella.

—¿Me dirás ahora mismo porque has estado llorando todo el día? Ima ya me contó que no has dejado de hacerlo y no sabe que hacer—cuestionó preocupado.

La ausencia de Hashi, el rechazo de su esposo, la falta de su familia y el saber que su bebé no llegaría a nacer, le pasó la cuenta y de nuevo lloró frente a el, sin ninguna reserva—Perderé la niña y aunque ya me lo habían dicho, no puedo hacer que no me duela tanto—Obito, no sabía acerca de eso, el sólo pensaba que estaba un poco delicada, pero nunca imaginó que el  embarazo estuviera en riesgo.

—¡Hinata!—Obito la abrazó también sintiéndose triste por lo que pasaría—¿Porque no me lo dijiste?—ella le contó todo y Obito se sintió más culpable que antes. Madara era un desgraciado y apenas lo viera hablaría con el. No era justo, que la chica pasara por todo, sola, mientras el se paseaba con su amante.

Cuando finalmente logró calmarla, la regreso a su habitación, para que descansara, sin embargo, cuando el se marchó, la ojiperla, sintió más sangrado seguido de contracciones. Sabía que necesitaba buscar ayuda, de lo contrario la iba a perder. Le grito a Ima, pero no la escuchó y el dolor aumentaba. Luego de pensarlo, se dispuso a salir para buscar a alguien.

Abrió la puerta lentamente, debido al sangrado y las voces en el pasillo la paralizaron.

...

Obito salió dejando a Hinata y antes de poder bajar las escaleras, miró a su tío, hablando con Suki. Por lo que pudo ver, Madara se veía muy molesto luego de escuchar algo que ella le dijo. Sin dejarla terminar, entró a la casa dejando a Suki afuera.

Obito se lleno de ira y bajo las escaleras para enfrentarlo.

—Tenemos que hablar—Madara venía endemoniado y lo último que deseaba era una plática con su sobrino.

—Ahora no Obito, no estoy de humor—advirtió en forma de amenaza.

—Te has portado como un cobarde con tu esposa ¿como pudiste abandonarla ahora que espera un bebe tuyo? Es una niña... apuesto a que ni siquiera lo sabías ¿o me equivoco?

—Deje muy en claro, que no quería casarme con ella y si lo hice fue porque no tuve otra opción—aseguró lleno de odio—Nunca me la hubiera llevado a la cama, si no fuera porque me convenía para que no interfiriera con los asuntos del clan, pero la muy tonta se enamoró y no conforme, también se embarazo para retenerme a su lado—Obito negó con la cabeza—Pero escúchame bien, nada, absolutamente nada, hará que me quede con ella, ni siquiera la mocosa, que debe ser una debilucha como ella y su maldito clan me retendrán a su lado.

—¿Que pasa Hyuga?—las miradas de Madara y de Obito, se fueron hacia arriba de las escaleras, donde Izuna se veía en pánico, ante el semblante de Hinata. La chica escuchó todo, absolutamente todo lo que escupió Madara.

Continuara.

Me disculpo por el capítulo fuerte y el siguiente también será doloroso. Disculpen las faltas de ortografía, las compondré más adelante. 💕😊

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