𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 𝐗𝐗𝐗𝐈𝐈
Izuku preparaba la cena para ambos, especialmente con muchísimo picante por el gusto excesivo del cenizo por el mismo.
En esos momentos no había algo por lo que preocuparse, al menos hasta el día de mañana. Katsuki había dejado cualquier detalle de su trabajo para dedicarle su tiempo únicamente a Izuku.
Y no le molestaba ni le apuraba dejar de lado su trabajo por estar con Izuku.
Para él, Izuku era su mayor prioridad en su vida.
Vivía y respiraba por Izuku, solamente. Porque Izuku lo valía.
Kirishima se había burlado de él por lo rápido que había caído por aquel pecoso, pero no podían culparlo ni juzgarlo.
Desde la primera vez que lo vio le pareció alguien completamente hermoso, sobre todo sus ojos y pecas. Aunque tenía toda la razón para desconfiar un poco de él, varios de sus prometidos anteriores intentaron jugarle chueco para quedarse con la fortuna que cargaba su apellido.
Y en cuanto Izuku demostró ser lo contrario a ellos, quedó flechado por completo. La vida le había presentado a la persona que lo querría de una manera tan pura y dulce, pero lamentaba mucho las circunstancias por las que tuvieron que conocerse.
Si pudiera buscaría cualquier otra manera de conocerse sin necesidad de un arreglo matrimonial.
Pero no podían regresar al pasado para cambiarlo, pero si podía hacer todo lo posible por hacer que su futuro fuera mejor de lo que fue su pasado.
Ahora mismo se encontraba leyendo un libro mientras esperaba a que el pecoso llegara con la cena, se había ofrecido a ayudarlo con la cena pero se había negado rotundamente. No le agradaba la idea, pero sí esa era la decisión de Izuku tenía que respetarla.
Sin embargo si eso volvía a repetirse en el futuro, que lo más seguro es que fuera así, sí le haría un poco de lucha para hacerlo cambiar de parecer.
Desvió su vista del libro al escuchar como la puerta era deslizada, el pecoso ingresó con una charola la cual puso frente a él una vez se acercó.
A pesar de que tenían un comedor, al cenizo no le gustaba usarlo mucho ya que era algo muy moderno que él aún no estaba dispuesto a usar. Al menos por el momento.
Arqueó una ceja confundido al ver que solamente era su cena.
—¿Y tu cena?
—Iré por ella, solo quería traerte primero la tuya —se volvió a enderezar una vez que terminó de acomodar los platos frente al cenizo —. Voy por la mía, puedes empezar a comer —le sonrió.
Se fue caminando con la charola en manos para colocar su respectiva cena en ella. A pesar de que le dijo al cenizo que podía empezar a ingerir sus alimentos, simplemente siguió con su lectura, ignorando por completo lo dicho por el pecoso.
Izuku solamente se tardó unos cuantos minutos en regresar con su propia cena, al volver a ingresar por la misma puerta un puchero se hizo presente en sus labios al ver que el cenizo no estaba comiendo.
Se acercó rápido y en seguida se sintió mal porque tal vez y la cena no estaba tan buena, pero antes de que pudiera sentirse mal observó más a detalle la comida para darse cuenta de que ni siquiera la había probado.
—Te dije que podías empezar a comer Kacchan —señaló mientras se acomodaba a su lado.
—Lo recuerdo.
—¿Entonces, por qué no has probado nada, no es de tu agrado?
—No es eso, simplemente me parece una falta de respeto empezar a comer sin esperar a mi pareja.
Izuku se sonrojó al recibir esa respuesta.
Podía esperar cualquier cosa, pero no eso. Katsuki estaba lleno de sorpresas.
¿Peligroso? Como Katsuki podría ser alguien peligroso, si desde que lo conoció lo único que ha hecho ha sido cuidarlo y protegerlo, procurar su bienestar.
Las palabras que Setsuna le dijo en algún momento con la intención de asustarlo e intimidarlo, ahora mismo no tenían ningún argumento válido ni sólido.
Ahí entendió que todos los que hablaban mal de su prometido lo hacían simplemente por hablar o por querer estar en sintonía con los demás.
Sin embargo, personas como Kirishima, Denki e incluso Shoto, se habían dado la oportunidad de conocerlo a profundidad, siendo ellos los primeros en decir que todos los rumores que rodeaban al cenizo eran simplemente eso; rumores.
Katsuki era una persona completamente incomprendida, a la cual no se daban la oportunidad de conocer y simplemente se dejaban llevar por su apariencia y personalidad. Siendo esta misma personalidad lo que lo ha llevado hasta donde está.
A ganar las victorias que ha conseguido.
A ser el mejor guerrero de la ciudad.
Con algo de valor, se acercó para besar los labios de Katsuki, al principio se sorprendió pro aquel repentino movimiento, pero no tardó en corresponder dejando el libro de lado para darle ligeras caricias a las mejillas pecosas de Izuku.
Acunó su rostro con sus manos para profundizar el toque, podía volverse adicto al elixir que producían los labios de Izuku. Lo haría las veces que fuera si siempre se iba a tratar de él.
Se separaron un poco, pero Katsuki siguió besando las mejillas de Izuku, mientras que este disfrutaba del contacto.
Sin duda estaba feliz.
Compartieron sus alimentos y se alimentaban mutuamente, mientras que Izuku lo alimentaba directamente en la boca, Katsuki colocaba más comida en su plato utilizando los palillos, trozos de pollo o verdura aparecían en el plato de Izuku a causa de que los intercambiaba de plato.
Izuku sonrió al ver eso, entre risas hablaban y compartían.
—La vieja vendrá a verte mañana, insistí en que fuera en mi lugar de trabajo, pero es muy necia.
—Esta bien Kacchan, después de todo es tu madre.
—Quisiera quedarme, pero aún tengo cosas que resolver.
—No te preocupes Kacchan, no pasará nada.
—Confió en ti Izuku —besó su frente.
Al momento de que terminaron ambos lavaron lo que se utilizó, por supuesto que Izuku se había negado al principio que Katsuki lo ayudara.
Pero si algo tenían en común, era que tenían el mismo nivel de terquedad.
Izuku despidió a Katsuki con un beso en los labios y observó como se iba en el Ford T, agitó su mano en despedida mientras veía el transporte alejarse poco a poco.
Suspiró, nuevamente estaba solo. Extrañaba la compañía de Chiyo, y por lo que sabía, Chiyo también lo extrañaba a él. A pesar de ello, aún no podían verse, la anciana estaba más ocupada de costumbre orientando a su nieto para ser el nuevo curandero.
Izuku le prometió por medio de una carta ir a visitarla pronto, una vez que todas las aguas se calmaran.
Observó la puesta de sol y no tardó mucho en percatarse que la madre de Katsuki podría llegar un poco más en llegar, por lo que se adentró en el templo para limpiar un poco y tener preparada una charola con algo de té y poder ofrecérselo.
Sentía el templo como suyo propio, aún sin haber formalizado su matrimonio con Katsuki, este mismo ya le había hecho ver que todo lo que le pertenecía a causa del apellido Bakugou ahora también era suyo.
Izuku no sabía que tanto conllevaba ser esposo de Bakugou Katsuki.
Templos en diferentes partes de la ciudad e incluso en otras, acceso de primera clase a eventos importantes, esculturas y estatuas de gran valor monetario; una gran fortuna económica.
Entendía un poco porque el cenizo era el más cotizado en cuestión de matrimonio.
Más bien, entendía porque su familia quería involucrarse con él.
Lástima que todo les salió mal por su ambición. No era alguien rencoroso, pero saber que trataron de utilizarlo para poder obtener un camino fácil a la vida de Katsuki no le agradaba, le daba un enorme mal sabor de boca.
Estuvo tanto tiempo sumergido en sus pensamientos que no se dio cuenta cuando un tipo de carreta llegó a las puertas del templo, entró en pánico al ver que se trataba de la madre de Katsuki.
Trató de verse lo más presentable posible, peinando sus rizos alborotados y acomodando su yukata para evitar alguna arruga visible en las telas.
Una vez que se aseguró de verse bien se acercó para abrir las puertas y recibir a la mujer.
Pensó que vendría con el padre de Katsuki, pero venía ella sola junto a dos guardias que al parecer su misión principal era custodiarla.
La madre de Katsuki vestía un kimono negro de telas elegantes, y casi al final de la tela unos holanes dorados rodeaban toda la circunferencia del kimono, el obi era de colores dorados y parecía que tenía ligeros polvos amarillos que lo hacían ver aún más elegante. En una de sus manos sostenía un abanico que hacía juego con el kimono.
Izuku la reverenció mientras la saludaba.
—Oh querido, no son necesarias tantas formalidades, después de todo pronto seremos familia —le sonrió —. Ahora ustedes, quédense afuera mientras habló con mi yerno —habló seria.
Ambos guardias asintieron e hicieron una reverencia antes de irse.
Izuku la invitó al jardín para tomar el té, la dirigió a un kiosco que estaba un poco alejado de la zona principal, pero igual era agradable puesto que a un costado fluía un río en el cual se podían apreciar ciertos peces dorados.
Cuando Izuku llegó con el té ambos se dispusieron a conversar un poco.
—Debo decir que estoy sorprendida, nunca creí ver a mi hijo comprometido.
—¿Por qué lo dice?
—Tal vez Katsuki no te lo haya dicho antes, pero era muy cerrado en el amor. Cuando era más pequeño siempre estuvo rodeado de charlatanes y patanes que le decían que el amor no existía, presenció cosas que no debía y perdió el interés por completo, y el ser el mejor guerrero fue su único interés. Cuando se dio la oportunidad de intentarlo, lo criticaron demasiado, uno que otro de sus anteriores prometidos le hicieron ver que siempre estaría solo por su personalidad tan fría y seca. Como madre duele saber que se expresan así de tu hijo cuando ni siquiera han visto la otra cara de la moneda.
—¿Qué paso con estas personas?
—Cuando lo supe los desterré de esta ciudad, sobre todo cuando supe del maltrato que le daban a sus familias, sobre todo a las mujeres. Afortunadamente Katsuki nunca repitió esos mismos patrones.
—Kacchan podrá ser todo lo que digan, o bueno ni eso, pero desde que lo conozco, sé que jamás maltrataría a una mujer a propósito.
Y eso Izuku lo sabía desde que lo vio interactuar con Uraraka, Momo y Mina.
—En eso tienes razón. Cuando supe que una de sus propuestas había llegado muy lejos, tuve interés de conocer al responsable.
—¿Por qué enviaron la propuesta a mi familia?
—Escucha Izuku, lastimosamente cuanto más poder tienes, más fuerza heredas. La conexión entre la familia Bakugou y Midoriya sería tan poderosa, porque vamos, tu madre fue esposa del difunto All Might, y siendo tú su hijo, tendrían herederos poderosos con grandes dones.
Eso hubiera entristecido a Izuku si no supiera lo que ya sabe, así que no dejó llevar tanto por pensamientos negativos. Aunque si tenía la ligera esperanza de saber como hubieran sido las cosas si el tuviera un don.
¿Sus hijos con Katsuki tendrían el mismo poder con o sin don por parte de él?
Nunca lo sabría.
—Tenía miedo de que las cosas hubieran resultado mal, pero veo que me equivoque. Mi hijo es feliz a tu lado Izuku, y sé que es algo serio porque no ha mostrado ninguna queja sobre ti. Vamos, hasta usan yukatas y kimonos combinados, y eso no lo hace cualquiera. Te llevo a su lugar de trabajo, cosa que no había hecho con nadie antes, te llevo al baile real y te presentó como su futuro esposo. Realmente te quiere Izuku, y no sabes cuanto agradezco que hayas llegado a su vida.
—Más bien, el agradecido soy yo de que Kacchan llegara a la mía.
Ambos se sonrieron, porque Izuku estaba feliz.
Era feliz al lado de Katsuki, y el saber que su madre aceptaba aquello incluso haciéndole ver lo bien que le hacía a Katsuki, lo conmovió.
—Me parece que es un buen momento para empezar con los preparativos de la boda —sugirió mientras le daba un sorbo a su té.
Izuku asintió entusiasmado, estaba más que feliz de iniciar.
○●○
Desconozco si pueden ver el link, pero si sí, es para ingresar al grupo de WhatsApp.
Pueden colocarlo en Google y les aparecerá<3
https://chat.whatsapp.com/J8g9NpO11qYCFRyyebsCy1
En caso de que no, seguiré viendo de que manera se los proporciono
Bạn đang đọc truyện trên: AzTruyen.Top