Adore adoradamente esa foto cuando la vi.

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Te recomiendo escuchar estas canciones mientras lees:

"Temporary Fix – One Direction.

Reaper – SIA.

Sexercize – Kilye Minogue.

El Error – Reykon.

Caramelos de Cianuro – Último Polvo.

Olivia – One Direction.

Indila – Love Story.

If I Could Fly – One Direction".

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3

— ¿Cómo fue? – me pregunta después de un rato, he estado mirando al techo con una satisfacción de la que ella parece no darse cuenta.

—Neh, he tenido mejores.

—No te pases —exclama. Luego ella me golpea el pecho y yo me rio. Sabe que no es verdad.

—Bueno, —digo cortando el silencio—. Yo debo ir al baño, preciosa. Así que, si me permites...

Después de salir del baño la encuentro a ella sentada sobre la cama con una expresión expectante. Yo levanto una ceja y le sonrió. Pero se me ocurre una idea traviesa.

—Y si... ¿nos bañamos juntos? —pregunto yo ilusionado, esta vez es ella quien me levanta una ceja—. Digo, para ahorrar agua. —si claro, pienso.

—Es... buena idea —responde ella y se levanta dejando caer la sabana al piso. Afrodita la mando a hacer con mucho amor y dedicación...

Camina hacia donde estoy y en entra primero al baño. Yo la sigo como un perrito obediente.

R...

Dios, este hombre sí que sabe, pero de verdad sí que sabe dar un buen masaje después del sexo, por todo el cuerpo, entrando y saliendo de mi feminidad...

Al terminar nuestra calenturienta jornada acordamos vernos la semana que viene en una suite de este mismo hotel. Me ha dicho que este no es su departamento, que bien, porque no pensaba venir a buscarlo.

Nos despedimos con un beso y yo tomo rumbo a lugar de descanso que comparto con mi prima Anna. No puedo esperar para contarle, claro, sin detalles sucios...

R...

—Rapunzel, zorra hija de mi quedísima tía Gerda —pienso que va a regañar pero... —. ¡Te conseguiste al fin a alguien que te de duro contra el muro! —grita ella alegre.

—Ok, no me esperaba tanto entusiasmo de tu parte prima —le digo.

—Sí, pero, ¿estás segura de que no saldrás con el corazón roto? —no puede evitar sentirse preocupada.

—Anni, soy modelo, publicista, y estoy soltera, ya venía siendo hora de dejar el amor en segundo plano. Y por fin lo he conseguido...

—Ok... es tú decisión. —se levanta de la cama y me lanza un peluche juguetona. Luego sale de mi cuarto. Pero antes de que deje de oírme le digo una última oración para luego quedarme dormida:

—Es que Anni, ¡este hombre es perfecto! No me pide explicaciones, no me busca, no me llama. Solo es... sexo.

E...

**2 Meses Despues**

Me siento en el césped cansado, no doy más.

— ¿Qué pasa? Hoy estas algo... desanimado.

—Perdón, es que —trato de recuperar el aire—. Últimamente estoy muy, muy activo...

El chico me sonríe pícaro.

— ¿No será que te estás enamorando de esa mujer? —yo suelto una risa espantado.

—Si claro, entiende, esta mujer es todo lo que yo estaba buscando, y lo mejor es, ¡que ninguno va a salir con el corazón roto!

—Amigo, a mi no me preocupa ella... me preocupas tú, Eugene. ¿Qué tal si tengo razón? ¿O si te sale con un Domingo 7? Cuídate.

Yo lo ignoro y sigo con mi rutina de ejercicios. Que ideas locas tiene este en la cabeza. Yo, ¿enamorado? Por favor...

R...

— ¿Enamorada? ¡Por dios Anna! Búscate un mejor chiste.

— ¿Y qué más Rapunzel? Tienes una semana sin ver a ese hombre y mira como te has puesto, ya ni de la cama te levantas... estas apagada, no eres la Rapunzel que conozco.

—Tienes razón —me levante de la cama y fui directo a mi computadora debo revisar mi correo y hacer mis pendientes.

—Bien, toma, lo prepare para ti —me entrego un vaso de jugo de Zanahoria con Celeri y yo me lo tome en dos tragos.

Esa misma tarde fui a una sesión de fotos y luego al gimnasio.

E...

Estoy en la cafetería, pensando en unos ojos verdes que no me permiten concentrarme.

Esta mujer me tiene loco.

Recuerdo sus besos, sus caricias, como yo recorría su espalda y ella me daba mordiscos en el cuello. Sus arañazos cuando me detenía. Sus pucheros. Su cuerpo entero.

Recuerdo la vez que fuimos a la playa y bailamos en la orilla con el arrullo de las olas. Y esa noche en que la hice mía bajo la luz del atardecer que daba paso a una hermosa luna llena.

Cuando le rompí la blusa y me hizo ir comprarle una nueva.

Cuando se llevo mi sweater... que por cierto, no me lo ha devuelto.

No puede ser.

-*

-*

— ¿Cuándo quede e verme con ella? —me pregunte, reviso la agenda en mi celular—. ¿La semana que viene? —ahí es cuando me altero.

Es mucho tiempo...

-*

-*

—Te juro que yo nunca pensé que esto me pasaría... yo solo, no sé —intento explicar.

Estamos mi mejor amigo y yo en la tercera sesión de abdominales.

Y me estoy tragando el orgullo diciéndole que estoy enamorado de una mujer a la que ni siquiera conozco.

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