Capitulo 26

Los personajes de Naruto, no me pertenecen, yo solo los uso para escribir esta historia sin fines de lucro. La imágenes no me pertenecen y los créditos van a sus creadores.

Suki nunca planeó que al salir huyendo de la aldea, se encontraría de frente con los hombres de Orochimaru. Ella tenía conocimientos ninjas, pero los tipos la superaron en número y por más que se resistió, no logró escapar.

Durante el trayecto permaneció inconsciente y cuando abrió los ojos, se encontró con un hombre de piel pálida, ojos amarillos, cabello lacio negro y lengua muy larga. Lo mas aterrador, era la siniestra sonrisa que le mostró hacia ella.

—Bienvenida... me dicen que es usted del clan Uchiha.

—Así es, yo sólo iba de paso a otra aldea, no pretendía molestar a nadie—trató de explicar que su clan estaría molesto si ella no regresaba, sin embargo, el extraño hombre sólo sonreía.

—El laboratorio B está listo Orochimaru-Sama—anunció un tipo que vestía bata de blanca de laboratorio.

—¿Orochimaru?—el terror de Suki aumento al escuchar el nombre del extraño tipo. No era tonta y sabía lo que le harían en ese "laboratorio"

—A sus órdenes—el científico le hizo una seña a unos asistentes para que se acercaran—Esperó que nos llevemos muy bien... ¡Llévensela!—la Uchiha comenzó a gritar y se resistió todo lo que pudo.

—Suéltenme... Noooo... ¡Maldita Hyuga!—Orochimaru escuchó lo último y sonrió seguro de saber a que Hyuga se refería.

—Una cosa más—Orochimaru se dirigió al científico encargado de los experimentos—hurguen en su momería, obtengan toda la información que tenga disponible y nos pueda servir en el asalto a Konoha—el sujeto asintió y se llevó a la fémina.

[...]

Mientras tanto, Kenzo veía a la hermosa dama que lo sostenía de la mano mientras corrían. Estaba tan confundido que tropezó cayendo de rodillas. Hinata lo levantó y lo colocó sobre su espalda, brincando sobre los tejados.

—¡Hina-chan! ¿Ya me recuerdas?—el niño aún no comprendía lo sucedido. Minutos atrás, él se encontraba fuera de la academia, cuando las alarmas de la aldea comenzaron a sonar, luego miró los ojos luna y lo siguiente fue correr.

—¡Te recuero! Recordé todo cariño y ahora te llevo a mi clan para que estés a salvo junto a mi familia y a Tenchi—respondió con una sonrisa.

—Mi padre y yo te extrañamos mucho y también a Tenchi—la morena sintió los pequeños brazos aferrandose a ella—Pero yo también puedo ayudar a defender la aldea, ya se hacer el jutsu de madera como mi padre, ademas, puede formar clones de sombras. Es mi deber como estudiante de la academia y futuro shinobi defender a nuestras familias—la morena sonrió. Había echado de menos al pequeño.

—Lo se cariño, yo se que eres muy fuerte, es por ese motivo que te llevo a mi clan ¿crees que puedas cuidar de Tenchi en mi ausencia?—debía persuadirlo de manera que se quedara tranquilo y no se expusiera a ser dañado por esos sujetos—¿Lo harías por mí?—para entonces, ya se hallaban en las puertas del complejo Hyuga y ella lo había bajado de su espalda.

—¿De verdad debo cuidar a Tenchi?—ella asintió—Entonces lo haré... protegeré a Tenchi con mi vida—Hinata se colocó a su altura y lo abrazó. Él era digno hijo del hombre que tanto admiraba y amaba.

—Gracias Kenzo-kun—ambos entraron en el complejo y se dirigieron a donde Hanabi se encargaba de los refugiados—¿Donde esta Tenchi?—en ese momento, apareció Chiyo con el niño en brazos. La morena lo cargo por unos momentos y lo apego a su pecho. Era normal sentir miedo y ella temía morir en batalla. De ser así, su hijo quedaría desamparado.

—¿Que esta pasando Hianata? He visto un gran número de personas que se acercan a la aldea en todas las direcciones. Es algo serio ¿verdad?—el clan Hyuga tenía uno de los mejores refugios y desde que se unieron a Konoha, pusieron la orden de abrirlo en cuanto se oyeran las alarmas, las cuales no sonarían a menos que se tratara de algo muy peligroso.

—Kenzo-kun está aquí para cuidar de Tenchi—la ojiperla les guiño un ojo a su hermana y a Chiyo. Ellas entendieron el mensaje—Entren cariño y no intenten salir hasta que yo regrese por ustedes ¿de acuerdo?

—Confía en mi Hina-chan, yo lo protegeré—Hinata beso la mejilla de Tenchi, luego hizo lo mismo con Kenzo, esperaba volver a verlos ahora que se volvieron a encontrar los tres. El pequeño Senju cargó al más pequeño y se adentró en el refugio donde ya se encontraban los Hyugas que no irían a la batalla. Por pedido de las hermanas Hyuga, Mikoto, Sayuri, Ima, Izumi y su hijo también fueron recibidas

—Se los encargó mucho—abrazó a Chiyo, luego a Ima y terminó con Mikoto

—Lo haremos, pero tu también cuídate mucho—Hanabi fue consciente de la preocupación en las dos ancianas y a decir verdad, ella no quería que Hinata luchara, no después de haberla perdido una vez. Mokoto no estaba mejor, dado que prácticamente toda su familia incluyendo a Hinata, irían al campo de batalla, donde cualquier cosa podía pasar.

—No quería asustar a los niños—la ojiperla se dirigió a su hermana, apartándola de las Uchiha y de sus niños—la aldea está siendo rodeada por las criaturas hechas por Orochimaru, la situación es muy seria—Hiashi se unió a ellas ya vistiendo ropa de combate. Él tampoco quería que su primogénita fuera a dar batalla y cuando la miró con ropa de civil, se sintió aliviado por unos segundos—Cuida bien de todos... yo iré a cambiarme de ropa y saldré con Tobi y Kuro.

—¡Hija! ¿De verdad no puedes quedarte aquí? Nosotros podemos encargarnos de todo, mientras tu ayudas a tu hermana—no iba soportar perderla de nuevo y el chakra que percibió era muy poderoso y como padre, se preocupó por su hija.

—Saben que no puedo... soy una kunoichi activa y estoy capacitada para la batalla, ademas, no podría quedarme de brazos cruzados, sabiendo que ustedes están en peligro... ¡Confíe en mi! Les prometo que tendré cuidado y me mantendré a salvo por el bien de las personas que dependen de mi regreso—ambos sonrieron y la abrazaron antes de verla correr a cambiarse de ropa. Los dos animales la seguían dejando claro que también irían con ella.

Se vistió con el uniforme de combate y miró fijamente la espada. La blandió y sin quer perder más tiempo, la colocó en la funda que colgaba de su espalda. Era la hora de salir al enfrentamiento y no podía flaquear, no cuando dos niños dependían de ella, ademas, no haría sufrir a su familia, ni a su Hokage.

Salió corriendo con los animales y se dirigió hacia donde se reunirían a esperar las órdenes del Senju mayor.

[...]

Hashirama se vistió con su armadura roja, cerró los ojos por un momento pensando en mantener a todos los civiles fuera del alcance de esos monstruos, pero lo mas importante... Mantenerse firme aún sabiendo que su mujer también arriesgaría su vida defendiendo la aldea. Minato le informó que Hinata se llevó a Kenzo y sabía que estaba a salvo al igual que Tenchi, ahora sólo debía enfocarse en contener las barrerás evitando la perdida de vidas, tanto, como le fuera posible.

Salió y se encontró con su hermano ya vestido con su armadura azul. La seriedad en sus rasgos indicaba su preocupación por defender la aldea.

—¿Dónde está Kenzo?—para Tobirama, el niño y su hermano eran las personas más importantes. Su hermano era muy poderoso, pero el niño podía ser vulnerable.

—Hinata se lo llevó al refugio Hyuga, donde también se quedará Tenchi.

—¿Ella se quedará con ellos?—su hermano podía concentrarse mejor sabiendo que ella no estaba en peligro.

—Eso hubiera querido, pero ella ya debe estar lista para el combate—respondió desanimado.

—Ella es muy fuerte y no está sola... no te preocupes, no sucederá lo mismo que antes, ahora no tiene al enemigo disfrazado como lo estuvo antes—Hashirama asintió. Su hermano tenía razón. Su ángel no cayó a manos de los enemigos, ella cayó por la traición de una mujer celosa y dispuesta a todo por eliminarla.

Los hermanos se acercaron a dónde los esperaban los Anbus y los shinobis más experimentados de la aldea como los que apenas se acababan de unir a los ninja's activos. Ellos se mantenían en espera de las órdenes a seguir.

El Hokage le regaló una sonrisa a todos antes de comenzar con las órdenes.

—¡Escúchenme todos!—observo con orgullo la disposición de sus ninjas—La principal prioridad durante esta batalla es evitar que el enemigo entre a la aldea y así mantener a nuestras familias a salvo... Sin embargo y no menos importante, es conservar sus vidas. Nos ayudaremos unos a otros y unidos como la gran familia que logramos construir forjando lazos inquebrantables... HAGAMOS QUE VALGA LA PENA HABER FUNDADO KONOHA... DEMOSTRÉMOOS AL ENEMIGO QUE NO PODRÁ QUEBRANTAR NUESTRA VOLUNTAD, LA VOLUNTAD DE FUEGO—como era de era de esperarse, el Senju recibió vitoreos aplausos y también algunas lágrimas, por parte de los dos ninja's vestidos de verde y también por cierta ojiluna, la cual escuchó con admiración a Hashirama. Su corazón latía salvajemente y no se debía a la inminente amenaza. Era él, todo de él.

—Un excelente líder ¿no es así?—la morena se sorprendió cuando Ino se acercó a ella. La rubia vestía el traje de batalla igual a ella.

—¿Te unirás a la batalla?—Shikamaru negó con la cabeza mientras Ino sonrió.

—Lo haré, ya estuve ausente por mucho tiempo y no puedo quedarme escondida mientras otros defienden la aldea—respondió cruzándose de brazos. El Nara mantuvo una discusión con su terca esposa, ella simplemente no accedió a quedarse en el refugio y en su lugar, dejó al bebé con la madre de Shikamaru.

—¿Tienen preguntas?—la voz del Hokage llamó la atención de todos—¡Bien! ¡Entonces vamos a defender Konoha!—los ninja's comenzaron a dispersarse con sus respectivos equipos. Hinata se mantuvo atrás junto a los Inuzuka debido a los animales. Ella se disponía a irse cuando los brazos de Hashirama la envolvieron en un cálido abrazo, seguido de un beso demandantes. A él no le importaba que los miraran, no en ese momento que cualquier cosa podía pasar—Promete que tendrás cuidado—pegaron sus frentes mientras hablaban.

—Lo prometo... pero usted debe hacer lo mismo—el Senju sonrió luego de asegurar que tendría cuidado y cada uno corrió a ocupar su puesto.

—Rápido tío, nos necesitan cerca del distrito Uchiha—Madara se quedó mirando la despedida de Hinata con Hashirama. Él pensaba hacer lo mismo, omitiendo el beso, sin embargo, su amigo se adelantó y ya no pudo hacer nada más que mirar con dolor como ellos demostraban su amor.

—¡Vamos!—dando una última mirada, siguió a Shisui.

Neji, Sasuke Hinata, Kiba, Shino y el equipo Taka se fueron a defender la entrada cerca del río. Naruto, Ino, Shikamaru, Kakashi, Obito Minato y Yamato, tomaron el camino contrario.

Pasados unos minutos, las batallas dieron inicio. Tal como se había informado, los enemigos eran muchos y algunos incluso eran muy fuertes.

—¡Gatsuuga!—varios de los enemigos fueron partidos por la mitad, apenas se escuchó a Kiba lanzando el grito de guerra.

Los insectos de Shino volaron buscando los puntos débiles e introduciéndose hasta dentro del atacante, en segundos, estos caían sin vida. Jugo luchaba mano a mano derribando a muchos oponentes, no obstante, parecía que no tenían fin dado que enviaron al frente a los clones más débiles y a medida que avanzaban, llegaban los más fuertes. La idea era agotar a los shinobis y de ese modo cuando lucharán con los últimos, no serían capaces de salir victoriosos.

—Debemos acabar con ellos sin gastar mucho chakra... son clones que usan como señuelos—alertó Karin, quien no tardó en percibir el mismo chakra en todos—los más fuertes aún esperan, quizás si logramos llegar a ellos no tengamos que perder el tiempo con estos.

—¡Byakugan!—Neji comenzó a buscar una forma de escabullirse comprobando lo que dijo Karin y pronto encontró la manera de hacerlo—Hinata-sama... es hora de girar. Tras ellos se encontraban, Hiashi, Kurenai, Genma,Tsume Hana y más miembros Inuzuka, como Aburame. Ellos ayudaban a contener a los clones que lograban atravesar las barrerás de los más jóvenes—¿Esta lista?—la ojiperla sonrió sabiendo lo que eso significaba. Hiashi los miró a ambos antes que lo hicieran y ellos hicieron lo mismo. El mayor asintió con la cabeza y continuó luchando... debía darle confianza a su hija, tal como se la dio en el pasado.

—¡Lo estoy!—los primos comenzaron a girar lanzando poderosas ráfagas de un mortal viento. Una vez que abrieron paso, Sasuke logró atravesar y en segundos incendio en llamas negras a los sujetos que esperaban. Ellos no contaron con la jugada que realizó el equipo de la hoja, lo que ayudó a tomarlos con la guardia baja.

Los Taka siguieron a Sasuke y pronto los alcanzaron Shino, Kiba, Akamaru, Kuro, Tobi y también los primos Hyuga.

El combate que continuó, ya no fue tan fácil como lo fue el anterior. Sasuke se enfrentó a dos tipos con rasgos de samurais, los cuales a medida que luchaban, cambiaban su aspecto a uno aterrador. Jugo y Suigetsu lo ayudaban con los otros que intentaban intervenir.

Kuro y Tobi se encargaron de quienes amenazaban a Hinata mientras ella luchaba con la espada. Los insectos de Shino volaban sobre ellos y Kiba continuó enfrascado en la batalla con Akamaru a su lado.

Neji también usaba su espada y Karin lo ayudaba, aunque mas bien, se la pasó fascinada mirando al genio Hyuga en acción. Él era impresionante con los ojos portando el Byakugan y ni hablar de la rotación celestial.

[...]

Shikamaru controlaba un considerable grupo de enemigos usando el jutsu de los Nara, mientras que Ino ayudaba a los heridos. Desde la distancia, se podía observar el Susano de Shisui defendiendo una de las entradas a la adea. Itachi mantenía una pelea con un sujeto perteneciente a su propio clan, no obstante y a pesar de no haber sido ninja, era muy poderoso, logrando igualar gran parte de sus movimientos. El joven se sintió frustrado, dado que fue difícil atacar a su propia gente, sin embargo, el sujeto, no parecía tener recuerdos ni lado humano gracias a los despiadados experimentos de Orochimaru.

Los clones de Naruto mantuvieron protegidas las entradas, al mismo tiempo que eliminaban a los clones enemigos.

Minato, Obito y Kakashi enfrentaron a los sujetos con más chakra reduciendo el número, no obstante, los restantes eran los peores y los cuales igualaban el nivel de los shinobis de la hoja.

Fugaku, Choza, Inoichi y Shikaku, contenían a quienes lograban cruzar. Kushina y Shizune veían con tristeza como prácticamente todo el entorno se mantenía en constantes batallas y aunque trataron de evitarlo, las edificaciones cercanas comenzaron a colapsar.

[...]

Madara logró pasar las defensas de los enemigos y se aventuró a llegar hasta los últimos, siendo seguido por un grupo de Anbus encabezado por Izuna.

Tobirama se fue río abajo, impidiendo que algunos enemigos lograran entrar a la aldea colándose por los desagües que conectaban con el río, no obstante, la entrada principal sucumbió debido a unos clones que explotaron sin que nadie se lo hubiera esperado y lo que era aún mas grave, lo seguían haciendo.

—¡Son demasiados!—repuso Hashirama muy preocupado por el estado de los heridos y la destrucción dentro de Konoha. Sin querer perder tiempo, abrió sus rollos y tomó la cuchilla gigante que usaba en combates, al igual que el gran shuriken, el cuál se encargaba de eliminar a quien se pusiera en su camino. Con dos de sus armas favoritas, logró aminorar los enemigos. Sus compañeros redujeron a los que lograron escapar y desde la distancia, se observaba el Susano de Madara. Sólo había algo que lo molestaba además de no saber si Hinata estaba bien... Orochimaru, ese maldito aún no se mostraba y estaba seguro que algo debía estar planeando.

—Esperamos sus órdenes Hokage-sama—habló uno de los Anbu que se acercó a él.

—Diríjanse a donde aún hay enemigos y ayuden a sus compañeros—el Anbu asintió y se fue a otra zona—Ahora ustedes vayan y reúnan los heridos en un lugar seguro... yo mismo ayudaré a sanar los más graves—se dirigió a Choji, Tenten, Rock Lee y Gai sensei. Para ese momento, Hashirama ya tenía el Senjutsu. Los shinobis se sorprendieron al verlo en esa face dado que hasta ese momento, no la había mostrado frente a los aliados, sólo quienes más lo conocían lo sabían



—Cuente con ello Hokage-sama—Tenten, Anko y Yugao, no podían apartar sus orbes del increíblemente sexy Senju, no obstante, continuaron su camino sabiendo que la imagen del hombre había cambiado para siempre en sus mentes. El amable Hokage, pasaba a ser el atractivo, apuesto y poderoso Hokage, no era de extrañarse que Hinata Hyuga estuviera loca por él.

[...]

Madara se hartó del sujeto con el que luchaba. El tipo tenía dos cabezas y al cortarle una, otro sujeto igual se formó y lo peor eran las púas venenosas que lanzaban sobre sus compañeros y su hermano. Ellos se encontraban igual de ocupados con sujetos con rostros de monstruos. Mientras contenía los enemigos, observó con miedo el momento exacto en que un tipo aplicó el puño suave sobre Izuna cerrando el punto de chakra de su brazo derecho... el sujeto seguramente era del clan Hyuga. Sin pensarlo, quemó a sus oponentes con las llamas negras, con esa técnica no volverían a duplicarse. Para terminar, el Susano barrio con todo a su paso.

—Madara... te quedaste sin chakra—Izuna llegó corriendo hacia él y los Anbus cargaron con los cuerpos de sus compañeros sin vida dejando atrás los cuerpos ardiendo en las llamas de Amaterasu.

—¿Estás bien? ¿Logró obstruir otro punto de chakra?—cuestionó evaluando a su hermano menor.

—Estoy bien, es sólo que no me lo esperaba, ese maldito tenía el poder de los Hyugas y no lo mostró hasta que me tuvo cerca... pero eso no importa, tú estás agotado, será mejor que nos vayamos, aún puedo sentir chakras poderosos a los alrededores—con cuidado ayudó al líder Uchiha a llegar de regreso a la destruida aldea. Aún faltaba saber si los miembros de su familia estaban bien. Madara sólo podía pensar en su ex esposa y su hijo, sobre todo ahora que se había quedado sin energía para poder defenderlos.

...

—¿Que le pasó a Madara?—cuestionó Obito quien se acercó al a sus tíos. El joven tenía cortes sobre sus brazos, pero se mantenía en pie al igual que sus compañeros. Su grupo sufrió bajas, pero lograron vencer a los enemigos. Minato aún continuaba transportando heridos con su gran velocidad y los clones de Naruto corrían por toda la aldea ayudando en lo que se pudiera necesitar.

—Él está bien, sólo un poco débil... ¿Donde están Sasuke, Itachi y Shisui?—a pesar de saber lo fuertes que eran, no podían evitar preocuparse por los chicos.

—Shisui resultó herido, pero no fue nada grave, Itachi también recibió heridas y fue trasladado a la zona donde tienen a los heridos y de Sasuke aún no sabemos nada... él se fue en el grupo donde esta Hina-chan—apenas lo dijo y el cuerpo de Madara se tensó.

—¿En que lado están? Debo ir con ellos—entre Izuna y Obito detuvieron al mayor—¡Suéltenme!—aún sin su chakra completo, el Uchiha resultó muy fuerte y difícil de contener.

—Ellos deben estar bien, de lo contrario los clones de Naruto ya nos hubieran avisado—repuso Obito.

—Él tiene razón, ademas ya conoces a Sasuke, no le gustará que vayamos en su ayuda, creerá que no le tenemos confianza—añadió Izuna. El azabache mayor no tuvo otro remedio que desistir aunque de haber tenido todo su fuerza, jamas se quedaría quieto.


[...]

Hinata se sostuvo de Kuro y dejó que Tobi se posara en su hombro. Ambos animales dieron lo mejor de si y para muestra, bastaba ver la boca de Kuro aún goteando sangre de los enemigos, al igual que las garras y el pico de Tobi.

—¿Estas bien?—Jugo se acercó preocupado hasta ella, tal como lo hacía en el pasado, cuándo ella no tenía recuerdos.

—Estoy bien Jugo-kun—la joven lo evaluó y de inmediato se sobresaltó al verle una enorme herida en el abdomen, la cual no dejaba de sangrar—¡Por todos los cielos estas sangrando mucho!—la visión del muchacho se hacía cada vez mas borrosa—¡JUGO!—gritó asustada y llamando la atención de sus compañeros, especialmente la de los dos compañeros Taka.

Karin fue la primera en correr hacia él y pronto se arremangó la blusa dejando sus brazos al descubierto—Toma... muérdelo—le colocó el brazo en la boca, Jugo lentamente hizo lo que le indicó su amiga y pronto la herida comenzó a cerrarse. El alivio en la morena fue evidente al igual que en la Uzumaki. Suigetsu no logró dejar la batalla que tenía con un sujeto portador de una gran espada, casi tan grande como la suya. Sasuke y Neji terminaban con los últimos enemigos y no se enteraron de lo sucedido a Jugo.

—¡Gracias Karin!—el muchacho se incorporó y palpó el sitio donde sangraba, él ni siquiera se había percatado de estar herido hasta que se lo dijo Hinata. Había sido una verdadera suerte que todos salieran con vida luego del numeroso grupo de enemigos.

—Nii-san—la ojiperla también se dedicó a evaluar a su primo, comprobando que estaba bien. Suigetsu y Sasuke también se acercaron y al igual que todos, se veían cansados.

—Siento poderosos chakras cerca de nosotros—anunció Karin. Ellos todavía estaban alejados de la aldea y no era bueno quedarse lejos de la ayuda.

—Será mejor que regresemos a la aldea—repuso Sasuke con desconfianza. Él también sentía que algo no andaba bien y para muestra, el gran lobo de la ojiperla, se veía muy inquieto mientras ella lo contenía.

A pesar de no poder ver nada con el Byakugan, ambos primos estaban ansiosos, así que emprendieron el regreso, no obstante, Kuro escarbaba el suelo, como si quisiera sacar algo. Akamaru ladraba mucho y Kiba olfateaba el aire con suspicacia.

—Algo viene hacia nosotros—les informó Shino, cuando el suelo comenzó a craquearse lanzando a todos en diferentes direcciones.

En el suelo se abrió un gran orificio de dónde comenzaron a salir toda clase de alimañas seguidas de humanoides con aspecto de arañas, escorpiones y por último, una enorme serpiente, incluso más grande que los Susanos.

—¡Orochimaru!—murmuró Sasuke mientras el mencionado sonrió mostrando la enorme lengua, tal como lo hacen las serpientes.

—Nos volvemos a ver Sasuke-kun—los Taka lo veían con asombro—Pero que suerte, también encuentro a los traidores y a su protegida.

[...]

—¿Están todos bien?—Hasirama llegó corriendo hasta donde se habían reunido la mayoría de los shinobis, sin embargo, por más que buscó con su mirada, aún no enfocaba a Hinata, ni tampoco a su hermano—¿Quienes faltan de regresar?—tenia la esperanza de escuchar que su ángel se encontraba ayudando heridos o llevándolos al hospital.

—El grupo de Sasuke aún no regresa—repuso Madara muy frustrado—Hinata está en ese grupo—el corazón del Senju latió desenfrenado.

—Tranquilo... Hiashi-san me informó que ya regresaban—Tobirama se unió a ellos sosteniendo a dos compañeros inconscientes sobre sus hombros. El albino pasó cerca de donde luchaban los jóvenes y el líder Hyuga comprobó con el Byakugan que ya regresaban a salvo.

—De todos modos iré a ver que todo este en orden—apenas estaba por correr cuando el suelo tembló.

—¿Que fue eso?—cuestionó Madara. Obito e Izuna también se pusieron en alerta.

—Percibo un enorme chakra y proviene de esa dirección—repuso Tobirama.

—¡Mi ángel!—Hasirama se echó a correr siendo seguido por su hermano y los Uchihas.

En cuanto se acercaron, comprobaron que el terreno lucía desigual, como si hubiera habido un terremoto. Un poco más adelante, miraron a Hiashi quien ayudaba a Tsume y a Kurenai. Ambas féminas fueron golpeadas con escombros. Genma y Hana Inuzuka se deshacían de las innumerables serpientes que continuaban saliendo de entre las grietas y los Aburame atacaban a los sujetos en formas de escorpiones.

Hashirama se hubiera detenido a preguntar por su situación, sin embargo, Hinata estaba de por medio y nada era más importante que ir por ella. Le ordenó a su hermano que se quedara con ellos y él continuó hacía donde se sentía el monstruoso chakra. A pesar que Madara ya se encontraba un poco recuperado por las píldoras que le dio el equipo médico, no logró correr tan rápido como lo hacía el Senju con el Senjutsu. Eso le intensificaba los poderes haciéndolo incluso más rápido e intuitivo.

En cuanto se acercó lo suficiente para saber lo que sucedía, quedó totalmente pasmado.

—¡Vaya llegó antes de lo planeado! No nos dio tiempo a divertirnos un poco—Hashirama veía a los humanoides acercarse a los chicos tirados entre los escombros. Hinata, su Hinata era protegida por el lobo que apenas lograba sostenerse en pie debido al corte en una de sus patas. El cuervo extendía una ala intentando alejar a los enemigos mientras ella tenía hilos de sangre saliendo de su boca. Lamentablemente, el aspecto de sus compañeros no era mejor al de ella, dado que el perro blanco tenía manchado el pelaje de sangre, posiblemente de su amo—Usted era el único que nos faltaba para iniciar la fiesta—el Senju apretó los puños—Bienvenidos Hokage-sama únase a nuestra celebración y antes de intentar algo, recuerde lo malo que es perder a la persona amada.

—¡Mi ángel!—murmuro con el pecho adolorido. Lamentó mirar la precaria situación de todos y en ese momento, sintió mas miedo que nunca... miedo a perderla a ella, a uno de los chicos. Sasuke y los Taka eran quienes en peor estado se encontraban y supuso que se trataba de algo personal en contra de ellos.

—No se preocupe por ella, yo no tengo nada en su contra, sin embargo, hay alguien que la quiere como su cena y créame... le di destructivos elementos, haciéndola una de mis mejores guerreras—el Senju frunció el ceño al ver a Suki tras Orochimaru. La Uchiha tenía el cuerpo de una araña gigantesca y dirigió sus múltiples orbes hacia el lugar donde se encontraba la ojiluna. Hinata aun no la veía debido a los escombros y la distancia entre ambas—Ahora si me disculpa, debo cobrar una deuda y en seguida estaré con usted—sin que el castaño pudiera hacer nada, Orochimaru se trago a los cuatro chicos. Todo fue tan rápido que ni Sasuke ni los Taka, lograron reaccionar cuando la lengua de Orochimaru los envolvió y se los llevó a la boca.

—¡Nooo!—Neji quien ya se hallaba con Hinata gritó preparando su espada y cuando intentó correr hacia ellos, voló por los aires, gracias al golpe que le propinó un tipo en forma de escorpión.

—¡Nii-san!—Hinata se horrorizó ante lo visto y por primera vez desde que llegó en su ayuda, sus orbes se encontraron con las del Hokage. El alivio la recorrió por completo al saberlo cerca de ella, no obstante, la pequeña alegría se disipó con la condición de Neji y de sus amigos, ademas, ese monstruo se tragó a cuatro de ellos. Nada tenía sentido eso era demasiado grotesco y no parecía terminar. Debía hacer algo, no podía permitir que sus seres queridos murieran.

Hashirama enfurecido, comenzó a destrozar con estacas a los enemigos, no sin antes proteger a Hinata, Shino y Kiba, al igual que a los tres animales. Cubrió a todos con barreras de madera, de ese modo no los tomarían desprevenidos, incluso rodeó a Neji mientras se recuperaba. Orochimaru sonrió, el Hokage era muy predecible. Sin demora abrió la boca y lanzó veneno, el cual logró salpicar el brazo del castaño. Tanto la armadura como la ropa se deshizo, incluso su piel comenzó a desprenderse, no obstante, en segundos se recuperó a si mismo debido al Senjutsu.

La morena gritó llena de horror, pensó lo peor y cómo pudo, se incorporó. Suspiro arrojando el aire que contuvo en el momento en que el castaño se sanaba a sí mismo. Regresando su atención a la serpiente y al igual que su primo, activo el Byakugan comprobando que sus amigos seguían con vida. No encontraba que hacer, pues a su modo, deseaba poder ayudar a todos y ni siquiera pudo proteger debidamente a sus animales. De nuevo giró hacia Hashi con el Byakugan y lo evaluó comprobando que no tuviera daños internos. Se quedó sorprendida de la forma descomunal en que fluía su chakra. Ella nunca había visto algo parecido, incluso apreció las líneas que comenzaban desde su frente bajando por todo el cuerpo... eso era increíble.

—Maldito mal nacido... pagarás muy caro lo que le hiciste a Sasuke—Madara Izuna y Obito llegaron con los Sharingan activados, cosa que enloquecía de gusto a Orochimaru.

—Vaya vaya... llegó la manzana de la discordia—la serpiente se detuvo enfocando directamente a Madara—Debo agradecerle Uchiha-san, de no ser por usted y sus amoríos, no hubiera obtenido tanta información—Madara apretó la mandíbula y miró hacia Hinata.

—Obito has un pasaje con tus ojos e intenta abrirlo dentro de ese demente... aún puedo sentir el chakra de Sasuke y sus amigos, sin embargo, cada segundo cuenta y no sobrevivieran por mucho tiempo—informó Izuna mirando hacia arriba. El sujeto era mucho más grande que un bijuu y poseía un monstruoso poder, seguramente adquirido durante años de siniestros experimentos.

—Nunca antes lo he hecho, pero haré lo que sea necesario para salvar las vidas de Sasuke y de esos chicos—Obito miró hacia donde estaba Hinata con los animales. Ella lo encaró y ambos asintieron con la cabeza. Ella creía en él al igual que sus tíos, así que no se permitiría fallar.

—Yo lo distraeré muchacho... ¡AHORA!—Hashirama arrojó uno de sus rollos frente a la serpiente y tomó armas. La distracción funcionó, dado que Orochimaru se lanzó contra él, mientras Obito se transportaba dentro de su estómago. El Senju saltó antes de recibir el impacto—Madara... protege a mi ángel—logró hacer el pedido antes de realizar unos sellos. El líder Uchiha salió de su trance y se dirigió hacia la madre de su hijo, mientras Izuna fue en ayuda de los chicos heridos y los colocó en un lugar seguro. En ese momento, Obito apareció con los cuatro jóvenes. Tanto él, como los jóvenes, escurrían agua suministrada por Suigetsu, la cual, los mantuvo protegidos de los líquidos gástricos. Las cadenas lanzadas desde el cuerpo de Karin los mantuvieron sostenidos hasta el momento en que Obito logró sacarlos. Los cincos cayeron de rodillas, cuatro de ellos por la falta de aire a la que fueron sometidos y Obito por el chakra que invirtió.

Orochimaru se puso furioso y se lanzó contra ellos, sin embargo, no logró llegar debido al gigante de madera realizado por el Hokage. Las grandes manos de madera alejaron la imponente serpiente del lugar donde estaban los chicos y en segundos se desencadenó una feroz batalla. El Senju sabía que no podría cuidar de Hinata y a eso se debió el pedido hecho a Madara, también él la protegería con su vida.

Los estruendos de la batalla, no fueron suficientes para silenciar el aullido del lobo, seguido del grito proveniente de la Hyuga—¡KURO...!—la chica se distrajo por un momento y al escuchar a su lobo, miró como fue atravesado por los enormes colmillos de la araña con el rostro de Suki. El ataque iba dirigido a ella, pero el lobo se interpuso—Nooo... por favor no—los presentes sintieron algo parecido a un dejavú. Tobi voló, logrando dañar tres de los ojos de Suki, pero en segundos cayó envuelto en telaraña. La morena los miró a ambos y se disponía a pelear aún con su escaso chakra.

—¡Maldita Hyuga! No tienes idea de cuanto voy a disfrutar destrozarte al igual que a tus odiosos animales—Suki se lanzó contra ella y antes de llegar, se encontró con Madara. El Uchiha la lanzó lejos con una bola de fuego. Madara tomó a Hinata en sus brazos y la estrujó contra su pecho sintiéndose aliviado. Sintió tanto miedo a perderla otra vez. Izuna recogió los dos animales y se encargó de los sujetos restantes que aún se encontraban con signos vitales.

—Quédate aquí bonita... haré lo que debi hacer desde que te conocí—Madara la colocó cerca del lobo y le dio un beso en la frente antes de ir por esa maldita mujer. La ojiperla uso su escaso chakra y lo colocó en la herida de Kuro. Pronto se acercaron clones de Naruto y con ellos llegó Sakura, Tsunade y Shizune. Las médicas se encargaron de sanar a los heridos.

La Hyuga accedió a las píldoras de su clan, las mismas que le dio a Neji cuando lo encontró en las montañas antes de perder la memoria. No perdió más tiempo y sin pensarlo, colocó una en la boca de su lobo y otra en le suya. La conexión entre ella y Kuro era tal, que incluso sintió la ansiedad en él, antes de protegerla. La herida de Kuro fue cerrando y poco a poco, adquirió una ligera cantidad de fuerza. Uno de los Narutos se encargó de liberar a Tobi y Shizune llegó hasta ella.

—Me encargaré de tus heridas Hinata-chan—con avidez, la médica logró cerrar todos y cada uno de los cortes. En cuanto se sintió bien, se puso de pie lista para regresar a donde se hallaban Madara y Hashirama—Espera... no puedes ir ahí, aún no estás del todo bien.

—Ellos están solos con esos monstruos—antes que Shizune lograra responder, la Hyuga saltó y corrió hacia ellos.

Se detuvo y activó el Byakugan enfocándose en ambos amigos y cuando quiso correr, fue retenida—Lo siento pero de aquí no se moverá—la chica trató de argumentar—Es muy peligroso acercarse y si le sucede algo, mi hermano enloquecería de dolor—Tobirama la sostuvo con suavidad, pero dejando claro que no pasaría.

—¡Hija mía!—Hiashi corrió hacia ella y le dio un abrazo—Creí que no te alcanzaría... gracias por detenerla Senju-sama.

—Pero ellos...—Sasuke Neji e Izuna también se acercaron a ver las batallas.

—No se preocupe Hyuga-san, ellos son muy poderosos y no sera esta vez, cuando sean vencidos... sólo vea y compruébelo por usted misma—esta vez fue Izuna quien habló y en un parpadeo, la mayoría de los shinobis se había acercado a ver la batalla.

...

—Hasta que muestras tu verdadera forma... ¡maldita aberración!—Suki se enfureció con lo dicho por su ex amante.

—En realidad, no somos muy diferentes... usted lastimó a la mocosa por puro orgullo, negándose admitir lo que sentía por ella, incluso su hija tuvo que morir debido a su soberbia... yo en cambio, fui egoísta al solo quererlo para mi y si, intenté quitar a esa mujer de mi camino en más de una ocasión y lo que me movió fue el enfermizo amor que siento por usted... Ahora dígame Uchiha-sama ¿quien de los dos es peor? ¿Quien está más podrido?—la fémina lanzó telarañas sobre el rostro del Uchiha, distrayéndolo para atacarlo con sus extremidades.

—Entre ambos, yo soy el peor por dejarme engañar por ti, pero eso no te salvará de tu castigo... pagarás por el daño que le causaste a la mujer que amo, a la madre de mi hijo—las llamas negras quemaron la telaraña y se instalaron en el enorme cuerpo de Suki. La fémina gritó de dolor e intentó rodar sobre el suelo en busca de deshacerse de las llamas, no obstante, le fue imposible. Madara activo el Sharingan y permaneció mirando todo con los brazos cruzados sobre su pecho. Aunque Suki lo superó en altura, gracias a las extremidades arácnidas, poco a poco, se fue reduciendo ¿Que si el azabache era sádico?  Por supuesto que lo era, pero no negó lo mucho que disfrutaba hacerle pagar a esa mujer el sufrimiento que experimentó durante el tiempo que creyó muerta a la ojiperla. Si esa loca hubiera logrado su propósito, no tendría la dicha de tener a Tenchi y con el puro pensamiento, se molestaba más.

La mujer quedó reducida a cenizas y lo único que logró sacarlo de su ensoñación, fue el temblor en el suelo. Giró su cuerpo y enfocó a Hashirama luchando contra la serpiente. Corrió hacia ellos en busca de ayudar, pero el Senju lo retuvo.

—No te acerques Madara... esto es personal y yo mismo le pondré fin a su legado de horror—el Uchiha se paró en secó y desistió de su plan, sin embargo, no se alejó del lugar, dado que podía ayudar en caso de ser necesario.

—Todo lo sucedido es culpa suya... yo debía ser quien manejara la formación de Konoha. Usted robó mi idea y por lo tanto, yo terminaré con su vida... si la aldea no es mía, tampoco será suya—Hashirama frunció el ceño.

—Yo no robé nada y si tanto le gustaba la aldea, se hubiera podido unir a nosotros, quizás ahora mismo, sería usted quien ocupara mi puesto—Orochimaru se descolocó con lo que decretó Hashirama. Él en realidad, nunca pensó en hacer la unión de clanes, él sólo deseaba el poder que daba ser la máxima autoridad y cuando vio que el castaño ganaba cariño y fama, se alejó con la intención de volver cuando fuera muy poderoso y así, ocupar el lugar de Hokage.

La verdad mostrada en los ojos de Hashirama, lo enfureció. Había perdido muchos años alejando y quizás no tenía la necesidad. Tal vez a esas alturas, fuera él, quien gobernara Konoha. Sin esperar, reunió una gran cantidad de veneno mezclándolo con chkra. La enorme esfera desintegraría cualquier cosa que tocará incluyendo al Senju.

—¡HASHI!—la ojiperla grito sintiendo el miedo recorriendo su cuerpo. Lo iba perder, perdería al hombre que amaba. Hiashi y Neji mostraron la misma preocupación, dado que observaban todo con el Byakugan. Tobirama la retuvo de nueva cuenta. Aunque quisiera, ella no podía hacer nada para ayudarlo y ante la impotencia de no lograr liberarse, la joven sucumbió al llanto.

—Tranquila... continúe observando—señaló Tobirama.

El Hokage hizo un dragón de madera, el cual logró contener la esfera y el gigante en el que se posicionó, lo lanzó de regreso a quien lo arrojó. La enorme serpiente, poco a poco se fue desintegrando hasta quedar en sólo una masa gelatinosa. Sin querer dejar cabos sueltos, realizó sellos y Madara incendio los restos, de ese modo, nunca podrían volver a traerlo a la vida.

—Buen trabajó—Madara no pudo evitar sonreír con sinceridad al ver a su amigo sano y salvo. Aunque últimamente las diferencias los distanciaron, seguía preocupándose por él y lo mismo sucedía con Hashirama. No era fácil dejar atrás tantos años de amistad. Claro que ambos coincidían en algo... y eso era, que podían dejar de lado su amistad, si eso involucraba a Hinata.

—Trabajó en equipo—respondió sonriendo. Ambos se dirigieron a dónde los esperaban. La batalla fue tan intensa, que la mayoría de los shinobis sanos se acercó a mirar.

Al irse acercando, se escucharon los aplausos, vitoreos y gritos de felicitación hacia ellos. Madara fue recibido por los Uchihas, mientras que Hashirama sonreía y felicitaba a todos por el esfuerzo que los condujo a la victoria, no obstante, su atención se posó en una sola persona. Sonrió hacia ella y aún con la considerable distancia entre ambos, abrió los brazos.

—Ahora si puede ir hacia él—Tobirama sonrió al ver que aún sonrojada, la joven no lo pensó dos veces antes de salir corriendo con dirección a su hermano.

La morena corrió esquivando los escombros y Hashirama hizo lo mismo. Las personas se fueron haciendo a un lado y la pareja sintió que sólo ellos dos existían en ese momento—¡Hashi!—finalmente llegó hacia él y se lanzó a sus brazos. El castaño la giró la incitó a rodearlo con sus piernas y sin demora la beso. El dulce beso se vio interrumpido por los sollozos de la Hyuga—Tuve mucho miedo perderlo—la estrecho con fuerza, puesto que también él, creyó que podía perderla.

—Ya pasó mi ángel... no llores—la joven lo evaluó comprobando que estaba en perfecto estado, a pesar de la armadura y partes de las prendas que fueron disueltas por el veneno de la serpiente.

—¿Y esto?—ella pasó sus pequeñas manos por las líneas que aún mostraba sobre su rostro y las cuales lo hacían lucir jodidamente irresistible ¡Hashirama Senju era tan bello! Se decía mientras lo veía embelesada.

—Modo sabio—respondió y dicho eso, las líneas se fueron borrando—¿te gusta?—ella asintió sonrojada y el castaño optó por molestarla con el único propósito de ya no verla asustada—Entonces, la próxima vez que te haga el amor, las mostraré sólo para ti... pero deberás estar preparada, porque me dan mucha resistencia en el esfuerzo físico—le guiño un ojo y espero lo que vendría.

—¡Hashi!—ella ya se encontraba en el suelo y escondió su rostro en el pecho masculino. Se encontraba sumamente avergonzada, pero al mismo tiempo, sus entrañas se calentaron. Llevaban días sin estar juntos en la intimidad y ambos podían sentir la necesidad del otro. Como era de esperarse, Hashirama comenzó a reír y en segundos, ella también lo hizo. Ambos formaban una complicidad única y al mismo tiempo se complementaban a la perfección. Sintiéndose observada, la morena giró su rostro al lado derecho, encontrándose directamente con las orbes de Madara—¡Gracias por ayudarme Uchiha-san!

—Estaré para ti siempre que me necesites—respondió sin inmutarse—Ahora... ¿crees que pueda ver a mi hijo mañana y pasar el día con él? Te prometo que lo cuidaré bien y lo regresaré a la hora que tú digas—algo en su forma de pedirlo, anudado al asentamiento de Hashi, hizo que ella no pudiera negarse.

—Esta bien, lo tendré listo temprano—respondió apoyada por el Senju.

Gracias y recuerda que tenemos una conversación pendiente—Izuna palmeó el hombro de su hermano, dodo que se veía totalmente derrotado. El líder Uchiha presenció de primera mano, como la mujer que amaba corrió hacia los brazos su mejor amigo, fue tal la alegría que ella mostraba, que ni siquiera se percató de su presencia. No les quitó los ojos de encima. La pareja sonreía con sus frentes unidas y fue en ese preciso momento que lo entendió... Él ya no tenía ninguna esperanza, la perdió para siempre. Hinata estaba enamorada, tanto, como lo estaba Hashirama y aunque le doliera admitirlo, nada ni nadie podría cambiar ese hecho.

—Por supuesto... en cuanto las cosas se calmen podemos vernos—Kuro y Tobi se acercaron a ella, ya recuperados y Madara no tuvo más remedio que alejarse. La morena comprobó el estado de su primo y de sus amigos, mientras que Hashirama ordenó el recuento de los desaparecidos, luego que comprobaron la seguridad de la aldea, avisaron a los guardias encargados de custodiar los refugios.

—Haste cargo de todo—Tobirama asintió—¡Vamos mi ángel!—sin esperar respuesta, cargó a la ojiperla frente a todos.

—Hashi que vergüenza, todos nos están mirando—los aldeanos aplaudían felices y Hashirama les sonreía.

—Debemos llegar rápido... recuerda que nuestros hijos nos esperan—el corazón de la Hyuga latió desenfrenado con lo dicho. Se escuchó tan lindo decir que eran los hijos de ambos.

Estaban por cruzar las puertas del complejo Hyuga, cuando Hanabi salió corriendo con Sayuri en su espalda.

—¿Que pasó? ¿A donde se dirigen con tanta prisa?—la castaña paró en seco y abrazó a su hermana, luego hizo una reverencia hacia el Hokage y los tranquilizó diciendo que los refugiados estaban bien.

—¿Cómo esta Sasuke-kun? Nos enteramos de lo sucedido y necesitamos verlo—la morena sonrió enternecida por la actitud de su hermana.

—Veo que después de todo, si te preocupas por mi Hyuga—Sasuke abrazo a la castaña y también a su hija. Tras él, llegaron Fugaku y Shisui. Ellos se sintieron agradecidos con el clan Hyuga por cuidar de sus familiares mientras ellos luchaban por contener la amenaza.

—Pasen todos, siéntanse libres—Hinata les indicó hacia dónde ir y también el Hokage y ella avanzaron en busca de sus pequeños. Hanabi, Sasuke y Sayuri se quedaron atrás mientras el azabache les daba las explicaciones sobre lo sucedido y también sobre la salud de Sakura, dado que la niña quería saber si su madre se encontraba a salvo.

En cuanto entraron al clan, los refugiados ya se encontraban fuera del refugio y en segundos, Hinata y Hashirama se conmovieron al ver a Kenzo avanzando hacia ellos con Tenchi en brazos. Ima y Chiyo lo seguían felices de ver que estaban a salvo y ya sin amenazas.

—Lo hice Hina-chan... cuide de Tenchi—Hinata cayó de rodillas y los abrazó a ambos conteniendo las lágrimas. Los animales junto a ella avanzaron en busca de comida y Hashirama la ayudó a ponerse de pie—¿Lo vez papá? Ya soy grande y pude protegerlo.

—Vengan aquí los tres—como si fueran una familia, el Senju sostuvo a Tenchi en un brazo y con el otro, estrecho a la ojiperla y a Kenzo.

...

El día siguiente, tal como lo acordaron, Madara fue en busca de su hijo. La misma Hinata fue quien se lo entregó, junto a lo necesario para que pasara todo el día con él. La ojiperla se conmovió cuando miró a su ex esposo abrazando a su hijo.

—Gracias Hinata... te doy mi palabra de que estará bien cuidado y antes del anochecer, lo traeré de regreso—si bien es cierto que la morena en el pasado tenía sus reservas en cuanto a Madara, ahora sintió que podía confiar el cuidado de su niño, ya que, él realmente demostraba querer mucho a Tenchi, no obstante, Tobi iría con ellos, de ese modo, podía avisarle de inmediato si algo sucedía. El líder Uchiha no tuvo ningún problema con la presencia del ave.

—Todo bien... y cualquier cosa que pase, envié a Tobi—la joven se incomodó con la mirada del Uchiha hacia ella y para su buena suerte, Sasuke llegó en busca de su hermana. Madara se retiró y la morena corrió hacia donde se hallaban Kenzo y Hashirama.

Utilizando los elementos agua y tierra, Hashirama logró reconstruir gran parte de las edificaciones que resultaron dañadas, no obstante, nadie pudo hacer nada por los shinobis que perdieron sus vidas durante la batalla.

Los días posteriores se les dieron los respectivos funerales y el Hokage los declaró héroes, que debían ser recordados.

[...]

Madara veía a la ojiluna frente a él y como en pocas ocasiones, no encontraba las frases correctas para iniciar la conversación. En un principio, pensó que sería fácil hacerla dudar sobre sus sentimientos, pero cuando la miró con Hashirama luego de la batalla, se quedó sin argumentos.

—¿En verdad lograste olvidar todo lo que sentiste por mí? ¿Ahora me odias?—la morena lo miró de frente y sintió que los ojos se le llenaban de lágrimas. Sin tan solo hubiera hablado así en el pasado, si hubiera visto esa mirada cuando ella lo amó tanto, quizás las cosas hubieran sido distintas. Serían una familia con sus dos hijos, seguramente, la felicidad predominaría en su hogar, pero las circunstancias eran muy distintas. Él no la amaba y no sólo no lo hizo, sino que se dedicó a dejarlo claro, incluso renegó de su primogénita.

—Me costó literalmente una hija para cambiar mis sentimientos hacia usted y en cuanto a odiarlo... no, yo no lo odio—el azabache sintió una remota esperanza, después de todo, no lo odiaba—El sentimiento del odio es tan grande, que te mantiene unida a la persona a la que odias, algo similar a lo que sucede con el amor y yo me negué a querer tener ese vínculo... No lo amo y tampoco lo odió, ahora lo veo como al padre de mi Tenchi y nada más—respondió con seguridad dejando al azabache consternado y arrepentido de haber acabado con el incondicional amor que ella sintió por él.

—¡Hinata!—la nombró con dolor e incredulidad en su voz—Yo me enamoré de ti y quizás si me dieras una oportunidad, te podría volver a enamorar... Te aseguro que no lo echaré a perder. Mi hijo y tu son lo mas importante que hay en mi vida, los cuidaré siendo mi prioridad por sobre todos—la Hyuga lo miró con tristeza, dado que su corazón ya no sentía nada por él, ahora era un castaño de mirada amable y sonrisa contagiosa quien ocupaba todos y cada uno de sus pensamientos. Realmente pensar en regresar con Madara, ya no le daba ningún tipo de satisfacción.

—Lo siento Uchiha-san, pero aunque me lo propusiera, no podría volver a sentir lo de antes. Ambos cometimos muchos errores, los mismos que terminaron con las probabilidades de poder unirnos de nueva cuenta—Madara le tomó la mano con suavidad y ella se lo permitió—Debemos tener en cuenta que nuestra unión fue un error desde el comienzo y esta de más enumerar los errores que nos colocaron en el lugar en el que ahora estamos, sin embargo y a pesar del dolor por perder a una hija, debemos agradecer que dentro de todo el dolor, tenemos a Tenchi, sin importar como fue su concepción.

—Hinata yo...—el arrepentimiento llegó muy tarde y tal como lo supuso, la había perdido y por sus despreciables actos, posiblemente también iba perder a su hijo ¿cómo podía quererlo luego que se enterara de las barbaridades que hizo en contra de ella?

—No se preocupe—se apresuró aclarar intuyendo su miedo—ni yo, ni nadie, le hablara mal de usted a Tenchi... él nunca sabrá lo sucedido entre nosotros durante la duración del matrimonio, ni de la noche del festival—de nuevo Madara sintió el peso de sus errores ¿cómo pudo dejar ir a una mujer tan perfecta como lo era ella?

—¿Entonces me permitirás tener contacto con él?—lo único que le quedaba de ella, era ese perfecto niño al que amaba igual que a ella.

—Tenchi ya lo quiere y yo nunca podría separarlos... Creo que podemos llegar a un acuerdo para que él pase tiempo con usted y con su familia—estaba segura que él amaba a Tenchi y que lo cuidaría como lo haría ella.

—Gracias Hinata, aunque no tenía derecho a pedirlo, no quería que mi hijo me viera como un violador—le besó la mano con devoción y finalmente la soltó—Te juró que no lo arruinaré y siempre que me necesites estaré a tu entera disposición—la ex pareja se puso de pie y caminaron hasta la salida del café donde se llevó a cabo la conversación.

En cuanto salieron, Ima se acercó con Tenchi y se lo entregó a Madara como lo había planeado Hinata desde antes de la reunión entre ellos. La morena le pidió a la anciana ir al clan Hyuga con la intención de darle tiempo con su hijo y también preparó todo para que se fuera con Madara. Sabía por Obito que Izuna, Shisui y los empleados de la mansión querían verlo y pensó que ese día sería un buen momento, dado que pensaba salir con Hashi y no regresaba hasta el día siguiente. No obstante, de nuevo Tobi estaría con su hijo, mientras Kuro se quedó al cuidado de Ko en el complejo Hyuga.

Una vez se despidieron, ella se dirigió a la salida de la aldea, donde su amado ya esperaba su llegada. Le sonrió con cariño y se sintió aún mas enamorada de él. Hashirama sabía que tenía una conversación con Madara y no la molestó con escenas de celos. Él se sentía seguro de si mismo, o al menos, eso creyó la ojiperla, dado que el Hokage deseó desaparecer a Madara y con eso impedir que se acercara a su mujer.

—¿Estas lista mi ángel?—la joven asintió sonrojada por las sonrisas de los guardias.

—Lo estoy—ambos salieron despidiéndose de los dos varones—¿Me dirá a donde vamos?

—Es una sorpresa, pero se que te gustará—el Senju no se equivocaba, dado que apenas abrió la barrera de árboles, la morena sonrió con lágrimas en los ojos. La había llevado al lugar donde la encontró con vida y donde la amó por primera vez. Las cabañas en el paradisíaco lugar—Y bien... ¿te gustó la sorpresa?—en cuestión de segundos, ya se encontraban en la misma cabaña donde pasaron las apasionadas  noches de amor.

—Si, si, si me gustó—respondió abrazándose a su cuello. Él ya la había rodeado de la cintura y ambos cuerpos emanaban calor. Ellos no habían mantenido intimidad desde el ataque a Konoha y de eso ya había pasado un mes. Las múltiples ocupaciones de Hashirama unidas a las responsabilidades de la ojiperla, les hicieron imposible pasar tiempo juntos y apenas se vio libre, dejó todo en manos de su hermano para irse con ella al lugar de ambos. Se besaron con hambre, con todo el deseo contenido. No sabían cómo pudieron mantenerse alejados por tanto tiempo.

—Estás tan deseosa cómo lo estoy yo por hacerte el amor ¿verdad?—la chica asintió despojándolo de la ropa y apreciando ese tentador dorso musculoso. El castaño no se quedó atrás y se deshizo de las prendas femeninas. Era temprano y pensaba entregarle su amor tantas veces como le fuera posible, pero antes, ella debía darle una respuesta.

El interior de Hinata ardía por tenerlo dentro de ella y él parecía estárselo tomando con mucha calma, algo raro viniendo de su Hokage. Ella se encontraba totalmente desnuda sobre la cama mientras que él permanecía en boxers besándola por todos lados. Sintiéndose desesperada, se hincó en la cama y bajo los boxers. El Senju no tuvo tiempo de reaccionar cuando ella se llevó su hinchado miembro a la boca.

—¡Espera mi ángel!—no logró contenerse, ni mucho menos alejarla. No esperaba tal acción y logró entender que ella estaba demasiado necesitada, tanto como él. Sabiendo que llegaría al límite, quiso detenerla, sin embargo, ella continuó hasta que terminó en su pequeña boca. Su idea era esperar un poco, pero mandó todo al diablo y la arrojó en la cama. Con la euforia que ella le hizo sentir, llevó su boca a la intimidad femenina. No hubo necesidad de usar sus dedos, puesto que en pocos minutos de estarla degustando, ella estalló y sin darle tiempo a recuperarse, la penetro con rudeza.

—¡Hashi!—grito de placer y dolor. Las embestidas se hicieron rápidas y profundas, queriendo demostrar lo mucho que la necesitó.

—¿Contenta?—cuestionó con voz ronca, mientras le besaba sus senos.

—Si... yo lo amó ahhh—Hashirama sonrió y sin demora se sentó en la cama con ella en su regazo. Continuó embistiendo mientras se besaban. Sabía que la estaba tratando con rudeza, pero no logró contenerse. Sus fuertes manos la tomaron de las caderas logrando mas profundidad. Sus gemidos lo enloquecían y sentía que no tendría suficiente de ella.

—Yo te amó más—de nuevo la beso y sintió que ella estaba a punto de llegar al éxtasis—Lleguemos juntos amor—aceleró los movimientos de sus caderas y en segundos, terminaron en una agradable sincronía—¿Te lastime ángel?—la chica se derrumbó sobre su pecho luego del orgasmo y él temía haberla dañado.

—No—respondió besándole el cuello. El castaño se estremeció y la estrujó aún más. En cuanto se recuperó por completo, realizó un sello y comenzó aparecer una guía de enredadera con muchas flores. Hashirama la acercó hasta que tocó la espalda de su mujer, la cual se estremeció alejándose un poco del pecho masculino, lo que permitió a la enredadera rodearla y quedar frente a su rostro.

Hinata se sorprendió por la acción de su Hokage. Era algo hermoso, las flores, las hojas y cuando pensaba que no podía sorprenderse más, miró un hermoso anillo colgado en el inicio de la enredadera. La joven lo miró a él, sin entender exactamente lo que pasaba, no obstante, el anillo llegó a su mano izquierda.

—¡Mi ángel...! ¿Quieres ser mi esposa? ¿Quieres dejar de ser Hyuga para ser Senju?—como en medio de un trance, la joven se dejó poner el anillo, luego suspiró cuando Hashi le puso una flor en su cabello y con otras, acarició su cuello hasta llegar a sus senos. Ellos continuaban unidos y la hombría del Senju comenzó a crecer. En ese momento, la joven volvió a la realidad.

—Si quiero—respondió entre lágrimas de felicidad, aún se preguntaba que había hecho para merecer un hombre como ese. Era muy afortunada.

Al estar entrados en calor, aprovecharon el romántico momento y volvieron a entregarse en medio de las bonitas flores que dejó la enredadera antes de desaparecer. La segunda ronda terminó igual de placentera que la primera. Hashirama se puso los bóxers y abrió el rollo donde cargaba las cosas importantes. Tomó una botella y dos copas.

—Brindaremos con la bebida de mi clan—Hinata se sentó envuelta en una manta y tomó en su mano la copa. Tenía curiosidad por saber que bebida era—Aguamiel o hidromiel—la morena arqueo una ceja, ya había escuchado hablar de dicha bebida, dado que ella se dedicaba a mezclar plantas medicinales y escuchó decir que el aguamiel ademas de ser una bebida alcohólica, poseía diversas propiedades curativas—¡Por nuestra próxima boda!—brindaron y bebieron el contenido. El varón comenzó a reír cuando observó el rostro de su amada, no obstante, ella fingió que si le había gustado y no se negó a las siguientes copas que ambos continuaron bebiendo.

Hinata terminó totalmente ebria y Hashirama, sólo alegre, lo que los llevó a un desenfreno sexual. Durante la tarde, hicieron el amor prácticamente en todos los lugares de la cabaña y en la noche terminaron dentro del hermoso lago a la luz de la luna.

...

Un mes mas tardé, Konoha se preparó para celebrar la boda de su querido Hokage, con la princesa del Byakugan. Durante esa unión, Hiashi le entregó a su primogénita el ajuar de novia que perteneció a su madre. El hermoso kimono blanco le quedó perfecto. La ojiperla agradeció infinitamente que su padre no se lo hubiera ofrecido en su unión con Madara dado que esa unión sólo trajo lágrimas a su vida.

—Le encargó mucho a mi hija Hokage-sama—Hiashi besó la frente de su hija una vez que se la entregó a Hashirama.

—Cuidaré de ella con mi propia vida—los varones hicieron una reverencia y el patriarca Hyuga regresó a su lugar—¡Estas preciosa!— ellos casi no se habían vuelto a ver, luego de estar en la cabaña. La fecha de la boda fue muy pronto y la morena se sintió un poco abrumada, creyó que no terminaría con los preparativos, no obstante, Hashirama no retrocedió, dado que según él, ya no pensaba pasar ni una sola noche sin ella y Tenchi.

—Usted también se ve muy apuesto—declaró sonrojada, pero sonriendo sólo para él.

Neji miró con nostalgia a su prima. Con el tiempo había logrado disminuir el amor que sentía por ella. Sabiendo que el Hokage era un buen hombre ya no tenia de que preocuparse, como lo hizo en su primer matrimonio... ahora había comenzado a salir con Karin y a pesar de tener caracteres muy diferentes, se sentía muy bien con ella.

Aunque ambos novios querían algo discreto, no fue posible, ya que incluso los otros Kages se unieron a la celebración. Madara pidió una larga misión que le permitió no estar presente ese día. Izuna se quedó al frente del clan y el resto de los Uchihas asistieron gustosos a la boda. Sasuke fue el primero en llegar, puesto que acompañaría a su novia e hija.

Kuro y Tobi, no se separaban de Tenchi, el cual ya había comenzado a caminar. Kenzo se volvió muy protector y ya lo consideraba su hermano menor.

—¡Vivan los novios!—gritó Ino cuando la ceremonia concluyó. Los aldeanos aplaudieron entusiasmados. Todos conocían la historia de la pareja y se alegraron al saber que finalmente dos personas que habían sufrido tanto, podían unirse para ser felices.

—Felicidades a ambos—Chiyo abrazó a los dos y se sintió muy complacida. Ellos eran el uno para el otro y le auguraba un matrimonio lleno de amor.

Los Kages se acercaron a desearles lo mejor, luego continuaron los familiares y amigos.

Los dos niños se unieron a la pareja cuando cayó la noche y lanzaron fuegos artificiales. Hinata y Tenchi se mudarían a la casa que Hashirama mandó construir para los cuatro y los que vinieran en un futuro, pues según él, no descansaría hasta dejarla embarazada.

Esa noche, Hiashi y Hanabi se llevaron a los niños al clan, puesto que la pareja de recién casados, partiría el día siguiente a su luna de miel y sería en las cabañas, donde nadie los molestaría.

[...]

La ojiperla despertó apenas una hora después de entregarse por completo a su esposo y no lo encontró en la cama. Se levantó envolviéndose en una manta. La ventana del balcón estaba abierta y fue a cerrarla. La mansión del Hokage se encontraba apartada a las afueras de Konoha y desde el balcón, se podía ver la aldea. Estaba por cerrar, cuando miró a su esposo parado totalmente desnudó y mirando al cielo.

—¿Hashi?—el castaño se giró a verla y abrió los brazos para que se acercara—¿Que esta haciendo aquí? ¿Pasa algo?— ella no sabía que pensar.

—Hace tiempo creí que mi corazón nunca volvería a latir por una mujer... Y una mañana, mientras realizaba mis labores, encontré a un hermoso ángel herido, el cuál logró lo impensable, el único problema, fue que ella amaba a alguien más—la morena levantó el rostro mirándolo a los ojos—Comencé a soñar con ser yo, quien estuviera en su corazón y con el tiempo, mi sueño se volvió realidad... Tu eres ese ángel, la mujer que sólo podía tener mediante sueños y que ahora me ha hecho inmensamente feliz convirtiéndose en mi esposa... gracias por volver a darle felicidad a mi vida.

—Soy yo quien agradece día a día, haberlo conocido—tomándola en brazos, regresaron a la cama donde se abrazaron con ternura. Ambos se prometieron dar todo para hacer feliz al otro, sabiendo que mientras estuvieran juntos, todo podía tener solución.

Fin.

Llegue al final de esta historia y debo decir que fue una de mis favoritas. Agradezco mucho a quienes le dieron la oportunidad desde el inicio, como a los nuevos lectores. Estaré pendiente con el epílogo y aunque tarde un poco, debido a que con este ya son tres los que debo escribir, no duden que si lo haré.

Me disculpo por la demora y por el capítulo largo, pero no quise dividirlo. Lamento las faltas de ortografía que seguramente se me quedaron atrás, apenas las encuentre y las iré corriendo😊💕De nuevo gracias.

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